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Penumbras por Lure89

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Notas del fanfic:

Muy Feliz Año Nuevo a tod@s!!! Espero que comiencen el día con todo el amor y la energía para atravesar este 2017! Hace varios días que escribí este Songfic y esperé una oportunidad especial  para compartírselos, así que entrando nuevo año aprovecho la ocasión.

Escuché la canción que me inspiró hace meses cuando se cumplió el aniversario luctuoso de Sandro, un cantante Argentino que falleció en el año 2010, conocido por cantar con mucho sentimiento y sensualidad sus canciones. El título del tema es: “Penumbras” y la letra me ha emocionado y llegado al corazón como no tienen idea. Es preciosa y automáticamente pensé en Bruce y Clark a medida que iba degustando cada palabra. Por muchos meses estuve tentada de escribirla pero no encontraba el tiempo ni la ocasión. Pero no pudiendo resistir más las ganas por que mis dedos expresaran lo que mi corazón sentía, busqué una pequeña oportunidad y lo hice. Así que aquí se los comparto. Espero que les guste!

PENUMBRAS 

 

Los cuerpos de dos hombres que se aman con intensidad, están fundidos en una de las danzas más puras y perfectas. Unidos entre sí, conectados de forma carnal, se mueven al compás del baile más delicioso. La conexión entre estos dos seres es tan profunda e intensa que no solo sus cuerpos están vinculados entre sí, sino que hasta sus almas están enlazadas de una forma única y especial que solo ellos saben interpretar. Mientras que sus gargantas expresan lo que hay en sus corazones, exclamando gritos de pasión, gemidos sonoros, jadeos profundos, sus miradas permanecen conectadas, fijándose plenamente en el rostro ajeno para apreciar cada gesto, cada palabra, cada minúsculo detalle de la persona que aman. En esos instantes de entrega completa donde el culmine del acto sexual es el delicioso y apremiante orgasmo, ambos jóvenes se miran intensamente, abren bien sus ojos para derretirse en la contemplación del otro y extasiarse en la expresión que causa el placer que se brindan. Y como si fuera una explosión que los invade por dentro, colmándolos por completo, haciéndolos tocar el cielo con las manos, alcanzan a la cúspide del éxtasis y de la pasión. Unidos en un abrazo vivo y penetrante, convulsionan y se estremecen deleitándose con uno de los más deliciosos y perfectos orgasmos.

Embriagados por la sensación que los llena, sus cuerpos permanecen unidos entre sí, con sus pechos subiendo y bajando, acelerados, para permitirse respirar y recuperar el aliento que le es escaso. Clark mira detenidamente a su pareja y se siente embelesado por la hermosa imagen que le devuelve. Un hombre sublime, perfecto en todos los sentidos, que deja ver los restos de la pasión en su ser. Inevitablemente no puede impedir perderse en su figura, y tentado por detenerse en cada detalle que sabe apreciar, Clark lleva su mano derecha a las delicadas hebras de su amante; las toca, las acaricia y entrelaza sus dedos sobre las mismas para luego deslizarlos suavemente. Aquellos cabellos oscuros como la noche, levemente revueltos y húmedos por la traspiración, resultan demasiado sexys para no ser tocados. Seguido y tentado por las delicadas facciones del mayor, Clark traslada su mano hacia el rostro ajeno y lleva las yemas de sus dedos hasta tocarlo para contornear de manera suave y tierna la mejilla que se encuentra levemente sonrosada y que se resalta en la blancura de su piel. Aquella tez, bañada por la luz de la luna que se hace paso a través de la venta abierta, parece ser de otro mundo, blanca como el marfil, suave y fina como las rosas, y sin rastros de imperfecciones. Y luego se detiene a mirar esos ojos azules y profundos como el mar, que parecen que te engullen si los miras fijamente por la fuerza de atracción en los mismos.  Su mirar es tan penetrante que puede doblegar hasta a los más fuertes y hacerlos sucumbir ante sus deseos. Así se siente Clark cuando es mirado de aquella manera tan fuerte y aguda; pero también… cuando es mirado con sutiliza, con deseo, cariño y hasta profundo amor, se cree el hombre más afortunado sobre la tierra por ser el único en el mundo al que lo mira así.

 

“La noche se perdió en tu pelo...
la luna se aferró a tu piel
y el mar se sintió celoso
y quiso en tus ojos,
estar él también...”

 

Sin desperdiciar un segundo, Clark clava sus ojos en la boca del mayor que se encuentra levemente abierta, sensual, jadeando sutilmente para permitirse respirar. De la misma sale una delicada línea de saliva que se escapa de la comisura de sus labios. Tan delicioso, tan hipnotizador, es un erotismo abrumador. Clark ansía devorar esos rebordes carnosos como tantas otras veces lo ha hecho, pero se contiene solo para seguir apreciando los mismos, delimitando el contorno con el pulgar de su mano para volver a sentir en su piel la fascinante sensación. Traga saliva al ver como los ojos de Bruce se cierran fuertemente ante este contacto y cree perder la razón al verlos otra vez abrir. Su piel se estremece por completo al sentir la mano de su amante apoyándose sobre la suya, acariciándola dulcemente, transmitiéndole en ese contacto el cálido cariño que le quiere manifestar. Y Bruce exhala un largo suspiro, un aliento cálido que es fatal para Clark. Lo siente como un fuego lento, algo que lo consume por dentro y va quemando cada rincón de su ser. Siente en aquel suspirar como su corazón se estremece y golpea con fuerza llevándolo a no poder evitar lo que desea hacer.

 

“Tu boca... sensual, peligrosa...
tus manos... la dulzura son
tu aliento... fatal fuego lento
que quema mis ansias
y mi corazón”.

 

Besarlo. Eso ansía. Y sin contenerse más, Clark arremete sobre esa boca jadeante para tomar de ella el delicioso néctar al cual es adicto. Busca anhelante sus labios de manera arrogante, pretensiosa y es correspondido de la misma forma, porque el deseo es completamente mutuo. Las lenguas se hacen presente rápidamente, ansiosas de sentirse, de tocarse, de poder disfrutarse, y al encontrarse, se produce un gruñido desde el fondo de sus gargantas, haciendo notar al otro el placer que esto les produce.

Se alejan lentamente, otra vez con el palpitar que retumba en sus oídos, con un hilo de saliva que aún hace que sus bocas permanezcan conectadas; y nuevamente se miran, diciéndose tantas cosas sin uso de las palabras. Sus manos se entrelazan suavemente, brindándose cariño, transmitiendo el amor que se tienen, y es cuando con una pequeña y sutil sonrisa, Bruce alza su mano libre para tomar en una caricia el rostro de Clark. Este vuelve a sentir en aquel dulce contacto como una electricidad recorre su cuerpo, como lo hace estremecer y lo inunda de amor.

 

—Te amo, Bruce. —Lo mira con una profundidad que logra desarmar a cualquiera y se inclina sobre su cuello para besarlo—: Eres mío… de nadie más —le susurra de manera dominante junto al oído, apreciando como esta vez la piel de Bruce se eriza, como se sacude y como levemente y de manera casi imperceptible aumenta en temperatura.

 

Clark se aleja de su oído y el mayor observa en ese instante el semblante de su amante en la penumbra de su habitación, y sabe por sus facciones serias que le habla con la verdad, desde el corazón, desde lo más profundo de su ser. Sabe que ese hombre le ama y le desea tanto que sería capaz atravesar el universo por él. Un amor puro e incondicional que logra derretir hasta el más frío corazón. Igual al suyo.

Bruce con una cálida sonrisa, la única a quien se la brinda, le contesta con una suavidad jamás antes vista:

 

—Sí, Clark… Siempre tuyo…


“Ternura que sin prisa apura
caricias que brinda el amor.
Caprichos muy despacio dichos
entre la penumbra
de un suave interior”.

 

Trasladando sus brazos hacia el rostro de Clark, Bruce toma su nuca y se sujeta con pesadez para incorporarse. Su pareja sostiene su espalda con una mano y lo ayuda a levantarse hasta que ambos quedan sentados, uno frente al otro. Rodeando de manera seductora el cuello de su amante, el millonario se pega a su cuerpo y recarga su peso sobre el otro para juntar sus pechos y apreciar ese palpitar en su corazón. Adora la sensación que se forma en su ser el escuchar los latidos fuertes y sonoros, y el sentir el calor que genera la unión de sus pechos; es un pequeño vínculo que descubrió con los años de estar juntos y que siempre le gusta crear luego de hacer el amor con él. Puede sentir la temperatura cálida y constante que tiene Clark en cualquier día del año sin importar las bajas temperaturas; y aunque a veces haga calor, aun así la busca.

Fascinado por esa sensación, Bruce respira profundamente, complacido, y ronronea suavemente al sentir las manos de su pareja acariciando su espalda. Recuesta su cabeza en el hombro del otro y exhala un largo suspiro a la vez que cierra sus ojos para descansar y disfrutar de la sensación del momento.

 

—Bruce… —lo llama suavemente, haciendo que el otro abra sus ojos para prestarle atención—. Te amo tanto que… sería capaz de poner el mundo bajo tus pies si así me lo pidieras —suelta repentinamente, sorprendiendo al hombre que tenía en sus brazos y que no se esperaba esa acotación.

 

Bruce se separa bruscamente, lo mira confundido por unos segundos y teme, sabe que dice la verdad. Así que tomando su rostro entre sus manos le dice seriamente—: Escúchame bien, Clark. Jamás vuelvas a decir algo como eso. No necesito al mundo, solo a ti. Tú eres mi mundo.

 

Y como si sus palabras pudieran domar al tigre más feroz, Bruce llega a estremecer a Superman, al hombre más fuerte sobre la Tierra, y este sucumbe ante él. Le devuelve una sonrisa juguetona y de nueva cuenta se besan para volver a empezar con una nueva pieza de baile, para profesarse su amor, para entregarse a sus más profundos deseos.

 

“Te quiero... y ya nada importa.
La vida lo ha dictado así...
Si quieres, yo te doy el mundo...
pero no me pidas que no te ame así
que no te ame así...
que no te ame así....”

Notas finales:

Como vieron mi primer songfic? Nunca había escrito algo así y realmente lo disfruté. La letra no va perfecta con ellos? Jeje A mí sí me dio esa sensación. Fue…uffff intensa a mi parecer.

Qué les pareció este Clark? Yo sentí cuando le dijo a Bruce que sería capaz de poner el mundo bajo sus pies, que estaba hablando Lord Superman. No pensé en él al escribirlo… pero esta cosa dominante me hizo acordar a él. Nada, quería compartirles esta percepción.

Bueno… no tengo más para decirles, solo me queda compartirles nuevamente la canción y que disfruten de este tema realmente cantado con mucha sensualidad y pasión. No he escuchado mucho a Sandro pero en verdad tiene unos temas muy buenos, y puedo entender por qué las mujeres de su época estaban locas por él, jeje.

 

https://www.youtube.com/watch?v=ANhsCkxltQs


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