Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi vecino Levi! por HATOaneue

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

La amistad es un lazo que se va fortaleciendo, a lo largo del tiempo. No necesariamente por la cantidad de horas o intereses que puedas compartir con una persona, más exactamente por las experiencias y vivencias que se experimentan te unen a ella. Así era, me fascinaba pasar tiempo con Levi, aún más que el tiempo que pasaba con mis amigos. A él lo sentía alguien más personal, en ese momento no sabía como ponerlo en palabras. Aún así, a pesar de la gran brecha de edad que nos dividía de alguna forma, eramos muy unidos. Eso, lo noté a los nueve años de edad. Muchas veces disfrutaba de estar solo y hacer las cosas que a mi me gustan, pero la primera vez que sentí hacer lo que me gusta acompañado de alguien que me aprecia pude sentirme extasiado. Como si quisiera que el tiempo nunca pasara, que se detuviera ¿Era eso normal?


 


Eran las vacaciones de verano, estaba lleno de energías para hacer cosas. Ahora, que acababa de cumplir nueve, me sentía más grande y más capaz.


Esa mañana hacía mucho calor, a mi lado estaban Mikasa y Armin, Jean, Sasha y Connie. Tenía entre mis manos un helado de limón con crema. Estábamos conversando sobre muchas cosas triviales, juegos, series, cómics. Jean y yo nos enfrentamos en un momento debido a un juego de consola en la que se obtenían récords, ambos furiosos nos retamos a quién tenía el mejor récord. Alterado corrí a mi casa para empezar a jugar y así la próxima semana que nos veríamos ganar la riña (No obtendría nada a cambio, pero era la satisfacción de ser mejor que él, un juego de niños). Me faltaban dos cuadras para llegar a sostener ese mando y demostrarle mi superioridad dentro de pocos días. En ese momento vi cruzar a Levi, él también me había visto.


-Mocoso! No corras así o te caerás- Corrí más rápido hacia él y me frené justo enfrente suyo.


-Hola, mamá Levi!- Chasqueó la lengua disgustado.


-¿Qué hacías?


-Volvía de tomar un helado con amigos- Sonreí inocente


-¿Y la prisa?- Recordé en un instante.


-Debo patear a ese Jean, ahora si se va a enterar quién es mejor- Volví a empezar a correr gritando un saludo descuidado. No me tomé el tiempo de mirarle el rostro.


Entré rápido a mi casa sentándome en el sofá, prendí la consola y tomé el mando, ágil seleccione el juego y ni bien empezó ya estaba en trance. Sin prestarle atención cuánto tiempo pasó desde que empecé a jugar sonó el timbre. Mi mamá apurada fue a atender, estaba tan metido en el juego que ignoré completamente quien era hasta que una tela muy caliente me tapó la cara y escuche el signo de que perdí el nivel. Maldiciendo me saqué la tela esa que reconocí como mi chándal y mire a quien tenía al lado, Levi.


-Me hiciste perder. ¿Qué quieres con esto?- Pregunto haciendo el abrigo a un lado -Hace calor hoy.


-Ayer lo dejaste en mi departamento, mocoso olvidadizo- Recuerdo dejando el mando y cruzándome de brazos inflando mis cachetes, él me los pellizca -Auch! ¿Qué demonios quieres?- Se sienta a mi lado cruzando brazos y piernas.


-Estoy aburrido.


-¿Eh? Pero ¿No tienes amigos?- Me mira raro.


-No tan cercanos- Una idea fugaz se me pasó por la cabeza, tan pronto como apareció se fue.


-Ah, gracias- Lo miré a los ojos -Por traerme mi chándal- Miró al frente.


-No hace falta que me agradezcas- Sonrío -Igualmente debe estar muy sucio, si es de un mocoso. No quiero eso en mi casa- Enojado hablo por lo bajo.


-¿Y así cómo rayos se me ocurre que tienes amigos?- Me agarra fuerte de la coronilla de mi cabeza con un aura asesina.


-Mocoso...- De un momento a otro yo, inseguro, juego con mis dedos sonrojándome. Él me suelta y se aleja un poco.


-Y qué dices si te pregunto... ¿Quieres ser mi amigo?- Se calma.


-¿Que no lo somos ya?- Lo encaro de frente.


-Mejores amigos!- Escucho una carcajada de mi madre que me pone mas nervioso, siento el sudor que se resbala en mi sien.


-Está bien- Responde indiferente -Sólo eres un mocoso- Eso me... ¿molestó? No, tal vez dolió.


-Eren- Me recuerda mi madre -Había algo que le querías mostrar a Levi, ¿No?- Reacciono casi instantáneamente.


-Cierto!- Levi me mira confundido, halo de su brazo indicándole que me siga, a lo que acata. En una pared del pasillo le señalo las líneas de lápices, unas arriba de las otras, algunas, con menos distancia con la otra. Pero le marco específicamente la de más arriba -Crecí, ahora nuestra diferencia es de aproximadamente sólo dos cabezas. Arreglaremos las cosas como es debido cuando tú debas mirarme desde abajo- Alardeo superado buscando pelea. Él reacciona masajeándose la frente y luego me miró con una expresión que mezclaba lástima con burla.


-Así y todo seguirás siendo un mocoso- Bufé mientras veía cómo volvía a la sala de estar, para mi sorpresa antes de girar por la puerta me dio una sonrisa que desapareció junto a su figura del otro lado del marco. Corrí tras él, al ingresar al living veo a mi mamá sirviendo tres platos de comida.


-La comida está servida, Levi, por favor siéntate junto a Eren- Avisó mi madre sirviendo tres vasos. Miré hacia él, esta expresión me detuvo ¿Podía estar conmovido? Levi, un chico tan inexpresivo pero expresivo al mismo tiempo. Tomé su mano conduciéndolo a la mesa, ambos nos sentamos al mismo tiempo. Charlamos de diversas cosas durante el almuerzo, compartimos opiniones con mi mamá y nos reímos. Luego de comer me disponía a pararme cuando Levi sugirió.


-¿Quieres que vayamos a un salón de juegos?- No salgo de mi impresión frente a su ofrecimiento, trato de mantener una risa moderada.


-¿Te gustan esas cosas?- Chasquea la lengua por lo que me doy cuenta que lo molesté.


-Claro que no, no tengo tiempo que perder en esas máquinas pero mira, mocoso ingrato, pensé que tú si querías ir- Me pareció terriblemente tierno e inconscientemente lo abrazo colgándome de su cuello, él se queja.


-Mocoso! ¿Quieres ir o no?


-Si, quiero- Se levanta de su asiento provocando que me deba soltar.


-Entonces vayamos- Me miró indiferente.


Luego de que me alistara salimos, el lugar no quedaba lejos. Jugamos a muchas cosas, compartimos muchas otras. Cada juego que terminábamos era un vacío que debía ser llenado con empezar otro. Así constantemente hasta que antes de que nos diéramos cuenta ya había caído la noche y debíamos volver. Me traté de resistir hasta que anunciaron el cierre del lugar. En el camino de vuelta recordábamos lo bien que la habíamos pasado cargando peluches y unos premios. El paró y se empezó a reír.


-¿Qué sucedió?- Pregunté mirándole a la cara.


-Me siento feliz sólo estando con un mocoso.


-¿”Sólo”? ¡¿Cómo que “Sólo”?!.


-No lo entenderías ni aunque te lo explicara, eres un mocoso- Con gesto de defensiva, me quedé callado -Vamos, camina.


-Sí- Me quedo reflexionando, le sigo a paso lento.


Habíamos llegado a la puerta del complejo de departamentos. Yo me sujeté del borde de su camisa de manga corta, él siguió caminando como si nada. Paramos frente a nuestros departamentos.


-Adiós, que descanses, mocoso- Me sostengo más fuerte de su camisa -Oye, mocoso- Suelto las bolsas que llevaba, las cuales caen irremediablemente. Me pego a su brazo, él se altera -Mocoso, suéltame.


-No quiero- Sentencio arrogantemente.


-Yo tampoco quería nacer y mírame. Déjalo ya, quiero dormir.


-¿Qué te lo impide?


-¿Eh? Estás loco- Se agacha tomando con la otra mano lo que tiré, empezó a caminar a mi departamento -Vamos, entra- No quería separarme, simplemente quería quedarme con él. ¿Tanto podía disfrutar de estar con una persona? Probablemente sí, tal vez sentía que nuestros lazos se unieron más ¿Existía esa magia? Probablemente sí, tal vez quería ser aún más unido a él ¿Me sentía lo suficientemente amigo? Probablemente no.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).