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Un Juego Prohibido por ScarlletParaise

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Notas del capitulo:

Hola! Agradezco por el gran recibimiento que tiene esta historia, como veran tendra para mucho esta y más cuando se trata de dos personitas que se saben todo con sus vivencias.


Sin más, espero que lo disfruten muchisimo. nwn

Sus facciones denotaban lo triste que se sentía al ver que ese hermoso muchacho se largara de su campo visual, no entendía esa puntada de dolor en su pecho, ¿eran sentimientos encontrados? o ¿simplemente es un deseo por conocerlo? Esas preguntas que tenía no sabía cómo responderlas.

Ya estaba listo para la fiesta, descanso lo necesario para la noche y como también arreglado para la ocasión. Un traje elegante, en la que consistía en un saco, un chaleco y un pantalón ambas prendas de un color gris oscuro, su camisa era azulada lisa, su pelo estaba bien peinado y sin usar su típica banda color roja. Sonríe de costado, al ver que su vida parecía estar dando un giro de 360º grados por minuto.

 

(Opening – No me arrepiento de Victor Escalona)

 

En compañía de su prometida bajan a la planta baja de la mansión León, Aioros parecía estar ausente en esos momentos y todo por lo que su mente procesaba. Hilda no comprendía esos cambios de humor que tiene ahora su prometido, jamás lo vio triste, menos hablarle con alegría cuando respectaba elegir un hermoso vestido o que peinado hacerse, eso era muy raro.

El silencio entre los dos era un infierno, prácticamente no se dirigían la palabra desde que discutieron hace unas cinco horas. Por lo tanto, lo que logro captar la atención de los dos fue el silbido provocador de los amigotes de Aioros.

 

- ¡Viva los recién casados! – Grito Manigoldo provocando que Aioros riera ante aquella bromita de mal gusto, Hilda no sabía que cara poner, porque obtener esas miradas descaradas de esos irrespetuosos.

 

- Para su información señor Dorí… - No pudo terminar de dar un sermón al notar que su prometido la abandono, eso la hizo enfadar muchísimo, vaya problemática ese hombre – “¡Aioros!” – Enfadada se fue de la sala para ir hasta donde estaba la familia de Aioros, tendría que utilizar el típico versito de que su hijo acaba de abandonar a su prometida.

------- J~P -------

Todos reían ante las anécdotas que contaba Aioros de sus vivencias en el extranjero, más cuando Kardia y Manigoldo se acoplaban en contar las aventuras de los tres en un burdel en París.

 

- Recuerdo aquella noche en donde Kardia fue seducido por dos prostitutas de las de calidad, el imbécil se dejó hacer por una de ellas y la otra no quería cederle a su compañera la primera probadita de este tarado – Contaba Manigoldo con lujo y detalle la anécdota, Kardia sonreía de oreja a oreja al recordar aquella nochecita que se la paso de lo más genial – Sin embargo, las señoritas no tardaron ni unos cinco minutos para ensañarse en un pelea de mujeres, me respecta dar mi opinión al respecto, pero el dueño de ese famoso burdel se le paso un poquito de la mano al mandarlas azotar con no sé qué cosa dijo – Los gemelos reían al imaginarse aquellas imágenes, Aioros no tardo en sumárseles, porque él también estuvo y más recordar lo borrachos que estaban los tres después de unas intensas ganas de disfrutar de la sensualidad de esas mujeres.

 

- Nunca pensé que un par de damas se disputaran por este tonto – Hablo Saga provocando que Kardia le amagase con el puño, pero el peli azul no se dejó intimidar – Ya le hablare a mi hermano Aspros de que colocase dentro de unos cuantos años un par de burdeles para así ir nosotros también a divertirnos – Todos asintieron a la idea, no estaría nada mal que en el pueblo existiese ese tipo de lugares, tanto baratos como los exclusivos para personas ricas como ellos.

 

- Es cierto que en estos últimos años el pueblo no avanzo mucho que digamos, nuestras familias son amigas desde hace mucho tiempo y que también manejásemos los hilos en la construcción de casas, locales, lugares de acogida, industrias y otras cosas más dispensables para todos los habitantes – Cambio de tema Kardia poniendo la conversación un poco más seria en esos momentos.

 

- Por supuesto que deberíamos colocar un alcalde en este pueblo, ya hace diez años o más que la familia Zhukovski anda gobernando, no quiero tirarles roña, pero deberíamos participar más como dueños o partidarios a ser las cabezas de nuestras familias y poder lograr algo de bien para la comunidad – Añadió Manigoldo a la conversación, hablar de temas políticos entre ellos era común y más cuando las gemelas Kido se sumaban a la conversación.

 

- En eso tienes razón Manigoldo, esa familia son muy neutros y se abstienen a los problemas de los vampiros, porque desde que yo tengo conciencia, sé que son cazadores de vampiros desde que nuestros padres eran niños – Agrego Saga, todos parecían estar de acuerdo en debatir abiertamente temas de suma importancia.

 

Aioros estaba contento de pasar un rato con sus mejores amigos, pero sus pensamientos estaban en otra parte. Repetir cada segundo aquella imagen sumamente excitante, bebe un poco de su copa de champagne mientras repasaba aquella anatomía masculina, no podía autocontrolarse su mente viajaba sola con aquellas locas ideas, hasta que alguien le sacudió levemente.

 

- Aioros, Aioros llamando a tierra, Aioros llamando a tierra – Decía Kanon mientras su gemelo sacudía levemente la mano frente al anfitrión, el castaño mayor regresa en si topándose con las miradas divertidas de sus amigos y más percatándose que Dhoko se había sumado a ellos.

 

- ¿Qué sucede? – Pregunto inocentemente y lo que pudo acatar era la discreta seña de Kardia hacia abajo, baja la mirada hasta su entrepierna notando que tenía una notable erección – Disculpen amigos – Le entrego su copa a Kanon y como pudo salió corriendo hacia la planta superior, no deseaba que nadie lo viera en esas condiciones y menos ser el centro de las burlas por parte de sus amigos.

 

Manigoldo no podía contenerse más de las ganas de reír, era la primera vez que veían al inocente y pulcro Aioros en las peores condiciones – Espero que no se esté imaginando la luna de miel – Hizo ese comentario al aire, provocando que solamente Kardia y Dhoko rieran, pero los gemelos Stoltidis lo miraran de mala manera.

------- J~P -------

Estar hecha una fiera era lo menos que podía desear, primero su amado Aioros no le presento a sus otros amigos, este se larga sin pedirle permiso si podía marcharse, después ella trata de buscar a Sysipho o al señor Ilias, pero no podía ver a ninguno de los dos. Al saludar como podía a los invitados que desconocía, avanzar por la pista de baile que se había armado en un salón un poco grande, para así llegar a los jardines, ver aquella maravilla de jardín la hizo sonreír y más aún que pudo ver a su cuñado en compañía de lo que parecía ser su círculo de amistad.

 

- Aioria – Lo llama levemente mientras se acerca al hermano del medio, el castaño la observaba de abajo hacia arriba, hasta incluso le dedico una sonrisa forzosa - ¿Podrías decirme donde están tu padre y tu tio? – El menor guía su mirada a hacia sus amigos, ya podía intuir que su hermano la había abandonado a su suerte, no quería meterse en sus problemas.

 

- Mi padre está hablando con unos amigos suyos, de temas importantes y de los que no puedes saber hasta ahora – Le señala al hombre alto que parecía estar muy jovial con todos sus cercanos, Hilda no parecía estar favorecida ante el último comentario – Después mi tio está en la cocina hablando con la servidumbre, y no creo que quieras entablar relaciones sociales con la servidumbre – La mujer de cabellos plata se cruza de brazos incomoda ante la situación, pudo apreciar que su adorado cuñado parecía querer echarla o posiblemente exasperarla con esos comentarios hirientes y por demás elocuentes. Sin embargo, Hilda podía imaginarse a ella hablando con los sirvientes, niega aquella loca idea para así dejar que su cuñado continuara – Si deseas hacer amigos porque mi hermano no te presento a sus amigos y que a ti no te caen bien, lo más sensato que pases toda la noche con Sasha y Saori – En eso las dos mencionadas pasaban hasta que Aioria las tomo de un brazo a cada una y presentárselas a Hilda – Ellas son amigas de la familia, par de gemelas ella es mi cuñada Hilda… - Al tratar de presentarla y como también rebuscar en su memoria el apellido de la mujer, que ahora parecía ser presa de la euforia de Saori – Espero que disfrutes tu estadía – Le dice con un tono alegre pero forzado, ya podía intuir que su hermano mayor no sería feliz al lado de esa mujer.

 

- Vaya mujer que se fue a comprometer tu hermano, Aioria – Hablo Milo mientras le daba un sorbo a su copa de vino, su amigo se voltea para así afirmar ante aquella opinión bastante acertada.

 

- Es cierto, mi padre y tio se la escogieron, tenía una larga lista de hermosas doncellas de otros países y más cuando a mi padre se le mete los comerciantes en la cabeza, para esos desconocidos es más accesible para obligarnos a casar con mujeres – Comento sin ganas de hablar del tema, dado que sus dos mejores amigos reían ampliamente.

 

- Lo más raro de toda esta situación es que presiento que esa mujer viene tras tu hermano por la herencia y la fortuna de tu familia – Aioria se espanta al escuchar aquella observación dada por parte de Deathmask, quien vía como la cuñada de su amigo reía con las ocurrencias de las gemelas Kido.

 

- “Espero que mi hermano logre darse cuenta de la clase de mujer que es en verdad” – Pensaba Aioria, su preocupación ante ese hecho podría perjudicar a su familia y la salud de su padre, todo por una caza fortuna.

------- J~P -------

- Shura por favor ayúdame con esto – El chico de cabellos cortos y verdes oscuro trataba de zafarse de ayudar a una de las sirvientas más jóvenes que debería estar atendiendo a los invitados.

 

- No lo hare, ya le dije que no puedo hacer el trabajo de otro o sino el patrón te llamara la atención a ti y a mí por ayudarte – La chica de unos dieciséis años hizo un pucherito y se cruza de brazos al ver que el chico que le gustaba se negaba ayudarle – Por favor, se buena niña y regresa adentro – Le rogaba a la hermosa chica que regresara a su trabajo, pero a mala gana la niña le propina una abofeteada y se va de ahí, dejando a Shura con un mal sabor en la boca – “Joder tio, estas chicas son más duras de lo que parecen” – Se recrimino a sí mismo, en su país las mujeres se morían por estar con él y estas simplemente deseaban que un hombre como él haga sus deberes.

 

- Jajaja, veo que la niña Amelia te tiene pillado jovencito – Shura se voltea para encontrarse a su mentor en jardinería sonriéndole sardónicamente.

 

- Esa tia está por demás loca y las demás igual o peores que ella – Lugonis ríe más al escuchar las quejas cómicas que hacia el pequeño, lo conocía de hace un año y medio desde que se presentó en la casa de los León pidiendo trabajo, él lo agarro como ayudante y pupilo, porque podía notar que el muchacho era bastante ágil con las plantas y con los trabajos pesados.

 

- No creo que sea para tanto muchacho, en esta casa las sirvientas nos escogidas por el joven Aioria, él tiene un gran ojo con las señoritas y los hombres, bueno, casi siempre me piden opinión a mí en ese tema – Shura frunce el ceño y mira a su mentor con extrañeza, no parecía estar adaptándose a su nuevo estilo de vida y menos saber que en esa casa todos son vampiros e incluyendo algunos sirvientes.

 

- “Vaya dilema esta familia, creo que casi todas son así de inútiles” – Pensó no hasta nota que alguien gritaba su nombre, alza su mirada para posarlas en el pequeño Regulus, quien parecía estar llamándole la atención. Él le responde el llamado y le indica que regresase a la fiesta – Ve a divertirte – Le murmura y articula bien las palabras, logrando que el más chico de la familia aceptase a regadientes que regresase a la fiesta.

 

- Es un lastima para ti muchacho, estás en tu tiempo de juventud y es una lástima que debas venir a estos lugares lejanos todo por trabajo – Shura agacha la mirada, Lugonis tenía muchísima razón, su madre cayo enferma después que su padre los haya abandonado. Agradeció que El Cid, un amigo de su madre y de su padre, le haya propuesto ir a Estados Unidos para juntar dinero para las medicinas de la mujer.

 

- Tienes razón a mis veinte cinco años debería poder divertirme, pero ya se me fue inculcado que siendo un hombre debe de llevar el dinero a la casa para que tu mujer te haga de comer – El hombre de cabellos rojizos asiente ante aquella opinión, no la compartía del todo, pero debía asegurarse que ese muchachito no terminase metido en problemas graves – Mejor olvidar las penas e ir con alegría hacia el futuro, ven muchacho, vayamos ayudar al chef con algunas cosas – Shura asiente con una sonrisa mientras seguía a su mentor, debía admitirlo amaba su trabajo y tenía que hacer trámites para que su madre viniese a ese país para que su enfermedad se tratase, pero eso debía hablarlo con ella.

------- J~P -------

No aguantaba más la necesidad de masturbarse las cantidades de veces, estaba hasta las manos con sus reiteradas erecciones y todo por no dejar de fantasear con un completo desconocido. Alcanza el tercer orgasmo, se limpia y agradece que por fin podría disfrutar de la fiesta, se da una última miradita al espejo y sale del cuarto de baño. No sin antes morir del susto al ver la cara de pocos amigos que tenía su tio Sysipho.

 

- La muca putana (*) – Exclama en un murmuro, no podía con su mala suerte de esa noche y menos podría soportar uno de los regaños más asesinos de su tio.

 

- Il mio giovane mi tratta come dovrebbe (*) – Aioros deja salir un bufido a modo de respuesta, no estaba a las alturas de armar un escándalo todo porque sus erecciones eran continuas - ¿Por qué no estas con Hilda? ¿Acaso ocurrió algo entre ustedes dos? – El mayor de los tres hermanos niega ante la última pregunta y debía tratar de buscar alguna excusa certera a que su tio le crea.

 

- Mis amigos parecían estar muy emocionados con volverme a ver, no me contuve al ir con ellos y sé que fui un desubicado con ella, pero Kardia no me dio ni tiempo para presentarla delante de Saga y Kanon – Sysipho se cruza de brazos y observa a su querido sobrino con una cara seria, digna de decir que procesaba la mentira piadosa.

 

- Esta bien, por esta vez la dejo pasar y evita que tu padre te mande de paseo jovencito – Aioros como un buen niño asiente ante la advertencia de su querido tio, los dos bajan a la planta baja para continuar con la celebración y más toparse con el amigo de Regulus.

 

- Oh Yato, ¿Cómo has estado? – Lo saluda con un apretón de manos al primo de Kardia y Milo, aquel joven parecía estar asombrado con encontrarse con el hermano de su mejor amigo.

 

- Muy bien Aioros, más feliz no puedo estar – El peli verde guía su mirada hasta donde estaba Regulus que hablaba con Lugonis, Aioros también lo hizo y podía apreciar que al otro lado de la puerta que comunica el sótano y el pasillo salía el joven que horas antes vio atraves de la ventana – Y ¿Cómo te fue las competencias de arquería? – Pregunta el menor de la familia Diamantidis al amigo de su primo, pero al ver que este no le respondía inmediatamente, logra captar lo que el castaño mayor estaba admirando con neutralidad - ¿Aioros? – Lo vuelve a llamar y hasta que Regulus se sumó a la conversación.

 

- Hermano, ¿Te encuentras bien? – Le pregunta inocentemente el menor de los León, obteniendo que su hermano mayor sacudiese la cabeza y se largara de allí sin responder a nada.

------- J~P -------

Ya no podía mantenerse tranquilo, sus pensamientos se transforman en sueños húmedos. Se golpea la cabeza con ambas manos, se sentía por demás confundidos con respecto a miles de cosas y hasta incluso duda de quién es en verdad.

 

- “¡Maldita sea!” – Se recrimina, caminar de un lado a otro en el porch de su casa era sinónimo que se sentía asfixiado allá dentro – Soy tan idiota que no les pregunte a mi tio y menos a mi hermanito de quien era ese hermoso chico “¡Ah!” – Sacude su cabeza una vez más, se estaba cansando de pensar en ese muchacho y no deseaba pasarse toda la noche encerrado en el baño con más erecciones.

 

Al darse la vuelta se choca contra alguien, alza el rostro para encontrarse con la mirada preocupada que tenía Kardia y él no sabía que decir al respecto – No tienes que darme explicaciones al respecto, lo siento si pensabas en tu prometida y los chicos también se sienten un poco culpables de separarte de ella – Aioros abre su boca sorprendido al verse salvado por la campana, regresa a ser normal y espera a que Kardia hablase – Olvida lo que ocurrió contigo y de lo nuestro, para así ir adentro que todos nuestros conocidos quieres escuchar unas palabras del anfitrión – El castaño asiente con una sonrisa ante aquello, para así los dos comenzar a caminar hasta dentro de la mansión.

 

Aioros pudo apreciar que todos estaban reunidos en el jardín, conocidos, amigos, personas de relaciones diplomáticas y hasta incluso los sirvientes estaban allí. Estaba muy contento de que todos disfrutasen de la velada, más notar que su padre estaba orgulloso de él, llega hasta el punto central de la multitud y colocarse frente a lo que parecía ser una pequeña tarimita de una madera pintada de color blanco clásico, pero lo que le dio gracia era que Kardia sería el maestro de ceremonias y otra ver que sus amigos estaban del otro lado muy sonrientes.

 

- Quisiera que todo los presentes puedan prestarme atención – Comenzó hablar Kardia logrando que más gente se sumara, era agradable que muchos hayan asistido aquel banquete – Antes de comenzar con mi discurso, quiero decirle a mi mejor amigo Aioros y a su hermosa prometida Hilda que bienvenidos a nuestro pueblo, porque como todos saben que aquí todos somos como una familia – Unos aplausos se dejaron oír como también unas felicitaciones para la pareja, Kardia toma su copa de champagne para prepararse para hacer el brindis.

 

Hilda llega hasta donde está su prometido, lo toma del brazo y sonreír muy conmovida con la calurosa bienvenida que le estaban dando a ella – Veo que tu amigo Kardia es un poco raro con relacionarse con otras personas, pero me agrada el hecho que tu tio se haya esmerado mucho en hacer una fiesta para nosotros, ¿No crees Aioros? – El castaño agacha un poco su cabeza para fijar su mirada parda en su prometida, pero se abstiene hacer un comentario erróneo que podría detonar una escenita de pareja.

 

- Mejor escuchemos lo que tiene que decir Kardia – Aquello no le gusto para nada a Hilda, fue ignorada por completo una vez más desde que llegaron los dos a ese pequeño pueblo.

 

- Como verán ustedes, quisiera contar una linda anécdota que tuve con mi mejor amigo Aioros, aclaro que no hace mucho sucedió esto – Kardia comenzó a narrar esa anécdota, Aioros se conmovía por cada palabra que decía su mejor amigo, era cierto, su amistad es duradera y no era porque sus padres eran muy buenos amigos, sino que conocerse fue la suerte de ambos.

 

Shura no estaba muy lejos de la multitud, sino que estaba al pie de un rosal y a la espera que su mentor volviese. Escuchar aquellas patrañas cursis le provocaba una necesidad de marcharse, no estaba acostumbrado a ese tipo de festividades o reuniones entre personas de la alta sociedad.

 

- Veo que tratas de encontrar alguna manera de zafarte de esta situación, ¿No es así jovencito? – Shura lo mira con frialdad, pero no podía con el ingenio de su mentor, era cierto y había perdido su oportunidad.

 

- Quisiera decir que siempre te voy admirar como hombre y como persona – Lugonis comienza a reír bajito, se sentía muy feliz de tener como alumno a una persona como lo era Shura – Pero cambiando de tema – Hace una pausa mientras posa su mirada en aquel joven de cabellos cortos y castaños, podía distinguirlo porque era ese mismo chico que lo estuvo observando y tenía dudas al respecto – Quiero que me respondas con honestidad – El hombre de largos cabellos rojizos se cruza de brazos y espera a que su adorado pupilo le haga aquella pregunta – Veo que me estas prestando atención y eso me agrada, llendo al caso, ¿Cómo se llama ese muchacho? – Lugonis gira su rostro hacia el punto que le señalaba Shura, para así sonreír con un calidez de padre.

 

- Ese muchacho que tanto preguntas y deseabas saber quién era, es el primogénito del patrón, es un buen arquero en toda esta familia y entre los nobles – Shura escuchaba atento a la descripción que le daba su maestro – Si tengo que expresarte de cómo es de persona, no hay ningún defecto que tenga o por lo que yo haya apreciado – Hace una pausa para dejar salir un suspiro de fascinación al hablar de personas de la alta sociedad – Su nombre es Aioros León y la mujer que está a su lado es Hilda de Polaris – Shura no sabía que decir al respecto, ahora si está al tanto del nombre de ese chico que tanto le mira. No se quejaba de nada, pero no podía juzgar de buenas a primeras acerca de su personalidad, y lo que diría como primera impresión es que no es muy bueno disimulando a la hora de observar a una persona.

(Ending - When It's Time de Green Day)

Notas finales:

Espero que lo hayan disfrutado muchismo, puede que en alguna que otra escenita no esta bien elaborada, pero que va.

 

Aclaraciones:

(*) Aioros: - Traducción: La vaca p#%&

     Sysipho: - Traducción: A mi jovencito me trata como se debe.

 

Nos leemos en el próximo capitulin.

 


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