Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Crónicas de un villano por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ahora si es aquí... coloque el capitulo en otro fic >.< XD, nunca me habia pasado XD por suerte me di cuenta pronto, Ya, ahora si les dejo donde va.

 

No puedo creer que pase esto. Hace unos días llegue aquí sin ninguna intención, después de que Kiran destruyera los cristales, no tengo mucho humor para hacer algo. Claro que el caos que estallo en la ciudad no fue obra mía. No me molesta que me culpen, pero esto está lleno de magos y Kiran no está aquí, no vale la pena ni siquiera molestarme en aparecer. Se oye otra explosión, así que mejor me voy en dirección contraria. 


Hay un poco de magia oscura en el ambiente,  parece que alguien le dio algún objeto maldito a los humanos y eso está causando este alboroto. ¿Cómo pueden culparme de una revuelta? Bien, no es que me hayan culpado que yo sepa, pero si me ven…


Escucho los pasos tras de mí, y también escucho ruido en las calles que me quedan por recorrer. Ah, vaya, al final tendré que hacer algo. Suspiro, preparándome. Algunas personas corren hacia todos lados, me las topo de vez en cuando. 


«Hadrien»


Alzo la mirada, esperando encontrarme con algún espíritu. Nada más lejos de la realidad. Me toma unos segundos reconocer al chico que me observa entre las sombras, casi oculto tras un montón de madera. Escucho voces más cerca, no tardaran en llegar a esta calle. Él me hace un gesto de silencio, llevándose un dedo a los labios.  Con la otra mano me dice que le siga. Tsk, no quiero hacerlo, pero tengo que largarme de aquí si no quiero perder tiempo.  Viktor está más alto, luce mayor, no como aquel chiquillo que conocí en la fiesta.  Hay un espacio pequeño entre las dos casas, Viktor se detiene a la mitad y abre una puerta.  La puerta es la entrada a unas escaleras que descienden a la oscuridad, solo veo la llama azulada que debe estar invocando Viktor. Cierro la puerta y comienzo a bajar.


— ¿acaso me estas siguiendo?— pregunto, cuando llego abajo. Es un sótano, pero ha sido cambiado y ahora parece una lujosa habitación. Unos cómodos sofás, y lámparas iluminan todo.


— No te estaba siguiendo— su voz siegue siendo como la recuerdo, sus movimientos también.


— ¿Tú has hecho esto?— sus ojos me miran sin expresión.


— siéntate— me dice, pues sigo de pie, a un lado de las escaleras— quizá lo hice, o quizá no. estaba por cenar ¿me acompañas?— Nunca he confiado en Viktor,  sigue siendo extraño, tiene ese algo que me hace desconfiar con tal solo estar cerca. Aun así, me siento en el lugar que me indica.


— ¿disfrutando tu éxito?


— no lo llamaría éxito, solo fue algo que paso.


— Y una coincidencia que estuviera yo aquí— él sonríe, una sonrisa apenas perceptible.


— si no quieres creerme está bien. No sabía que estabas aquí hasta esta noche, que pasabas justo delante de donde estoy. El destino sigue insistiendo en juntar nuestros caminos, Hadrien.


— quizá la fatalidad.


— Nadie nos encontrara aquí— me dice, sentándose élegamente, ya hay platos servidos en la mesa.


— ¿Por qué el parlamento no habla de ti?— pregunto. Detiene los cubiertos encima del plato.


— es mejor que no sea el centro de atención, te lo dije, esas cosas ya no me importan. Pero me alaga que hayas investigado sobre mí.   


— ningún alago, es solo que me parece peculiar que no se sepa nada sobre ti más que tu nombre— le doy un trago a la copa con agua.


— Si quieres saber algo sobre mí ¿Por qué no me preguntas?—  es tan… diferente. A pesar de que sé que no debería estar con él, hay algo también que me causa interés. Me quedo en silencio, comiendo lo que hay delante de mí.


— ¿Qué eres?—  pregunto cuándo acabamos, Viktor se ha ido a sentar  a un sofá, y le sigo, sentándome frente a él.


— soy un nigromante, igual que tú. Te haría una demostración pero no queremos llamar la atención. Este lugar puede ocultarnos, pero no debemos usar demasiada magia—  no hice la pregunta correcta.


— ¿sigues pensando lo mismo que hace años? Sobre lo que me dijiste en esa fiesta.


— sí.


— ¿porque me ayudaste?


— no pienso hacer nada contra ti, si es lo que temes. Sé que no quieres verte involucrado en esto.


— no, tienes razón. ¿Qué tanto poder tienes?


— esa es una pregunta difícil, Hadrien. No lo sé, ¿Cómo puedo medir mi poder? Mi poder no me hace mejor que otros, ni me garantiza que pueda ganar una batalla. Eso es intrascendental.


— eres exasperante.


— ¿lo soy?


— ¿Qué quieres de mí, Viktor?


— Solo estoy ayudándote— sus ojos miran al piso— eres demasiado bueno para esa persona—  siento que me quedo helado ¿acaso está hablando de Kiran?— no me gusta ver como desperdicias todo solo por llamar su atención.


— no tienes que verlo, nadie te lo manda.


— Hadrien…— Niega con la cabeza— no, olvídalo. Me dije que lo hacías solo porque eres joven, solo por eso dejo que lo hagas, haz lo que quieras ahora, aun no es tiempo de que vengas conmigo.


— no voy a ir contigo.


—  eres joven, Hadrien.  Puedes hacer tonterías ahora— se levanta, dándome la espalda. Que diga que soy joven cuando el luce como si tuviera dieciséis no ayuda mucho a sus palabras— aunque eso me sea molesto.


— ¿acaso no eres tu quien pierde el tiempo?— se gira, mirándome. Sus ojos parecen tener fuego.


— No. No— repite, dando tres zancadas se para delante de mí— haz lo que quieras ahora, yo estaré ahí cuando veas que no tiene sentido esa idea tuya.


— ¿Qué es lo que ves en mí?


— todo, Hadrien. Ni siquiera tu vez como eres en realidad— le miro, escéptico, incluso un poco burlón.


—  Claro—  su frente se arruga, en un gesto que me resulta familiar ya.


— Siempre logras sacarme de quicio— dice, yo solo sonrió.


— no sé qué es lo que pretendes, pero estas soñando alto— no dejare de estar a la altura de Kiran, no dejare que se olvide de mi jamás. Su ceño se frunce más, como si pudiera saber que estoy pensando. Se inclina, y tomando mi rostro me besa.  Mi primer impulso es apartarle, pero lo pienso mejor, no le voy a dar nada. Me quedo inmóvil, sintiendo sus labios contra los míos. 


—Podría hacer que te olvidaras fácilmente de él— su mano acaricia mi mejilla, me besa otra vez— pero dejare que tu vengas a mí.


— no me atraen los niños.    


— eso es injusto, Hadrien— se endereza, y se aleja de mí, caminando a las escaleras— puedes quedarte aquí, no voy a molestarte.


— ¿no?


—Lo que está destinado a suceder, encontrara la manera de manifestarse— le veo perderse en la oscuridad— pero no olvides que si me necesitas, voy a estar ahí. Siempre voy a estar para ti— ya solo escucho su voz. Me limpio la boca con el brazo, mirando la oscuridad de la escalera…


 


 


¿Dónde estoy? No recuerdo como llegue aquí… Algo no está bien, sé que algo no está bien, pero no recuerdo que. Escucho voces, mucho alboroto. Me levanto. Es una habitación sencilla, no tiene muchos muebles.


Ah, me duele. Siento un dolor en la mano que uso para apoyarme. También me siento agotado, como si mi cuerpo no quisiera responderme. Pff, esto no va a detenerme.  Estoy recordando un poco, el diamante, el dolor, la emboscada…


—… ¿Cuál es tu problema?— en cuanto abro la puerta, me topo con  el origen del ruido.  Es una sala, muy pequeña a comparación de donde estábamos antes. Kiran está dándome la espalda, nadie parece verme.


— ¿¡Como que cual?! Kiran, ¡era la única oportunidad de terminar con esto!— esa es Ivette.


— ¿a base de traiciones? Ivette, creí que todos estaban apoyándome…


— lo hicimos—  responde ese que no se separa nunca de Kiran— si es lo que quieres, te seguiré, Kiran— los gemelos asienten. Han y Hassim están un poco más allá, fingiendo ordenar cosas porque los dos están mirando la discusión.


— Ivette, esto es lo que tenemos que hacer…


— no aliándonos con ellos, no fingiendo que todo está bien y que nunca ha hecho nada malo.


— ¿¡Acaso no te importa lo que pase con Lou!? ¿Y con los demás?


— Encontraremos otra manera… o ¡Lo haríamos si no fuéramos traidores ahora!—   ¿traidores? No recuerdo esa parte— ahora todos pensaran que estamos de SU lado, Kiran. Esto no es lo que quería para mí.


— Ivette, lo solucionaremos— Ja, Kiran siempre tan confiado.


— te vez algo tensa, preciosa— le digo,  intentando sonreír. Kiran se gira tan bruscamente que creo que hizo daño. Todos me miran. Ella me lanza una mirada furiosa antes de girarse y marcharse por una puerta— ¿dije algo mal?— Kiran suspira.


— Hadrien…


— ¿Dónde estamos?


— dejemos eso para después.


— oye ¿Qué estas…? ¿Quién te crees que eres?...—   no puedo impedir que casi me arrastre de regreso a la habitación.


— Quítate la camisa—  me quedo congelado, sentado en la cama. Mi mente se niega a pensar. Kiran me da la espalda, no veo que hace.


— Si querías verme desnudo, deberías pedirlo por favor al menos—  él se gira, soltando un suspiro exasperado.


— Quiero ver qué fue lo que pasó— me dice, volviendo a girarse. Suspiro, refunfuñando sobre lo innecesario que es. Quitarme el saco es fácil, pero mi mano aun me duele, casi no puedo moverla y tengo problemas con los botones de la camisa.


— Estoy bien— sigo refunfuñando. Las manos de Kiran apartan las mías y comienza a desabrochar el mismo los botones.


— ¿Qué fue lo que pasó?


— Eso quiero  saber yo—  me quedo sentando, mientras Kiran se mueve. Siento su mano en mi espalda, me da un escalofrió.


— me importa más esto. ¿Qué paso?— siento una corriente eléctrica en donde Kiran toca.  No, no debo dejarme llevar.  


— debe ser por… la maldición… Ja, eso pasa cuando juegas con magia oscura, siempre tienes que pagar algo por usarla.


— Me preocupa que no pudieras usar tu magia— siento algo cálido. Kiran ha sido de los mejores magos usando magia de sanación… bah, Kiran solo es de los mejores magos.


— Yo no me preocuparía hasta mañana— es la primera vez que pasa, pero me siento mejor. Intento usarla.


— ¡No hagas eso!— gruñe, tomando mi mano con brusquedad— ¿alguna vez harás lo que te digo?— suelto una risa. Ya puedo usar un poco de magia sin sentir dolor. Es buena señal.


— no ¿me dijiste que no usara magia? No lo hiciste.


— ah, en serio tu…— Kiran niega— pareces estar bien.  Siento algo que me impide seguir…


—debe ser la maldición. O lo que causo, es un precio bastante barato por encontrar la respuesta. Que no esté muriendo es bueno— a Kiran no le hace gracia lo que digo, su expresión sigue siendo seria.


— No sé si es buena idea, fue peligroso— los dedos de Kiran recorren mi mano, tocando con cuidado. Su toque se siente fresco, alivia. Comienza a envolver vendas en mi mano.


—… ¿Por qué estas ayudándome?


— ¿Por qué? vamos, Hadrien. Estamos en el mismo equipo ahora, resolveremos esto y todo se pondrá en su lugar… espera, ¿pensaste que iba a entregarte?— sí, lo pensé. Kiran deja de vendarme la mano para mirarme.


— ¿y cuál equipo es ese? ¿El de los traidores?— Kiran sonríe, parece contra su voluntad.


— dejemos el nombre para después. Ya está.


— Bien,  podre intentarlo con la siguiente—  quizá debería hacerlo ahora que acabamos de huir, posiblemente no tendré más oportunidad.


— ni hablar.


— ¿ah? Pero si no lo hago entonces no…


— No—  le frunzo el ceño.


— Disculpen la intromisión— Hassim se asoma por la puerta— pero estoy de acuerdo con Kiran, no puedes hacerlo de nuevo en un tiempo— le miro fríamente.


— ¿pueden decirme dónde estamos?


— en algún lugar de Bélgica.  Después de todo ese show logre sacarnos de ahí, después él nos guio hasta aquí, realmente fue difícil porque nunca había estado aquí, y teníamos solo unos segundos— Hassim se reclina en la puerta.


—  estamos bien aquí.


— no parecen estar muy bien allá— comento— Kiran, ¿puedes dejarme a solas?—  Kiran suspira, y sale de la habitación. No debí pasar mucho tiempo inconsciente— ¿Qué tan malo es?— claro que no me refiero a mí.


— bueno, pudo ser peor. ¿Tienes al traidor?


— no lo sé, pero es muy sospechoso.


— lamento informarte que perdiste todo lo que había allá, fue imposible salvar algo más que lo que teníamos a la mano. Han logro sacar los libros importantes, al parecer escucho algo y los tenia guardados desde la mañana.


— que mal. Y a penas habíamos conseguido arsénico— suspiro, era uno de mis sitios favoritos aun sin la intervención de Hassim.


— Por ahora no podemos salir de aquí, así que mejor ponte cómodo— ¿no salir? Esto sí que es una tortura, el lugar ni es tan grande. Tomo mi camisa, intentando ponérmela lo mejor que puedo.


— Al menos tenemos los diamantes y no pasó nada irreparable—  murmuro, distraído.  Sabía que Kiran era bueno, demasiado bueno quizá pero aun así ¿Por qué me curo?  Mi mano ya no duele. Kiran no tenía que hacerlo, yo… no creo que hubiera hecho lo mismo.  De nuevo, se ve tan lejos de mí.


— Hadrien.


— ¿Qué?


— paso algo también. Justo cuando estábamos por ser atrapados y eso— hace unas comillas cuando dice atrapados— en esos momentos sentí a donde debíamos ir por el zafiro.


— ¿Cómo? ¿Pudiste verlo?


— no, más bien fue como si dejara de ocultarse.


— qué extraño. Pero bueno, es una joya maldita que regreso a su dueño todas las veces que intento deshacerse de ella, así que no me sorprendería. ¿Entonces?


— no tuve la ubicación exacta, pero estamos cerca… por algunos cientos de kilómetros.


— define bien tu concepto de cerca, ¿sí? como sea, dudo que podamos hacer algo de momento, tenemos tiempo y una pista— además, será interesante ver que es lo que sigue estando aquí sin poder hacer nada y con los planes frustrados para quien planeo ese intento de emboscada.


—  si… ah, por cierto, logre rescatar esto también— me lanza el cuaderno donde estoy haciendo mis anotaciones de los diamantes.


— gracias.


— Bueno, ser el salvador de todos es agotador, así que me tomare un descanso— le veo salir. Afuera ya no están discutiendo, pero no creo que las cosas se hayan solucionado. Me cuesta un poco tomar el bolígrafo, pero de algún modo lo tomo, y comienzo a escribir. Escribo lo más detallado lo que paso hace unas horas, mi magia, la de Kiran… y las consecuencias. También comienzo a garabatear un intento de contra maldición, o las cosas que podrían servir para crear algo que contrarreste esto.  


Intentar escribir y dibujar con la mano así me hace más lento, por eso, cuando Kiran entra a la habitación otra vez, me sorprende un poco.


— traje comida. Esta por anochecer aquí— comenta.  Me enderezo, cerrando el cuaderno. Kiran trae un plato con sopa.


— Estas siendo más amable que de costumbre— aun así, tomo el plato— ¿tus amigos siguen molestos?


— no están… molestos precisamente.


— No, claro que no. Decepcionado diría yo— Kiran me mira, arqueando una ceja. Ah, rayos, hable de mas.  Cierro los ojos, llevándome una cucharada de sopa— mira, desde que paso lo de la bodega, supe que teníamos un traidor.


— ¿traidor? Eso no es posible, ninguno de ellos…


— Kiran— uso un tono serio, que normalmente no uso, solo para llamar su atención. Dejo el plato en el suelo, aun lleno— nadie más sabía que iríamos, la forma en que la policía humana llego, solo dice que alguien les dijo que intentarían entrar a robar.


— coincidencia.


—  No, Kiran—  me levanto, negando—  nadie más sabia donde estaba ese lugar, al igual que aquí, es indetectable, guaridas— ah,  Kiran, siempre creyendo lo mejor de todos, incluso de mi. Le acaricio el rostro con la mano que vendó—  Creo que es la misma persona que ha estado haciendo las maldiciones.


— No…


— Shh.   


— estas mintiendo.


— Nunca he mentido. Dime ¿no hay alguien que se está comportando más extraño? ¿Alguien que parece nervioso o alterado?


— Estamos viviendo contigo, cualquiera se pondría nervioso—  Auch, ese es un golpe bajo, pero me hace sonreír.


— no te mentiría con algo como esto, Kiran ¿Por qué tendría que mentirte? No estoy señalando a nadie, aun. Solo digo que es demasiado ya.


— tú… estas diciéndome que alguien de nuestros amigos está haciendo todo esto… ¿Qué motivo tendría? — como si ellos fueran mis amigos también.


— No lo sé— me aparto, volviendo a sentarme en la cama— no te lo iba a decir, porque también podría ser solo cosa de los diamantes. Pero hable con Hassim, él cree lo mismo. Y ayer, cuando veníamos del cementerio…— no, no es momento aun— ¿Quién es ese Keegan?


— otro archimago, él ha sido quien se encarga de los lugares a los que yo no puedo ir.


— un segundón, en pocas palabras. Nunca le conocí.


—  vivió en otro lugar, últimamente el parlamento le ha acercado más.  


— bueno, pues al parecer quiere tener más meritos.


— Admito que hemos tenido una amistosa rivalidad— suelto una risa.


— ¿amistosa rivalidad? No existe tal cosa— le sonrió, él también sonríe un poco— sé que no quieres creerme, pero da lo mismo. Te lo advierto, no se lo puedes decir a los demás.


— ¿ah?


— si de verdad hay un traidor, quiero que se delate él mismo. Tarde o temprano lo hará, y mira, si no dices nada, no harás ningún daño. Piensa en el daño que hará que tú estés sospechando de alguno de ellos. Si no pasa nada, solo yo me habré equivocado.


—espero que te equivoques.


—  Lamentablemente, yo no me equivoco— me acuesto en la cama, mirando al techo. Kiran permanece de pie, le he dejado pensando. No veo cuando se sienta en la cama, solo hasta que se hunde el espacio donde se sienta me doy cuenta— ¿Qué haces?


— voy a dormir aquí.


— ¿Y como quien te ha dicho que puedes?


— todos piensan que eres peligroso aun, no confían en dejarte a solas. Además, sigues herido.


— No estoy herido— me quejo, sin moverme del espacio donde estoy. Kiran suspira, y se mueve, pasando sobre mí para quedar del otro lado del colchón, el que está junto a la pared— ¿en serio, en serio Kiran?


— puedes dormir en el suelo si no te gusta.


— ¡No voy a dormir en el suelo!— estoy debatiéndome entre la molestia que me genera esto y la diversión de ver a Kiran actuando como yo.


— pues…


—… si amaneces asfixiado no es mi culpa—  a pesar de que sueno normal,  de que parece que esto no es nada, en realidad siento esa ridícula sensación de cosquilleo en el estomago. Me giro, dándole la espalda.


Aunque desee hacer de todo menos dormir junto a Kiran, dormir será lo único que haré. Aunque estemos uno al lado del otro, en realidad hay todo un abismo entre nosotros.  

Notas finales:

Dejando de lado el error (y que perdi mis super notas u.u) solo les agradesco que sigan leyendo esta historia, y a las personas que comentan, muchas mas gracias. 

Solo les recuerdo que el miercoles estreno mi nueva historia, Appassionata, una historia mas artistica, moderna y normal.

Hasta la proxima.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).