El trabajo de Viktor consistía en mantener en forma a Yuri. Ayudarlo a comer balanceado y supervisar su rutina de ejercicio era algo que no podía fallar, pues si Yuri perdía su condición no podría patinar como es debido.
Para la familia Katsuki el constante subir y bajar del patinador era algo normal y después de comer 3 tazones de cerdo al día no fue novedad que ganara un par de varios kilos. Lo que si fue novedad era el que el megane anunciara públicamente su retiro temporal de la pista y que fuera el propio Viktor quien lo obligará. Para todos fue una gran sorpresa, incluso el propio Yurio había ido a Japón solo para reclamar eso que él llamó "La más grande estupidez que tuvo la desgracia de escuchar"
El mundo estaba indignado, no bastaba con que Viktor dejara las competencias ahora ni como entrenador podían verlo.
La retirada del hielo, los constantes reclamos y Yuri solo podía subir más y más de peso ¿Porque Viktor parecía tan feliz con el repentino aumento de peso de su pupilo?
Yuri cada día se volvía más redondo y Viktor cada vez más feliz y complaciente. Helados, Tazones de cerdo, pasteles, panes y dulces decoraban la escena de un Yuri cada día más rellenito. Y a Yurio todo eso solo le provocaba más nauseas.
Para Viktor el más mínimo capricho del japonés resultaba un deseo que cumplir y aunque Katsuki no solía ser exigente le bastaba abrir la boca para tenerlo ante el... ¿Los pedidos que a Viktor más le gustaba cumplir? Los de comida, porque el ver su rostro de felicidad cuando le entregaba lo pedido no tenía precio.
Por eso ponía todo su esfuerzo y amor en lo que cocinaba, aunque fuera algo tan mínimo como lo que tenía en sus manos. Un simple sándwich de Mermelada.
- A Yuri le gustara que haya tostado el pan -Se dijo el peliblanco con alegría, no podía esperar para llevárselo.
Si tan solo no fuera tan lindo podría resistir más a su instinto de complacerlo, ese instinto que le había nacido desde el momento en que lo vio.
~*_Flashback_*~
Viktor Nikiforov. Campeón mundial de patinaje, un hombre con un talento y sensualidad incomparables, un hombre guapo y deseado por todos, el soltero más codiciado en el mundo del patinaje.
Cuando Viktor vio por primera vez a Yuri le pregunto si quería una foto, grande fue su sorpresa al verlo salir como si su pregunta le hubiese indignado hasta el alma. Para Yuri eso significo que su ídolo no sabía nada sobre él, para Viktor pretendía ser una excusa para acercarse al japonés... Lástima que no funcionó.
Nikiforov conocía a ese chico, lo había visto patinar e incluso conocía su nacionalidad, para él, el chico merecía su atención. Durante el tiempo siguiente se la pasó pensando una manera de acercarse al de lentes, nunca esperó que su oportunidad llegara con un clic.
El verlo imitar SU rutina, la manera en que se movía, el sentir que la música provenía de su cuerpo mientras patinaba, el emocionarse por cada movimiento perfectamente bien ejecutado, el sentirse estudiado tan a fondo... todo había hecho que su ser se estremeciera y que Katsuki Yuri dejara de ser solo interesante para convertirse en impresionante. Días después el ruso ya estaba en Japón.
El campeón jamás espero encontrarse con un chico tan infantil, tímido y tierno, esa actitud del pelinegro solo lo hizo interesarse más por él, jamás espero el cambio tan drástico que mostró ante el Eros... Ese día al verlo patinar no pudo más que excitarse y darse cuenta de cuanto deseaba monopolizarlo.
Ese chico debía ser suyo, lo amaba y si para tenerlo a su lado debía valerse de alguna artimaña lo haría. Fue así como se quedó a su lado como su entrenador,usado eso como excusa pronto comenzaron los roses descarados, aunque a Yuri no pareció importarle.
Para Yuri que Viktor estuviera a su lado, lo entrenara y lo tocara era un sueño hecho realidad. Él amaba al ruso desde que lo vio por aquella transmisión con Yuko, claro que nunca espero que su amor platónico se plantara frente a él y le dijera que lo entrenaría... Para él, estar cerca de su amor imposible ya lo hacía feliz.
Después vino ese beso frente a todos. Tan repentino y especial... Ese que había cambiado todo y los había hecho confesar todo el amor que sentían el uno por el otro, logrando que el deseo egoísta de Viktor se hiciera realidad, pudiendo convertir en suyo al de ojos cafés... Suyo en todos los sentidos. Suyo y de nadie más.
~*_Fin Flashback_*~
El sándwich se terminó y él camino a la habitación con una gran sonrisa.
- ¡Oi! ¡Viktor! - Grito el rubio al verlo pasar solo de la cocina - ¿Porque conscientes tanto a ese perdedor?
- Es mi trabajo cuidarlo en todo momento -respondió el más alto con una boba sonrisa-
- ¿Si sabes que el Katsudon solo esta embarazado verdad? - El menor se cruzó de brazos - No es ningún inválido
El pentacampeón solo sonrió de manera distinta... Más cálida
- Hablamos de Yuri y de mi Hijo, los malcriare tanto como pueda -Y sin más siguió su camino-
Viktor amaba a Yuri, lo amó desde que lo vio por primera vez, y el pelinegro no podía amar más al campeón que admiró desde niño.
Para nadie era novedad los contantes cambios de peso en Yuri. Para nadie fue novedad que Viktor declarara que él había ido a Japón solo por Yuri. Tampoco el que el patinador de cabello negro aceptara tosa esa locura fue novedad. Ni siquiera fue novedad que ellos fueran pareja sentimental y aunque todos lo esperaran nadie los preparó para saber más.
Lo que si fue novedad era que la familia Kasuki y la familia Nikiforov tendrían un nuevo integrante... Así que comenzó a dejar de ser novedad la razón de la gran panza de Yuri.