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La dualidad de Kim Jonghyun por Casiopea

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— ¿Podrías escribirme una frase bonita, por favor?

 

Detiene su firma a la mitad y mira a la chica frente a él, que le observa con ojos iluminados. Ríe un poco, y vuelve a retomar su escritura a la vez que sigue mirando a la chica.

 

— Lo siento. Es a Jonghyun a quién se le da bien escribir, yo soy muy malo para eso.

 

La chica suelta una carcajada nerviosa y asiente, desviando la vista hacia Jonghyun, que está sentado a su lado. Sonríe mientras termina de grabar su firma en el libro y se lo tiende a la chica.

 

— Gracias por venir.

 

— Gracias a ti. ¡Mucha suerte!

 

Minho asiente, mientras se despide de ella. No hay nadie en su fila para firmar, así que aprovecha para estirarse en la silla. Observa como Jinki, a su lado derecho, escucha atentamente a una chica. No le sorprende que incluso haya dejado de firmar para escucharla, porque Jinki es así, suave y atento con todos. A su otro lado está Jonghyun, quien firma a la velocidad de la luz, por eso, aunque haya una fila extensa de fans, él siempre consigue terminar primero; cosa que no pasa con Taemin, que también tiene una fila enormemente larga de chicas esperando, y que lo hace ponerse nervioso, por eso se equivoca al firmar, y tiene que parar cada dos por tres a limpiarse las manos porque se las mancha.

 

— ¿Has visto lo que lleva Kibum en la cabeza?

 

Minho enfoca su vista en Jonghyun, quien le mira divertido, haciendo ver que también se está estirando, y luego se echa hacia atrás, para ver a Kibum firmando su photobook con una corona de princesa en la cabeza.

 

—Hay que conseguir una fotografía de eso—. Dice, soltando una carcajada, que intenta ocultar tras su mano.

 

— Dalo por hecho—. Contesta resuelto.

 

El mayor sonríe, con un brillo burlón y malicioso en los ojos. Minho cree que es por Kibum, pero se da cuenta de que no es eso cuando ve que sostiene su vaso de zumo en la mano y se lo está bebiendo tan tranquilamente.

 

— Oye, eso es mío—. Se queja.

 

— ¿El qué?— El tono de voz de Jonghyun es completamente confundido, como si realmente no supiera de qué están hablando, y Minho se pregunta cuándo se ha convertido en tan buen actor, si no lo ha sido nunca.

 

Está a punto de volver a quejarse, cuando una chica aparece en su fila, y él tiene que dejar a Jonghyun para prestarle atención a ella.

 

— Hola.— La recibe suavemente.

 

Coge el álbum de su disco y lo abre directamente por la etiqueta que lleva su nombre. Está a punto de empezar a firmar cuando levanta la vista, mirando como la chica se tapa las manos con la boca.

 

— ¿Estás bien?

 

La chica asiente, pero Minho le mira durante unos segundos más porque no sería la primera vez que una fan se pone a llorar o incluso se desmaya frente a ellos, y nunca es agradable de ver.

 

— Sí, sí. Es que eres tan guapo.

 

— Oh, gracias.

 

Minho casi se siente sonrojar, la chica está a punto de llegar al colapso, y Jonghyun suelta una carcajada tan poco disimulada que se escucha en todo el centro comercial. Cuando se despide de ella, sus ojos se clavan entrecerrados en el mayor.

 

— Devuélveme mi zumo—. Extiende su mano hacia su vaso de plástico, solo para que lo dicho quede más claro.

 

— Oh, ¿es tuyo?— Ve como Jong se lleva la mano al pecho, fingidamente impactado— No me había dado cuenta. Serán lo nervios de tenerte cerca, es que eres tan guapo.

 

— Y tú tan gracioso —replica, arrebatándole el vaso—, ten cuidado, no vaya a ser que te confundan con un mechero, con esa chispa que tienes.

 

Jonghyun chasquea la lengua, como si fuera el seguro de un pistola, dispuesto a disparar, y casi agradece una nueva interrupción de una fan, porque no quiere escuchar la perfecta contestación del mayor.

 

El moreno bebe tranquilamente su zumo, cuando reconoce a la chica de antes, quien le echa una mirada cómplice durante un segundo, y luego le extiende el álbum a Jonghyun.

 

— ¿Podrías escribirme una frase bonita, por favor?

 

Frunce los labios, apretando la pajilla de plástico para no reírse. Apoya los codos indiferentemente en la mesa, y mira hacia el grupo de gente que está frente a él, para luego dirigir una mirada disimulada hacia lo que Jonghyun le está escribiendo a la chica.

 

"En medio de nuestra felicidad, seamos más felices"

 

Minho sonríe después de leer la frase, niega suavemente con la cabeza y se pone a atender a otra fan. Cuando termina de firmar, nota la mirada cómplice de Jonghyun sobre él.

 

— Eres tan tonto.— Le dice, rodando los ojos.

 

— Y por eso me quieres tanto.

 

Minho no lo niega. Tampoco dice nada cuando Jonghyun le guiña un ojo en un gesto pícaro, y vuelve a coger su vaso de zumo, sino que deja que se lo termine tranquilamente. 

 

Sí, por eso le quería tanto.

 

 

 

 

*****

 

 

 

Suspira mientras se seca el pelo mojado con una toalla. Ahora que la adrenalina después de un concierto ha pasado, sus músculos se resienten, y nota como le cuesta hasta alzar los brazos para secarse. Taemin está en peor situación que él, porque se ha quedado dormido sentado en un sofá, Kibum bosteza cada dos por tres y Jinki tiene cara de sueño. Jonghyun parece entero, pero todavía tiene la nariz roja porque ha estado llorando encima del escenario, sus pestañas están húmedas y lleva un buen rato sentado en un silla, mirando hacia la nada y sin hablar con nadie. Minho aprovecha para acercarse a él mientras busca su ropa limpia.

 

— ¿Qué te pasa?

 

El mayor parpadea saliendo del trance, cuando le mira, Minho puede ver además que también le quedan algunas lágrimas en los ojos, porque están excesivamente brillantes, y que su cabello castaño está más despeinado de lo habitual.

 

— Nada.

 

El menor está apunto de rebatirle, pero prefiere guardar silencio. Se viste con tranquilidad, y sigue su camino con mutismo cuando su mánager les dice que un coche está esperándoles afuera.

 

Durante el viaje Jonghyun tampoco habla, se limita a sentarse pegado a la puerta del vehículo, mientras mira por la ventana como si fuera indispensable.

 

Minho se irrita. Nota la exasperación recorrerle toda la fibra de su cuerpo. Cruza los brazos y nota como su espalda va totalmente tensa durante todo el trayecto. No entiende porqué Jonghyun hace eso, porqué se encierra en sí mismo y se clausura de todo a su alrededor. Siente que a veces no es lo suficientemente importante para él, porque si lo fuera, le diría lo que le pasa, confiaría en él y le contaría qué es lo que le atormenta. Pero Jonghyun no habla, y mientras el silencio perdura minuto a minuto, el interior de Minho se va resquebrajando poco a poco, el cabreo va menguando y derritiéndose como una capa de nieve, dejando al descubierto un fino trozo de hielo que en cualquier momento va a romperse.

 

Kibum es el primero en llegar a casa, Taemin vuelve a quedarse dormido y Jinki finge que no nota la tensión que hay en la parte de atrás del coche. Minho mira por la ventana, mientras se le forma un nudo en la garganta y se pregunta si no habrá hecho algo mal durante el concierto, algo que pudiera haber molestado al mayor. Se cuestiona si hay algo mal en su relación, si a lo mejor es culpa suya, por no ser lo suficientemente bueno para Jonghyun.

 

Parpadea para aclararse la vista cuando nota que el coche se detiene. Reconoce la casa de los vecinos de Jonghyun, al igual que reconoce el calor que desprende la mano del castaño en su brazo.

 

— ¿Vienes?— Le pide.

 

Minho quiere negarse, quiere decirle que para qué va a ir, si no le habla. Pero cuando enfoca su vista en él, lo primero que nota es su rostro desolado, todas las lágrimas que le bañan las mejillas y la mirada perdida y afligida. Entonces comprende tardíamente que Jonghyun no habla porque no lo necesita, porque no quiere explicar qué le pasa, sino que alguien le sostenga hasta que pueda erguirse de nuevo. 

 

No le responde, pero se desabrocha el cinturón y sale del coche después de despedirse de Jinki. 

 

La casa de Jonghyun tiene un olor agradable a vela aromática le recuerda al té de limón. Cuando llegan a la habitación del mayor, Minho se desviste  y se mete en la cama como si estuviera en su propia casa. Espera pacientemente al mayor, quién le imita entre sollozos, una vez que está también tumbado en el colchón, Minho le abraza, le atrapa contra su pecho y le resguarda hasta que se queda dormido un par de horas después. Aún así, no le suelta y esa noche se dice a sí mismo que se va a encargar de proteger a ese Jonghyun frágil que poca gente conoce.

 

 

 

 

*****

 

Minho no sabe qué le da más vergüenza: que Jonghyun vaya conduciendo su coche, y todo el mundo le mire por ello, o que el coche en sí sea un Lamborghini y el mundo le mire con más razón todavía.

 

Se detienen en un semáforo, la gente cuando cruza por el paso de peatones les mira, algunos incluso le hacen una foto al coche, unas chicas gritan emocionadas y Jonghyun intenta disimular su risa de un manera bastante penosa. Minho quiere que la tierra se lo trague, y de repente echa de menos la furgoneta común e insulsa de su manager. 

 

— ¿Por qué tienes que hacer tanto ruido?

 

— No soy yo, es el coche.

 

Minho lo fulmina con la mirada porque esa excusa es patética y esta vez Jonghyun ni si quiera disimula su sonrisa engreída, porque parece que realmente se siente orgulloso de lo que causa.

 

— ¿A dónde estamos yendo, de todas formas?

 

— A dar una vuelta.— Es la encriptada respuesta que obtiene.

 

Se traga un resoplido, y aprovecha a mirar por la ventana en el momento en que pasan por una calle poco transitada. 

 

— Podríamos ir a mi casa a ver una película.

 

— ¿El día de tu cumpleaños? Ni que cumplieras ochenta años, Minho.

 

Esta vez sí resopla, pone los ojos en blanco y mira enfurruñado al mayor.

 

— Tengo sueño  —se queja— Y no me apetece ir a la fiesta que me habéis preparado.

 

— Se supone que era sorpresa—. Jonghyun bufa de mal humor, y cuando vuelven a parar en otro semáforo, mira inquisitivamente al moreno— Te lo ha dicho Taemin, ¿verdad?

 

— No.— Miente descaradamente, y Jonghyun lo sabe porque después de doce años juntos, Taemin todavía no ha aprendido a mentir, y menos a Minho, que lo conoce como si lo hubiera parido.

 

—Voy a matar a ese crío. 

 

El menor sonríe de mejor humor, porque siempre le ha hecho gracia ver a Jonghyun enfadado, alza la mano y enreda los dedos el en cabello oscuro del mayor, solo para verle fruncir más el ceño.

 

—Me estás despeinando.    

 

—Deberías cortarte el pelo— Sugiere, como si no lo hubiera escuchado.

 

 —Me gusta mi pelo así.  

 

Minho muerde su labio inferior, aguantando la risa que le da ver a Jonghyun enfoscado.

 

—Y volver a teñirte de rubio— Continúa, ignorándolo completamente.

 

—No deberías distraerme cuando voy conduciendo un coche de seiscientos caballos. 

 

—Oh, qué peligroso.— Se burla.

 

El ceño de Jonghyun se acentúa todavía más, mira con reproche al menor y luego chasquea la lengua con disgusto cuando ve que Minho parece totalmente divertido.

 

—¿No tenías sueño? —reclama—Pues duerme hasta que lleguemos. 

 

La risa de Minho inunda el vehículo durante unos segundos.

 

—No te enfades — le pide, con un tono más conciliador—, cuando lleguemos me haré el sorprendido.

 

—Es que deberías estar sorprendido de verdad.

 

—Jong, lleváis muchos años organizando fiestas y nunca es sorpresa para nadie.

 

—Maldito Taemin—. Maldice una vez más.

 

Cuando llegan al local, Minho se hace el sorprendido de una manera tan desastrosa que todo el mundo se da cuenta pero nadie dice nada. Jonghyun vuelve a maldecir a Taemin, esta vez en su cara, mientras Minho ríe desde la barra del bar. En un punto de la fiesta, las luces se iluminan más de lo normal y la música se apaga, cuando quiere darse cuenta, Minho tiene a sus compañeros de grupo cantándole 'Cumpleaños Feliz', y sopla las velas de una enorme tarta que pronto acaba esparcida entre su cara y su ropa. 

 

La gente baila a su alrededor, para Minho todos son caras conocidas y agradece a sus compañeros que se hayan tomado la molestia de hacerle tal fiesta, aunque él hace un par de horas que ha perdido ya de vista a Jonghyun y se ha cansado de bailar, porque no le mentía cuando le había dicho que prefería quedarse en casa viendo una película, así que se queda en la barra del bar, charlando tranquilamente con un amigo de Taemin que le está contando la vez que casi baila para Madona mientras él finge que le escucha sobre toda esa música que hay.

 

En un momento de la noche en la que Minho ha debido perderse, mientras mira por todo el local en busca de Jonghyun al darse cuenta ya lo tarde que es, nota como el amigo de Taemin deja caer su mano en su rodilla. 

Minho se congela en su asiente durante un segundo, su mirada se queda clavada en una columna del local y luego rápidamente viaja hacia la mano que está acariciando descaradamente su pierna, cuando levanta los ojos se encuentra con la sonriente y predispuesta sonrisa del chico con el que estaba hablando.

 

— ¿Jeonseok?— Minho dice su nombre, pero lo que en realidad tiene ganas de preguntarle es qué cojones está haciendo.

 

— Minho —pronuncia el otro con voz pastosa—, me gustas mucho.

 

El moreno parpadea, intentando recordar que se ha perdido de la conversación, o cómo es que el chico no sabe que él tiene novio, cuando todo el mundo lo sabe. 

Abre la boca dispuesto a rechazar lo más educadamente que pueda al chico, porque al fin y al cabo es amigo de Taemin, y tampoco quiere formar un escándalo, pero antes de que su lengua pueda si quiera ponerse en posiciona para formar una sílaba, nota otra mano en su nuca, subiendo ágilmente por su cuello hasta llegar a su cabello y enredar los dedos en él. El movimiento es tan rápido, tan acostumbrado, que sabe perfectamente quien es antes de girarse.

 

— ¿Nos vamos?

 

Minho alza un poco la mirada, porque sentado en ese taburete Jonghyun es algo más alto que él, y asiente lentamente, sin saber que otra cosa decir, porque Jonghyun está ahí con un rostro demasiado serio para estar en medio de una fiesta, con su mano aferrada a su pelo, mientras Jeonseok sigue con la mano en su pierna. 

 

— Perdona, creo que no me he presentado —dice el mayor de repente, mirando al amigo de Tae—. Soy Jonghyun, el novio de Minho.

 

Jonghyun alza su mano izquierda solo para que el otro aleje la mano de encima de Minho, y cuando se la estrecha, Minho puede asegurar que la sonrisa de Jonghyun es demasiado forzada.

 

— ¿Novio? No me habías dicho que tenías novio.

 

Minho se remueve incómodo cuando el tácito reproche de Jeonseok le llega a los oídos.

 

— Pues lo tiene— responde Jonghyun antes que él, y esta vez su sonrisa es más orgullosa y real. 

 

— ¿Nos vamos?

 

Esta vez es Minho el que lo pregunta, queriendo huir de allí porque estas escenas de tensión siempre le ponen demasiado nervioso. Jonghyun asiente, y prácticamente le arrastra por todo el local para sacarlo de ahí. Afuera el viente le da una fría bienvenida que Minho agradece porque así se le refrescan las ideas.

 

— ¿Estás enfadado?

 

— No.

 

La respuesta es tan rápida y cortante que a Minho no le hace falta volver a preguntar para saber que el mayor sí está enfadado. Y bastante.

 

— Jonghyun— le llama, deteniéndolo del brazo justo antes de que le dé tiempo a subir a su Lamborghini—, no te enfades.

 

— No estoy enfadado.

 

Minho sonríe suavemente, pasa las manos por los hombros de Jonghyun hasta llegar a su rostro y acunar sus mejillas que han empreñado a enfriarse por el viento.

 

— Sabes que solo te quiero a ti— su voz mientras una ligera diversión, pero ambos saben que el moreno está hablando en serio.

 

Jonghyun alza la mirada, desfrunce suavemente el ceño y se acerca un poco más a Minho, lo justo para que sus narices se rocen.

 

— Feliz cumpleaños— le desea, antes de besarle.

 

 

*****

 

Hay tanta gente ahí dentro, que si se tropezase con algo, seguramente no caería al suelo, sino sobre alguien.

Pero a Minho eso no le importa, al fin y al cabo no es tan diferente de ir a un concierto de EXO, que ahí sí que hay gente para contar. Así que se sienta en la silla de plástico roja, se ajusta la gorra y se mete un par de palomitas con crema de cacahuete en la boca. 

 

— ¿Cuanto dura esto?

 

Jonghyun está sentado a su lado, abrigado hasta las orejas, y con el ceño ligeramente fruncido, mostrando su desencanto.

 

— Una hora más o menos.

 

— ¿Voy a estar aquí una hora entera, enfriándome el culo entre toda esta masa de gente?

 

Minho rueda los ojos, y en vez de contestarle se mete un par más de palomitas. 

 

Han viajado a Estados Unidos por un fanmeet, y Minho se había dado cuenta que en Dallas iba a ver un partido de fútbol americano de la FNL que se iba a disputar justo el día antes en el que se tenía que ir de vuelta a Corea, y después de mucho pedir y suplicar —y, porque no, patalear también— había conseguido convencer a Jonghyun para que le acompañase a verlo. 

 

— ¿Sabes si quiera qué equipos juegan?— resuena la voz frustrada de Jonghyun a su lado.

 

— Dallas Cowboys contra Oakland Raiders.

 

— Y nosotros vamos con los...

 

— Dallas.

 

— Ya— Minho le mira un momento, fijándose en esa mueca entrañable de concentración que pone mientras mira el panel que cuelga en el estadio— Y esos son los que van de negro.

 

— No, los de blanco.

 

— Lo que yo decía.

 

Minho ríe, negando con la cabeza.

 

— Claro. 

 

— Oye, yo quiero una de esas.

 

El menor mira hacia donde está señalando Jonghyun en ese momento, fijándose en un hombre que está vendiendo refrescos y hamburguesas por el estadio.

 

— Pues ve a comprar una— responde como si fuera obvio. La mirada que Jonghyun le dirige le predice que esto n ole va a gustar.

 

— No, vas a ir tú a comprarme una hamburguesa porque ha sido tu idea venir aquí.

 

— Pero hay un montón de gente hasta allí.

 

— Tengo hambre, Minho.

 

— Tu eres más pequeño, pasarás mejor entre la gente.

 

Supo, en cuanto termino de decir la frase, que no debería de haberla dicho. Sobretodo por la mirada mortífera que le estaba dirigiendo su novio en ese momento. 

 

— ¡Choi Minho! ¡Ve a por mi maldita hamburguesa ahora mismo o te juro que te tiro del avión cuando estamos volviendo a Corea!

 

— ¡Vale, voy!

 

Ir a por esa hamburguesa había sido igual de difícil que cruzar el maldito Himalaya, lo único que le había compensado es que Jonghyun se había quedado calladito y tranquilo en su asiento mientras empezaba el partido.

 

— ¿Y aquí cómo se marcan los goles? 

 

Minho intenta evitar la tentación de tirarse al suelo y llorar, así que se conforma solo con bufar por lo bajo. Debería haber ido con Taemin al partido. Aún así se toma la molestia de explicarle a Jonghyun las reglas básicas de fútbol americano, mientras intenta concentrarse en el partido.

 

— Pues no lo entiendo— dictamina el mayor al cabo de un rato.

 

— ¿El qué?— pregunta Minho, más por acto reflejo que por otra cosa.

 

— ¿Por qué se van pasando el balón hacia atrás? No tiene sentido. Sería más fácil si lo lanzasen hacia delante. 

 

— Porque sino no tendría gracia, Jonghyun.

 

— Qué tontería— resopla—. Tampoco veo coherente que se estén tocando el culo unos a otros cada dos por tres. Qué ganas de manosearse.

 

— Jonghyun, por el amor a lo que más quieras, cállate, por favor.

 

— ¡Oye!— se queja, manoteando contra su brazo— A mi no me mandes a callar.

 

— Jonghyun, quedan quince minutos de partido, por favor.

 

Se hace el silencio durante dos segundos, antes de que Jonghyun vuelva a hablar.

 

— No me caes bien, Choi.

 

— Tú a mi tampoco.

 

Gracias a la benevolencia divinamente De Dios,   Minho puede disfrutar de los últimos minutos del partido en silencio, sin que su novio le esté preguntado cualquier chorrada cada dos por tres. Al final los Dallas ganan por bastante ventaja, y sorprendentemente cuando salen del estadio, Jonghyun parece ligeramente feliz, lo que hace sospechar a Minho.

 

— ¿No estás enfadado?

 

Jonghyun se encoge ligeramente de hombros y niega con la cabeza, con un ligero brillo divertido en sus ojos. Minho se pregunta qué demonios le ha picado al mayor, si hace dos minutos estaba enfurruñado y ahora parece hasta contento.

 

— Espera.

 

El mayor se detiene a poca distancia de la salida del estadio, la gente caminando a su alrededor celebra la victoria, Minho mira a Jonghyun para ver porque se ha parado, pero su novio solo se le queda mirando expectante y casi con anhelo. Está a punto de preguntarle qué le pasa, cuando unas luces iluminan la pared del estadio, y a Minho casi se le olvida hasta respirar.

 

"En medio de nuestra felicidad, seamos más felices"

 

Minho quiere pregunta cómo ha conseguido hacer eso, cuándo en todo ese día se ha tomado la molestia de hacer que su frase brillase en toda una pared de un estadio de fútbol americano en Dallas, ahí, solo para Minho.  Para que, en medio de su felicidad, pudiera ser más feliz todavía. Entonces se da cuenta, que eso solo es capaz de lograrlo Kim Jonghyun. 

 

— Eres tan tinto— le dice, con los ojos brillantes por las lágrimas y una sonrisa enorme en el rostro.— Y por eso te quiero tanto—completa, justo antes de besar suavemente a Jonghyun.

 

 

*****

 

 

Notas finales:

Ah, Dios.

Creía que nunca más iba a volver hacer esto, y aquí estoy.

 

Como habréis leído en el resumen, esta es mi despedida a Jonghyun. Este era el fanfic que tenía planeado publicar para navidad antes de que Jonghyun nos dejase. En su momento decidí no publicarlo, y después de todo este mes que ha pasado tan largo y tortuoso, lo he estado reflexionando y he decidido publicarlo en honor a él.

Me he enterado de que SHINee va a continuar como grupo sobre el escenario, lo cual es admirable, y siguiendo su ejemplo y reflexionando las palabras de apoyo que han escrito, pensé en si yo podría continuar con mis historias, y se que ahora que ha pasado el shock inicial, pasado un tiempo, probablemente si podría continuarlos, pero no sería de la misma manera y el dolor seguiría estando ahí. También he pensado en si podría escribir otras historias de él, pero cada vez que he intentado escribir algo, por mínimo que sea, me he quedado en blanco. Como cuando te levantas a algún sitio y de repente se te olvida a donde ibas. 

Aún así, se que voy a ser capaz de escribir, igual que hoy, después de casi un mes, he sido capaz de escuchar otra vez su voz cantando Orbit, por eso he pensado en que seguramente voy a transcribir las historias que tengo por terminar (Después de Medianoche y Algo Extraño) y las haré con personajes originales. Se que a lo mejor no será lo mismo y que a alguno no os apetecerá leerlas porque no os gustará o porque simplemente os recuerden demasiado a Jonghyun, pero personalmente para mí conllevará poder quitarme un peso de encima, poder terminar las historias que comencé y poder retribuir la memoria de Jonghyun de alguna manera, ya que aunque ya no vaya a escribir sobre el, esas dos historias siempre van a ser suyas.

 

Por último: os he echado de menos. Y gracias por el apoyo. Se que me habéis dejado comentarios y mensajes que me pondré a leer cuando deje de estar tan sensible y prometo contestar a todos.

 

Gracias por todo el apoyo y el cariño.

 

Prometo que volveréis a leerme.


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