Eran las 12:30 pm, hace tan solo un par de horas el pequeño conde phantomhive se había ido a dormir pero como siempre su fiel mayordomo se quedaba despierto en la cocina organizando la comida para el día siguiente, para él no era un problema la falta de sueño, como el mayordomo de la familia Phantomhive. ¿Qué haría si no pudiera manejar algo como eso?
El pelinegro seguía con su rutina, picando ingredientes y organizando todo hasta que sintió una leve brisa, casi imperceptible y cuando levanto la cabeza se topó con que la ventana estaba abierta de par en par la cual cerro y sin más siguió con su trabajo, pasaron los minutos y una vez terminada su labor lavo sus manos y se dispuso a retirarse a su habitación pero algo llamo su atención
Sobre el mesón de la cocina había una botella verde que parecía contener un extraño liquido azul junto a una nota los cuales Sebastián estaba seguro que no estaban cuando el ingreso a terminar sus últimas labores diarias ase un momento sin mencionar que no sintió la molesta presencia de los sirvientes o de algún descuidado intruso que la pudo haber olvidado en la premura por huir, se acercó al mesón y tomo con cautela la nota la cual decía:
Bébeme o pierde
El demonio arqueo una ceja, que rayos significaba esa frase que le sonaba a cuento infantil, quemo la nota usando una de las velas que tenía para iluminar la cocina durante la noche y tomo la botella la cual abrió con su mano sin mayor esfuerzo para posteriormente oler su contenido, olía a vino humano y otras cosas que no supo identificar una sustancia poco usual pero que no le desagradaba así que simplemente lo bebió después de todo no le ocurriría nada con el alcohol humano o en caso de que fuera venenoso tampoco pasaría nada
sorbo tras sorbo bebió hasta que la botella se terminó, sus mejillas comenzaban a sonrojarse mientras se empezaba a sentir mareado y un poco atontado pero también estaban aflorando dentro del demonio unas inmensas ganas de ver a su amo por lo que salió raudo de la cocina chocando en el camino con uno que otro mueble sin mencionar que sentía que se le atravesaban las paredes en el camino por lo que choco en más de una ocasión con ellas pero aun así logro llegar a su destino y se encontró frente a la puerta de la habitación de su amo, con mano temblorosa toco levemente la puerta pero al no recibir respuesta por obvias rasiones decidió entrar y acercarse a la cama entre tropezones pero tratando de ser silencioso, sabía que si era atrapado en tal acto de desfachatez seria severamente castigado por su señorito pero su extraño estado de borrachera le hacía sentir más valiente
Se acercó quedando justo a un lado de él y lo observo, su rostro tranquilo, su cabello azulado despeinado más la luz de la luna que le daba un aire mágico como si contemplara el apacible sueño de un hermoso ángel, del ser más hermoso que pudiera existir, se quitó los guantes y con delicadeza acaricio su mejilla notando lo cálido de la piel contraria en contacto con la suya, mandando todo a la mierda se le tiro enzima besándolo con desesperación, con un anhelo desconocido pero asfixiante que le oprimía el pecho dolorosamente
Ciel despertó de un salto al sentir su boca siendo asaltada por un desconocido, tomo rápidamente el revolver que ocultaba bajo la almohada pero al enfocar bien sus ojos noto que el malhechor no era otro que su mayordomo cosa que le irrito de sobremanera, venir y besarle en plena noche con total descaro era algo que él no le permitiría a nadie, se resistió pero sus esfuerzos eran en vano debido a la fuerza que ostentaba el peli-negro un simple niño no podría hacerle frente sin mencionar que la experta lengua del mayor recorría su boca con desesperación liberando en su ser sensaciones nuevas y desconocidas para el
El akuma le beso largamente, disminuyendo la intensidad hasta que la falta de oxígeno en su amo lo hizo separarse y al hacerlo vio la imagen más hermosa que sus pecadores ojos hayan admirado nunca, su menor sonrojado, jadeante y estremecido por su inesperada acción – te… hip!... te amoooo!... bochhhhhan… hip!... – soltó entre hipidos feliz de haber soltado esa verdad que llevaba oculta desde hace algún tiempo pero claramente en un estado etílico poco estable mientras abrazaba al menor
El conde se tensó ante la declaración mientras percibía el alcohol tanto en sus labios como en el ambiente, sin duda su mayordomo había encontrado la forma de emborracharse y dada la resiente declaración al parecer no tenía el valor suficiente para declarársele lucido así que decidió buscar consuelo en la botella, el sonrojo en sus mejillas y la actitud errática lo delataba, lo mejor era calmarlo hasta que se le pasara la borrachera y ya mañana lo regañaría por su descaro y por beber en horario de servicio después de todo un demonio borracho podía ser peligroso ya que posiblemente no le obedecería, con cuidado correspondió el abraso – está bien… mira por que no vas a descansar y hablamos de esto mañana cuando estés mejor – dijo tratando de ser amable
ñnnoooo!!... hip!... el amo no… hip!... me quiere… – dijo comenzando a llorar a los gritos como niño pequeño contra su pecho, se sentía horriblemente rechazado
El peli-azul trato de reprimir la risa, cierto era que le daba gracia la actitud de Sebastián pero si no lo callaba iba a despertar a toda la mansión con sus gritos por lo que lo tomo de las mejillas y con sus pulgares limpio sus lágrimas – yo no he dicho eso que… querido… solo que quiero que descanses, mi… mi amor… – sin duda ser cursi era más vergonzoso de lo que nunca había imaginado pero con suerte el mayor no se acordaría de mana mañana
Boo… hip! Bochan me… me ama?... – pregunto ya parando de llorar
Claro que si mi… vida… ahora ya vea adormir y hablamos mañana – se sonrojo al asumir lo que había dicho deseando que solo se acordara de esa parte ya que sería demasiado vergonzoso volver a repetirlo pensaba mientras trataba de quitárselo de encima pero el mayordomo se resistió a dejarle ir
Nooooo!!... yo hip!... yo quiero… hip! Dormir aquí… hip! – pidió con cara de perrito regañado mientras que nuevas lagrimas amenazaban con bajar por sus mejillas – pu… pu… hip!... ¿puedo? – pregunto esperanzado
No, tú tienes tu habitación – el peli-negro nuevamente comenzó a llorar – ¡bien!, ¡bien! ¡Solo ya cállate! – regaño, no estaba acostumbrado a tratar con “niños”, el mayor comenzó a calmarse mientras limpiaba sus lágrimas en la manga de su camisa dándole una vista adorable al conde quien no pudo evitar sonreír y revolverle el cabello como a un niño
Ñooo!... – se quejó
Bien, bien,… ahora quítate el saco y los zapatos para dormir – ordeno aun sonriendo y mientras el peli-negro obedecía y se quitaba la ropa para poder dormir más cómodo Ciel al instante desvió la mirada tratando de no sonrojarse y de no mirar el cuerpo en ropa interior de su mayordomo al cual sintió acomodarse en la cama y contra su pecho mientras ronroneaba de gusto – me siento… seguro… hip!.. con bochan… – admitió sonriendo y aun mareado
¿A sí?... Ahora duerme – respondió abrasándolo contra su cuerpo tratando de contener la risa por el comportamiento infantil del demonio al estar borracho
Bochan me va a… hip!... a cuidar?... – pregunto más dormido que despierto cosa que desconcertó al conde ya que este desconocía que los demonios pudieran dormir
Si Sebastián,… bochan te va a cuidar… – acepto cerrando los ojos mientras escuchaba la respiración tranquila del mayor y sonriendo al pensar en cómo los papeles se habían invertido, Sebastián se había convertido en el mocoso caprichoso y él en su “protector”
A la mañana siguiente ciel fue el que deserto primero y agradecido de ello ya que logro ver como sus brazos con algo de dificulta rodeaban la cintura contraria y como su mayordomo lo abrasaba por el cuello y seguía sobre el con una expresión tranquila al parecer seguía dormido por lo que con delicadeza y algo de dificultad se lo quito de enzima para después salir de su habitación en busca de algo de comer ya que tomando en cuenta el estado de Sebastián lo dejaría descansar un rato más, camino un rato por los pasillos y bajo las escaleras hasta llegar a la cocina donde tomo un vaso de leche y comió de las galletas que su mayordomo escondía en una de las la alacena más altas creyendo que nunca las encontraría pero el conde logro robar varias con ayuda de una silla, en esos momentos era cuando no le agradaba su estatura y deseaba crecer rápido para que no le miraran en menos o en este caso escondieran las galletas y los dulces en lugares a los que él no podía acceder por su cuenta
después de comer miro el reloj de la cocina, 10:45 am sonrió, tomo un vaso extra con leche y dirigió sus pasos devuelta a la habitación, al parecer cierto mayordomo perfecto había perdido su estética intachable quedándose dormido más de lo debido y como la mansión no funcionaba si él no se movía primero las consecuencias fueron que todos se habían quedado dormidos y cono el conde había amanecido de muy buen humor lo dejaría pasar esta vez, al llegar a la habitación y abrir la puerta y vio como el gran bulto que dormía sobre su cama se removía y se asomaba entre las mantas el pelo revuelto y la cara desconcertada de su mayordomo cosa que hiso reír a ciel
mmm… que paso… amo por… ¡¿Por qué estoy en su cama?! – pregunto sorprendido siento es que el sonido de la puerta al abrirse recientemente lo había despertado y la verdad no recordaba como llego allí sin mencionar el inmenso dolor de cabeza que tenia
El oji-azul sonrió con sorna – será quizás porque… ¿te sientes “seguro con bochan”?
Como respuesta recibió el sonrojo intenso en la cara de su contrario y como se dejaba caer en la cama ocultando su cara en la almohada mientras el reía, al parecer alguien había recordado todo
“nunca más volveré a beber” pensó avergonzado mientras sentía a su amo acercarse y sentarse en la cama junto a él, levantando las mantas que cubrían su rostro – ten – dijo ofreciéndole el vaso con leche
El oji-carmesí acepto el vaso y se sentó en la cama a beberlo en silencio tratando de recuperar algo de su dignidad después del espectáculo del día anterior, al terminar iba a levantarse pero su amo lo tomo por la muñeca jalándolo y acomodándolo sobre su cuerpo para después arrebatarle el vaso y dejarlo sobre su mesita de noche - ¿bochan?... – pregunto tímidamente y molesto consigo mismo por actuar así frente a su amo pero no podía evitarlo no después de la escena de ayer
No estás en concisiones de trabajar hoy no después de tamaña borrachera así que hoy nos quedaremos aquí – ordeno cerrando los ojos
Pero bochan… tiene cosas que hacer, debo preparar la comida y ya es muy tarde – replico pero el peli-azul seguía sin querer soltarle sabiendo que su mayor no escaparía
Deja que los demás se encarguen de eso además… – tomo el rostro de su mayordomo y le beso levemente – debo cuidar de ti pequeño – aseguro sacándole otro sonrojo al peli-negro
¡¡Bochan ya deje eso!! – reclamo escondiéndose bajo las sabanas mientras sentía como era abrasado por el menor el cual se reía felizmente
Y desde la rama de un árbol de la mansión se encontraba un viejo shinigami riendo a carcajadas por su travesura
Fin