Un trino hizo gruñir a Milo quien con mucha pereza se levantó de su cama y se estiró como un gato haciendo crujir sus huesos. Vio a sus demás amigos caballeros sobre colchonetas, roncaban como lavadoras descompuestas a su juicio (en especial Saga, que aún se preguntaba cómo es que el pobre Mu y el pobre Kiki podían dormir con semejante bestia ruidosa). Ya no haría más pijamadas sorpresas en su templo.
Se puso un albornoz y se encaminó derechito al templo de acuario para buscar a su cubito, el cual había hecho una pijamada aparte con Mu, Aioros, Shaka, Kiki, Afrodita, Shion, Seiya, Shun y Tenshi. Una pijamada “sana” según él, ya que las de Milo siempre terminaban en borrachera segura. Bueno, hasta de colados llegaron el dios Apolo y su siempre querido Jacinto, mientras que con él llegaron Dioniso y Hermes (ambos dioses se habían ido del Olimpo porque ya no aguantaban los berridos y lloriqueos de Zeus).
Al llegar al templo le llegó un aroma rico: pan recién horneado, tostadas francesas, café exquisito y seguramente fruta con miel. Se dirigió a la cocina del templo, ya se sabía el camino al lugar y sonrió al ver a su Camus de espaldas, con un delantal y un paño en su cabeza cubriendo su cabello recogido.
Como un felino al acecho, se acercó a él y lo abrazó de espaldas, sintiéndolo exaltarse.
—Buenos días, mi cubito.
—¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
La sonrisa en la cara de Milo se borró de inmediato por tres motivos: Su cubito lo miraba con sorpresa, enojo y quien sabe cuántas emociones más después de semejante grito; lo había congelado en el acto dejándole solo la cabeza libre y porque…¿Su cubito se había teñido el cabello de rojo? No es que se le viera mal, se veía sumamente sexy. Más sin embargo, había algo que no encajaba…¡Ese no era su Camus!
—¿Quién eres y dónde está mi Camus, tu versión pelirroja no real de mi cubito?
—Creo que la pregunta la debería hacer yo.-su acento sensual y muy francés hicieron tragar saliva a Milo ya que se veía muy amenazante, y más porque planeaba atacarlo-¿Dónde está Camus?
—¿Qué le hiciste tú, clon?
—¿Clon?
—¡¿Qué pasa?!-ambos vieron llegar a Kiki el cual al notar al otro Camus se quedó de piedra-¡¡Waaaaaaaaa!! ¡¡Maestro Mu!! ¡¡Hay otro maestro Camus!!
—¡¿Qué?!
Pronto, los otros ocupantes del templo llegaron corriendo y notaron la peculiar escena. Camus se abrió paso entre ellos y al notarlo se quedó de una pieza.
—¿P-Papá?
—Camus…-el otro Camus le vio y con una sonrisa corrió a abrazarlo-Oh, Camus, por fin te veo.
—¿El papá de Camus?-exclamaron los otros viéndolos con sorpresa.
—¿Mi suegro?
—Mira cuanto has crecido, Camus. Te eché mucho de menos.
—Y yo a ti, papá. No contestaste la última carta que te envié.-Camus se soltó un poco de su abrazo-Y eso fue hace unas semanas.
—Quería darte la sorpresa de que iba a venir a verte. Solucioné todo allá en Francia para estar contigo un tiempo.-el pelirrojo le acomodó unos mechones de cabello-Un amable anciano me indicó el camino a seguir a los templos y no encontré a sus habitantes para pedirles permiso para pasar.-admitió avergonzado-Llegué a la cocina para hacerte el desayuno pero…Un pervertido llegó abrazándome, así que tuve que congelarlo.
—¡Milo! ¡¿Qué le hiciste a mi padre?!
—Espera, cubito, aguarda un momento.-Milo a como pudo lo frenó ya que Camus casi le lanza su Ejecución Aurora-Yo no sabía que él no eras tú. ¡Son prácticamente idénticos! Llevaba el cabello recogido…
—Calma todos, como el patriarca aquí tengo que intervenir.-Shion se abrió paso entre todos ellos-¿Por qué no hablamos en el comedor mientras desayunamos?
Después de descongelar a Milo y llamar a los demás caballeros, los dioses aun estaban dormidos, todos se fueron al comedor del templo de acuario para desayunar y explicar las obvias situaciones.
—Oficialmente los presento: amigos, él es mi padre Argenis.- el pelirrojo los saludó elegantemente-Papá, ellos son los caballeros de la orden de Athena y el patriarca de la Orden.
—Mucho gusto a todos, les agradezco el que hayan cuidado a mi pequeño Camus todo este tiempo.
—Padre, quiero presentarte a uno de mis alumnos.-Camus le hizo señas al rubio, el cual se acercó de manera veloz- Él es Hyoga.
—Entonces, este es tu alumno Hyoga.- el rubio asintió tímido-Se ve que mi hijo ha hecho un buen trabajo.
—Gracias, señor.
—Dime abuelo.-se limpió unas cuantas lágrimas con un pañuelo que le ofreció el cisne-Soy tan joven y ya soy abuelo.
—Y aun falta a que conozcas a Isaak.
—Oh sí, el chico que es un general del dios Poseidon.-razonó el pelirrojo-Espero poder verlo pronto.
—E-El placer es todo nuestro, señor.-masculló Saga levemente sonrojado-Camus es más que un compañero de armas, es como un hermano para todos.
—Nada de señor, solo Argenis.-sonrió de manera encantadora sacando muchos suspiros, y varios codazos-Me alegra saber que Camus se lleva bien con todos ustedes.
—Si, claro, en especial con Milo.-socarronamente DM señaló al implicado-Sobretodo con Milo.
—Así que tu eres Milo.-el escorpión se sintió muy intimidado por la gélida mirada de su suegro-El caballero que sale con mi pequeño.
—Papá, ya no soy pequeño.
—Siempre lo serás, Camus, y debo decirle al caballero de escorpión que no fue una buena primera impresión la que tuve de su parte.
—¡Pero es que se veía como mi cubito! ¡Son como dos gotas de agua!
—En eso estoy de acuerdo, ambos son prácticamente idénticos a diferencia del cabello.-señaló Afrodita sentándose al lado del pelirrojo-Porque más bien, parece el gemelo de Camus, ni aparenta ser mayor…¿Qué cremas usa? ¿Láser? ¿Tratamiento con plasma?
—¡Afrodita!
—Nada de eso.- rio brevemente-Quizás sea la genética.
—Y no olvidemos que también tiene poder de usar el hielo.-el comentario de Aioria hizo que todos vieran al mayor-¿Cómo es eso posible?
—Mi padre poseía la habilidad de manejar el agua, esa habilidad me fue heredada a mí.-los demás vieron como con sus manos podía manipular el agua de la pequeña fuente de la sala-Camus también la heredó. Sin embargo, Camus es más a fin de manejar el hielo. De hecho, yo lo entrené un tiempo cuando estuvo en Siberia.
—¡¿Qué?!
—Eso debe ser genial. Me gustaría tener un combate contigo, Argenis.-saltó Seiya con los ojos chispeantes-Quisiera combatir y medir nuestras fuerzas.
—Alto, pony volador, recuerda que no puedes.
—Papá, hay algo que debemos mencionarte…
Camus junto con los demás le explicaron al pelirrojo la peculiar misión que estaban llevando a cabo. El mayor al principio se quedó estupefacto, pero lo fue asimilando prometiéndoles ayuda. Había congeniado bien con Aioros, Shaka y Afrodita, y este último le prometió un paseo a su jardín de rosas no venenosas (ya que el mayor poseía la misma afición a las mismas). Athena se dio una vuelta por el templo y saludó al nuevo visitante dándole la bienvenida. Pronto los otros dioses que estaban dormidos bajaron y se les unieron, en especial Apolo.
—Oh, pero que grata sorpresa. Es un placer conocerlo, padre del caballero de Acuario.- Apolo sonrió todo galante-Soy el dios Apolo.
—E-Encantado, dios Apolo…
—Dime Apolo a secas, belleza.
—Apolo, compórtate.-Jacinto le dio un codazo sonriendo de manera amable al otro-Mi nombre es Jacinto.
—Y yo soy Dioniso. Debo decir que he bendecido las tierras francesas últimamente para que den buenas uvas, y por consiguiente, un exquisito vino.-le dio una mirada no muy decente-Y al parecer, dio mucho más.
—Dioniso, por favor.-Hermes suspiró de manera avergonzada-Y yo soy Hermes.
—Un gusto conocerlos a todos.
Los dioses se retiraron prometiendo volver para convivir con los caballeros, y para salirse del Olimpo y de los berrinches de Zeus. Después se la pasaron viendo con el padre de Camus los numerosos álbumes del caballero cuando era bebé y durante su infancia, antes de convertirse en caballero. Milo aun estaba temeroso de su suegro, mientras que Saga, Aioros, Mu, Shaka y Afrodita habían hecho muy buenas relaciones. Athena les anunció que la llegada del padre de Camus les ayudaría perfectamente con su misión, ya que él conocía perfectamente todas esas experiencias y les estaría apoyando.
El segundo mes fue transcurriendo con las ya nauseas conocidas, los vómitos y mareos. Gracias a los consejos del pelirrojo Saga supo que hacer cuando a Mu le dieran mareos; DM supo lidiar con Afrodita cuando tuviera náuseas y así evitar el episodio de la niña del exorcista; Aioria tuvo facilidad de usar unas esencias francesas recomendadas por el pelirrojo para que Shaka pudiese meditar sin problemas; Shura y Aioros no tuvieron más problemas gracias a un té especial; Seiya ya no daba el azotón a cada dos por tres; Dohko perfeccionó su infusión para las nauseas y el patriarca se lo agradeció; Aldebarán le preparaba bocadillos especiales a su pequeño esposo para que los pudiese comer sin problemas y Milo supo ayudar mejor a su cubito. Pese aunque le tuviera miedo.
Después de casi dos semanas, Milo decidió hacer las pases con su joven suegro (además de que su Camus lo amenazó con que de no hacerlo lo iba a mandar a dormir a Siberia de manera literal). Le preguntó a una de las ninfas que atendían su templo (ya que Camus no quería que su padre se quedara solo en el templo de Acuario) donde estaba su suegro y le respondió que estaba en la piscina en la sala especial.
Decidido se puso un bañador y fue directo al lugar, aunque por dentro se moría del miedo. Al entrar casi tuvo que taparse la nariz sangrante al ver a su jovial suegro cerca de una de las cascadas de la piscina mientras se bañaba con una concha. Debía ser muy honesto: el padre de Camus estaba como quería pese a la edad, y conservaba un cuerpo escultural que muchos envidiarían.
Carraspeó ligeramente una vez que estuvo cerca de él, a lo que el mayor le miró con sospecha. Milo quería irse corriendo de ahí antes de que a su suegro se le ocurriera congelarlo ahí mismo o peor aun: hacer lo que Saga y mandarlo a Cabo Sunion.
—¿Qué se te ofrece, caballero?
—Y-Yo…E-Escuche…¡Bah! No soy muy fan de hacer esto pero…Quería disculparme por lo que pasó en la cocina de Camus…-Admitió Milo todo rojo y farfullando-Yo de verdad pensé que era mi cubito…
—Bien, acepto tus disculpas Milo.- suspiró mientras cogía la concha y se echaba delicadamente agua en su cabello-Pero he de pedirte un favor.
—Si me va a pedir que no le demuestre mi amor a mi cubito, no podré cumplírselo. Su hijo y yo somos muy…pasionales.
—Eso es muy obvio, por eso le pedí a mi hijo la habitación que está hasta el fondo.-masculló tan rojo como su cabello-Se ve que mi hijo te ama y confío en él. Espero que no te atrevas a hacerle daño o…ya sabes.
—S-Sí, suegrito.
—No era eso lo que quería pedirte, sino lo siguiente: quiero que lo cuides del dios Zeus.-Milo le miró y vio profunda preocupación en su azulina mirada-He oído por los demás caballeros, en especial por Saga, que Zeus le ha mirado de más y hasta ha amenazado con raptarlo. Temo por su seguridad, Milo.
—Despreocúpese, suegrito, que mientras yo esté aquí ese viejo pervertido no tocará a Camus.
—Eso espero, mi temor más grande es que el dios se lo lleve.
—Se lo juro, él no se lo llevará.-después de eso Milo miró de manera sospechosa al pelirrojo-Aunque también debería protegerlo a usted. Camus es casi idéntico y de seguro el vejete…
—No lo hará, tenlo por seguro.
—Aun así, tomaré mis precauciones.-Milo se envolvió una toalla en torno a la cintura-Me pregunto por qué la obsesión del viejo con él.
—Camus es el caballero de la constelación de Acuario, constelación de Ganimedes.-le respondió el pelirrojo con un suspiro-Quizás sea por la cercanía de su amante.
—Y eso nos lleva a la pregunta de donde está él.
—Todo parece indicar que no volverá.
—¿Cómo lo sabe?
—Conozco el mito y los demás caballeros me han contado como fue que ocurrió.-el mayor le miró con sus ojos azules-Dime, Milo, ¿tu perdonarías una infidelidad?
—Y-Yo…
—Es difícil hacerlo, y más cuando la persona que juró amarte y protegerte te engaña de esa manera.-se levantó colocándose la bata que estaba cerca-El amor no traiciona, no lastima, no engaña…Por cierto, apúrate, que debemos irnos al cine.
—¿Al cine?
—Sí, Camus me dijo que dejaron cupones de descuento y todos los caballeros irán. Será esta noche.
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Mientras, no muy lejos de ahí, un par de horas más tarde…
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Shun salió a caminar esa noche, luego de escapar del cine y de la asfixiante atención de su hermano quien para colmo estaba peleándose con Hyoga por quién le compraba un pudin de chocolate. Su maestro Shaka estaba conversando con Aioria, y al parecer estaba habiendo avances entre ellos por lo que no quiso molestarlos. Decidió irse al santuario a descansar y a estar en la piscina de la sala de Virgo.
En su camino escuchó ruidos extraños provenir de unos arbustos. Se hubiera ido de paso de no ser por que esos sonidos (mas bien gemidos) se le hicieron muy, pero muy familiares. Caminó con toda la intención de saber de quienes eran esos sonidos, y no se iría hasta saberlo.
—Mmm…Ahhh…No…Nos van a descubrir…
—Descuida, Seiya…No lo harán…Están muy…Entretenidos con…Algo que les dejé…
—¿Fuiste tú…Quién dejó esos…Cupones para el cine…Gratis con palomitas y refresco…Ilimitado…? Yo…Quería ir…
—Por supuesto…Ya te lo dije…Soy…
De repente se escuchó un crujido y Shun dio un pequeño grito al ver la escena ante sus ojos. No podía ser posible…
—¡No lo puedo creer! ¡Seiya! ¡Tú y…!
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