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Songs por Zully Neko506

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Notas del fanfic:

Los personajes de pokémon no son míos le pertenecen a Satoshi Tajiri y Game freak, el parecido con la realidad es mera coincidencia bla-bla-bla.


Típico dar créditos antes de empezar a leer.

Notas del capitulo:

¡Hola!, Esta es la primera vez que escribo algo sobre pokémon, por lo que espero sea de su agrado, cualquier sugerencia u opinión es bien recibida. También debo mencionar que soy mala en ortografía así que no se sorprendan si hay faltas ortográficas, aun trabajo en ello.

Pareja: GreenxRed
Cancion: Abrázame de Camila.  [Lo menciono solo por si la quieren escuchar :)]
Advertencia: MDP (No me hago responsable si sus corazones quedan rotos después leer esto)

[CAPITULO EDITADO]

Abrázame.

 

Green escalaba apresuradamente el monte plateado. Subía lo más rápido que su cansado cuerpo le permitía, intentaba llegar a la cima lo más pronto posible pero no podía, parecía que todo estaba en su contra, sus fuerzas lo estaban abandonando a cada paso que daba y el clima no le permitía seguir adelante, ya que por el aumento de la fuerza con la que chocaba el granizo contra el suelo dedujo que se acercaba una tormenta de nieve, no le quedo de otra más que refugiarse en una cueva que se encontraba cerca de donde estaba, tan pronto entro la tormenta comenzó.

El castaño apoyo su espalda en la pared y lentamente se deslizo hasta quedar sentado en el frio suelo, respiraba con dificultad, sentía que le faltaba el aire, había agotado hasta su última fuerza para poder escalar el maldito monte más peligroso de todo Jotho. Green saco a su arcanine, le pidió que usara lanzallamas para crear una fogata, pues necesitaba calentarse, no iba a reconocerlo pero el frio le estaba calando hasta los huesos, una vez lista la fogata se sentó cerca de esta, sus ojos contemplaban el suave movimiento del fuego, se encontraba tan absorto en sus pensamientos que no estaba poniendo atención a lo que pasaba a su alrededor, ni siquiera le hacía caso a su pokémon quien intentaba tranquilizarlo y protegerlo un poco del frío descomunal que hacía, cubriendo su cuerpo con su extenso pelaje.

 

Green era consciente de que su estado no era el mejor, estaba cansado, intranquilo y apunto de congelarse, pero nada de eso realmente le importaba, no claro que no pues su mayor prioridad en esos momentos era Red.

El castaño se encontraba en el gimnasio cuando Red le llamo a su mamá, era normal que le hablara a la mujer, para contarle cómo iba su entrenamiento y las condiciones por las que estaba pasando, más en esta ocasión las cosas fueron algo distintas, hablaba muy despacio y con tono de voz casi inaudible, le comento a su madre que estaba realmente enfermo.

Luego de una muy breve platica el chico se quedó callado, provocando que un silencio incómodo se creara entre él y su madre, una sonrisa melancólica se formó en sus labios, en ese momento comenzó a decirle cuanto la amaba, la excelente madre quera, lo orgulloso que estaba de ser su hijo, incluso le menciono lo importante que era para él, esas simples pero sinceras palabras hicieron llorar a su mamá, Red no solía expresar sus sentimientos, rara la vez hacia una pequeña muestra de cariño, a tal grado que ni su propia madre podía recordar cuando había sido la última vez que le había dado un abrazo o le había dicho algo tan conmovedor como lo que le estaba diciendo en ese momento. Sin darle tiempo a que contestara, le dio las gracias y colgó la llamada, dejando a la mujer muy preocupada y pensativa.

La madre de Red intento volver a llamarlo pero este no atendió a ninguna de sus llamadas, razón por la que acudió a Green con la esperanza de que este pudiera comunicarse con Red, mas sin embargo él tampoco obtuvo resultados distintos a los de ella, ocasionando que la mujer se empezara a impacientar por no saber cómo se encontraba su único hijo y no era la única Green estaba igual, por lo que decidió subir el monte plateado en busca del pelinegro.

Green se sentía bastante frustrado por no saber qué demonios le pasaba a Red, no tenía ni la menor idea a que se debía su extraño comportamiento, intentaba comprender cuales eran las razones por las que el chico no atendía ni devolvía sus constantes llamadas. Afuera seguía la tormenta arreciando cada vez más, Green dio un largo suspiro, no le quedaba de otra que continuar su búsqueda dentro del monte, sabía que podía perderse entre los millones de pasillos y cuevas que había, pero también sabía que seguramente Red debía estarse refugiando de la tormenta en algún lugar dentro de la montaña, así que siguió camino junto a su arcanine por si aparecía algún pokémon salvaje.

Tan rápido como había empezado a caminar, tuvo que detenerse, debido a que escucho unos extraños ruidos que pudo identificar como “tos”, por su mente paso una sola persona, alguien quien había dicho que estaba sumamente enfermo—“¿Red?”—Pensó de inmediato, provocando que en vez de caminar comenzara a correr en la dirección dónde provenía el sonido, pronto se encontró con un callejón algo estrecho, ahí el ruido era más intenso, se dispuso a travesarlo pero antes guardo a arcanine dentro de su pokeball, ya que era demasiado grande como para poder cruzar aquel angosto sendero.

Una vez cruzo el callejón este lo llevo a una pequeña cueva, donde vio a la persona que estaba buscando sentado en un futón, sintió un gran alivio pero este alivio no le duro mucho ya que Red comenzó a toser sangre, rápidamente corrió a su lado, coloco una mano en su hombro mientras limpiaba el espeso liquido en color rojo que escurría por sus labios, Red  no lo volteo a verlo en ningún momento, su mirada estaba perdida en la parte oscura de la cueva.

—Red ¿Qué te pasa?—Dijo Green totalmente preocupado.

—Green—Hablo Red con una voz sumamente débil pero lo suficientemente audible—Estoy muriendo…—Ante esas palabras el silencio reino en aquella cueva fría.

—P-por qué dices eso—Tartamudeo un poco, estaba muy atónito, su cabeza no paraba de dar vueltas—Dime que no es cierto—Exclamo Green muy alterado, su mano seguía sin apartarse del hombro de Red, es más intensifico el agarre pero no lo suficiente como para lastimar el débil hombro del pelinegro.

—No te estoy mintiendo, muero lentamente, me encuentro muy enfermo… Green estoy desesperado y según mis latidos, no me queda mucho tiempo a mi favor—Menciono Red mientras colocaba una mano en su pecho justo en donde se encontraba su corazón, pronunciar aquellas palabras le había costado tanto debido a que no le quedaba la suficiente fuerza como para tan siquiera poder hablar.

—Espera aquí, voy por un doctor, no lo permitiré—Dijo el castaño levantándose bruscamente, iba a dirigirse hacia la salida pero Red lo detuvo sujetando suavemente su mano, Green volteo a verlo, el pelinegro solo movió su cabeza en forma negativa y se quedó mirando fijamente la mano de su compañero.

—Quédate un segundo aquí a hacerme compañía—Hablo Red antes de soltarlo.

—Pero si no voy tú vas a...—Green sacudió levente su cabeza, se negaba a creer que el pelinegro moriría.

—Eso no importa, ya no tengo una razón para quedarme, en cambio tú sí y podrías ya no regresar si sales con esta tormenta—Menciono Red calmadamente—Además no importa lo que hagas, ningún doctor quera venir hasta acá, y yo no tengo la fuerza suficiente como para poder bajar… mejor quédate tantito más que quiero sentirte… mío—Esa última palabra la dijo tan bajo que fue imposible que su contrario la escuchara.

Green se agacho hasta quedar a la altura en la que se encontraba el pelinegro—Red, no puedo dejarte morir—Dijo casi en forma de susurro y comenzó a llorar, no sabía qué hacer, no quería perder a su único rival, al que le hacía ver que equivocado estaba, al que logro mover su frío corazón y hacer que este latiera aceleradamente, era la única persona que amaba, definitivamente no lo quería perder.

—No llores—Dijo Red secando las lágrimas del chico con su mano, en un rápido movimiento posiciono sus manos en el cuello de su contrario, como pudo lo atrajo hacia él, logrando que sus labios quedaran cerca del odio de Green, después de lograr su cometido pronuncio—Y abrázame—Una corriente eléctrica recorrió todo el cuerpo del castaño cuando escuchó la voz de Red tan de cerca, quería parar de llorar pero lagrimas engañosas seguían saliendo de sus ojos, lentamente coloco sus manos en las caderas del pelinegro, quien al sentir el contando oculto su rostro en el pecho de Green, creando un reconfortante y cálido abrazo, un muy tierno abrazo que les serviría de despedida.

—No quiero que te vayas—Susurro levemente, Red sintió la suave respiración de Green chocar con su oído.

—Sabes hoy me he dado cuenta que no había sentido tanto miedo antes que yo no decido, que dios lo hace ser mejor—Dijo Red riendo hasta el final pero con un tono de voz que demostraba miedo y angustia—Green… dame una razón para quedarme, yo no quiero tu compasión, quiero que estés conmigo, hasta que me haya ido—El castaño soltó más lágrimas, aquellas palabras le dolían, no era compasión podría darle más de mil razones para que entendiera que no quería que se fuera de su lado, pero existía solo una que consideraba como la más importante.

—¡Quieres una razón para quedarte!, pues te daré mi razón, Red yo…—Respiro profundamente, se preguntó mentalmente si enserio iba a declararse, después de todo prometió mantener sus sentimientos ocultos, tanto por su bien como el de Red, aunque en esta situación supuso que lo mejor era decírselo, antes de que el tiempo se acabara y el chico se apartara de su lado, reunió toda la valentía que pudo y sin más dilación se lo dijo—Yo te amo… siempre te amado, desde que éramos niños—Green abrazo a Red con más fuerza—Y antes de perder de vista mi camino—Sujeto el mentón de Red consiguiendo que por fin lo viera a los ojos, luego de muchos años aquellos ojos rojos se volvían a encontrar con esos ojos verdes—Quiero mirarte un poco y soñar que el destino es junto a ti mi amor—Hablo Green mirándolo fijamente.

Red se sonrojo levemente por el acto mientras admiraba aquellos hermosos ojos verdes, aun no contestaba a la declaración del castaño, pero tampoco es como que tuviera la suficiente fuerza para hacerlo. Sus cuerpos seguían juntos, ninguno quería deshacer el abrazo que los unía, no lo decían en voz alta pero estaba escrito en sus caras la tranquilidad que los inundaba solo por estar alado uno del otro, Red se aferró aún más, si eso era humanamente posible, a los brazos de Green, la cercanía que compartían le permitió al castaño escuchar atentamente los latidos de su contrario, estos eran tan lentos que por más que no quisiera aceptarlo era inminente lo que iba a ocurrir, ese corazón dejaría de latir en cualquier momento, un nudo se le formó en la garganta, lo más seguro es que ese sería el primer y también el último abrazo que se darían en su vida

Red bajo su miraba para observar los labios del castaño, durante tantos años había querido probarlos pero jamás se atrevió por miedo al rechazado, ahora se sentía realmente estúpido, desperdicio tanto tiempo para al final enterarse de que sus sentimientos siempre fueron correspondidos, Red suspiro ligeramente, no podía hacer nada con el pasado, pero eso no aplicaba con el presente, lentamente se fue acercando a Green hasta que logro unir sus labios, dando espacio a un beso muy torpe debido a la falta de experiencia, ya que a pesar de que eran prácticamente adultos, ninguno de los dos había dado un beso con anterioridad, porque desde que eran niños ambos deseaban que su primer beso fuera entre ellos, por eso se alegraron por aquel simple roce que describía todo lo que sentían el uno por el otro y que antes ninguno se atrevía a decir, lamentablemente Green empezó a sentir como Red no ponía la misma fuerza que al principio, cada vez que el beso avanzaba este iba perdiendo intensidad por parte del pelinegro, de hecho fue Red quien rompió el beso, alejándose un poco del castaño.

—Green yo también te amo y siempre te amare pero tienes que saber que es lo último que te pido, sigue tu camino aun si yo no estoy a tu lado... a y nunca ames a otra persona, si lo haces vendré a jalarte los pies—Lo último Red lo dijo sarcásticamente, ante esto el castaño frunció un poco su ceño—Sabes que bromeo, solo quiero que seas feliz, no importa si esa felicidad la alcanzas con alguien más—Al terminar de decir esto se le formo una sonrisa sincera en su rostro, Green no dijo nada, por sus ojos seguían escurriendo gotas de agua salada, Red volvió a aferrarse a los brazos de su compañero.

—Sigo sin entender cómo es que hasta en las situaciones más críticas puedes hacer bromas de ese tipo—Red solo se encogió de hombros, iba a contestarle pero comenzó a toser frenéticamente, intento inútilmente contenerse, su garganta estaba muy lastimada, cada vez que tocia sentía como sus cuerdas bucales se desgarraban, pequeñas gotas de sangre se escaparon por su boca, en ese momento supo que su tiempo se había acabado.

—Green—Llamo su atención, el chico lo observo detenidamente sus ojos reflejaban la tristeza que sentía—Estoy desesperado y según mis latidos, no me queda mucho tiempo… a mi…—El pelinegro beso delicadamente el cachete de Green antes de pronunciar su última palabra —…favor…—

Red había muerto, finalmente la enfermedad término lo que había comenzado, Green lloro amargamente sin soltar el cadáver de Red.

Notas finales:

¡No me maten por no dejarlos juntos!, es que por más que escuche la canción el único final que se me ocurría era este; tengan en cuenta que la canción es un poco triste.


Extra: Esta parte la iba agregar pero el capítulo ya era muy largo así que aquí está.


Green alcanzó a ver la desgastada bolsa de Red, estaba colocada sutilmente en una esquina, una leve sonrisa se formó en su rostro, se le hacía increíble que aun con tantos años seguía sin ser cambiada—“Lo más seguro es que ahí estén sus pokémon”—Pensó Green mientras se acercaba para recogerla, la abrió y reviso las cosas que tenía, le causo algo de gracia y nostalgia ver todos los objetos de Red, agarro una de las tantas pokeball que había, algo le dijo que dentro de ella estaba el fiel pikachu de Red. Al menos tendría un recuerdo muy grato de su amado.


Sin mas por decir nos leeremos pronto, (si no me da flojera actualizar)


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