Cuando vivo con su abuelo y madre en el centro del seno familiar de la liga de los asesino jamás celebró ninguna fecha, ni siquiera recordaba algun cumpleaño memorable, por lo general solo le organizaban cenas formales y se le entregaba algún pequeño presente que representaba más un compromiso con la misión que un regalo en sí.
Este era su primer año en la mansión Wayne y también era la primera navidad que pasaba con su padre. La idea podía ser un poco absurda, pero el simple hecho de estar en el asiento del copiloto de esa hermosa y espaciosa camioneta lo hacía sonreír como lo que era, un niño. A su lado no se encontraba Bruce, sino el segundo al mando, Dick mantenía las manos en el volante y la miraba fija en el camino serpenteante. La carretera cubierta por nieve provocaba que los neumáticos rechinaran de vez en cuando al pasar por alguna curva. La radio se mantenía encendida al igual que el calefactor, Damian tomaba chocolate tibio que Alfred le había preparado.
-¿Traemos todo?- preguntó el mayor sin apartar los ojos del frente.
-Supongo, aunque solo hay un hacha, la que yo usare.
Dick sonrió feliz, “ha sido un gran idea” pensó sin prestar mucha importancia al hecho. En una patrulla semanas antes había logrado convencer a Bruce de que celebran esas fechas importantes, la llegada de Damian tenía que marcar el final de una era y el inicio de otra, el caballero de la noche estaba de acuerdo, su hijo debía tener una navidad. Cuando se le informó a Alfred sobre los nuevos planes el mayordomo se alegró, hacía tantos años que ya no se celebraba que los preparativos resultaban nostálgicamente cálidos.
-Llegamos- a parco cerca de un sendero solitario- ¿Por qué no vas a elegirlo?- le sonrió mientras recargaba el antebrazo sobre el volante- yo iré bajando las cosas.
-Deacuerdo- bajo veloz y echó a caminar dando largas zancadas. Se metió entre algunos árboles y recorrió la zona de punta a punta de forma rápida. Observaba de tronco a copa y los calificaba mentalmente, en algunos se detenía por algunos segundos solo para volver a reanudaba la búsqueda, a otros solo los pasaba de largo sin nada que le llamara la atención, hasta que encontró uno que era perfecto. Se cruzó de brazos frente al gran pino de casi tres metros que se alzaba soberbio por encima del resto, las hojas agrupadas de dos a dos, rígidas, punzantes, cortas, de sección semicircular eran de un verde tan brilloso que ni la blancura de los copos que le cubrían a forma de abrigo podían opacar. Las piñas oblongas de color castaño se reunían en grupos de 2 a 3, caedizos, ya que apenas maduraban.
Definitivamente ese tenía que ser el árbol que abordará la mansión Wayne. Era una representación de lo que la familia del murciélago significa: fuerza, poder, elegancia, desprendía personalidad por sí solo, incluso cuando Dick lo vio pensó que no sería necesario enredarlo de luces de colores o esferas.
-Grayson- sonrió el menor- mi hacha.
***
Casi cuarenta después todo lucía exactamente igual a cuando llegaron, salvo por la capa de sudor que bañaba la frente del Al Ghul quien golpeaba una y otra vez el frondoso tronco que no se doblega ni un ápice.
-¿Seguro que no necesitas ayuda Dami?- se mantenía recargado de brazos cruzados sobre otro pino más pequeño a unos cuatro metros de distancia.
-Mantente en tus asuntos Grayson- liberó un suspiro sofocado a causa del ejercicio- esta es mi hacha, por qué no trajiste la tuya- se detuvo un momento en el que recargo una mano en la espalda a nivel de lumbares y echó la cabeza hacia atrás.
-Había una sierra manual en la camioneta. Si ambos cortamos al mismo tiempo tal vez terminemos para antes de la cena- hizo una leve pausa donde se incorporó, mantenía las manos en los bolsillos de la chaqueta azul que le cubría hasta la barbilla- esperame aqui.
Caminaba tranquilo, en total tardó diez minutos de ida y vuelta. Se tomó su tiempo para ir contemplando el paisaje que parecía sacado de una tarjeta postal. Se sentía feliz de estar haciendo esa simple acción con el más joven de los Wayne.
-Esta un poco gastada en las puntas superiores pero supongo que servirá- miraba el mango y pasaba el pulgar por los picos para comprobar el filo de estos- ¿Damian?- preguntó en voz alta al no verlo donde recordaba se encontraba.
-¡DICK!¡MUÉVETE!
Todo ocurrió tan rápido que el primer Robin no fue capaz de reaccionar; un sonido sordo retumbando entre los árboles provocando que pequeños grupos de aves alzaran vuelo alejándose del estruendo. Una sombra moviéndose rápida hacia él sin tregua a escapar. Intentó saltar del campo de aterrizaje del pino que cedía a la fuerza de gravedad, pero al no saber exactamente a donde correr dio un salto hacia cualquier punto cayendo sobre la mullida capa de nieve que lo cubría todo.
Y es que cuando el mayor se alejó para buscar la herramienta Damian aprovechó y utilizó la ocasión. De uno de sus bolsillos sacó dos pequeños explosivos que colocó en la base del tronco que se negaba a ser llevado, se posiciono a una distancia prudente y contó “10.9.8.7.6.5.4...” estaba por llegar el tres cuando lo vio regresar despreocupadamente y pararse justo enfrente “imbecil” fue lo unico que penso antes de ver como el enorme pino de casi tres metros lo aplastaba.
***
Llegar a la mansión había sido una proeza digna de admirar. En una de las tantas amplias habitaciones el fiel mayordomo de la familia se encargaba de curar lo que la osadía de Damian había ocasionado.
-Gracias a dios solo fue un esguince de segundo grado, por algunos dias tendra dificultad al caminar- terminó de colocar el vendaje- la hinchazón y dolor en la articulación del tobillo aumentaran así que le recomiendo firmemente que no haga mucho esfuerzo amo Dick.
-Muchas gracias Alf, es bueno saber que te tenemos aquí para cuando cosas así suceden.
-Algo muy normal en esta casa se lo aseguro.
Con un pequeño movimiento de cabezo el hombre se retiró dejando que el joven héroe descansar, llegó a la cocina en donde se encontró a Damian sentado a la mesa moviendo de un lado para otro la cuchara de nadaba en su plato de cereal. Desde que llegaron no había abierto la boca.
Por ahora solo se encontraba Bruce y ellos tres, ya que Jason junto con Tim había ido a buscar el árbol a petición de Nightwing.
-Ya antes ha pasado, los chicos e incluso el amo Bruce se lastiman saltando de un edificio a otro- comentó tranquilo el mayordomo mientras sacaba de una caja varios medicamentos- bastará con antiinflamatorios y vendaje elástico por 2 semanas.
-¿Está molesto?- pregunto en un susurro nada propio de él.
-Su padre?, no me lo pareció… ¿Por qué estaría enojado de cualquier forma joven Damian?
Estaba por responder cuando el mencionado hizo acto de presencia.
-Dick me explico lo que sucedió, ¿Tu te encuentras bien Damian?- hablo con una voz normal el dueño de la casa.
Un poco sorprendido se limitó a mover la cabeza de manera afirmativa.
-No puedo creer que Dick pensara que volar el árbol con plástico explosivo sería buena idea- esta vez se dirige al hombre de porte inglés quien solo movió la cabeza de un lado a otro, volviendo a dirigirse a su hijo comentó poniendo una mano sobre su hombro- la próxima vez que se le ocurra una idea como esa recuerdale quitarse a tiempo.
***
Se encontraba perdido en una lectura cuando el sonido suave del llamado de la puerta lo interrumpió. Damian entró con una bolsa de hielo.
-Lei que en la etapa inicial del tratamiento está indicada la elevación del miembro, la compresión con un vendaje y el hielo local 20 minutos cada 8 horas- se acercó y extendiendo el brazo ofreció la bolsa- toma, Pennyworth también me dio esto- extendió un pequeño frasco.
-Analgesicos? gracias Dami- sonrió al momento que dejaba el libro en la mesa de noche que tenía solo una lámpara y un reloj, con un movimiento de mano le indico que se sentara junto a él en la espaciosa cama- ¿sabes que es lo bueno de estar asi?- su brazo lo rodeo por los hombros de forma cuidadosa- que tendrás que cuidarme muy bien para que me recupere.
-¿Por qué no le contaste a padre que fui yo el que hizo volar el pino?- se acomodó de mejor manera, enterrando la cara en el pecho. Durante ese año se había acostumbrado a los mimos de su hermano que ahora el no recibirlos le molestaba.
-No importa- acarició el cabello fino y continuo- en parte fue culpa mia tambien, tu me avisaste que me moviera y tarde en hacerlo- no hubo respuesta.
***
Damian se movía de un lado a otro satisfecho contemplando en diferentes perspectiva el trabajo que había realizando, de vez en vez movía algo por aquí y por aca para dar armonía a la decoración del enorme árbol que se exhibía en el centro de la gran sala. La chimenea calentaba el espacioso lugar y hacía brillar como si fueran estrellas a las innumerables esferas que destellaban alegres, en la punta se alzaba un gran moño dorado que caía legero. La base de color irregulares (a causa de la dinamita) era tapado estratégicamente por una impresionante cantidad de regalos, la mayoría para él, una de las ventajas de ser el más joven.
Su padre le había ayudado a colocar las luces y algunos cuantos adornos frágiles que habían pertenecido a sus abuelos paternos. Esa noche lo único que brilló en el cielo fue la luna, ni rastro del murciélago que pedía ayuda por lo que toda la batifamilia permaneció junta. Se respiraba tranquilidad y una inusual armonía.
-Luce lindo- comentó Dick cuando Damian se sentó a su lado.
-Lo sé fui yo quien lo escogió y adorno- sonrió feliz recargándose en el hombro.