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Sexo 2.0 por Vamp

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Notas del capitulo:

Recuerdo que en los comentarios me hicieron ver que lastimo las muñecas de Sanji, algo imperdonable para él, así que diré que ninguna habilidad del cocinero fue dañada durante la creación de este drabble(?) xD Ya después no me hago responsable de lo que hizo Kid :v

SÚPLICA

 

«Déjame correrme…» pensó. «Por favor…» suplicaba desde lo más profundo de su ser.

Sentía su propia saliva escurrir por el pecho, hilillos de líquido caliente que, al contacto con el aire, dejaban una sensación fresca, casi fría. Con los ojos entornados veía el techo de la habitación, trataba que cada sensación que sentía le ayudara a terminar, así fueran de dolor. Las muñecas le escocían y los hombros le dolían, las cuerdas con la que lo ataron lo lastimaban con cada intento de liberarse; en un principio se había dicho que no intentaría huir, pero estaba desesperado por zafarse, ansiaba tocarse, necesitaba correrse.

El libido de Sanji se encontraba al máximo, y cómo no estarlo al tener a Kid arrodillado frente a su sexo, chupando su miembro en un incesante movimiento de mete y saca, lamiendo la cabeza intentando penetrar la uretra con la punta de la lengua y succionando como nunca antes nadie lo había hecho. Las piernas de Sanji temblaban con cada espasmo de placer, se sentía tan exhausto que le era increíble poder mantenerse en pie, no obstante el dolor que sentía en las muñecas cada que se dejaba caer posiblemente tenía algo que ver. Dos dedos entraron en su cuerpo y arqueó la espalda, ahí estaban nuevamente; Sanji perdió la noción del tiempo al tercer intento frustrado de alcanzar el maravilloso orgasmo. Kid lo llevaba al límite, lo excitaba utilizando todas sus zonas erógenas, lo tocaba hasta tenerlo al borde del éxtasis… y entonces se detenía; lo soltaba, se alejaba y Sanji se avergonzaba ante la frustración y las ansias de suplicar.

Sin embargo el cocinero no pensaba suplicar, se mordía el labio para evitar gemir, de ninguna manera daría la mínima señal de acercarse al orgasmo; en definitiva no lo haría o Kid le resultaría con lo mismo: una experiencia frustrada. Para desgracia de Sanji, Eustass conocía el lenguaje de su cuerpo, cada pequeño temblor o músculo tenso era un aviso, y al percatarse que Sanji intentaba persuadirlo supo lo que pretendía, por lo tanto sacó sus dedos así como su boca; el desmoronar la voluntad del cocinero lo excitaba de sobremanera.

«Por favor…» pensaba cada que el malnacido de Kid lo dejaba a un paso del climax.

El pelirrojo lo veía sonriente, victorioso al tener el placer de Sanji a su disposición, casi lo tenía comiendo en la palma de su mano, solo faltaba un poco; lo tomó de las caderas y lo levantó, recorriéndole los muslos le separó las piernas y se acomodó para penetrarlo. La punta de su sexo se adentró.

—Eres un vicioso. ¿Lo sientes? Me succionas tan fuerte. Quieres que te penetre, ¿verdad? Te abres invitándome y te amoldas maravillosamente. Eres un maldito pervertido —dijo Eustass con voz ronca y extasiada.

Sanji no contestó, estaba demasiado concentrado tratando de hacer lo posible para correrse con la sofocante sensación del miembro de Kid adentrándose en su interior. Lo único en lo que podía pensar era en el máximo placer.

«Por favor…» suplicaba sin estar consciente si lo pensaba o lo decía en voz alta.


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