La fresca brisa rozaba los suaves cabellos azabaches del joven de mirada escarlata, que contemplaba con calma y tranquilidad la oscuridad y el silencio de aquel lugar. Lentamente, llenó de aire sus pulmones, al tiempo que exhalaba con paciencia. Suspiró y sonrió parcialmente. La serenidad de la noche era algo que le gustaba y que le llenaba de emoción. Sobre todo, en aquellos momentos de duda e incógnita. ¿Qué fue eso que había sentido? Una chispa de algo que desconocía recorrió su pecho de parte a parte, y su corazón había emitido un débil latido, diferente a los demás. Volvió a suspirar.
- ¿Qué es lo que me esta pasando? – Una lágrima brotó de su ojo derecho, recorriendo su sonrojada mejilla
- ¿Harry? – Una voz que el joven conocía muy bien, se escuchó a su espalda. Se secó la lágrima, se volvió con rapidez y contempló como, un joven de encarnado cabello y zarca mirada, se le acercaba - ¿Te pasa algo?
- No, Ron, no te preocupes. No me pasa nada – Sonrió duramente y volvió su vista hacia el paisaje que sus ojos habían estado contemplando minutos antes
- ¿De verdad no te pasa nada? Tienes los ojos rojos – Anduvo hasta el joven moreno y se situó a su lado
Harry no respondió. Se limitó a seguir mirando el paisaje, mientras su amigo alzaba una ceja, esperando una respuesta
- Harry, sabes que puedes confiar en mi, ¿Verdad? – Le palpó suavemente el hombro – Somos amigos, ¿No?
- Si, Ron... – Sus palabras se fundieron con el gélido aire glacial de esa fría noche de invierno – Somos amigos...
- Venga, cuéntame que te pasa – Le pasó un brazo por los hombros – Harry, se que te pasa algo. Si no me lo quieres contar, estas en tu derecho. Pero que sepas que siempre estaré ahí si quieres confiar en mí.
Le guiñó un ojo y se giro, dispuesto a irse por donde había venido, pero el otro joven le detuvo, asiéndole de uno de sus brazos.
- Espera Ron... – Harry suspiró reiteradamente – Te lo contare...
Le dijo al pelirrojo que se situara a su lado. Este lo hizo y espero las palabras del niño que sobrevivió.
- Bueno, últimamente... – Comenzó a jugar con sus dedos – He estado muy confundido. Tu eres la persona en quien mas confió, aparte de Hermione, pero ella no entendería lo que me esta pasando y quizás tu si, aunque no estoy del todo seguro. Quizás debería hablar con ella antes de hablar contigo, pero ya que estamos aquí... – Suspiró nuevamente – No se que es lo que me esta pasando, Ron...
- Harry, si no te explicas mejor, no vamos a llegar a ninguna parte.
- Mira... – Cogió fuerzas, respirando – Últimamente, mi cabeza no ha hecho sino pensar en una cosa. Desde hace un tiempo, todo mi ser da cada paso, cada movimiento, cada vibración que emite mi cuerpo esta dedicada a esa cosa. Cada vez que pienso en eso, se me acelera la respiración, y sonrió como un estúpido. Me estremezco sin saber de que parte de mi cuerpo proviene. Mis músculos se aprietan y se tensan cuando esta cerca. Mi frente y mis brazos comienzan a sudar y a temblar, y no lo puedo detener. En mis sueños, la tengo siempre en mi cabeza (A esa cosa). Y hace un segundo, pensaba en como seria estar contemplando este hermoso paisaje con eso que he mencionado a mi lado....
- Ya comprendo que es lo que a ti te pasa, Harry – Ron sonrió, perspicaz
- ¿Si? ¿Y que es? Porque de verdad, me estoy volviendo loco
- Tu lo que estas es enamorado, mi querido amigo – Le golpeó suavemente en uno de los hombros – Y dime Harry, ¿Quién es la afortunada?
- Conoces muy bien a esa persona
- ¿Si? – Ron mostró un rostro pensativo durante unos instantes – ¿Es Ginny? No me importaría que fuera ella, si eso es lo que te preocupa. Es un honor tenerte como cuñado – Su rostro dibujó un gesto de alegría, ampliamente
- No, Ron... No es Ginny... – Volvió a suspirar
- Entonces... – Su faz volvió a tornarse a la expresión anterior - ¿Cho? Harry, esa chica es una mala influencia para ti
- No, Ron... Tampoco es Cho...
- Que difícil... – Miró al cielo – No creo que sea Parvati. Ni tampoco su hermana. Y dudo que sea Brown. Esa que siempre esta con Parvati adonde quiera que vaya.
- Ron... Es alguien que siempre esta con nosotros... Es alguien que nos acompaña en nuestras aventuras y que ambos conocemos como las palmas de nuestras manos...
- Pues, la única persona que tiene esas condiciones es... – La boca de Ron se abrió de par en par – No puedo creerlo
- Pues si, Ron... Si...
- ¿Pero como....? – Ron balbuceaba incoherentemente - ¿Cómo ha ocurrido? ¿Cuándo? ¿Por qué?
- Responderé en el orden que me has preguntado... – Harry sumergió su cabeza entre sus brazos – El cómo, no tengo ni idea. Solo se que, una mañana, contemple su hermoso rostro y me quede totalmente prendado. El cuando no tengo ni idea. Solo se que fue hace tiempo. Y el porque... – Suspiró con un sollozo – Eso es lo que estoy intentando averiguar...
- Vaya Harry, quien lo iba a decir... Me has dejado anonadado... – Se sentó en un banco que había a la derecha de la terraza, mientras sus ojos se volvían rojos, como los de su amigo
- Imagina como me siento yo... Confundido y algo raro... No se si la gente lo aceptara cuando se enteren, porque se enteraran
- Si, se enteraran – Bajó la cabeza y miró al suelo
- Oye Ron, no quiero que esto interrumpa nuestra amistad. Yo quiero seguir siendo amigo tuyo
- ¿Por qué iba esto a romper nuestra amistad?
- No lo se... – Levantó la cabeza y le miró – Yo se que tu... Bueno, que a ti te... Y yo no quiero... No se si me explico...
- Harry, si he traducido bien tus palabras, creo que tienes una mala idea de lo que esta pasando. Tienes el camino libre amigo – Le guiñó de nuevo un ojo y le revolvió el cabello, cariñosamente
- ¿Estas seguro, Ron? – Un brillo de esperanza recorrió la mirada del joven Harry
- Por supuesto que estoy seguro – En su rostro se dibujó nuevamente un sinónimo de alegría
- Entonces, ¿Lo aceptas? ¿No tienes nada que decir?
- Pues... No se que decirte. Que tengas mucha suerte. La senda que transitas es larga y dura, pero todos logramos nuestras metas – Harry alzó una ceja levemente – Es un proverbio que me dijo Hermione hace tiempo
- ¿No opinas nada mas? – Harry se sentó junto al pelirrojo
- ¿Qué quieres que opine, Harry? – Giró la cabeza y las miradas de ambos muchachos se encontraron – Me parece muy bien que te guste. No tengo ningún inconveniente
- ¿Qué te...Que te parece...Que te parece muy bien? – Harry apretó los puños - ¿Qué no tienes ningún inconveniente...?
Lo que ocurrió justo después de eso sucedió muy rápido. Harry elevó su mano y golpeó a Ron en la mejilla. Después se levantó e hizo un ademán de salir de la terraza, pero, antes de cruzar la puerta, el pelirrojo le detuvo.
- ¡Pero Harry, ¿Qué Demonios te pasa?! – Ron impedía que Harry saliese del balcón
- ¿Cómo puedes decir solamente eso? – Mas lagrimas rodaron por las mejillas del moreno
- ¿Y que mas quieres que diga ante el echo de que te guste Hermione?
En ese momento, Harry se silenció. Se soltó de Ron pero no salió del lugar. Se quedo inmóvil.
- Mira Harry, desde hace tiempo, mucho tiempo, eso que has descrito antes, me ocurrió a mí y aun me ocurre, ¿Vale? Y no veo porque tengo que decir algo más. Es mas, no veo motivos por los cuales deba alegrarme por ello – Harry seguía sin articular palabra - ¿Qué quieres que te diga? ¿Qué tengo celos? ¿Qué tengo ganas de arrojarme por este balcón? ¿Qué ojalá viniera Lord Voldemort y me lanzara el Avada Kedabra? Tengo ganas de muchas cosas y ninguna de ella es motivo para alegrarme
- Ron, espera – Harry le miró fugazmente, con los ojos llenos de lagrimas - ¿Por qué has dicho que me gusta Hermione?
- Porque eso es lo que tú me has dicho
- No, yo en ningún momento he dicho que me guste ella
- Entonces, ¿Quién te gusta?
Harry acercó sus labios al oído del pelirrojo y le susurró un nombre, muy lentamente, saboreando cada letra. Ron se quedó perplejo
- ¿En serio? – Le miró a los ojos de nuevo. Harry asintió – Demuéstralo
En ese momento, los cuerpos de ambos muchachos estaban tan juntos, que podían sentir sus lentas respiraciones, pero agitada a su vez. El sudor que caía por la frente de ambos, resbalaba a través del pecho del otro. La lluvia comenzó a emanar del cielo perpetuamente. El cabello azabache del moreno, y el cabello colorado del otro muchacho, se llenaron de las lágrimas del cielo. Harry contemplaba los ojos de Ron a través de su flequillo alicaído sobre su salpicada frente. Le pasó uno de los brazos por el cuello, cogiendo con el otro la cintura del joven. Acercó lentamente sus labios a la boca del otro, sintiendo su cálido aliento rozarle la lengua, la cual ardía impetuosa como una manada de leones ante un trozo de carne tras meses sin probar bocado. Probó el sabor dulce y mentolado de la boca de Ron, mientras dejaba que su lengua explorase cada centímetro de su amigo. Al cabo de diez segundos, más o menos, se separó lentamente, casi sin respirar.
- ¿Prueba suficiente de mis sentimientos? – Harry sonrió, abiertamente
- Harry... – Ron se abalanzo sobre el moreno, y se fundió con el en un gran abrazo – Mira... Yo ahora estoy algo confuso, como tu antes... Dame tiempo, ¿Vale? – Le acarició la mejilla, sonriendo como un idiota - ¿Me esperaras?
- ¡Por supuesto!
Ron salió del lugar, mientras Harry se apoyaba en borde del balcón, contemplando de nuevo el paisaje, el cual parecía aun más maravilloso, ante los ojos de Potter.
- Harry – El joven llamado se giró y se encontró con la apacible expresión de su compañero - ¿Me puedo quedar contigo?
- Por supuesto, Ron. Ven
Ron se acercó a su joven amigo y le arropó con sus fuertes brazos. Harry dejo caer su cuerpo contra el de su amigo, sin abandonar su radiante sonrisa. Ron estrechó entre sus brazos al garzón moreno, mientras contemplaba el paisaje, y el manto de estrellas que cubrían los alrededores del cielo, el cual se había quedado despejado recientemente de la lluvia, dotando a los dos mozuelos de unas vistas increíbles. El pelirrojo, mirando el rostro de Harry, se dejo llevar por la tranquilidad del momento, la brisa fría del invierno, y la calidez de la mirada del niño que sobrevivió...
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