Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que sea por Kibummie por HanYongMi

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El fic tambien esta publicado en watpadd :)

Espero que les guste y dejen mucho amor<3 

Kibum tenía todo lo que quería: una gran casa, un hermoso cuarto, dos lindos perros y una familia adorable y religiosa, de buenos modales y estándares sociales.

Con tan solo 15 años, era el consentido de la familia, amado por sus padres, Minho y Krystal, quienes lo mimaban demasiado, dejaban que hiciera lo que quisiera y compraban todo lo que su pequeño hijo deseaba. Kibum también era mimado por su hermano mayor Jinki, a pesar de tener ya 15 años recién cumplidos Kibum se comportaba como un niño de 10, siempre le pedía a su hermano mayor un cuento y cuando el menor no podía dormir solo debido a que le daba miedo, sabía que siempre había un especio para el en la cama de Jinki.

Lo que sea por Kibummie.

Kibum era un niño muy bueno, era un poco serio e inteligente, tenía las mejores calificaciones en la escuela, era de pocos amigos por ser tímido e inseguro consigo mismo, le costaba hablar con otras personas y era algo miedoso.

O eso quería aparentar.

En casa era conocido por sus padres como el pequeño Kibummie, tan lindo e inocente.

En la escuela… Era la zorra Kibum, el mejor alumno capaz de dar las mejores mamadas en los baños a escondidas cuando tenía ganas, el que se besaba con el maestro atractivo de bioquímica para mantener su buena calificación porque no entendía ni un carajo; el que le daba mamadas en las regaderas a sus compañeros en agradecimiento por pasarle las tareas.

Kibum controlaba su verdadero ser mientras estaba en su casa, se controlaba aunque odiara que su padre hablara de cosas religiosas que a él le valían un reverendo carajo; o cuando su madre lo obligaba a hacer el quehacer de la casa porque “era algo que debía aprender”, cuando lo obligaban cada domingo por la mañana a levantarse a las 7 para ir a la iglesia o cuando su hermano lo dejaba solo por irse con la puta de su novia o alguna fiesta a la que él no estaba invitado.

A veces quería maldecir y gritar a los cuatro vientos que estaba hasta la puta madre de todo; pero siempre, siempre, se controlaba.

-Kibummie recuerda que el domingo tenemos que estar más temprano en la iglesia, vendrá un sacerdote del extranjero a dar pláticas para jóvenes y quiero que estés ahí.-decía su madre mientras daba vueltas limpiando la cocina.

-Si mami.-dijo el menor sonriendo falsamente mientras terminaba su comida.- Estoy muy emocionado por lo que dirá ya sabes que me gusta mucho ir, además de que veré a Taemin y podemos seguir estudiando la biblia.

Su mama sonrió alegremente viendo a su pequeño y perfecto bebe.

-Eres tan lindo Kibummie.-dijo besando la mejilla regordeta de su hijo.- Recuerda comer tus zanahorias.

-Claro mami, me encantan.-Kibum miro a su plato con ganas de lanzarlo por toda la cocina y tirarle un trozo de zanahoria a su mama en la cabeza.

Kibum siempre se mordía la lengua, hacia lo que sus papas querían para no tenerlos sobre el las 24 horas del día. Sabía que se ahorraba muchos problemas al hacer todo lo que sus padres le decían, pero todo estaba colmando su paciencia.

A pesar de que Kibum se tragaba todas sus molestias y aparentaba ser el ser más tierno e inocente del mundo todo cambiaba cuando EL, llegaba.

Cuando él llegaba, Kibum corría a su cuarto a ponerse esos mini shorts con los que dormía alegando que tenía muchísimo calor, y sus padres al no saber las verdaderas intenciones de su precioso hijo, lo permitían.

Lo que sea por Kibummie.

 También Kibum dejaba de lado su falsa timidez para lanzarse a los brazos de él y abrazarlo fuertemente en cuanto sus ojos se posaban en los otros.

 

-¡Papiiiiii! ¡No te escuche llegar!-dijo Kibum lanzándose a los brazos de Minho quien estaba sentado en uno de los grandes sillones de la sala.

-¡Hola bebé!-decía el otro sonriendo abiertamente a su pequeño hijo quien se sentaba en su regazo mientras lo abrazaba.- Recién llegue Kibummie, estaba por ir a saludarte pero…

-Te extrañe.- Kibum sonrió con malicia mientras llenaba de besos el rostro de su querido papi mientras se inclinaba hacia el frente y sacaba su pequeño trasero hacia atrás haciéndolo rebotar mientras se movía entre risas sobre su padre.

-Yo también bebé, pero basta.-decía el otro riendo deteniendo el ataque de besos.- No seas grosero con nuestro visitante.

Kibum paro todos sus besos y puso una falsa cara de duda.

-¿Visitante?- Kibum miro sobre su hombro al hombre que estaba sentado en el sillón frente a ellos.

Kibum ya lo había visto claro estaba, todo el ataque a su padre estaba planeado, fue para mostrar sus largas piernas mientras abrazaba a su papi y su ataque de besos fue para hacer resaltar su hermoso trasero.

Todo para él, para que el hombre sentado frente a ellos con una sonrisa burlona, lo viera.

EL, era Kim Jonghyun, el mejor amigo de su amado papi, era un hombre mayor de 32 años que algunos sábados se pasaba por su casa para platicar con su padre de trabajo, de los viejos tiempos y de cosas aburridas que a veces Kibum soportaba solo para quedarse sentado en la sala de su casa y poder admirar a la perfección en persona.

Jonghyun era alto, mucho más alto que Kibum, de cabello castaño y piel morena, musculoso por lo que el menor podía notar con las camisetas que solía vestir, además de eso Jonghyun era extremadamente educado con todos, tenía la voz gruesa y una sonrisa matadora, además de esos perfectos e inocentes ojos que adoraban su hermoso rostro.

Kibum lo conocía desde que nació, estuvo en su primera fiesta de cumpleaños y le regalo un lindo peluche de un oso que aún conservaba en su cama, estuvo ahí cuando había entrado por primera vez al preescolar, cuando Jinki había ingresado a la universidad... Jonghyun había estado en cada momento importante de su vida.

Era como de la familia, siempre estaba ahí en las reuniones familiares, en navidad, en año nuevo, en el día de acción de gracias, en los días buenos y malos, siempre había apoyado a sus padres en todo.

Para Kibum, cuando este era pequeño, veía a Jonghyun como una clase de superhéroe, como un hermano y un padre al mismo tiempo, como alguien que siempre había estado ahí y que siempre lo apoyaría y se alegraría por él.

Con el tiempo Kibum comenzó a notar que cuando veía a Jonghyun sentía cosas extrañas por él, su cuerpo estaba cambiando con la pubertad y con eso, también cambiaban sus pensamientos por el mayor.

Para Kibum Jonghyun seguía siendo un superhéroe, un superhéroe que se metería a su habitación por la ventana a altas horas de la madrugada y lo follaría sin sentido hasta que ambos quedaran satisfechos... O algo así tenia de fantasía el menor...

En fin, Jonghyun le gustaba y cuando Kibum un día lo vio mirándole descaradamente las piernas, sabía que no le era indiferente al mayor, pero bueno, por una parte el menor entendía al castaño. Kibum era solo un niño, en cualquier lugar del mundo, para cualquier persona eso sería algo MALO, algo prohibido, algo desagradable, por eso entendía por qué Jonghyun jamás lo había vuelto a mirar así.

Pero para Kibum basto solo esa vez, esos pequeños segundos en el que Jonghyun le vio las piernas, para que su plan comenzara, para que los diminutos shorts aparecieran y las caminatas por su casa en boxers cada sábado por la mañana se repitieran con más frecuencia, para que los roces accidentales comenzaran y para que la emoción al verlo fuera aumentando cada vez más.

-¡Jonghyun!-dijo el menor saltando del regazo de su papá, corriendo hacia el castaño quien sonrió al recibir el fuerte abrazo del niño de la casa sintiendo como este se sentaba también en su regazo y comenzaba con el ataque de besos por su rostro.- ¡No había notado que estabas aquí! Lo siento.

-Descuida Kibummie.-dijo el otro riendo al ser asaltado mientras revolvía levemente su cabello.- ¿Cómo has estado?

-Bien.-dijo el otro sentándose junto a él con una sonrisa coqueta, sabía que no debía estar mucho tiempo sobre Jonghyun o su padre le llamaría la atención.- No viniste el sábado pasado, te extrañe.

Jonghyun miro los labios de Kibum haciendo un adorable puchero y el menor noto la mirada del mayor, sonriendo internamente.

-Lo siento, tenía muchísimo trabajo.-dijo el otro picándole la nariz haciendo a Kibum soltar una risita.

-Puedes quedarte a comer con nosotros.-dijo el otro sonrojándose.- Para que recuperes ese tiempo que no estuviste aquí el sábado pasado.

-Si a tu padre le parece bien.-dijo el mayor viendo al otro hombre quien sonrió encantado asintiendo.

-Lo que sea por Kibummie.

-

-

-

-Y luego Jeonghan dijo que yo le gustaba.-contaba Kibum con su adorable ceño fruncido.

Todos estaban cenando, Krystal había recibido emocionada a Jonghyun en su cena familiar esa noche y Kibum no podía estar más feliz al tener su asiento junto al dueño de sus sueños más húmedos.

Todos escuchaban encantados los relatos de Kibum sobre su día en la escuela mientras este reía, fruncía sus adorables labios y se sonrojaba.

-¿Jeonghan? Lo he visto antes creo.-dijo Minho bebiendo café.- Es un niño muy lindo, Kibummie.

-Él quiere besarme incluso si no es mi novio y yo no quiero eso, papi.-dijo Kibum negando con la cabeza.- Además no me gusta.- continuo el pequeño, recordando cuando se había besado en el baño con Jeonghan, el chico no sabía besar y la tenía pequeña, Kibum se dio cuenta cuando lo toco.

No, definitivamente no le gustaba.

-Bueno, si quieres podemos hablar con el director acerca de la conducta de ese muchachito.-dijo su madre disgustada.- No puede besarte solo porque él quiere.

-No te preocupes mami.-dijo Kibum sonriendo.- Yo hablare con él y entenderá.

Jonghyun miraba al adolescente con una pequeña sonrisa, Kibum siempre había sido adorable y lo quería demasiado como si fueran de la misma familia. Todavía se sentía algo culpable por la manera en la que a veces llegaba a sus pensamientos, con su pequeño shorts y esas medias que de vez en cuando se ponía.

No, no, no, no. Era el hijo de su mejor amigo, era casi como su hijo, jamás lo haría, jamás podría.

Todos los pensamientos de Jonghyun se esfumaron cuando un pequeño sonido metálico se escuchó por la cocina.

-Oh, que torpe.-dijo Kibum sonrojándose.-Tire mi cuchara.

Jonghyun lo miro levantarse para mover su silla y después agacharse en el piso, Jonghyun solo lo miro sonreírle levemente mientras al mismo tiempo ponía su pequeña mano en su muslo.

Jonghyun se quedó estático al ver la sonrisa inocente de Kibum incrementarse mientras el menor no se movía de su sitio, solo se dedicaba ver a los ojos al mayor mientras su mano se movía acariciando el fuerte muslo revestido con el pantalón que ese día llevaba.

El mayor se sorprendió aún más cuando vio como el menor se relamía los labios y sentía como la pequeña mano apretaba su muslo, muy cerca de su parte más sensible.

-¡Llegue!

Jonghyun salto en su asiento al escuchar al hijo mayor de la familia Kim entrar por la puerta principal.

Kibum también salto asustado, pero rápidamente se compuso y se levantó del suelo en un salto con la cuchara metálica en su mano.

-¡Jinki!-dijo emocionado mientras corría hacia su hermano y lo abrazaba por la cintura.

-Hola enano.-dijo el otro enternecido mientras le devolvía el abrazo y despeinaba su cabello.

-Bienvenido hijo.-dijo la madre de los dos levantándose para servir un plato de comida para su hijo mayor.- ¿Cómo te fue con Luna?

-Excelente mama, estudiamos y vimos una película.-decía contento.- Hola Jonghyun.-saludo al castaño que no apartaba la vista del más pequeño que aún estaba colgado de la cintura de su hermano.

Este le estaba sonriendo, no inocente, ni tímido, si no con otra clase de sonrisa, sonrisa que Jonghyun sabia identificar bien.

-¿Jonghyun?-Pregunto Minho al verlo tan serio.- ¿Estas bien?

-¿Oh? Ah... Si, disculpa me comencé a sentir mal.-decía el otro recobrando su postura.

-¿Mal? ¿Fue la comida?-pregunto Krystal preocupada.

-Oh no, no, durante el día me he sentido algo… mareado.-decía levantándose de la mesa.-Sera mejor que me vaya ya, es tarde.

-¿Estás seguro? ¿No quieres quedarte?

Kibum rápidamente reacciono ante eso.

-Sí, quédate Jonghyun.-dijo con su voz inocente.-Me gusta cuando vemos películas hasta tarde y...

-Kibum, Jonghyun se siente mal.-lo reprendió su padre.- Si se quedara es para descansar y que no maneje en ese estado.

Kibum solo hizo un puchero, odiaba cuando sus padres le negaban cosas.

-Me encantaría.-dijo mientras se apresuraba a ponerse su abrigo.-Pero tengo trabajo mañana por la mañana.

-Oh si, recuerdo que me lo dijiste, que lastima.-comento Minho mientras se levantaba y acompañaba a Jonghyun a la puerta.

-Sí, además si no mal recuerdo ustedes tienen que ir a la iglesia.-decía el castaño mientras se paraba en la puerta principal.

-Jonghyun tu también podrías ir.-dijo el otro con una pequeña sonrisa.

-Sabes que eso no es lo mío, Minho.-dijo riendo levemente.-Gracias por la cena, estuvo deliciosa como siempre Krystal.-le dijo a la mujer que estaba parada en la puerta de la cocina con cara de preocupación.- Y no te preocupes, no fue la comida. Tu comida jamás dañaría a alguien.

-Gracias Jonghyun.-comento la otra agradecida.

-Te llamo mañana, Minho.-dijo el otro dándole la mano.-Recuerda que vendré por una herramienta.

-Sí, está en el patio.-dijo el otro viendo a su amigo alejarse.- ¡Maneja con cuidado!

-

-

-

-

Kibum despertó demasiado temprano al día siguiente, las 6 de la mañana y sus ojos se habían abierto sin saber porque, ese día no quería levantarse de su cama por nada del mundo. Se había levantado con algo duro entre sus piernas y había querido tocarse, pero podía escuchar a su madre fuera de su cuarto caminar de aquí para allá por el pasillo.

A Kibum se le había enseñado que tocarse a sí mismo era pecado, que solo los niños malos lo hacían. Su mama le explico abiertamente que si algo así le pasaba que el agua fría siempre funcionaba y que eso evitaría que pecara y que por nada del mundo tuviera relaciones fuera del matrimonio, que controlara a los demonios de la lujuria y que no dejase que estos lo controlaran a él.

Estaba de más decir que a Kibum le había valido una reverenda mierda y muchas veces se había tocado en su cama, en el baño y cuando había días en los que se quedaba solo veía porno en la sala de su casa.

Además a sus 15 años Kibum no era virgen, nadie lo sabía, solo su mejor amigo Taemin y el maestro de cálculo avanzado que se la había metido mientras los dos estaban en su salón un día después de clases, y esa no fue la última ni la única vez. Para Kibum nunca hubo romanticismo ni nunca hubo amor ni relaciones, para él estaba bien, era joven ¿no? Aún era pequeño para pensar en sentar cabeza, así que por el momento se divertía.

Ese día había decidido totalmente no ir a la iglesia, estaba harto de sentarse ahí escuchando todo eso, no le interesaba, nunca lo hizo, pero por sus padres tenía que hacerlo.

Estaba ideando un plan en su cabeza pero nada llegaba, ni una maldita idea, tenía que pensar rápido o su madre no le creería y lo obligaría a ir y sentarse a escuchar todo por más de 3 horas, una eterna y laaaaarga mañana le esperaría.

Estaba ideando el plan perfecto cuando su madre toco su puerta.

Al demonio, improvisemos.

-¿Kibum?-dijo la mujer entrando.- Kibum te dije que tenías que levantarte temprano, el sacerdote del extranjero vendrá hoy.

-¿Mami?-dijo con voz lastimera quitándose la cobija que lo cubría.

-¿Kibum? ¿Qué sucede bebé?-dijo al ver a su hijo aun acostado y echo un ovillo.

-No me siento bien, mami.-dijo el otro cerrando fuertemente los ojos.-Me duele el estómago.

-¿Qué?-Pregunto la preocupada madre.- ¿Te duele mucho?

-Un poco, pero es que vomite hace un ratito y creo que eso mejoro el dolor.

-¡¿Vomitaste?!

-Sí, lo siento mami.-dijo el otro con los ojos aguados, sentándose débilmente en su cama.-No quería tirar tu comida.

-No te disculpes, bebé.-dijo la mujer sentándose a su lado.- ¿Quieres ir al médico?

-No, no.-dijo rápidamente.-Estoy bien, tal vez es solo una indigestión.

-Sabía que la comida tenía algo raro y sabía que Jonghyun me mintió.-dijo su madre preocupada.-No iras a la iglesia hoy, y yo me quedare contigo.

Por piedad no. Pensó Kibum.

-No, mami.-dijo el otro rápidamente.- Sé que quieres ir, así que ve, yo estaré bien.

-¡¿Y dejarte solo y enfermo?! Por supuesto que no.

-Mamá, ya estoy grande.-dijo el otro.- Estaré aquí acostado y sé que pronto pasara el dolor.

-No lo sé, Kibum…-decía dudando.- No quiero dejarte solo.

-Puedo llamarte, cada hora reportándome que sigo con vida.-dijo el otro bromeando.

-No es gracioso, Kim Kibum.

-Además Jinki estará por aquí ¿no?

-No, Jinki salió con Luna, volverá hasta la noche y nosotros muy tarde también.-dijo seria.- No puedes quedarte solo y enfermo todo el día.

-Estaré bien mamá, no estoy muriendo.

-¿Krystal?-Pregunto Minho entrando a la habitación de su hijo.- Tenemos que irnos ya amor o no llegaremos a tiempo.-dijo viendo la escena.- ¿Kibum? ¿Kibum que estás haciendo en la cama todavía? Se nos hará tarde.

-No se siente bien, Minho y no puede ir a la iglesia en este estado.

-¿Qué te duele Kibummie?-pregunto su padre preocupado.

-El estómago, pero estoy bien papi, mamá no quiere dejarme solo pero si estoy bien, puedo quedarme un día solo, no pasara nada.

-No lo sé Kibummie, si te sientes mal podemos quedarnos.

-No, sé que quieren ir a escuchar lo que el sacerdote dirá, yo también enserio, pero tengo miedo de sentirme mal por el calor que hace afuera, el sol, la gente…-dijo triste.-De verdad quería ir.

-En otra ocasión será bebé.-dijo su padre triste también.-Si dices que estarás bien y quieres quedarte solo, está bien, pero asegúrate de llamar a tu mamá cada hora.

-Si papi, lo hare.

-Llegaremos tarde, pero te traeremos algo de cenar.

-Yo te dejare sopa en la cocina cariño.

-Estaré bien, los amo.-dijo sonriendo levemente.

Era verdad, Kibum amaba totalmente a sus padres y a su hermano mayor, eran muy buenos padres, pero lo demás era totalmente diferente, era solo el estilo de vida que sus papás le habían dado, si los padres sobreprotegen a sus hijos estos siempre querrán liberarse de eso.

Jinki era igual, todos podían decir que era el hijo prodigio de la familia, entrando a la universidad con las mejores calificaciones y una novia decente, pero no era así. Kibum lo sabía. Jinki salía con otras chicas cuando decía que estaba con Luna, él muchas veces lo vio salir por la ventana de su habitación los fines de semana, muchas veces había leído sus mensajes de texto con otras chicas, sabía que su hermano tomaba y fumaba. Pero al igual que él, estando en su casa se controlaba.

En fin así era su vida. Amaba a sus padres pero no toleraba la sobreprotección con la que lo educaban.

-

-

Kibum se despidió de sus padres cuando salieron y se encerró en su casa, desayuno rápidamente y subió corriendo las escaleras disfrutando de la soledad y tranquilidad.

Tomo una ducha tranquilo y así desnudo se tiro sobre su cama viendo el techo, estaba un poco caliente y pensamientos volaron por su cabeza, si tan solo su lindo y sexy maestro de bioquímica contestara sus mensajes y llamadas lo invitaría a pasar una linda mañana llena de sexo, pero no. El idiota decía que lo que hacían estaba mal y tenía razón, pero ¿qué importaba? Lo seguían haciendo ¿o no?

Estaba pensando arduamente para saber qué hacer y obtener lo que quería cuando un pequeño y sin sentido recuerdo de la noche pasada volvió a su mente.

-Te llamo mañana, Minho.-dijo el otro dándole la mano. Recuerda que vendré por una herramienta.

-Sí, está en el patio.-dijo el otro viendo a su amigo alejarse.- ¡Maneja con cuidado!

Oh dios mío.

Jonghyun iría a su casa ESA mañana para llevarse una idiotez que su padre tenía amontonada en el patio trasero de su casa.

La vida no podía sonreírle más, Jonghyun iría a su casa. Y él estaba solo.

Kibum rápidamente se levantó de su cama y comenzó a brincar por todo su cuarto hasta que el sonido de un automóvil se escuchó afuera de su casa.

Corrió hacia su ventana y pudo ver la gran camioneta de Jonghyun estacionada al cruzar la calle y este bajando de ella sensualmente.

¿Por qué demonios tenía que ser tan sensual?

Kibum sacudió la cabeza y rápidamente corrió por unas medias largas a su armario para ponérselas mientras un plan tomaba forma rápidamente en su cabeza.

-

-

-

Jonghyun cerró la puerta de su camioneta, acomodo sus jeans y saco las llaves de la casa de su mejor amigo de sus bolsillos traseros.

Minho le daba la confianza de tener una llave de su casa para cualquier cosa que necesitara, eran amigos desde la secundaria después de todo.

A pesar de que se había casado con Krystal quien tenía creencias diferentes, su amistad había perdurado aunque Minho cambiara su manera de pensar de una manera muy inesperada.

Jonghyun había cuidado a Jinki cuando Minho se lo había pedido y Minho había estado para Jonghyun cuando su depresión lo ataco cuando se había divorciado.

Eran muy buenos amigos y por eso mismo se sentía tan mal de ver de manera diferente al pequeño Kibum. Pero no podía evitarlo cuando veía al pequeño adolescente correr de aquí para allá en sus pequeños shorts o verlo en ropa interior cuando pasaba por ahí los sábados por la mañana, o cuando, Dios, utilizaba esas medias hasta los muslos que lo hacían ver tan inocente pero sexy a la vez.

No podía no verlo, pero sabía que tenía que dejar de hacerlo por eso se había impuesto la regla de ya no pasar tantos sábados en esa casa, ni tanto tiempo rodeado de Kibum. Tenía que alejarse.

Respiro tranquilo cuando recordó que ese día no habría nadie en esa casa, pues la familia había ido a la iglesia, no tenía que ver a Kibum gracias a Dios.

Abrió la puerta con la llave y entro sin ser sigiloso, no tenía porque, no había nadie y su amigo sabía que iba a ir por una herramienta para terminar de arreglar una habitación en su casa.

Camino despreocupado por la casa hasta el patio y comenzó a buscar lo que necesitaría; una vez encontrado tomo todo camino de nuevo a la salida. O eso tenía planeado.

Jonghyun se puso alerta cuando un sonido en la planta de arriba se escuchó, si no había nadie entonces ¿Por qué?

Dejo todo sobre el piso con cuidado y camino por las escaleras sigilosamente, el ruido venia de la habitación de Kibum al final del pasillo, Jonghyun camino despacio hasta posarse frente a la puerta donde venían los ruidos y permaneció en silencio.

Eran como jadeos o quejidos, el mayor pudo reconocer la voz de Kibum y frunció el ceño ¿Se había quedado ese domingo en casa?

-¿Kibum?-pregunto con cautela tomando el pomo de la puerta y dándole vuelta lentamente.- ¿Estás aquí? Creí que…

Y nada ni nadie lo preparo para lo que vio detrás de la puerta.

Un Kibum totalmente desnudo tan solo con un par de medias negras en sus piernas estaba recostado a lo largo de su cama con los ojos cerrados. Una de sus manos se encontraba acariciando su miembro de arriba hacia abajo mientras la otra se perdía entre sus piernas a un lugar más escondido.

Estaba gimiendo levemente con los ojos cerrados, mordiéndose el labio mientras sus manos hacían el trabajo. Jonghyun solo se le quedo viendo sin saber qué hacer.

Era la primera vez que veía desnudo a Kibum, era la primera vez que veía al menor con el placer escrito en la cara, sus ojos cerrados tranquilos, sus labios rojos ensalivados y sus pómulos saltones sonrojados.

Era… Era exquisito.

Jonghyun abrió los ojos ante sus pensamientos y decidió que debía salir rápidamente de ahí porque todo acabaría en algo que ni siquiera quería pensar, además de que sería algo sumamente incómodo para Kibum si se diera cuenta que Jonghyun lo vio en una situación demasiado íntima y privada.

-Hola Jonghyun.

Pero el nombrado casi salto ante la mención de su nombre, el niño que había visto masturbarse con mucha dedicación lo estaba viendo mientras su mano se seguía moviendo sobre su miembro.

Kibum estaba sonriendo descaradamente mientras se relamía los labios seductoramente.

-K...Kibum…-tartamudeo el mayor.-Yo… Yo…

-No sabía que ibas a venir, papá no me dijo nada.- decía mientras se sentaba en la cama y por fin, dejaba de tocarse.

-L…Lo siento yo...-decía aun sorprendido y sonrojado.-Vine por unas cosas y escuche ruidos…

-Sí, era yo como te diste cuenta.-Kibum dejo escapar una risita.- ¿Quieres quedarte?

-¿Qué?-dijo sin entender

-Si quieres quedarte, aquí, conmigo.-decía sentándose en la orilla de su cama.

-¿Kibum que estás diciendo?-dijo sin moverse.- ¡Claro que no!

-He visto como me miras Jonghyun y es obvio que has visto como yo te miro.-dijo levantándose y caminando lentamente.

-Kibum, no te acerques.-dijo retrocediendo.-Basta con esta broma.

-¿Me tienes miedo? No puedo violarte Jonghyun.-dijo de nuevo riendo levemente.-Sé que te gustan mis piernas, te he visto.-dijo tomando la mano del mayor.

-¡Tienes 15 años Kibum por el amor de Dios y yo más de 30!-Dijo quitando su mano del agarre del menor.-Basta ya.

El menor se acercó más al otro y lo abrazo así desnudo posando su cabeza por debajo del pecho de Jonghyun, pues hasta ahí su altura se lo permitía.

-Me gustas Jonghyun, siempre lo has hecho.-dijo sin ver al otro.- Y yo sé que yo te gusto a ti.

-Kibum, eres un niño, es imposible.-dijo suspirando mientras sus fuertes brazos rodeaban al menor.-Eres hermoso ¿sí? Pero eres el hijo de mi mejor amigo y eres un niño.

-Nadie va a enterarse, no quiero meterte en problemas, te quiero.-dijo levantando su rostro para mirar al mayor.-Te quiero.-repitió mientras sus manos tomaban la hebilla del cinturón y lo desabrochaba.

-Kibum no.- Las grandes manos de Jonghyun detuvieron sus movimientos abruptamente.-No.- repitió de nuevo mientras daba un paso hacia atrás.

Pero Kibum no estaba acostumbrado a que le dijeran un no por respuesta.

-Jonghyun, tú también quieres.-dijo mirándolo fijamente.-Si no fuese así hace bastante tiempo que te hubieses ido.

Jonghyun solo lo miro en silencio y soltando un fuerte suspiro dejo las pequeñas manos seguir con su trabajo.

-¿Puedo?-pregunto inocentemente el otro mientras sus manos volvían a su cinturón para después pasar a los botones de su pantalón y la cremallera.

¿En qué demonios estaba pensando? ¿De verdad iba a dejar que todo esto pasara?

Lo que sea por Kibummie. Y la voz de su mejor amigo llego a su mente y sonrió negando ante la frase.

-Lo que sea por Kibummie.-dijo en voz baja pero que el menor logro escuchar y sonrió con alegría haciendo pequeños sus ojos y mostrando sus adorables hoyuelos.

Kibum tomo la mano de Jonghyun y lo jalo cerca de su cama hasta que pudo sentarse y quedar frente a la cintura del mayor. Reanudo su trabajo en los pantalones del mayor y lo bajo un poco hasta que pudo ver como el miembro del castaño se marcaba levemente en los boxers negros que portaba ese día.

No estaba erecto aun y se podía ver un gran miembro ahí. Kibum con la mano temblorosa toco el bulto y pudo ver como Jonghyun tembló levemente ante el rose.

Kibum siguió tocando curioso el miembro sobre la ropa hasta que sintió una mano revolviendo su cabello empujándolo más cerca de lo que estaba tocando y el menor rápidamente entendió.

Tomo el elástico y lo bajo lentamente abriendo sus ojos ante la vista de un hermoso pene saltando ante él, era grande gordo y tenía las venas hermosamente marcadas a su alrededor.

Kibum lo tomo sintiendo lo caliente que se encontraba la piel en contraste a sus manos frías y sudorosas, porque si, estaba nervioso y no podía negarlo. Tener a Jonghyun como solo en sus fantasías lo podía tener era algo que no había previsto.

Tomo el miembro con su mano y comenzó a acariciarlo lentamente de arriba hacia abajo, admirando lo suave que era la piel. Miro hacia Jonghyun levemente y este levanto una ceja esperando a que Kibum realizara otro movimiento. Ese simple gesto hizo que el menor se armara de valor y trazara la punta del gordo miembro con la lengua.

De alguna manera Jonghyun era demasiado grande para Kibum, este tenía experiencia chupando pollas entre otras cosas, pero jamás había visto un pene tan grande. La punta había entrado con esfuerzo a su cavidad y solo era capaz de tragar un poco más allá de ella, Kibum frunció el ceño ante la risita que dejo escapar Jonghyun al ver su esfuerzo.

No le importo y mientras chupaba con ganas la punta del pene del mayor su mano lo comenzó a masturbar al mismo ritmo, tocando también sus testículos, adorando como la respiración de Jonghyun se aceleraba y la carne que tenía en la boca se ponía cada vez más dura y alargada, también el sabor salado que asaltaba su boca cuando un chorro de pre semen salía sin avisar.

 Jonghyun tomo su miembro sacándolo de la boca de Kibum y lo paso por sus labios admirando lo brillosos que estos quedaban, lo paso por sus mejillas dando golpecitos haciendo reír adorablemente al pequeño otra vez. Kibum comenzó a darle besos en la extensión a Jonghyun viendo al otro sonreír de manera pervertida.

El castaño empujo levemente a Kibum y se acostó en la cama recargando su espalda en la cabecera viendo al menor, incitándole a que continuara con su trabajo. Este lo entendió de inmediato y se recostó entre las piernas del mayor para seguir jugando con el juguete que ahora era su favorito.

Kibum estaba muy feliz, podía, sin duda alguna, pasar todo su día chupando la polla de Jonghyun sin descanso, sentía como la saliva y otros fluidos escurrían por la comisura de sus labios manchando su barbilla, pero él era un niño muy, muy feliz.

Jonghyun miraba como el menor se veía muy entretenido acostado sobre su abdomen en la cama, aun situado entre sus piernas. Al principio aun las dudas recorrían su cabeza, Kibum era un niño podía hablar en cualquier momento con su padre de esto, y el quedaría como el hombre malo y violador; pero mediante pasaba el tiempo y la boca de Kibum hacia su magia toda su moral y preocupación se fueron al carajo.

Se sentó derecho en la cama sin perturbar el trabajo de su niño y comenzó acariciar el trasero del mismo, tocando las finas y redondas nalgas que portaba, admirando las medias que portaba el menor, le encantaban, pero sobre todo le encantaba su trasero respingón.

Ya lo había visto con anterioridad, era obvio, el trasero de Kibum rebotaba cada vez que el pequeño subía las escaleras, cada vez que corría o cada vez que brincaba emocionado al recibir un regalo de sus padres, de su hermano o de incluso regalos que Jonghyun de vez en cuando le hacía. Tenía un apetitoso trasero respingón al igual que la pequeña línea marcada de su cintura y esas piernas blancas, esbeltas sin ningún solo vello. El niño era la pesadilla de cualquier chica y cualquier chico homosexual.

Como Jonghyun.

Kibum gemía levemente sin soltar el miembro del mayor, sentía como un dedo daba vueltas sobre su eje sin penetrarlo, simplemente acariciando, eso lo estaba matando. Necesitaba sentir algo dentro de él ya.

-Jonghyun.-dijo sacando la polla de su boca.-Estaba metiéndome los dedos hace un momento.-dijo sin vergüenza.-No necesito mucha preparación.

Jonghyun se hizo hacia atrás para ver un poco asombrado al menor.

Aun no se podía acostumbrar al verdadero ser de Kibum, tenía 15 años conociéndolo y siempre creyó que el pequeño era un santo, que era tímido y amoroso, pero vaya que había vivido engañado y no solo él. ¡Sus padres también!

-Kibum, tú no eres virgen ¿no es así?-dijo aun sorprendido.

-No.-dijo el otro restándole importancia mientras volvía a pasar la lengua sobre la dura extensión del otro.

Jonghyun se quedó aún más impactado pero al final ¿Quién era el para juzgar?

-Si estás seguro que no te dolerá, entonces bien.-dijo sonriendo con malicia al mismo tiempo que escupía tres de sus dedos y los metía de golpe sintiendo como Kibum se tensaba y jadeaba de dolor.

Kibum aún era un niño, no había notado la diferencia entre sus delgados y delicados dedos a los grandes y fuertes de Jonghyun, era obvio que le dolería, y Jonghyun lo sabía pero  una parte de él había disfrutado como Kibum se tensaba por el dolor.

Comenzó a mover sus dedos delicadamente sin embargo, tratando de estirar lo más posible al adolescente para causarle el menor dolor con su polla, cuando este comenzó a jadear y a mover su trasero buscando más contacto con los dedos que lo estaban follando en ese momento. El menor soltaba de vez en cuando la polla del mayor para gemir en voz alta ante el placer que sentía, pues su miembro se rozaba con la cama en cada movimiento y Jonghyun de vez en cuando tocaba ese punto que lo hacía ver galaxias.

En un momento dado los dedos desaparecieron y Jonghyun volvió a recostarse contra el cabecero.

-Ven aquí, pequeño bebe.-dijo con voz ronca.

Kibum se levantó y limpio su boca con el dorso de su mano antes de sonreír y subirse sobre Jonghyun tomando la polla mojada por su saliva poniéndola sobre su eje, para levemente dejarse caer.

Con cuidado bajo sintiendo como era abierto exageradamente, sintiendo como sus paredes intestinales se estiraban como nunca lo habían hecho, dolía como el infierno pero de igual manera le gustaba demasiado, quería seguir sintiendo ese dolor por toda su vida.

El menor comenzó a mover su cintura de arriba hacia abajo apoyando sus manos en los pectorales del castaño, viendo con admiración como este cerraba los ojos ante lo estrecho que era el otro.

Kibum cerró los ojos también y jadeo con cada movimiento cuando sintió las manos del mayor empujando sus caderas hacia abajo, obligándolo a tomar todo de él, sintiendo como su polla pegaba en ese pequeño lugar que lo hacía delirar.

Las grandes y fuertes manos de Jonghyun se deslizaban por la espalda blanca del otro sintiendo la suavidad de la piel del menor, sintiendo los hoyuelos que tenía en la espalda antes de llegar a su trasero, estas también bajaron a las redondas nalgas que se encontraban botando con cada movimiento de cadera que hacia el menor. Las amasaba, las separaba, y de vez en cuando recibían una pequeña nalgada que enrojecía la piel de un hermoso color.

Kibum abrió los ojos mientras seguía moviéndose sobre el mayor, este lo miraba fijamente, amando los detalles en el rostro del menor cuando se contraía de placer, no podía imaginarlo hacer esas mismas caras con otra persona, no podía y ciertamente tampoco quería, quería ser el único que lo viera en ese estado, quería ser el dueño de esos hermosos gestos.

Kibum se relamió los labios secos y se le quedo viendo a Jonghyun con los ojos entrecerrados de placer, nunca lo había besado y siempre había querido, pero hasta ese momento no había tomado el valor necesario, tenía miedo de que Jonghyun lo rechazara, algo estúpido, si se tomaba en cuenta que ahora mismo estaba siendo empalado por el mismo.

Pero un beso, un beso era algo más íntimo, tal vez el mayor no quería compartir eso con él.

-Hazlo.-Hablo Jonghyun con la voz rasposa.-Hazlo si quieres.-repitió, al ver como los ojos del menor estaban pegados a sus labios.

Quito su mano de la cintura del menor y la llevo su cabello jalándolo, atrayendo a Kibum a su rostro para después besar sus labios rosas y dulces.

El menor jadeo fuertemente sobre sus labios al sentir como Jonghyun aumentaba el ritmo mientras lo besaba de una manera exquisita. El mayor sí que sabía besar, sus lenguas se tocaban de una manera desordenada y sus labios se acoplaban como si estuvieran destinados a besarse siempre.

Jonghyun estaba encantado mientras martillaba fuertemente contra las entrañas del otro, los gemidos del menor quedaban atrapados entre ellos y el mayor los tomaba sin dudarlo, quería todo del otro, todo.

-¡Jonghyun!-Grito el menor al separarse del beso, no soportaba el ser embestido fuertemente y besar al mismo tiempo, sentía que se desmayaría del placer en cualquier momento.

Jonghyun volvió a besarlo y morder su labio de una manera ruda haciendo al otro jadear de nuevo y lo tomo de la cintura sacando su miembro aun duro.

-Acuéstate.-ordeno con voz rasposa.

Kibum rápidamente obedeció, acostándose sobre su espalda con las piernas abiertas, ofreciéndose ante el otro sin ninguna vergüenza.

-Buen niño.-dijo el otro con una sonrisa posándose entre las bonitas piernas del menor.

Kibum se sonrojó cuando vio como el mayor escupía en su mano y después acariciaba su miembro dejándolo brillante.

-Yo pude a ver hecho eso.-dijo tímido, encendiendo totalmente a Jonghyun.-Si lo necesitas mojado de nuevo, dímelo.

-Excelente.-dijo tomando una pierna poniéndola en su hombro para dejarlo más expuesto.

Kibum gimió encantado al sentir el miembro de Jonghyun abriéndolo de nuevo y comenzar a martillar sin piedad su interior, cerró los ojos y gimió encantado con cada empuje de la cadera del mayor.

Tomo fuertemente las sabanas desacomodadas de su cama tratando de buscar apoyo ante las fuertes oleadas de placer que golpeaban su cuerpo con cada arremetida. Jonghyun lo estaba haciendo perfecto, cada movimiento que hacia lo llevaba al cielo, si seguía así no aguantaría mucho y eso sería demasiado patético.

-¡Es…Espera!-dijo Kibum con dificultad.

-¿Qué pasa?-pregunto el otro deteniéndose.- ¿Te lastime?

-N…No.-dijo respirando con dificultad, los ojos brillosos entrecerrados de placer.-Si sigues…Me vendré rápido.

Jonghyun rio fuertemente por la inocencia del niño bajo el.

-Entonces aguanta, no pienso parar.-dijo volviendo a comenzar con sus embistes sin piedad haciendo a Kibum gritar fuertemente.

Jonghyun bajo la pierna de su hombro y tomo las dos abriéndolas exageradamente para tener más acceso a la entrada del menor y poder ir más profundo. En un momento el mayor soltó las piernas y el otro las dejo abiertas para el disfrutando totalmente todo lo que el otro le hacía.

El mayor paro todo movimiento de su cintura y con sus manos comenzó a torturar los pezones rosados del menor, recibiendo una queja por parte de este al sentir que el movimiento que lo hacía delirar cesaba y no continuaba.

-¡Jonghyun!-se quejó entre respiraciones agitadas y sin esperar una respuesta comenzó a mover sus caderas para provocar a Jonghyun a que siguiera moviéndose.

Jonghyun frunció el ceño y jadeo ante la necesidad del otro y sin esperarlo puso sus manos sobre el delgado cuello del menor y comenzó arremeter bruscamente contra él, la cama protestaba con cada movimiento que se realizaba, esta pegaba contra la pared mezclándose con los sonidos de piel contra piel.

Los ojos de Kibum se cristalizaron al sentir como el aire se le cortaba por el fuerte agarre que Jonghyun estaba ejerciendo sobre su cuello, pero en ese momento no le importaba nada, estaba disfrutando como nunca, era la primera vez que se sentía tan bien teniendo sexo, todo era excelente, Jonghyun, su pene, sus movimientos, sus manos, sus besos, todo.

El aire se le estaba acabando de poco y su rostro estaba rojo pero aun así no le importaba, Jonghyun podía matarlo si quería, mientras le siguiera dando ese placer cegador podía hacer lo que quisiera con Kibum.

En un rápido movimiento que Kibum apenas pudo notar, Jonghyun se levantó de la cama con él en brazos y comenzó a arremeter fuertemente en la entrada del menor mientras este se abrazaba fuertemente a su cuello para no caer.

Kibum no pesaba absolutamente nada, era pequeño y delgado así que para Jonghyun no significo esfuerzo alguno. Así que prosiguió con las embestidas, la posición había dejado encantado al mayor pues escuchaba perfectamente a Kibum gemir y gritar su nombre en su oído.

Jonghyun tomo fuertemente las nalgas de Kibum, que ya se encontraban totalmente rojas y comenzó a subir y bajar rápidamente al menor quien solo pudo abrir la boca en un gemido silencioso, era tanto el placer que no podía hacer más, podía sentir todo en esa posición.

El corazón palpitando alocadamente de Jonghyun junto al suyo con el mismo ritmo alocado, sus pezones sensibles y rojos por los pellizcos que el mayor le había dado tallándose contra el pecho moreno del contrario, su polla atrapada entre su abdomen y la del otro rozándose sin parar, el sudor del mayor mezclándose con el suyo por la cercanía, todo era perfecto.

-¡Oh Dios mío! ¡Jonghyun! ¡Jonghyun!

El nombrado solo podía sonreír levemente ante los gritos del mayor, al diablo todo lo que había pensado con anterioridad, este era el mejor sexo que había tenido en su vida y tenía que repetirse, al carajo todo, esto tenía que volver a pasar.

Sintió como Kibum se tensaba anunciando su orgasmo y paro rápidamente sus movimientos evitándolo y el menor abrió los ojos frustrado una vez más.

-¡¿P-Porque te d-detienes?!-dijo viéndolo con enojo formando un adorable puchero.

Jonghyun lo vio levantando una ceja antes de golpear su palma abierta contra una de las nalgas de Kibum haciendo que este se quejara.

-Porque quiero.-contesto simplemente antes de volver a repetir el movimiento y besar con brusquedad una vez más disfrutando el sabor del otro con el beso desordenado, tocando sus lenguas, chocando sus dientes y mordiendo labios.

Kibum intento comenzar a mover su cadera de nuevo mientras besaba a Jonghyun pero este se lo impedía tomando fuertemente su cadera, la piel totalmente maltratada por los fuertes agarres.

Estuvieron unos largos segundos solo besándose hasta que Kibum se separó y se quejó.

-Jonghyun.-dijo con un puchero en sus labios mientras seguía intentado mover sus caderas.-Por favor, por favor Jonghyun.

El menor siguió rogando entre jadeos pues el mayor simplemente lo ignoraba y se dedicaba a chupar y a morder sus pezones rojos.

Hasta que de nuevo en un rápido movimiento lanzo a Kibum a la cama sin ningún cuidado provocando que este gritara un poco sorprendido.

-En tus rodillas y manos.-dijo simplemente, mientras bombeaba su pene.-Oh pero espera.-interrumpió al menor que con esfuerzo por su adolorido cuerpo se movía.- Encárgate de esto.-Dijo el mayor apuntando a su miembro.

Kibum inmediatamente supo a lo que se refería y avanzo sobre sus rodillas y manos como un gatito hasta la polla de Jonghyun la cual lleno de saliva con dedicación antes de darse la vuelta y levantar su trasero mientras su rostro reposaba sobre su cama.

-Rápido.-jadeo necesitado, no podía aguantar más, comenzaba a dolerle, necesitaba venirse ya.

Jonghyun tomo su maltratada cintura y de una se hundió en él, comenzando un vaivén frenético, no le daba ni tiempo de respirar al menor, gritaba, jadeaba y pedía por más, era lo único que podía hacer.

Jonghyun poso sus manos en las nalgas rojas de Kibum y comenzó a amasarlas con brusquedad mientras seguía martillando, empujaba más sus nalgas hacia abajo exponiendo el trasero del menor estaba encantado con la vista de cómo su espalda se doblaba de una manera exquisita.

Sintió como el interior de Kibum se contraía cada vez más anunciando el orgasmo del menor y decidió que ya era hora de dejar de torturarlo y dejar que alcanzara el éxtasis tan esperado.

Kibum tomo fuertemente las sabanas que se encontraban a su lado y con un grito desgarrador aprisiono el miembro de Jonghyun en su interior y se vino violentamente en su cama, dejando salir todo su esperma sin vergüenza alguna.

Jonghyun frunció el ceño ante la estrechez que sintió cuando Kibum llego al orgasmo y siguió martillando sin parar hasta que sintió como un escalofrió comenzaba en su vientre y bajaba a su miembro.

Lo saco rápidamente y comenzó a bombearlo hasta que pudo sentir su orgasmo explotar, cerró los ojos fuertemente mientras seguía moviendo su mano y dejo escapar un jadeo al ver su esperma ensuciar la piel maltratada de las nalgas de Kibum.

Intento regularizar su respiración mientras veía la hermosa obra de arte que había creado en el cuerpo del menor, este estaba respirando agitado y no se movía.

-¿Kibummie?-Llamo el mayor al ver que el menor no se había movido para nada.- ¿Kibum?- Volvió a llamar.

Hasta que se dio cuenta que el menor estaba aún ido por su orgasmo y rio fuertemente. Estaba con los ojos entrecerrados, brillosos a causa de las lágrimas de placer que había soltado.

-¿Estas bien?-volvió a preguntar, esperando una respuesta.

Kibum simplemente abrió un poco más sus ojos y lo vio, sonrió levemente mostrando sus hoyuelos y asintió.

Jonghyun sonrió ante lo tierno que se veía, jalo levemente su cabello hacia atrás ignorando el quejido del menor y lo beso antes de enderezarse y caminar al baño para limpiarse.

-Tengo que irme.-le dijo al menor quien seguía acostado en la misma posición, se acercó a él y lo encontró con los ojos cerrados, durmiendo plácidamente.-Eres tan tierno pequeño…

Jonghyun comenzó a ponerse su ropa sin hacer mucho ruido y beso la cabeza de Kibum.

-Te quiero.-le susurro el mayor al menor.-Me encanto esto, no sé si está mal o no, pero quisiera que volviera a suceder, tal vez algún día Kibummie.-susurro el otro, confiando que Kibum no lo escuchaba pues sabía que estaba totalmente mal, que era incorrecto.-Nos vemos Kibummie, te quiero.-repitió lo último antes de cerrar la puerta y salir.

En cuanto la puerta de su habitación se cerró, Kibum abrió los ojos y sonrió suspirando.

Jonghyun lo quería y quería que se volviera a repetir.

-Por supuesto que se va a repetir, Jonghyun.-dijo al vacío.

Sonrió y cerró los ojos, pero en ese mismo instante la puerta principal se volvió abrir y las voces de sus padres se dejaron escuchar por el pasillo presurosamente.

Kibum abrió los ojos alarmado y como pudo tomo toda su ropa y corrió al baño siseando por su cuerpo adolorido, pero no le importaba, volvería a hacerlo.

Y sabía que Jonghyun accedería, después de todo…

Lo que sea por Kibummie ¿o no?

 

Notas finales:

<3 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).