Si bien al principio me alejé de esta familia persiguiendo falsas esperanzas de recuperar mi antigua, veo que debe ser mi destino huir de cualquier familia que se me presente.
Mi primera familia, mi familia de sangre: un padre criminal y abusador, y una madre drogadicta. Primero mi padre es aprisionado y luego mi madre muere de sobredosis, lo cual termina en mi viviendo entre las mugrosas y crueles calles de Gotham. Luchando por sobrevivir en ellas.
Después llega mi segunda familia... o mejor dicho, la encuentro yo. Tratar con automóviles siempre me había sido fácil, por lo cual el robo de autopartes era mi mayor -y realmente única- fuente de alimentación. Robaba y después vendía o incluso canjeaba por alimento. Fácil. Una noche en la que corría con muy mala suerte, el destino por fin volvió a compadecerse de mí, haciendo que el Caballero Obscuro de Gotham, Batman, dejara su Batmovil precisamente en Crime Alley. ¿Qué mejor oportunidad? ¿Cuánto no valdrían semejantes partes? Aunque fueran sólo los neumáticos... Pero por supuesto que aquello no se le escaparía al murciélago. Después de la segunda risa más macabra que haya escuchado jamás 'siendo la de Joker la primera-, el hombre me acogió y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados.
De las frías e inhóspitas calles de la ciudad, a una enorme Mansión con su propio mayordomo. Y no sólo eso: Bruce Wayne me había ofrecido ser Robin. Me entrenó durante meses, hasta que pude comenzar el trabajo. Tenía un hogar, una vocación, tenía un "padre" y tenía a Alfred.
Y claro, tenía un hermano.
Uno del que no supe demasiado en un principio. Dick Grayson.
El chico había sido el primer compañero de Batman por un largo tiempo; el primer Boy Wonder. Completamente distinto al segundo. Richard era alegre y optimista. Había tenido una infancia feliz con dos padres que lo amaban y todo un circo que los adoraba, hasta que la mafia le dio lo que tendría en común con nuestro mentor. Al presenciar la muerte de los padres, Bruce revivió su trauma y al instante acogió a Grayson como su prodigio. Lo cuidó y entrenó, permitiéndole hacer justicia en nombre de los padres del pequeño, y los del propio.
Robin había alegrado e iluminado el ennegrecido corazón de Batman, y a lo largo de tantos años construyeron un lazo tan fuerte y único, que a la fecha el murciélago no lo ha tenido con nadie más. Tampoco Blue Bird, de hecho.
Entonces llegué yo, Jason Todd. Mucho más inexperto y de una cuna muy diferente. A pesar de todo, Bruce y yo teníamos nuestra propia química y aunque teníamos quizá muchos roces, nuestra relación creció fuerte. Fui el primer hijo que adoptó legalmente.
Con el paso del tiempo, Nightwing pasaba más tiempo en Gotham, en la mansión y con nosotros. De vez en cuando salíamos a patrullar los tres, otras tantas veces se iban ellos, y alguna que otra vez, eramos NIghtwing y Robin.
Dick siempre fue muy comprensivo y estuvo para apoyarme, ya fuera ayudándome y dándome consejos, o reprendiéndome cuando me pasaba de mano. Como Robin y como Jason, no estaba acostumbrado a tanta luz. Aún cuando Alfred era amable y protector, era bastante respetuoso y reservado. Bruce por su parte me trataba bien, pero era más o menos distante y muy rara vez mostraba alguna reacción o emoción más cálida.
Claro que eso cambiaba con Dick alrededor.
En un principio -cuando recién le conocía y casi no se veía- el trato entre ambos era duro, serio e intentaban ser respetuosos. Intentaban. Habían demasiadas discusiones en las que, aunque era Dick quien admitía la derrota en la mayoría de ellas, siempre era Bruce quien tenía el semblante derrotado.
Bruce le quería, y le quería demasiado. Ahora me doy cuenta que mi presencia sirvió para facilitar su trato y a la larga, su relación volvió a ser más que solo la de tolerarse.
¿Recuerdas como mencioné que me había alejado una primera vez de esta familia? Bueno, efectivamente fue por tratar de salvar a "mi madre". Joven e impulsivo como era -sí, aún más que ahora- me creí lo suficientemente capaz de ir y derrotar cualquier cosa y salvarla.
Pero morí y Bruce se volvió loco.
Supe que no descansaba y cada vez su juicio se veía más y más afectado. Jamás se perdonó mi muerte.
Pasaron ya unos cuantos años; hemos seguido adelante.
Pero Dick... Dick murió. El Sindicato del Crimen lo tomó prisionero y le torturó, para finalmente anclarlo a una bomba que detonaría a menos que Nightwing muriera. Batman se volvía loco nuevamente al no hayar forma de salvarle de ese destino, y finalmente Luthor detuvo el corazón de Blue Bird.
Y entonces todo se fue a la mierda. A penas evitándose heridas serias, Lex explicó su plan a Batman y justo a tiempo pusieron de nuevo el marcha el corazón de Dick, salvándole la vida a él y a todos a kilómetros a la redonda.
Pero Bruce jamás volvió a ser el mismo. ¿Otro más, arrebatado de su lado? Y por encima de todo... ¿él?
Por un buen tiempo, literalmente todo el mundo creía que Nightwing, que Dick había muerto esa noche. Prácticamente sólo Luthor y Batman sabían que no era así... además claro del mismo Nightwing. Pero todo eso se ha acabado, pues no sé si para bien o para mal, he podido encontrar a mi hermano de vuelta.
Por supuesto que después de tantas experiencias había generado mis propios sentimientos hacia Grayson, y a pesar de todo lo que hice en un tiempo -que no es algo de lo que me enorgullezca-, creía que él podía sentir algo por mí también. Quizá no de la misma forma, quizá no con la misma intensidad, pero algo.
La Batcave es más grande de lo que muchos realmente se imaginan. Siendo un Robin y conociendo a Batman como sólo uno de nosotros puede hacerlo, uno se imagina que prácticamente la conoce de inicio a fin. Casi. Conociendo a Bruce sabes que siempre te tendrá un secreto. Y ayer, cayendo la noche, conocí el último de ellos. El último rincón de la cueva.
¿Quién habría dicho que el amor podría retorserte al grado de aceptar tal cosa como correcta? Primeramente, ¿cómo podías realmente creer que eso era amor?
"¡DICK!... Dick, mierda".
Con el corazón habiendo dado un vuelco, la imagen de un Nightwing atado a de las muñecas por la espalda y con vendaje en los ojos se me presentaba en este espacio desconocido de la cueva. ¡Dick estaba vivo!
"Ven aquí, joder".
Se encontraba recostado en una cama con un número ridículo de cojines y almohadas, con su traje pero sin antifaz; sólo un listón cubría sus ojos. Estaba siendo cuidado, pues se encontraba aún en buena forma y su piel no parecía la de algún desnutrido. Simplemente tenía un poco menos de masa muscular. Incándome junto a él sobre la cama, le obliqué a hacer lo mismo.
Lo más delicado que uno puede ser en una situación como aquella, le acerqué a mi con un fuerte abrazo, para después liberarle de sus ataduras.
Sus ojos azules brillaron hermosamente por un segundo, y al instante pude ver como arrugaba el entrecejo y lo levantaba un poco. Sus ojos transmitían preocupación mientras buscaban entre nuestras piernas, desesperados.
"¿Qué sucede? ¿Qué...?" pero la voz me abandonó de golpe.
Dick por fin había encontrado lo que tanto anhelaba: la soga que hasta hace un momento le tenía aprisionado. Horrorizado, me quedé congelado mientras Grayson se esforzaba exageradamente por volver a amarrarse por sí mismo.
"¿Dick?" Le llamé con el hilo de voz que me quedaba.
"Él vendrá. Batman vendrá, ya no tarda. Viene cuidarme, viene a amarme" dijo animadamente, y entonces volteó a verme directamente a los ojos.
Eran sus ojos, de eso no había duda, pero por más que buscaba en ellos, el Dick que había conocido alguna vez se había ido.
"Yo lo amo, y nada va a separarnos... ¡vete!".
De alguna forma podía haber esperado que a Bruce se le botaría completamente y haría alguna otra cosa enfermiza -como si vestirse de murciélago y vivir en la venganza no fuera suficiente-. De cierta forma, podía entender que el trauma de haberme perdido de tal forma le hubiera afectado y que, al repetirse la historia con el ser que más amaba terminara por romperlo y, eventualmente, secuestrar a Dick.
¿Pero y Grayson? Ni en un millón de años habría podido imaginar que algo le provocara llegar a tal punto. El chico podía ser amado por cualquiera... Joder, ¡al chico lo amábamos todos! Y rendirse a esa locura junto con Bruce...
Si la primera vez que me alejé de ellos había sido para intentar salvar "el amor" de mi madre, me doy cuenta ahora que quizá, quizá el amor de ninguna familia me pertenece.