-Mira quien viene ahí- dijo con voz ladina Wakamatsu – (un chico rubio cenizo y lo suficientemente alto para intimidar a cualquiera) en voz ligeramente alta logrando que todos los que ahí se encontraban escucharan. “El ángel de la universidad”.
El chico al que ser refería era nada más y nada menos que Kise Ryouta, un popular modelo rubio que acababa de abandonar su coche en el estacionamiento de la escuela. Movió su cabellera provocativamente y miro a los chicos que se encontraban subidos en un bonito auto rojo fumando, de arriba a abajo con desprecio. Lo que enojo a Wakamatsu que volteo el rostro indiferente dispuesto a seguir fumando -Tsk- chasqueo su lengua.
Kise siguió su camino -¡bonito trasero!- escucho el grito de cierto chico al que conocía muy bie,n bueno no muy bien, sólo había sido una noche, una noche que no quería volver a repetir nunca porque si bien Aomine podría ser muy guapo, también era muy malo, EN LA CAMA.
Kise podría ser versátil, no le molestaba estar abajo aunque mil veces prefería estar arriba, aquella había sido una de las pocas veces en las que se dejo dominar y “mierda” se había lamentado bastante, no es como que Aomine fuera particularmente malo en el sexo, de hecho era muy sexi, se movía bien, se movía perfectamente bien para hacerlo con una mujer, el sexo con hombres era otra cosa, y Aomine no tenía experiencia en sexo con hombres, sólo le había bastado esa noche para darse cuenta, y si había algo que Kise odiara con toda su alma eran los hombres sin experiencia, Sí, aquellos hombres que sólo tenían sexo con hombres para probar, para saber que se sentía, ya había tenido muchas parejas así y lamentablemente más de una vez salió lastimado.
Kise ya estaba acostumbrado a ser molestado por ser gay por personas como Wakamatsu y el mismo Aomine y la verdad es que no le molestaba, el rubio siguió su camino hasta perderse.
-Tsk, es muy molesto- se quejo de nuevo Wakamatsu. – Se cree la gran cosa sólo porque es popular.
-y modelo- dijo esta vez Imayoshi quien a veces se preguntaba ¿cómo es que se había hecho amigo de esos idiotas hormonales?
-creo que deberíamos entrar, se está haciendo tarde para la segunda hora- dijo preocupado y tímido Sakurai.
-TSK… no molestes- se quejo esta vez Aomine quien apagaba su cigarrillo en el cenicero del coche.
-AHH… lo siento…- se disculpo el chico que respondía al nombre de Sakurai Ryu.
Imayoshi lo sabía que Sakurai no encajaba ahí con ellos, no es como que el encajara mucho con ese par de idiotas, refiriéndose a Aomine y Wakamatsu, pero podía hacerles frente, podía controlarlos en cambio Sakurai, Sakurai tenía una personalidad que no encajaba con ellos, siempre estaba disculpándose por todo, aunque no hubiera hecho nada malo, no era muy bueno en los deportes, era alto pero muy delgado, era demasiado tímido para su gusto.
Lo único en lo que Sakurai era bueno era para "besarle" literalmente los pies a Aomine.
Sí, Imayoshi sabía que era por eso que el castaño siempre estaba ahí con ellos, el castaño tenia sentimientos por el moreno. Lastimosamente para el castaño, para el moreno él era un cero a la izquierda. Alguien insignificante.
Y Sakurai era masoquista o tal vez no se daba cuenta de que para el moreno él no era más que el que le cumplía sus caprichos sin chistar.
-siempre disculpándote, no te das cuenta de que eres molesto- dijo serio de nuevo el moreno.
-lo siento mucho- sin darse cuenta se volvio a disculpar
-y ahí vas de nuevo- dijo esta vez el rubio, Wakamatsu coloco su mano sobre la cabeza del castaño y revolvió su cabellos. –Eres muy molesto- tanto Aomine bajo del coche seguido de Wakamatsu e Imayoshi, Sakurai les siguió desde atrás hasta que estuvo a lado del pelinegro.
-No eres molesto, eres idiota- le dijo Imayoshi en voz baja.