Draco encontró una pequeña creatura blanca y hermosa, a orillas del bosque prohibido (que no estaba tan prohibido si él podía entrar en el) y decidió que lo llevaría a su cuarto, eran vacaciones y poco o nada sabía de los otros habitantes del castillo, por lo que podría llevar tranquilo al animalito.
Se quitó la túnica y lo cubrió con ella, a lo que el venadito comenzó a retorcerse y moverse –Tranquilo por favor, no voy a dañarte— eso pareció tranquilizarlo y se dejó cargar por él hasta las mazmorras, donde lo limpió con una toalla con agua calientita, y lo durmió con él.
Era un animalito bastante inquieto, pero era suave y era paciente, por lo que le agradaba bastante—Ya que tus ojos son parecidos a los suyos, debería llamarte como él, pero tiene que ser algo discreto… Veamos, ya que su nombre es Harry James Potter Evans… Tal vez Hans, que combina Harry con Evans. Así nadie va a notarlo, casi nadie sabe el apellido de su madre– a lo que Harry hizo un pequeño sonido, signo de que lo aceptaba— Eres el primer animal que no me odia, me agradas— dijo sonriendo.
Harry estaba sorprendido de saber que Malfoy quería nombrar como él a “su mascota”, de manera discreta. Si lo hubiera hecho público, sería para burlarse, pero no parecía ser el caso, así que estaba asombrado.
Flashback
Harry se encontraba solo en el bosque prohibido, en medio de una tormenta, con un libro abierto en la sección intermedia, bebió un frasco con un líquido desconocido y luego, pronunció:
Amato animo animato animagus.
Luego se transformó poco a poco, en un blanco, peludo y poderoso… ¿Cervatillo?
De verdad, de todas las cosas que podría haber sido, era un maldito cervatillo, y la frustración llegó cuando sintió su pequeña y esponjosa cola moverse nerviosamente.
Frustrado quiso volver a la normalidad, pero no pudo. Trató de buscar en el libro, pero acabó comiendo unas cuantas páginas y decidió que mejor volvería a las orillas del bosque, donde no lo comerían. Y así, mojado, sucio y con la incertidumbre de como volver a ser Harry Potter y dejar de ser una bola de pelos blanca… Se durmió.
Estuvo otro día pastando y paseando por los lindes del bosque, preguntándose como demonios volvería a la normalidad, y cuando llegó la noche, le dio frío, y decidió dormir, para cuando se dio cuenta, un Draco excesivamente mojado, con un pantalón negro, una camisa blanca y un chaleco gris, lo agarraba con su túnica. Quiso huir, pero luego pensó que donde fuera que lo llevara, era más seguro que el bosque prohibido.
Ahora estaba encariñándose con ese extraño rubio que hablaba de él con su mascota y cuidaba con todo su amor, de aquella que no sabía que era su amor y hasta ahora su detestado rival.
Entonces al cuarto día ocurrió, mientras Draco no estaba logró volver a su forma humana, y llamó a Kreacher y le pidió que entretuviese a Draco en lo que lograba salir. Tiempo después, vió al rubio llorar cerca del bosque prohibido y le dió tanta ternura que lo abrazó por la espalda.
— ¿Qué sucede Potter?— dijo limpiando sus lágrimas un poco – Mira aquí Draco – y cuando se dio la vuelta vió a Harry transformarse lentamente en el pequeño cervatillo. Primero se puso rojo de furia, al pensar que fue engañado, pero luego aceptó que él se había resistido, así que era su culpa, luego le dio alegría, el saber que su cervatillo no lo había abandonado, y por último le dio ternura ver a Harry como un indefenso cervatillo y lo abrazó.
Entonces Harry se transformó de nuevo en humano y lo besó.