BAILE
Bajo la escasa luz que iluminaba la habitación dos siluetas se movían tenuemente entre las sombras. Parados al centro del cuarto, el chiquillo desnudo era abrazado por la espalda siendo víctima de caricias y besos en la nuca. Un jadeo se escuchó acompañado de una leve risilla.
—Te lo dije, ¿o no? Tal vez quieras ganarme en popularidad, pero en esto, literalmente estás en mis manos. —Cavendish bajó la mano por el abdomen de su acompañante pegando la espalda desnuda aun más a su pecho, acarició con delicadeza hasta llegar al sexo erecto que comenzó a masajear.
Luffy jadeó y arqueó la espalda.
—Muy bien mugiwara, buena reacción.
Hubo unos momentos más de suaves y constantes movimientos, gemidos de placer y risillas de victoria. El caballero se alejó dejando a un Luffy necesitado y a la espera de la siguiente acción. Entre la difuminada luz y las marcadas sombras, Cavendish, con movimientos gráciles, se deshizo de la capa, cinturón y botas, le sonrió a Luffy que lo veía interrogante y que se había sentado como niño bueno en la cama.
Comenzó el espectáculo.
Una música inexistente y cadenciosa envolvió los oídos de Cavendish; a un ritmo que solo él escuchaba sus largos dedos desabrocharon la camisa dejándola caer con una lentitud que invitaba a disfrutar la vista de cada centímetro de piel al descubierto; terminó aventando la prenda al suelo mostrando los bíceps y el tórax con orgullo; dio vueltas para presumir el sedoso cabello, todo él debía ser admirado. La sonrisa se ensanchó mientras que Luffy seguía viéndolo sin pestañear. Desabrochó el pantalón, bajó el cierre y contoneó la cadera a la hora de presumir el boxer blanco. Movía el trasero y el cuerpo con ímpetu mientras los pantalones bajaban poco a poco. Al final se dio la media vuelta para agacharse y desprenderse de los pantalones dejando una vista completa del redondeado trasero. Sin poder ver la expresión de Luffy, Cavendish mostraba una verdadera expresión de triunfo, su baile había sido espectacular. Se levantó con lentitud nalgueándose de vez en cuando mostrando cada músculo de su cuerpo en movimiento. Se volteó para ver a Luffy que seguía en la misma posición. «Debe de estar impactado» pensó. Con sus propias manos se acariciaba la piel, lanzaba guiños, ondulaba el abdomen, meneaba el trasero; hacía de su cuerpo una sensualidad en movimiento. Empezó a sudar dándole un exquisito brillo, un bono extra a su erótico baile.
—¿Qué me dices mugiwara? ¿Te gustó lo que viste? —preguntó mientras se acercaba. Se detuvo justo enfrente del chiquillo y le levantó el rostro usando un dedo en su mentón.
Luffy pestañeó, miró a Cavendish a los ojos, paseó la mirada por el tórax, el abdomen, las caderas, las piernas y regresó al bajo vientre donde el boxer blanco lo saludaba(?).
—El espectáculo es sólo para ti, mugiwara, debes de estar agradecido.
—Heee… pero si yo sólo quiero que me la metas, no me interesa verte bailar —contestó tomando el boxer y bajándolo sin gracia ni pudor alguno.