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Tentación por Alex_Kuran

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Notas del capitulo:

Leer notas finales.

Capítulo III

 

Habían transcurrido dos semanas desde que Sasuke había conocido al prometido de Itachi. Catorce días donde aún trataba de asimilar la idea de que su hermano mayor no solo era gay, sino que también iba a contraer nupcias.

 

Y aunque no pensaba rechazarlo por tal condición, ya que no se consideraba alguien homofóbico, no podía negar que la noticia lo había asombrado. Más por el simple hecho de que su hermano nunca había mostrado ese tipo de inclinaciones. Y eso que en su juventud, éste se vanagloreaba continuamente por sus conquistas.

 

Sin embargo, para su frustración, tampoco podía negar u obviar la latente atracción que sentía hacia el prometido de su hermano. ¡Y eso que él nunca se consideró gay! Ni siquiera cuando jamás tuvo algún tipo de interés amoroso en la secundaria y seguidamente la universidad. A pesar de que incluso tenía un no deseado club de fans y constantemente era asediado por mujeres.

 

Pero ahora, no podía sacarse de la cabeza la imagen de aquel hombre rubio. Que aparte de ser de su  mismo sexo, era mayor que él. Estaba tan confundido con dicha situación, que para su sorpresa, le costaba trabajo el concentrarse en sus clases. Cosa que nunca le había sucedido. Y lo peor de todo, su amigo albino había notado que algo extraño en él.

 

—Estás raro, Sasuke. —externó Suigetsu con la mirada puesta sobre el azabache. Tratando de descubrir qué le sucedía a su serio amigo.

 

—Uhmm. —fue lo único que contestó Sasuke buscando eliminar cualquier duda y a su vez, no levantar sospecha con respecto a su creciente preocupación.

 

El albino, en cambio, pudo percatarse de que algo ocultaba su compañero debido al gesto ausente en su rostro y a su vez, la tensión repentina en su cuerpo luego de comentarle su extraño actuar.

 

—¿Algo pasó con tu hermano? —tanteó el de cabellos blancos mientras llevaba a sus labios la pajilla del resfresco que había comprado para refrescarse. Haciendo sonidos exagerados al tomar dicho líquido sólo para fastidiar al azabache.

 

—No. —cortó Sasuke con frialdad, sin ánimos de continuar con la conversación.

 

—¿Es porque no te agrada la idea de ser su padrino de bodas?

 

—No.

 

—Entonces es porque te molesta la idea de que se case con un hombre. —casi aseguró Suigetsu con un leve asentimiento de cabeza.

 

—No es eso.

 

“Me gusta su prometido” fue lo que quiso decir el azabache, pero sabiendo lo irracional de aquel pensamiento no hizo mención de ello.

 

Pero su compañero poco conforme con sus “elocuentes respuestas” bufó hastiado. En ése tipo de ocasiones, detestaba lo poco hablador que era el azabache. Más cuando se trataba de temas que despertaban su curiosidad. Sin embargo, antes de que el silencio que se había instalado en ambos se prolongara, esbozó una amplia sonrisa. Y mostrando sus dientes con cierta picardía, se dispuso a hablar.

 

—¿Qué tal si salimos esta noche? Hasta te conseguiré un ligue para que se te quite esa cara de amargado.

 

Chasqueando la lengua con fastidio, el Uchiha le dirigió una mirada molesta. Pero antes de negarse a su invitación, durante unos míseros segundos consideró su idea. Llegando a la conclusión de que quizás un poco de alcohol lo ayudaría a olvidar a aquel rubio que había puesto de cabeza sus sentimientos sólo con su mera presencia.

 

—De acuerdo. —aceptó antes de ignorar el grito de júbilo que soltó el otro por el hecho de salirse con la suya.

 

 

 

0o0o0o0o

 

 

 

Para Naruto, lo que serían unos días libres para disfrutar la compañía de su pareja y a su vez conocer a los familiares de este, se transformaron en largos días de soledad. Apenas habían llegado a Japón, el país natal del azabache y ya a este le había surgido un trabajo inesperado.

 

¿No se suponía que se tomarían ese tiempo para que él finalmente conociera a los padres de Itachi de manera formal?

 

Pero para su desgracia, nada de ello había sucedido. Habían transcurrido dos semanas desde que estaban en aquél lugar y sólo había compartido una breve presentación con Sasuke, el hermano menor de Itachi. No pudiendo pasar por alto el notable parecido físico entre ambos. Sólo variando un poco el color de sus cabellos y las ojeras que surcaban parte del rostro de su prometido.

 

Sin mencionar su personalidad, ya que Sasuke resultaba ser todo lo contrario de Itachi. Frío, sin expresión y reservado. Provocando que el poco tiempo que pasaran juntos, le resultara algo incómodo debido a lo poco expresivo que era el menor.

 

Pero obviando tal detalle, luego de aquél encuentro, se mantuvo encerrado en el departamento que tanto él como el azabache habían alquilado. De aspecto elegante y sobrio, no podía negar que le agradaba cada estancia que conformaba aquel lugar.  Sobre todo la vista de la habitación principal.

 

Ambos no habían escatimado en gastos y habían optado por un departamento en un lujoso edificio. Y pagando una cuantiosa suma de dinero, lograron estar en uno de los mejores pisos. De esa manera, tendrían una vista más que privilegiada de la zona.

 

Sin embargo, a pesar de tener tales lujos, no podía disfrutarlos cuando se sentía solo y hasta cierto punto, asfixiado. No conocía Japón, no tenía ningún conocido allí. Y el motivo por el cual había viajado a esas tierras desconocidas, se encontraba enfrascado en un nuevo caso. Y estaba tan inmerso en eso, que ahora parte del tiempo la pasaba con su cliente.

 

Incluso se ofreció para ayudar al menos. Para apresurar el caso y aprovechar en trabajar juntos por primera vez. Pero Itachi prefirió rechazar su idea y asegurarle que él lograría ganar. Ni siquiera quiso comentarle de qué se trataba el caso. A lo mucho, sólo logró obtener el nombre del cliente.

 

Konan.

 

Por un mísero segundo, albergó ciertas dudas cuando se enteró que el cliente del azabache se trataba de una mujer. Pero luego se sintió avergonzado por tal sentir. Itachi le había mostrado con palabras y acciones no sólo su querer, sino también su fidelidad hacia él, por lo que experimentar dudas a estas alturas era algo simplemente absurdo.

 

Pero asfixiado y cansado del encierro tomó la decisión de salir, despejar su mente y conocer los alrededores.

 

 

 

0o0o0o0o

 

 

 

Eran apenas las cinco de la tarde cuando salió de su hogar temporal. Y queriendo recorrer las calles a su propio paso, prefirió salir sin el coche.

 

Por lo que caminando con tranquilidad, inhaló profundamente hasta sentir cierto alivio cuando el limpio aire inundó sus pulmones. Y sintiéndose renovado, inició con su tour personal.

 

Embelesado por cada cosa que acaparaba su visión, no fue consciente de cuantas horas habían transcurrido hasta que la noche se hizo presente y el frío comenzó a calar sus huesos. Lamentando el hecho de sólo portar una simple camisa y jeans.

 

Pero siendo el adulto que era, no pudo evitar y mucho menos reprimir la sensación de sentirse un niño al observar todo aquello que estaba en las calles. Las tiendas, las personas, la cultura e incluso el idioma era todo nuevo para él.

 

¡Y le fascinaba!

 

Japón era como aquella amplia y hermosa juguetería donde él era el pequeño niño que deseaba jugar y conocer. Su emoción era tan palpable que podía notarse un brillo en su mirada, el cual atraía aún más a las personas ajenas. Ya que alguien con sus características, rubio, bronceado y de ojos azules, era poco usual.

 

Pero ignorando aquello, recorrió cada tienda y sitios de comida como un turista. Incluso en sus manos llevaba un par de bolsas con objetos maravillosos que había encontrado para sí mismo y para llevar de recuerdo a sus padres, Minato y Kushina. Incluso le había comprado algo a Gaara, esperando que tal objeto fuera gusto del de cabellos rojizos.

 

Estaba tan inmerso en su situación que cuando sintió su estómago retorcerse por el hambre, recordó que casi no había ingerido alimentos aquel día. Pero notando a poca distancia un gran y luminoso centro comercial, se dirigió al mismo para buscar algún sencillo lugar para comer. Aunque en su recorrido, pudo ver varios restaurantes que desbordaban lujo y por supuesto, elegancia. Con la mirada sobre uno de ellos, pudo notar una muy conocida cabellera azabache.

 

¿Itachi? Pensó el rubio al reconocer a su prometido ocupando asiento en una de las mesas completamente solo. Así que agradeciendo el haber ido a ése lugar y a su vez, las amplias ventanas de vidrio del restaurante, se dirigió hacia el mismo. Dispuesto a darle una sorpresa al mayor.

 

Pero detuvo sus pasos abruptamente al reparar en como una mujer alta, de aspecto refinado y de una deslumbrante belleza se sentaba junto a su prometido. Creyó que quizás él se encontraba reunido con esa mujer referente al caso.

 

Grande fue su sorpresa al notar su error y observar como aquella mujer acortaba las distancias con el azabache para unir sus bocas en un beso. Mismo que era correspondido con notable pasión.

 

Sin poder creer lo que sus ojos apreciaban, sus manos apretaron con fuerza las bolsas que aun sujetaba. Y sintiendo un angustioso nudo en la garganta, se mantuvo ahí, inmóvil. Observando aquella escena y rogando en su fuero interno que todo fuera mentira o una mera ilusión de su parte.

 

Pero no era así. Itachi correspondía a los besos de aquella mujer con un desespero que él mismo había sentido. Incluso notó como las manos acariciaban los hombros desnudos de aquella mujer casi con veneración.

 

Dolido y asqueado, no supo en qué momento le dio la espalda al restaurante y salió del centro comercial. No armaría una escena en público, se negaba a que todos se enteraran del engaño y humillación que sentía en ése momento. Por lo que tomando un taxi, dejó que las lágrimas escaparan de sus ojos y mojaran sus mejillas, mostrando el dolor que ahora sentía.

 

Una vez que el taxi se detuvo frente a su edificio, le entregó unos billetes sin importarle si le pagaba demasiado y bajó del mismo con gesto ausente y deprimido. Y sintiendo su corazón romperse con cada paso que daba al departamento, fue como si la realidad le golpeara el rostro cuando estuvo en su "hogar".

 

Las ausencias, las llegadas tardías, las evasivas, incluso la distancia que Itachi adoptó para con él le pareció obvia en ese instante.

 

Por lo que dejando sus compras sobre uno de los sofá, se sintió desbordado por los sentimientos de ira, traición y dolor. La persona que juraba amarle, el hombre por el cual abandonó su país para conocer a su familia, le engañaba burdamente frente a sus narices. Incluso desconocía si era la primera vez o si quizás Itachi nunca fue tan fiel como le hizo creer.

 

Así que con un nudo en la garganta, con el dolor irrumpiendo su corazón y con los ojos abnegados en lágrimas, tomó la decisión que posiblemente muchas personas tomarían de estar en su lugar.

 

Emborracharse.

Notas finales:

¡HOLA!

 

Sé que prometí actualizar el fin de semana, pero tuve demasiadas complicaciones y apenas pude desocuparme un poco el día de hoy. Y sé que les aseguré el lemon para este capítulo, pero con tanto que hacer (La universidad), sólo puedo dejarles este pequeño avance.

 

Y en especial, quiero agradecerle a las personitas que se tomaron un momento para comentar. Por lo que éste capítulo está dedicado a: Lucy, Tahto, Small Lady, Evan Lee y a cierto anónimo. Sus comentarios me hicieron muy feliz. Pronto los estaré respondiendo.

Espero y les haya gustado el capítulo. Ésta vez les aseguro que el próximo, habrá acercamientos y mucho más.

 

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