Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Soft Universe por Ale Moriarty

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

3er Reto Literario de Mundo Yuri: Tradición vs Progreso


Advertencias: Discriminación, lenguaje soez, violencia, experimentación humana.


Género: Sci-Fi, Angustia, Drama, Romance, Tragedia & Yuri.


Fanfic original (Simone Bloom III x A-01)


Palabras: 10,411 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic fue hecho para el tercer reto literario de Mundo Yuri, el tema escogido es Progreso. La verdad comencé a escribir este fanfic porque me deprimí con el que andaba escribiendo en Tradición, siempre quise intentar hacer algo futurístico y la idea se me vino a la mente. Todos los personajes, situaciones y lugares son inventados, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Soft Universe

[La Tierra ha sufrido una invasión de parásitos galácticos que adoran comer humanos.

Para combatirlos han tenido que modificar a personas en ciborgs letales, por lo que los científicos e ingenieros ahora son alabados como dioses de la era moderna. Los países han sido divididos por números y la tecnología ha avanzado con creces.

Aunque, en este mundo ideológico aún existe discriminación porque aquellos ciborgs que se consideran obsoletos, son desechados como basura en el “TUBER”.

Esta es la historia de la Dra. Simone Bloom III y A-01.]

30 de junio del año 2118, 14:02 horas.

Han pasado 20 años desde que me lanzaron en este vertedero de basura. No soy la única que pasa sus días buscando entre los escombros algo para comer, no importa si somos más metal que carne, aun morimos de hambre. No recuerdo cuál era mi nombre de humana antes de que me convirtieran en esta cosa desechable.

TUBER es el hogar para los ciborgs marginados del distrito 48. Estamos en un pozo mugroso, esperando que los tubos de basura nos lancen alimentos putrefactos. El distrito 48 es uno de los mejores fabricando armas como nosotros, eso es lo que dicen las noticias y también es el que desecha más ciborgs porque los malditos dioses modernos buscan la perfección en todo lo que fabrican.

—A-01, ¿quieres un poco? —me giro hasta la suave voz que dice mi nombre de esclava. Allí esta C-185, un modelo reciente que fue lanzado a este basurero por no vencer a un parasito galáctico en menos de 15 minutos, el tiempo estándar para derrotar a uno. Es tan pequeña, parece una niña de 14 años, ¿ahora experimentan con pre-adolescentes?

Escucho una suave risa y veo que la niña ciborg me sonríe inocentemente, ¿alguna vez yo me vi de esa forma cuando era una humana completa?

—¿Ya se te están quemando los cables? —se burla y le arrebato la naranja de la mano.

Aquí en TUBER carecemos de muchas cosas y pretendemos que vivir es una buena decisión, observo la injusticia sobre nosotros y siento un sabor amargo sobre mi garganta.

—Come la naranja A-01, debes tener hambre y por eso pones esa cara. —vuelvo a ver sonreír a este pequeño ciborg y siento un hoyo en donde se encuentra mi corazón hecho de circuitos.

—Gracias. —son las únicas palabras que mi alma es capaz de procesar. En este basurero existe alguien por quien deseo seguir tomando la decisión de vivir.

 

*********

04 de julio del año 2118, 19:07 horas.

Mi razón de existir se extinguió frente a mis ojos. C-185 se apagó para siempre.

¿Por qué todos terminan apagándose antes que yo? He durado demasiado tiempo en TUBER y solo he visto como todos mis amigos perecen, algunos deciden auto-eliminarse y muchos terminan desconectándose porque pierden las esperanzas de que los necesiten otra vez.

¿Por qué soy la única en pie? ¿Por qué tengo voluntad si cada día es un tormento? Todo en este mundo me consume y escupe, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez…

—Los modelos nuevos son más susceptibles a que sus amos los desechen, se apagan por dolor, sufren al ser abandonados por aquellos que amaban. —otro ciborg que siempre permanece en su “propiedad” de TUBER decide hablar, le dicen U-25.

—¿Aquellos que amaban? —pregunto confundida.

—¿Recuerdas a tu creador, A-01? —me cuestiona con una sonrisa seca, su cara ha sido más metalizada que la mía y uno de sus ojos está fuera de su cuenca. La pregunta me lleva a unos 20 años atrás, cuando los parásitos comenzaron a atacar la que en ese entonces era la Tierra, la Dra. Simone Bloom, era una de las ingenieras más codiciadas de ese entonces, con su intelecto creó los primeros ciborgs que defendieron al planeta.

Una mujer fría, egocéntrica y sociópata.

La detestaba, yo fui su primer ciborg. Debo admitir que la vida que llevaba antes de convertirme en esta cosa no era muy honrada, robaba para sobrevivir y no tenía a nadie que se preocupara por mí. Cuando fui encarcelada y sentenciada a morir, esa anciana fue a verme con una sonrisa demoniaca.

«¿Qué te parece entrar en el programa CDLDB?» en ese momento yo era una joven estúpida de 18 años, solo deseaba sobrevivir, había escogido el infierno en vida antes que la muerte. Desde ese momento comenzó mi tortura.

Si tuviera que describir el sufrimiento que pasé día tras día sería similar a que cada día te arrancaran un miembro del cuerpo, te volviera a crecer y siguieran produciéndote ese dolor constantemente. Llegó un punto en donde ya no dolía más, era inmune a las quemaduras, los cortes, golpes, hemorragias, huesos rotos.

Ya no me dolía.

«Eres perfecta, A-01» me decía la bestia con su sonrisa maliciosa mientras me arrancaba más humanidad de mi cuerpo.

«Los demás prototipos murieron en las pruebas, eres la única que queda» y antes de quitarme mis ojos y sustituirlos por esos globos sin vida, lo último que observe fue el piso metálico teñirse de la sangre de mis compañeros.

Fui presentada como el arma definitiva frente a los voraces lobos que le lanzaban dinero y halagos a la sádica Dra. Bloom. Solo le serví por 10 años y sin gloria me lanzó a TUBER como una basura.

«Asquerosa cosa obsoleta ya no me sirves. Agradece que no te apago con mis propias manos» esa fue nuestra despedida. Ese día, jamás procesé mis sentimientos, permanecí días hundiéndome en la basura, llenándome de lodo y moscas.

«¿Cuánto tiempo seguirás hundiéndote en tu miseria?» aquellas palabras hirientes provenían de mi antigua yo, de esa humana que robaba y vivía en un barrio pobre, de aquella escoria que todos catalogaban como lo peor. En ese momento mi antigua yo dijo mi ex nombre, es una lástima que lo olvidara.

—¿Y bien A-01? —las palabras de U-25 me sacudieron como un terremoto.

—Jamás la olvidaría. —la dureza en mi voz sorprendió al ciborg de metal oscuro.

—No fue una buena dueña, ¿eh? —siento un tono sarcástico en sus palabras y evito contestar a lo obvio, me tiro sobre la basura y abrazo con uno de mis brazos el cuerpo de C-185. —Aunque te parezca un disparate, no todos los creadores son unos desalmados, por eso muchos mueren de tristeza al ser abandonados.

—Si son abandonados, ¿eso no quiere decir que su amor no fue recíproco? —no sabía de qué hablaba, yo no conocía el significado tras esas palabras, desde humana era una niña procreada sin desearlo, el amor nunca estuvo en mi día a día.

—Mi creador murió, era un buen hombre. Lo extraño cada vez que miro el atardecer, ya era un anciano de 80 años cuando me inventó, ¿sabes? —escucho la voz triste de mi compañero y desvío mis ojos hasta él, su silueta se ve deplorable y puedo notar como sus partes robóticas tienen raspaduras y está maltrecho por donde sea.

—¿Qué te pasó?

—Sammie era un hombre solitario. Se casó a los 25 años y aunque tuvo seis hijos, ninguno se interesó por cuidarlo, ¿puedes creerlo? Siempre me contaba lo feliz que era cuando su esposa Umie estaba con él. Cuando Umie falleció, él buscó consuelo en su familia y fue botado como si no valiera nada, entonces me creó. Me dijo que siempre había bromeado con su esposa de que haría un ciborg y le pondría su inicial, sería el séptimo hijo que nunca pudieron tener. —comienzo a sentir un nudo en mi estómago al escuchar su historia.

—Yo era un huérfano antes de que Sammie me pusiera las manos encima, estaba a punto de morir porque un parásito galáctico me lanzó ácido en el cuerpo, la única forma de salvarme era volviéndome una mitad humano, como dicen galantemente los empresarios. —la voz de U-25 sonaba tan fría en ese momento que me abracé a mí misma.

—¿Quién te hizo tanto daño? —le pregunté, desviando la mirada a su armadura. No necesitaba confirmármelo, ya lo sabía.

—Cuando Sammie murió, sus hijos se pelearon por sus posesiones como una jauría salvaje. Yo era el objeto más valioso que tenía, así que me intentaron romper con sus 12 manos. Logré escapar a tiempo y me lancé en este basurero por decisión propia, allá en el distrito 48 no me queda nada.

El silencio nos ahogó de forma incómoda. Apreté con más fuerza a C-185 y luego escuché un traqueteo, volteé a ver a U-25 y una sonrisa genuina se formó en esa cara seria.

—Gracias por escucharme A-01, creo que durante todo este tiempo solo quería decirle a alguien más lo mucho que amé a Sammie, él era mi todo.

Observo cómo lentamente las luces blancas en el cuerpo desgastado de U-25 se van apagando, grabo ese momento en mi memoria, porque al apagarse esa sonrisa humana permanece en su rostro.

Amor, ¿eh? Suena tan destructivo.

04 de julio del año 2118, 19:39 horas

U-25 se apagó definitivamente.

 

*******

25 de julio del año 2118, 3:05 horas

Llegan nuevos ciborgs que son lanzados a TUBER como basura, la mayoría se apagan automáticamente en el trayecto, veo miles de cadáveres pudrirse en este gran basurero y sigo permaneciendo sola, ¿cuándo desapareceré?

Observo las estrellas relucientes, en este mundo tecnológico donde todos permanecen hundidos en pantallas, hemos olvidado la belleza natural.

—¡AYUDA! —una voz horrorizada proviene de la superficie de este vertedero, mis ojos enfocan y alcanzo a ver a una científica siendo perseguida por un enorme parásito galáctico que se traslada sobre sus miles de patas. La chica se arrastra por el suelo, sosteniendo la pistola láser que es su única salvación para alejar a ese monstruo.

—No es mi problema. —murmuro desinteresada, hasta que escucho un grito ensordecedor, me siento intranquila, ¡esa idiota! ¿Acaso no sabe que no debe salir sin su ciborg personal? Odio a los dioses modernos, no me fastidies.

—¡NO QUIERO MORIR, POR FAVOR!

Cállate, no me hagas arrepentirme de mi decisión. Muere de una vez.

—¡A-01 sálvame!

¡Mi nombre! ¿Acabo de escuchar mi nombre? Suena similar a esa bestia, una voz aguda, pero que cala en mis restos humanos, trepo con dificultad la rugosa pared de piedra de aquel depósito de muerte. Todos los ciborgs somos capaces de escapar de este pozo de miseria, pero no tenemos otro lugar a donde ir, así que decidimos pudrirnos aquí.

Busco con mis ojos infrarrojos a la bestia, y no, no me refiero al parásito sino a la Dra., hasta donde sé, debería estar muerta, ser un saco de carne putrefacta que se convirtió en alimento de ladillas hasta volverse huesos.

Preparo mi brazo robótico y apunto hacía el parásito galáctico, genero un potente rayo láser y lo disparo, el bicho se retuerce y cae, todas sus tripas y carne se desparraman por el suelo en forma de lluvia verde.

Comienzo a acercarme a la humana tirada en el suelo, tiene un largo cabello negro y una bata blanca que ha sido manchada con tierra, sus gafas están tiradas a un lado y en sus delicadas manos que pueden desmontarme miles de veces, veo esmalte azul.

¿Quién es?

Su rostro se gira y observo unos bellos ojos verdes que me miran con sorpresa, esta mujer no es la bestia, pero se parece mucho a ella. La analizo con mis ojos y puedo darme cuenta que posee ADN de mi creadora.

—¿Qué eres de la Dra. Bloom?

—Soy su nieta. —me confirma, tomando las gafas rotas para colgarlas en su pronunciado escote en V. —Te he buscado por todas partes, A-01. Sabía que saldrías de ese vertedero si mencionaba tu nombre.

¿Mi nombre? Este no es mi nombre, es el que me puso la sádica de tu abuela. La chica se levanta del suelo y me doy cuenta que tiene alrededor de 25 años, es realmente atractiva.

—Regresa por donde viniste, humana. No quiero tener nada que ver con alguien de la familia Bloom.

—Es una lástima que no tengas opción A-01. —después de sus palabras, me giro furiosa y siento una onda eléctrica recorriendo cada uno de mis circuitos. Antes de perder el conocimiento y sentir mis funciones apagándose, veo esa sonrisa maliciosa.

He caído en manos de otro proclamado dios moderno.

*****

Día desconocido, hora desconocida.

Actualización de datos.

Han pasado 10 días desde que me topé con esa mujer.

—¿Despertaste A-01? —escucho esa voz nueva y me estremezco. —He estado observándote durante 10 días, esa maldita vieja sí que sabía hacer un buen trabajo, aunque fuiste la primera de toda la gama de ciborgs Bloom.

—¿Qué deseas de mí?

—Voy a hacerte el ciborg definitivo, esa vieja bruja te tiró como si fueras basura. Desde que soy niña he sido bombardeada con historias sobre cómo fuiste su primer logro y jamás podría superarla, esa maldita bruja… en vida nunca pude hacer algo sobresaliente, pero cuando termine contigo le demostraré que soy una digna heredera de su jodido apellido de mierda.

—Entonces, eres otro experimento de esa sádica de mierda, ¿cierto? —sonrío con burla y veo el rostro hermoso de esta mujer deformándose. —¿Quién eres?

—Simone Bloom III. —es extraño cómo lo dice con rabia, de alguna forma, no me siento atacada por esta mujer, incluso puedo sentirme empática hacia ella, es otro triste ser que fue pisoteado por la suela del zapato de Simone Bloom.

—Es divertido. —comienzo a reír sin evitarlo, esta mujer me arranca el globo ocular de un tirón y ni eso detiene mis carcajadas.

—¿Qué te da risa, hojalata? —sus mejillas se enrojecen.

—Eres completamente humana y también estás condenada con un nombre de dígitos, es gracioso. Vives como uno de nosotros, siendo vista como la obra maestra de tu creadora.

Y entonces desconecta mi emulador de voz. Esta chica es más volátil que la Dra. Bloom original.

—Maldita bastarda. —gruñe con furia y mi cuerpo comienza a agitarse simulando una risa. Sigue siendo una cría.

********

11 de agosto del año 2118, 01:15 horas.

La Dra. Bloom III cayó en histeria.

—¡Maldita sea, no sé cómo mejorarte! Esa bruja te hizo de una forma en la que no comprendo, ¿por qué duras más que los otros ciborgs? ¿Por qué no te apagas? ¿Será acaso porque no tienes un botón de auto-apagado? No puedo instalarlo sin apagarte definitivamente y si lo hago y no vuelves a la vida, ¿entonces qué haré? ¡Maldición!

Yo la escucho pacientemente, mi emulador de voz ha permanecido silenciado desde su último berrinche. De repente, mis sistemas se actualizan y veo que el emulador está activo.

—¿Qué sucede? ¿Te aburriste del silencio? —le pregunto con mofa. No tengo mis orbes puestas, pero estoy segura que está humeando de furia, el calor de la habitación aumentó.

—¡¿Por qué no te has apagado?! Eres el único ciborg de esa vieja que ha permanecido “vivo” por más tiempo, ¿se debe a una función específica que no instaló en ningún otro? Dime. —me demanda. Escucho que mastica ruidosamente, parece jugoso, ¿será una manzana?

—Tengo hambre.

—¿Eh? Te di proteínas y vitaminas encapsuladas con eso deberías estar satisfecha por días, es con lo que alimentamos a los ciborgs, la comida normal limita su vida útil. —escucho otra mordida y aprieto la mandíbula con fuerza.

Esta sádica de mierda es incluso peor que su abuela. Cuando estoy a punto de maldecirla siento el sabroso jugo ácido sobre mis labios, es un gajo de naranja.

—Come esto, no te daré mis manzanas.

Ese acto abrupto me toma desprevenida. En ese día, aquella fruta me supo tan dulce que parecía un caramelo.

********

20 de agosto del año 2118, 4:11 horas.

—¡Me rindo! Es imposible, me volveré una ingeniera de alimentos. A la mierda mis doctorados, no me sirven de nada. —mis ojos robóticos la siguen mientras camina por toda la habitación. Puedo mover los brazos robóticos que me sujetaron por semanas, al fin me libera.

Me estiro y tomo otro gajo de naranja a un lado de la mesita de trabajo.

—Eres impresionante A-01, he estado experimentando contigo por semanas y tu estabilidad mental ha permanecido imperturbable, ¿qué cosas terribles te hizo la vieja para transformarte en su mejor obra? —pregunta cansadamente, lanzándose sobre el sofá.

—Fueron demasiadas. —contesto secamente. —¿Ya tuviste suficiente? ¿Puedo regresar a TUBER? No te soy de utilidad, así que quiero seguir teniendo días de paz, sin brazos robóticos desarmándome.

—Hey, siéntate. —la joven doctora patea el sillón a su lado y saca un cigarrillo del bolsillo de su bata. —Conversemos, al menos quiero tener una charla con alguien.

—Conversar significa que las dos partes intercambien sobre tópicos, ¿estás dispuesta a hacerlo? —sonrío sínicamente, acomodándome en el suave mueble.

—Eres demasiado autónoma para ser un ciborg personal, ¿eh? ¿No te instalaron el programa de amabilidad?

—Lo siento, soy demasiado obsoleta para ese tipo de tecnología.

La broma no hace reír a la malhumorada joven, ya va por el tercer cigarro. Analizo sus estados de salud y me sorprendo al concluir que son perfectos.

—Oye, al menos espera a la segunda cita para escanearme. —doy un respingo ante su comentario burlón y veo una pequeña sonrisa, es increíble lo joven que luce cuando deja de fruncir el entrecejo. —Yo también soy buena bromeando.

—No, no lo eres.

—¡Maldita hojalata!

¿Desde cuándo me volví tan informal con esta mujer? No recuerdo cómo vivía en el vertedero antes de conocerla y eso… me asusta.

—Si sigues frunciendo el cejo, tu rostro creará una marca permanente. —le aconsejo.

—La medicina ya avanzó lo suficiente como para evitar eso.

—Qué triste que debas aplicarte cosas sobre la cara para no lucir horrible. Bueno, la belleza no es para todos. —vuelvo a burlarme y esta vez recibo un cojín en mi rostro como recompensa.

Algo se comienza a formar en mis circuitos, es como una descarga.

Cada día, esta joven empieza a lucir diferente a la bestia Bloom.

**************

24 de agosto del año 2118, 10:09 horas.

Simone es un ser de madrugadas, durante las mañanas duerme toda encorvada sobre su escritorio y escurre baba como si fuera un grifo averiado. Por lo que he aprendido de esta mujer, es considerada como el fracaso de los Bloom. Simone Bloom, alias la bestia, creó un método donde podía engendrar hijos con su óvulo y un espermatozoide genéticamente creado, llamados espermatozoides Bloom. Mediante esta técnica solo pueden nacer mujeres.

Su madre, Simone Bloom II fue otra obra maestra de la Dra. Ambas estuvieron involucradas en el desarrollo de los ciborgs, aunque en mi creación la Bloom II solo fue asistente de la bestia, pero aun así fue la creadora de las pistolas láser para protegerse de los parásitos si tu ciborg personal se encuentra fuera de servicio.

Y finalmente llegó Bloom III, un fracaso rotundo. Una chica inteligente, en efecto, pero carente de ideas tecnológicas ya que fueron opacada por las mentes de sus predecesoras. Su madre murió al inicio del año, por lo que las compañías Bloom quedaron bajo su tutela, volviéndose una carga pesada sobre sus hombros.

Cualquiera que la viera derramando saliva sobre los papeles de notas, no pensaría que ella es el futuro de la Tierra, ¿cierto?

—Oye fracasada, ¿terminaste de soñar con ser de utilidad? —pateo la silla de su escritorio y el pesado culo de Simone cae sobre el suelo, suelto una risotada y la veo murmurar maldiciones mientras busca sus gafas.

—¡Ciborg estúpido!

No comprendo por qué sus insultos no suenan tan hirientes como los de la bestia, al contrario, me relajan. Es una contradictoria que no logro procesar.

—¿Quieres desayunar? —pregunto, después de que termina su pequeño berrinche, otra vez. Veo la mirada resplandeciente en su cara y luego se va corriendo hasta la cocina.

No tengo ni puta idea de por qué terminé siendo su ciborg doméstico, pero no es una mala vida, es mejor que el vertedero, al menos aquí puedo ver la decadencia de un “dios moderno”.

—Ah, ¿cómo sabías que me gustan los panqueques? —se mete cuatro en la boca y parece un hámster, curiosamente.

—Consumes demasiada azúcar, era natural que te gustaran.

—Lo que sea, hay unas píldoras que queman grasa rápidamente, así que no me importa consumir las calorías que yo quiera.

—Serías una cerda si no tuvieras la tecnología de ahora.

—¡Cállate, hojalata!

Sonrío para mis adentros y de nuevo siento esa descarga, ¿debería mencionárselo a Simone?

No, es mejor así, no debe ser algo grave.

La comida de hoy sabe deliciosa.

*******

26 de agosto del año 2118, 17:05 horas.

Hoy descubrí algo interesante después de que Simone llegara de su junta ejecutiva con los socios de su compañía, ella pierde energías cuando lidia con otras personas. No sabía que era muy introvertida ya que desde que nos conocimos no sabe cuándo cerrar la boca, pero al verla interactuar con otros es tan cohibida que me daban ganas de golpearla con un palo en la cabeza.

Recuerdo que la bestia Bloom era tan parlanchina que dejaba a todos sus camaradas enmudecidos, me pregunto si Bloom 2.0 era igual a su madre, en mis memorias solo la veía como una mera sombra de la doctora.

—¿Qué puedo hacer para que este odio hacia la vida desaparezca? —la escuché murmurar sobre la almohada.

—Suicidarte. —contesté sínicamente y como contestación recibí un grito ahogado.

—Tomaré un baño, hojalata. Así que, pon algo de música relajante. —me ordenó, caminando hasta la bañera mientras se despojaba de sus ropas. Vi en su espalda unas marcas y al analizarlas descubrí que fueron hechas por un objeto con forma de vara. —Debes estarte divirtiendo al ver mis heridas de inutilidad, ¿eh?

—¿Heridas de inutilidad?

—Así era como la vieja las llamaba, creo que en lo único que era buena era la creación de ciborgs porque para dar nombres era una imbécil, ¿no crees? ¿Quién llama a su obra maestra A-01? Pft, simplón.

—Es cierto, tan simple como ser Simone versión 3.0 —mencioné, viendo la mueca amarga en su cara.

La tarada se hundió en la bañera y se sumergió completamente. Observaba su largo cabello negro flotar en la superficie, contrastaba con los colores blancos del baño. Coloqué algo de música clásica para relajarla.

—¿Por qué te lastimaba de esa forma? —le pregunté, tenía curiosidad. Simone recargó su cabeza en la orilla de la bañera y sus ojos se estrecharon, parecía estar recordando algo que deseaba olvidar.

—Eran formas de corregir mi estupidez, eso decía. Sintetizando la información, me golpeaba cada vez que no llevaba a casa una nota perfecta, no avanzaba en mis reportes tecnológicos o cuando no creaba algo de lo que pudiera enorgullecerse. Yo soy una Bloom, así que como tal, debo ser perfecta en todos los sentidos.

—¿Qué era la perfección para esa bestia? —cuestioné enfurecida. Las dos habíamos sido consideradas como obsoletas por esa anciana engreída.

—No lo sé, A-01. La vieja está muerta, jamás lo sabremos.

Y de nuevo se volvió a hundir. Vi las pequeñas burbujas formándose sobre el agua y la cara relajada de Simone en el fondo de la bañera, por un momento observé mi reflejo en el agua y pude ver mis antiguas facciones humanas en un extraño reflejo del pasado.

Hoy descubrí que no éramos tan diferentes.

*************

01 de septiembre del año 2118, 13:48 horas.

Simone está particularmente curiosa el día de hoy, debe ser por ese estúpido programa de romance que hay en la pantalla holográfica, incluso siendo humana jamás tuve interés por las novelas.

—No entiendo cómo un androide puede enamorarse de una mesera, ¿qué tienen las meseras de interesantes? —me pregunta, como si yo estuviera interesada en seguir la conversación extraña.

—No lo sé, ¿qué tiene de bueno un androide? —me encojo de hombros y veo su curiosa sonrisa burlona. —¿Qué fue lo gracioso?

—No lo sé, es solo que jamás pensé desde esa perspectiva. Creo que los humanos de ahora damos por hecho que la tecnología es superior a la propia humanidad, es divertido. Me pregunto cuándo los dioses modernos nos volveremos obsoletos también.

—Espero que cuando eso pase también los lancen al TUBER. —comenté sin toques de maldad y escuché su risa aterciopelada.

—Cuando eso suceda, seremos dos cosas obsoletas estando juntas.

La respuesta me deja descolocada un momento. Pasan los minutos y decido desviar mis ojos robóticos a su perfil hermoso. Simone se ve diferente cuando no usa su ropa de trabajo, su cabello hermoso es recogido en un peinado malhecho, usa ropa de hace 100 años como si fuera una buena elección de moda y tiene unas ojeras tan gigantescas que no se molesta en ocultar.

En mis memorias recuerdo que la doctora Bloom era tan narcisista que incluso cuando dormía procuraba lucir excelente, en efecto Simone es una falla.

Pero, ¿exactamente qué significa ser una falla?

—¿Qué se sentirá besar apasionadamente a un androide? —me volteo a ver el holograma y hago un gesto con mi boca. Esta mujer dice cosas muy extravagantes.

—Deberías entrar en un emulador de sensaciones para eso existen. —mencioné con un toque de frustración.

Eres tan estúpida, A-01.

A partir de allí, no escuché ningún otro comentario de su parte.

«No importa que seas un androide, me enamoré. El amor es algo que aún no hemos aprendido a controlar, así que no me evadas J.A.C.K.»

La frase melosa de la novela se repite una y otra vez en mi software. El amor es impulsivo y a prueba de los avances tecnológicos. Suena indestructible.

 

***********

15 de septiembre del año 2118, 20:17 horas

—¿Por qué me llamas por mi nombre en lugar de decirme doctora como lo hacías con mi abuela? —escucho a Simone enfadada mientras se mete una dona de chocolate en la boca.

—¿Eso es importante? —respondo con otra pregunta, frustrándome por sus ataques de furia extremos.

—No juegues conmigo A-01.

—¿Prefieres que te diga de otra forma? —ladeo mi rostro y la observo detenidamente. Sus mejillas se tornan carmesí y su ritmo cardíaco se ha acelerado. —Estás tan enfadada que tu corazón aumentó su ritmo, cálmate.

—¡Solo quiero saber qué es lo diferente entre esa vieja y yo!

—Siempre me gustó el nombre de Simone. —confieso al ver sus lágrimas caer por las mejillas. —Al ser un ciborg se nos asignan nombres de esclavos, son marcados en la poca piel humana que tenemos para recordarnos que incluso la poca humanidad que nos queda, pertenece a nuestros creadores. —le enseño mi hombro donde aún queda piel pálida, allí se encuentra con tinta negra, esa inicial y dígitos que me perseguirán hasta la muerte.

Siento el suave tacto de las yemas de sus dedos sobre mi marca y me retiro como un animal asustado.

—Simone es un buen nombre, pero la bestia jamás hubiera permitido que fuera informal con ella. Eres diferente a la doctora, a pesar de tener su mismo nombre, el tuyo tiene un significado diferente para mí.

Las palabras salen tan rápidas que no soy capaz de eliminarlas, deseo apagar automáticamente mi emulador de voz. Veo las lágrimas fluir con más rapidez que antes y Simone se desploma en el suelo, aferrando con sus perfectas manos aquella hermosa cara.

No entiendo por qué razón ella está triste. La analizo y me doy cuenta que hay alivio en sus emociones, ¿por qué?

—Eres extraña, Simone.

—Di mi nombre tantas veces hasta que te ordené que no lo hagas. —escucho su comando y obedezco.

«Simone, Simone, Simone, Simone, Simone, Simone» veo una dulce sonrisa y mis circuitos se calientan como si sufriera una sobrecarga.

—¡SIMIO! —exclamo histérica, encendiendo luces rojas de alarma.

Simone me lanza miles de cosas que evado con eficiencia, está furiosa según sus expresiones, pero su estabilidad emocional se ve estable. Esta contradicción es intrigante.

Hoy he descubierto que el nombre Simone puede causarme un corto circuito.

 

***************

27 de septiembre del año 2118, 23:55 horas

No recordaba lo sanador y destructivo que puede ser el licor. Desde que el hombre lo inventó no ha cesado su uso, incluso lo venden encapsulado para sentir los síntomas sin que tu cuerpo recaiga con las consecuencias, pero aún se sigue prefiriendo la forma tradicional, ingiriéndolo hasta vomitar.

Simone está hecha un desastre en el suelo de la sala, su belleza natural ha sido opacada por el maquillaje corrido y su llanto. Hoy es un mal día, sus socios le dieron otra negativa con una de sus creaciones.

«¿Para qué queremos otra arma láser si las que fabricó tu madre son perfectas? No podemos creer que eres una Bloom, la compañía fracasará bajo tu dirección» repetía las palabras mientras se empinaba la botella y bebía como si fuera agua.

«Ni intentes detenerme, A-01. Hoy es un buen día para ahogarme en mi miseria. Soy el único jodido error que cometió la doctora Bloom original» me había ordenado desde hace cuatro horas.

—Simone, ya no puedes beber más. Detente. —le digo emulando mi voz para que suene más suave. La sostengo entre mis brazos y se aferra a mí. Comienzo a sentir una sobrecarga en mis sistemas y mis restos humanos se calientan con su cercanía.

Simone es como un virus, uno letal.

—¿Por qué me tuvo que engendrar esa vieja? Solo quiero salir de su maldición, ya no lo soporto A-01, quiero morir.

Simone no digas esas palabras. No seas egoísta, ¿qué pasará conmigo? Los recuerdos de la plática con U-25 regresan a mi software.

«Los modelos nuevos son más susceptibles a que sus amos los desechen, se apagan por dolor, sufren al ser abandonados por aquellos que amaban.»

Aquellos que amaban.

—¿Amabas a tu abuela, Simone? —la pregunta sale disparada como un láser y siento que la fuerza en los brazos de la doctora disminuye, junto a su llanto.

—¿Qué demonios estás balbuceando A-01? —presencio furia en su voz.

—En TUBER conocí a un ciborg que me contó sobre el amor que muchos de nosotros tenemos por nuestros creadores y cuando nos desechan somos incapaces de lidiar con la tristeza, así que nos apagamos automáticamente. Yo no tengo esa función, sinceramente. —le contesté. —Pero dudo que hubiera decidido apagarme por propia voluntad, desde que la bestia me tiró en ese pozo, sentí sensaciones humanas que hace mucho no aparecían. Cuando era humana fui de lo más bajo, un ser humano que robaba para sobrevivir, pero entre toda mi miseria me sentía libre de decidir cómo actuar y vivir, en mi universo de 4 pequeñas paredes y poca comida… yo tenía lo que más nos ha importado a los humanos desde la prehistoria.

—¿Y eso qué es?

—Libertad de elegir. —le confirmé con una sonrisa. —Incluso cuando me transformé en un ciborg, lo elegí. Al volverme el arma letal de tu abuela perdí todo eso, hasta que caí en el vertedero fui capaz de procesar toda esa información.

Simone me miro con ojos llenos de preguntas y le sonreí.

—Nunca has tenido la oportunidad de decidir lo que deseas hacer o ser Simone. Has vivido bajo la sombra de tu abuela, teniendo su apellido, siendo parte de ella genéticamente, heredando las compañías que construyo y siguiendo su camino a pesar de que no es lo tuyo. No sé si lo que sentías por ella era amor o deseabas que ella sintiera eso por ti, pero al ser desechada, simplemente tú…

—¿Me apagué?

—Es raro, ¿no crees? —afirmo con la cabeza mientras la suelto poco a poco. —Hace 20 años era una humana como tú, pero he olvidado las cosas importantes. Olvidé los momentos tristes, el dolor, la necesidad de amor y aceptación. Es lamentable que los ciborgs cuando se apagan terminan todo, pero los humanos siguen caminando y viviendo aun cuando su alma está rota.

Siento sus manos en mis hombros, donde aún tengo piel humana y me paralizo. Sus ojos verdes me analizan con cuidado, como si me escanearan.

—¿Sucede algo, Simone?

—¿Soy diferente a mi abuela? —la pregunta me confunde y entonces sonrío. Ella sigue siendo una mocosa en busca del cariño y la aprobación que nunca tuvo. Puedo entenderlo ahora que volví a recordar cómo era mi antiguo yo.

—Sí lo eres Simone. Eres mejor que ella.

Los ojos verdes de la doctora se ven tan brillantes y noto sus pupilas dilatadas, ¿algo le emociona? Su ritmo cardíaco se eleva junto a su calor corporal.

Siento humedad en mis labios que son una de las partes que aún conservan humanidad, por eso disfruto tanto saborear la comida. Ahora mismo hay una mezcla de sabores en mi lengua, es licor con sabor a fresas del lápiz labial que Simone siempre usa.

Me sumerjo en sensaciones que nunca experimenté. Es como usar drogas instantáneas. Alucino peor que una esquizofrénica, pero no sufro, en su lugar siento placer. Cada circuito se enciende y mi armadura brilla con radiantes luces.

—Me gustas, A-01.

Ah, por primera vez adoro escuchar mi nombre de esclava.

Simone, Simone, Simone, Simone, Simone… embriágame con más humanidad, hazme sentir completa.

Provócame una sobrecarga.

Enséñame a amar.

*************

28 de septiembre del año 2118, 9:10 horas

Mi sistema se vuelve a encender después de ponerme en modo sueño. Giro el rostro y observo a Simone aferrada a mi cintura, una sonrisa sale de mis labios de forma natural. Anoche perdí el control de mi pensamiento crítico y me guíe por los pocos instintos carnales que me quedan.

Por primera vez volví a sentirme humana en lugar de un arma letal.

—Buenos días A-01. —escucho su melodiosa voz y mis sistemas se vuelven a calentar, reflejando mis emociones en luces rosas.

—B-B-Buenos días.

—Vaya, ¿quién diría que la única forma que existe para avergonzarte es el sexo? De haberlo sabido antes, me hubiera lanzado a tus brazos mucho antes.

La risa de Simone es una de mis cosas favoritas, no, es la favorita. Cuando la conocí creí que sería otra bestia como su abuela y terminó siendo mi salvación. No importa si Simone es un desastre por las mañanas, tiene malhumor, es malhablada o incluso no es tan inteligente como su madre y abuela… ella siempre será perfecta para mí.

—A-01, ¿te gustaría cambiar de nombre?

Me volteo al escuchar su repentina pregunta y mis ojos robóticos la analizan, esperando que no cayera en demencia.

¿Qué?

—¿Disculpa? ¿A qué te refieres?

—A-01 es el nombre que te puso esa vieja, yo quiero llamarte de otra forma. No quiero que tengas residuos que te liguen a ella.

—Ese sentimiento que describes, ¿son celos? —intento burlarme, pero veo su rostro severo y mi risa se apaga instantáneamente.

—Soy lamentable, ¿verdad? No tengo la suficiente confianza para creerme superior a mi abuela y me aferro a ti como si fueras un salvavidas. Lo siento, pero quiero atarte a mí de todas las formas posibles, quiero ser la marca de la que nunca podrás deshacerte.

Las palabras de Simone son tan pesadas y honestas que podrían ahogarme. Una vida atada a su lado no suena mal.

—Claro, solo no me pongas un nombre ridículo. —sugiero con una sonrisa mientras acaricio su larga melena. Ella me sonríe y puedo ver pureza en esos ojos verdes que antes lucían muertos.

—Aiko.

Escaneo en mis datos y descubro el significado de ese nombre oriental. Quisiera llorar, pero desde hace tiempo que esa función humana fue apartada de mí, así que solo murmuro un gracias a esta mujer que me transformó en alguien y no en un algo.

Aiko tiene varios significados, pero uno de ellos es Amor.

Simone, por favor vive mucho tiempo, no me imagino un mundo sin ti.

******************

10 de octubre del año 2118, 17:51 horas.

El Distrito 48 se ha vuelto caótico tras la noticia de que las empresas Bloom dejarán de construir ciborgs. Simone ha decidido cerrar los laboratorios y prohibir la fabricación de otro ser mitad humano.

«Los ciborgs siguen teniendo partes humanas, dañamos a personas para protegernos. Las empresas Bloom no seguirán fomentando esto, fabricaremos armas que no involucren la experimentación humana y me aseguraré de crear un método eficaz para eliminar a los parásitos galácticos»

Esas fueron las palabras de Simone y acto seguido fue abucheada por miles de extremistas. Los ciborgs personales celebraron y se comenzó a cambiar la ley para que sus derechos humanos fueran validados otra vez, no querían ser tratados como esclavos.

************

17 de noviembre del año 2118, 8:14 horas.

Simone fue capaz de crear una sustancia que desintegra a los parásitos galácticos cuando se les esparce encima, la llamó Simoko.

«Es una mezcla de nuestros nombres. Así como nuestra unión nos salvó a ambas, esta sustancia salvará la vida de todos» me dijo. Cuando la sustancia fue comercializada, los derechos de los ciborgs se aprobaron.

Simone pasó de ser una doctora loca e inútil a convertirse en el milagro de la Tierra. Recibió premios, halagos, entrevistas y dinero.

«No me importa nada de eso, eres a la única que necesito Aiko» me confirmaba cada vez que nuestros cuerpos tenían contacto.

Aiko, el nombre que me fue dado por Simone… quizá sea mi segunda cosa favorita en el mundo.

***********

24 de diciembre del año 2118, 23:49 horas.

En unos minutos será Navidad, una celebración que ha perdurado por mucho tiempo. Creo que una de las principales razones es la cantidad monumental de dinero que invierten las personas para comprar obsequios a sus seres amados.

Lo único que necesito está entre mis brazos ahora mismo, regocijándose con el calor que emite mi armadura. Simone se ha quedado dormida después de terminar con el papeleo de una nueva fórmula para una píldora que provoca efectos rejuvenecedores en la piel, o algo así me dijo, la verdad cuando me habla de cosas que no me interesan, enciendo una canción en mi memoria y la escucho sin que se dé cuenta.

¡Lo siento Simone!

Simone huele a fresas, el nuevo champú que compró es muy fragante.

—¿Cuánto tiempo falta para decir Feliz Navidad? —su voz soñolienta retumba en mis sensores de audición y giro mis ojos robóticos en alarma.

—En cinco minutos. —le contesto, estrujándola con poca fuerza. —. Me sorprende que festejes fechas como estas.

—Es la primera vez. Suena tonto, pero quiero hacer cosas normales que harían las demás parejas. —al escucharla decir semejante cursilería, sonrío y suelto una leve risa, avergonzando a la doctora.

—Simone, no necesitamos ser como las parejas de los programas, podemos definir nuestra relación a nuestro propio ritmo, para mí ya es suficiente con permanecer a tu lado.

Veo sus orejas teñirse de rojo escarlata y hunde su rostro en una cobija afelpada. Estamos sentadas en la alfombra de la sala mientras observamos las paredes cristalinas de su departamento. El distrito 48 se ilumina con luces azules, rojas y verdes; escuchamos villancicos de los edificios cercanos y siento el aroma a pavo rostizado que proviene del departamento vecino.

—¿Crees que nos invite a cenar? —me pregunta Simone. Esta mujer es una desvergonzada, solo le habla a la parlanchina de la vecina cuando se muere de hambre o necesita un favor. ¡Ay, Simone! Hay días en los que me dan ganas de darte un golpe en la cabeza.

—La escuché decir que sus hijos vendrán a visitarla, así que lo dudo. —le comento y veo su cara triste, Simone es tan expresiva que en momentos como estos solo quiero besarla hasta cansarme.

Las luces del Distrito cambian a radiantes destellos amarillos y escucho fuegos artificiales. Por un momento las luces me dejan ciega, hermosos colores brillantes iluminan a la radiante ciudad que antes lucía lúgubre.

—Feliz Navidad Aiko. —me dice con ternura y nos besamos profundamente. En esta celebración es común darse regalos, pero nosotras ya no podemos ofrecernos nada más, tenemos todo lo que necesitamos.

Y mientras me sumerjo en el sabor y olor de las fresas, un pensamiento viene a mi mente. Aquí, en este mundo que me parecía tan vacío y despreciable, apareció una nueva galaxia frente a mis ojos, no, más bien, se creó un nuevo universo.

Simone es su nombre. En este universo solo existimos ella y yo, aquí nada puede dañarme, todo es hermoso y cálido, en nuestro mundo no existen restricciones ni discriminación, aquí puedo ser yo misma con el nuevo nombre que me fue otorgado.

En este universo no existe el dolor ni la pena.

Por primera vez entendí lo que significa que alguien sea tu todo.

Y tuve miedo después de mucho tiempo.

*****************

01 de enero del año 2119, 12:21 horas.

Simone ha estado estresada en estos días, los laboratorios le están ejerciendo mucha presión para que realice otra obra maestra.

«Son peores que los parásitos, antes no esperaban nada de mí y ahora que descubrieron que mi mente es valiosa, quieren consumirme hasta la muerte» me dice con amargura, empinándose la botella de licor por décima vez.

Simone, estás provocando que mi paciencia se rompa.

Recojo el desastre que ha dejado en el suelo, ya van 3 botellas. Pronto llegará a su límite.

—¡Aiko, ¿por qué no me dices nada?!

—¡DEJA DE HACERTE DAÑO!

Y todo comienza a colapsar, no procesé la información después de eso. Solo recuerdo que el venenoso alcohol salió disparado y se regó por toda la habitación. Simone me insultó y yo le regresé las palabras con la misma cantidad de violencia.

Mis sistemas se calentaron y borré muchos datos de ese momento horrible. Recuerdo que por un instante sentí acidez en mi boca, como si la bilis se me regresara.

Mi dulce universo se comenzaba a manchar de oscuridad.

*******************

02 de enero del año 2119, 11:01 horas

El arrepentimiento es uno de los sentimientos humanos con el que más me identifico. Desde que fui concebida en este mundo, estuve llena de remordimientos; el haber nacido, haber robado, haber caído presa, dejarme engañar por la bestia, convertirme en una máquina y olvidar quién era, no oponerme cuando fui lanzada a TUBER y finalmente, mi remordimiento reciente era haberle gritado a Simone que era una perra alcohólica sin control.

Oh sí, mi lengua era tan mordaz cuando no me la mordía. Simone tenía un rostro hecho añicos cuando solté esas palabras hirientes, se encerró en nuestra habitación y escuché el sonido de cosas rompiéndose.

Hace unos días éramos felices y de repente todo se comenzaba a desmoronar. Mi universo estaba consumiéndose en asquerosidad y yo era una de las culpables de que todo fuera tragado en amargura.

Estaba parada frente a la puerta, lo único que necesitaba era poner mi mano en el lector para que se abriera, pero tenía miedo de ser rechazada por Simone.

¿Qué haría si me botaba?

De repente, la puerta se abrió frente a mí y sus ojos verdes me miraron con sorpresa. Tenía el rostro hinchado de tanto llorar y lucía tan frágil que una urgencia de protegerla despertó en mí, como si una oleada me golpeara repentinamente, ahogándome en culpa.

Entonces, la abracé. De esa manera en la que te aferras a un peñasco sin importar que tu mano se corte o disloque. La apreté sin pensar, sintiendo su calidez en la poca piel que aún me quedaba intacta, deseando transmitirle mi amor.

—L-Lo siento… —ella fue la primera en disculparse y lloró de nuevo. Esta vez, sus lágrimas limpiaron el alma de las dos.

Descubrí que no importa si estoy hecha de metal, las heridas emocionales son incurables. Se quedan latentes, pero pueden ser olvidadas con recuerdos como este.

En ese momento detesté el hecho de que el amor no fuera materializado, ¿cómo podía demostrarle que lo que sentía era inconmensurable si no existía una forma de medirlo?

Sí, mi vida estaba llena de remordimientos.

*************

11 de febrero del año 2119, 14:06 horas

Registro el código de barras en mis datos. Pronto nos iremos de viaje al Distrito 66, una ciudad que posee muchos centros recreativos naturales o emuladores de los mismos, es un lugar turístico muy llamativo.

—¿Qué opinas? —Simone coloca dos trajes de baño frente a mí, uno luce muy provocativo y el otro es más recatado, aunque sigue mostrando mucha piel para mi gusto.

—Ninguno. Esos colores te hacen lucir como una cerda. —miento y recibo su sujetador en mi cara como respuesta.

Hoy descubrí que puedo tener celos, lo siento Simone. Siempre has pensado que soy honesta y sincera con lo que digo, pero la verdad es que incluso alguien como yo puede decir mentiras.

*********************

20 de febrero del año 2119, 16:14 horas

Simone vierte sobre mí un líquido que creó después de nuestra discusión, es una solución que sirve para que los ciborgs puedan sumergirse en el agua sin que sus circuitos se dañen, no comprendo la complejidad de los compuestos de su fórmula, pero sé que le tomó varias horas de sueño y odio al mundo.

—¿Qué tal se siente? —me pregunta cuando masajea mi armadura y algunos pedazos de piel. Siento sus pechos frotándose contra mi espalda y mis labios tiemblan ante los pensamientos impúdicos que se maquinan en mi mente.

—¿Es necesario que sea tu conejillo de Indias? —cambio el tema, esperando que mi vergüenza no se note en el tono de voz.

—No. —confiesa con una risa traviesa. —. Solo quiero tocarte un poco, son nuestras vacaciones, deseo disfrutarlas al máximo.

Cuando termina de juguetear con mi cuerpo, se sumerge en las aguas termales y suelta un sonido de alivio, sus mejillas se tiñen de un bello rosado y sonrío involuntariamente. Simone es tan bella como una flor recién abierta. Amo ver cada rasgo que la caracteriza y deseo poseerlo también.

Esta emoción es terrorífica.

—Aiko, no seas una aburrida y metete de una vez.

Obedezco y siento el calor en mis partes humanas, me hundo hasta el fondo y dejo que el agua se filtre por cada parte, ya sea circuito o piel. Ojalá tuviera párpados para poder sumergirme en oscuridad. De repente, el rostro de Simone aparece en mi rango de visión y la veo sonreírme debajo del agua.

Ah, ahora lo sé con certeza. Incluso con párpados, si cerrara los ojos, solo la vería a ella.

Mi universo es tan radiante y cálido.

*****************

15 de mayo del año 2119, 09:09 horas

Las vacaciones se prolongaron más de lo debido, Simone llegó al Distrito 48 y sus colegas comenzaron a recriminarle su descuido. Una nueva empresa ha comenzado a tomar poder en nuestro distrito, se llaman S.N.A.K.E.

La ironía suena espantosa, ahora son como una víbora que ha inyectado su veneno en mi hermosa flor. La dueña de la empresa es la doctora Boa, un apellido que combina bien con la situación. Boa es una mujer que se asemeja un poco a la bestia. Cuando he visto aquellos ojos detrás de los hologramas televisivos, no puedo mirarlos fijamente. Me causa repudio.

«Esa bastarda va a arruinarme» Simone escupe su odio, apretando sus piernas con los brazos. Siento la ira en su voz, de nuevo mi universo comienza a quebrarse. Le abrazo por detrás e intento unir sus pedazos.

—Todo estará bien Simone, yo estoy aquí.

Quisiera que mis palabras fueran antídoto para este veneno que comienza a asentarse en su corazón.

*************

16 de junio del año 2119, 14:02 horas

Número de daños: 25.

Costo de los daños: Calculando…

—¡NADA ME SALE BIEN, MALDITA SEA! —me mantengo en el marco de la puerta y veo a Simone destruyendo con sus propias manos aquel laboratorio personal que tenemos en casa. —¡ESA BASTARDA SE ATREVIÓ A INSULTARME, ME LAS VA A PAGAR!

Sé que Boa es la razón de que mi amada Simone este en una crisis.

«Es momento de que el mundo conozca a una verdadera diosa y les aseguro, esa no es Simone Bloom III, por más que se esfuerce siempre será un triste fracaso de la original. En S.N.A.K.E. nos esforzamos por usar todos los métodos posibles para lograr que la humanidad prevalezca, así que inviertan en el futuro, en nosotros.» Esas habían sido las palabras de aquella arpía y aunque su modo de actuar fue grosero, consiguió que muchos de nuestros aliados nos abandonaran.

Lo peor no fue eso, sino que lastimó a Simone, dañándola en aquella herida imposible de sanar.

—¡NO SOY UN FRACASO! ¡SOY EXITOSA, INTELIGENTE Y VALIOSA! ¡LO SOY! ¡LE DEMOSTRARÉ A TODOS QUE SOY MEJOR QUE LA MALDITA VIEJA!

Y el número de matrices y tubos de ensayo rotos creció.

*****************

18 de agosto del año 2119, 18:32 horas

En días como hoy, me alegra de haber sido considerada como una mitad humana, porque sé que las personas son la peste del mundo. Yo no soy la excepción, pero en días como hoy quisiera que una fuerza divina nos exterminara de la Tierra.

«Se aprobó la experimentación con los parásitos galácticos, gracias a las empresas S.N.A.K.E. seremos capaces de modificar a estos mutantes y crear armas poderosas sin dañar a nuestra especie.»

La declaración era oficial, no había marcha atrás.

«No veo el por qué no podemos experimentar con ellos, después de todo con el Simoko los destruimos y sufren, así que, no veo el por qué hay doble moral con este cambio» fueron las palabras de la doctora Boa.

—No tiene idea de en qué se está metiendo. —comenté, conteniendo mi rabia. Los parásitos eran seres asquerosos que deseaba eliminar, pero sentía pena por las criaturas que torturarían. En ese día recordé la sonrisa maligna de la bestia y comprendí por qué Simone arrasaba con todo cuando se enfadaba.

Los pensamientos negativos eran monstruos que te atacaban como barracudas, esperando el momento exacto para lanzarse y morderte. Deseaba bloquearlos, lanzarles cosas y destruirlos. Solo deseaba que la Dra. Bloom no volviera a aparecer.

—No importa eso Aiko, ella se convertirá en el Dios de este mundo retorcido. Mira a todos alabándola y entregándoles sus vidas, deberían colocarle una puta corona de una maldita vez.

Mi bella flor comenzaba a marchitarse, ese veneno ya había hecho cimientos en la raíz. Así que solo la observe doblegarse y teñirse en negro.

****************

15 de septiembre del año 2119, 10:00 horas

Las empresas Bloom decidieron cerrar permanentemente. Los experimentos con los parásitos dieron frutos y las personas dejaron de lado los productos Bloom. Si se tenían armas letales que no dañaban a los humanos, ¿por qué deberían invertir en otro tipo de protección? Las armas que Bloom II realizó fueron desechadas como basura, el líquido Simoko terminó siendo ignorado y mi amada Simone se hundió en sus demonios.

Comencé a olvidar cómo se sentía el calor de su cuerpo sobre mis labios. Ya no nos besábamos ni compartíamos la cama.

Todo se desmoronaba y no sabía cómo arreglarlo.

30 de septiembre del año 2119, 3:10 horas

Simone terminó en el hospital después de ingerir demasiado alcohol. Permanezco a su lado, apretando tan fuerte las manos que dos de mis falanges se han doblado.

—Debe disminuir el consumo. Si continúa de esta forma, sus riñones no tendrán salvación. Debes cuidar a tu creadora ciborg, ¿qué clase de arma inútil eres?

El doctor se marchó y apreté los dientes con fuerza. Ahora que ya no éramos necesarios para el mundo, ¿nuestros derechos volvían a ser revocados? ¿Sería vista como una cosa, otra vez? Sentí el sabor amargo en mi lengua y lo contuve.

—Aiko… —escuché mi nombre con aquella dulce voz y me acerqué con cautela. La pequeña mano de Simone se alzó y vi sus lágrimas desbordándose. —. L-lo lamento.

Mis labios temblaron y me desplomé sobre el suelo. Tomé esa mano entre las mías y grité con tanta fuerza que las ventanas de la habitación se rompieron en pedazos.

El amor es peligroso, te cambia, a veces para bien y algunas otras para mal.

Yo ya no sabía distinguir a qué lado pertenecía.

—Es una pena que te enamoraras de alguien como yo. —su voz comienza a temblar y al fin me calmo.

Las enfermeras entran y verifican que todo está en orden, agregan lo de las ventanas a nuestra cuenta y se marchan sin importarles nada más. Cuando me levanto del suelo y camino hasta la silla a su lado, siento esa mirada escrutadora sobre mi cuerpo.

—Cuando volvamos a casa te arreglaré esos dedos, ¿qué te parece cambiar de partes? ¿No quieres tener un nuevo cambio de apariencia? ¿Por qué no cambiamos?

Veo la sonrisa dulce que acelera mi procesador. Esta es mi dulce Simone, mi hermosa y afectuosa Simone, aquella que me enseñó a sentirme humana.

—Está bien. —le sonrió levemente y discretamente sujeto su mano debajo de las sábanas de la camilla. Las dos miramos a la pared contraria, pero siento a través de su calor que está igual de avergonzada que yo.

Los cambios son terroríficos, pero esta vez estoy dispuesta a afrontarlo. Al lado de Simone soy capaz de volverme más fuerte.

*****************

26 de octubre del año 2119, 12:00 horas.

Simone y yo inauguramos nuestro propio local. Esta vez ha decidido que tenga mi nombre, en este lugar nos encargamos de diseñar muebles 2D y 3D. Simone siempre ha sido buena dibujando y tiene una creatividad ilimitada. Después de que cambiara su apariencia y decidiera cortar su larga melena, las dos comenzamos de nuevo.

No importa si Simone se vuelve arrugada, si su cara se llena de granos o si termina calva. Ella seguirá siendo el único amor de mi vida.

—Creo que es un buen día. —menciona con una sonrisa refrescante y le respondo con un simple asentimiento. El sol está radiante y aunque las personas avanzan con los ojos pegados a sus dispositivos tecnológicos, me doy cuenta que algunas parejas jóvenes o adultas se detienen a observar nuestro local.

Veo rostros interesados y sorprendidos, pero sin importar el resultado, esta forma de vivir es la mejor, siempre que Simone este a mi lado, todo será extraordinario y perfecto.

—¡Entren a echarle un vistazo a los diseños de nuestros muebles personalizados! ¡No se arrepentirán! —oigo los gritos chillones de Simone y la empujo levemente, intentando ocultar la vergüenza ajena que me provoca su momento de extroversión. Veo risas y algunas mujeres se acercan para entrar a la tienda.

Sí, los cambios dan miedo, pero a veces pueden ser mejores que el pasado. Solo debemos seguir caminando, buscando una forma de avanzar sin hundirnos.

*****************

 24 de diciembre del año 2119, 23:57 horas

Han sucedido muchos cambios positivos en nuestras vidas. Simone se deshizo de su apellido así que ahora solo existe como la Dra. Simone, el cambio fue positivo porque ya no tiene que cargar con el peso de ser una Bloom.

Nuestra tienda creció mucho, los diseños de Simone en los muebles tridimensionales ha sido un éxito con jóvenes y adultos, estamos planeando expandir el negocio a una segunda tienda.

Mi amada Simone ha estado sobria en estos meses y juro que su rostro ahora se ve joven y lleno de vida, es como si al acercarme me pasara lo que a Pinocho y me volviera humana en un abrir y cerrar de ojos. No tenemos los lujos que nos daba la empresa Bloom, pero me siento más feliz que antes.

Mi universo se llenó de más colores.

No tenemos todos los dispositivos tecnológicos de moda y vivimos en el piso superior de nuestra tienda, pero desearía que el mundo viera lo llena de vida que es nuestra pequeña habitación. Tiene plantas, muebles preciosos y un enorme estante con libros viejos sobre diseño, robótica y química que Simone había rescatado de las pertenencias de la bestia.

Incluso pensamos en adoptar una mascota si tuviéramos el tiempo de cuidar una.

En nuestra habitación de 4 paredes, observamos las mismas luces y los fuegos artificiales del año pasado y no puedo evitar sentirme más cálida cuando nos abrazamos debajo de las mantas. No importa si no tenemos paredes y piso con calefacción instantánea, su cuerpo es suficiente para mí.

—Feliz navidad. —decimos al unísono y sellamos la celebración con un beso casto en los labios.

*************

05 de enero del año 2120, 12:03 horas

Simone decidió que festejaríamos por primera vez su cumpleaños. Ella detestaba esta fecha por considerarla el inicio de su vida desafortunada, pero ahora me juraba que le parecía una buena excusa para que le diera un regalo.

Yo no tengo un sueldo fijo, el dinero que ganamos lo compartimos para pagar la renta y los materiales, pero pude guardar algo de aquellas propinas que las señoras me daban por cargar sus muebles.

Le entrego una pequeña caja a Simone y le sonrío tímidamente, me siento cohibida en este momento, mi regalo es tan pequeño e insignificante. Ella toma la caja con un rostro sorprendido.

—Era una broma lo del regalo, estúpida Aiko. —bromea, pero puedo notar la ilusión en sus ojos que brillan como los de un niño pequeño, no puede mentirme cuando es tan obvia.

Al abrirla juro que sus ojos se cristalizan de inmediato, hay un pequeño anillo adentro de la caja. Simone no usa joyería, por lo que tuve mis dudas al darle este regalo. Siento sus manos envolver mi cintura y sonrío, su rostro está enterrado en mi pecho y siento un líquido resbalando por mi armadura, acaricio su cabello corto y la estrujo con delicadeza.

Gracias por amar algo tan pequeño.

Los regalos son engañosos, la mayoría de las personas creen que un regalo fue hecho para que los que lo reciben se sientan dichosos, pero en realidad no es así, dar un presente es alegría para la persona que lo entrega, ¿por qué? Por el simple hecho de que se interesa en buscar el objeto correcto que alegrará a su persona querida, es un simple acto de amor desinteresado.

La sonrisa de Simone es pago suficiente para que pueda sentirme revitalizada.

—¿Acaso robaste una tienda para darme algo tan caro? —gimotea y siento mis circuitos calcinarse, esta estúpida siempre dice comentarios malintencionados para ocultar su vergüenza, le doy una tremenda colleja y se revuelca en el suelo, quejándose. Le amo tanto que me duele verla sufrir.

***************

25 de enero del año 2120, 20:10 horas.

20 días después de su cumpleaños, llegó la noticia de que un nuevo parásito había sido modificado, este Snaker, como los llamaron, era capaz de sobrevivir en una lucha con los de su estirpe y ganarles en cuestión de minutos.

El tiempo era algo que se había vuelto primordial en este mundo computarizado, las personas querían medir la calidad con el tiempo. Era extraño, amaban tanto controlar el tiempo que se olvidaban de vivir la vida.

Los Snaker eran más fuertes, tenían habilidades diferentes a los de su especie, como la capacidad de soltar un líquido que era casi igual de eficiente que el Simoko de Simone y podían cubrirse de una armadura metálica para protegerse de los ataques enemigos.

—Simone, el planeta está cometiendo errores al confiar en seres de otro mundo. —comenté con amargura, apagando el holograma televisivo.

—Esperemos que puedan controlar a sus creaciones. —contestó preocupada. Abrimos la tienda y comenzamos a recibir a la clientela, nuestros planes de otro local lucían prometedores.

*******************

18 de febrero del año 2120, 8:10 horas.

Uno de los peores días de la humanidad. Ocurrió una explosión en los laboratorios de las empresas S.N.A.K.E., los ciudadanos de los alrededores huyen despavoridos al ver que el nuevo parasito galáctico modificado, comienza a golpetear con su cola los edificios cercanos. Su rabia se ve reflejada en la baba que segrega su boca llena de colmillos.

—¡Simone tenemos que huir, vi que las armas de los ciborgs no le hacen daño! —exclamo asustada. La cargo sobre mi hombro y salgo de la casa de un salto, mientras huimos sé que Simone está viendo toda la destrucción de aquel monstruo.

—Es horrible. —la escucho murmurar y entonces algo me golpea. Es otro parasito galáctico que ha perdido el control, todas las creaciones de S.N.A.K.E. comienzan a tener control sobre sus cuerpos, algo ha fallado.

Simone se aferra a mí después de la caída. Estamos rodeadas, no sé cómo mantenerme positiva ante la situación. Si la humanidad no fuera tan ambiciosa y cruel, no hubiéramos terminado de esta forma.

—Todo estará bien. —murmuro, incapaz de creerme lo que digo. Tengo miedo, tanto miedo que desearía llorar.

Si este es el final, me alegra que sea al lado de Simone. Ya no escucho las voces agonizantes de los ciudadanos, ni el crujir de los edificios en colisión, no siento dolor.

«Todo estará bien» me miento a mí misma de nuevo.

 

***********************

19 de febrero del año 2120, 23:55 horas.

Mi universo cabe entre mis dos manos, es ligero y hermoso aun cuando lo destruyen. Mis circuitos comienzan a fallar y aunque tropiezo, sujeto los restos de Simone con adoración. Quisiera que en este instante el ciborg no fuera yo, si las dos tuviéramos las mismas características su corazón no se hubiera detenido, podría ponerla en marcha otra vez, podría arreglarla.

Incluso si las dos fuéramos humanas seríamos capaces de morir al mismo tiempo, pero no, la realidad era esta, yo intentaba huir para poder sufrir por mi pena, sin que los errores humanos me consumieran con su ácido.

Mis piernas colapsan y me desplomo. Coloco a Simone sobre mi espalda y me arrastro sobre el lodo, tenemos que llegar a ese lugar, estamos cerca.

Finalmente encuentro el enorme pozo de basura que antes era TUBER, el hoyo de miseria y abandono se ve tan mágico en este momento. Tomo lo que queda de Simone y me lanzo con ella a este lugar desolado.

En este cementerio de ciborgs, observo los restos de mis compañeros y siento nostalgia al recordar a todos aquellos con los que cruce alguna que otra palabra. Coloco a mi lado a Simone, teniendo cuidado. Puedo ver las llamaradas de fuego que se ciernen sobre el Distrito 48, todo está siendo destruido y colapsa.

Tomo la mano de Simone y siento el anillo en sus dedos, es una pena que nuestro tiempo se terminara. Quizá debí esforzarme más en medirlo y no en vivirlo como los humanos de ahora lo hacían, si lo medía, tal vez no dolería.

Después de mucho tiempo, vuelvo a sentir dolor, es una punzada que cala en lo profundo de mi ser, me derrite y me asfixia, me agobia y lacera. Es un dolor que no se alivia, es una cicatriz que no se borrará nunca.

20 de febrero del año 2120, 1:11 horas.

Acaba de aparecer un misterioso comando en mi software y sonrío amargamente.

¿Deseas activar el apagado automático?

Después de todo, yo sí tenía esta función. En situaciones como estas se activa, ¿eh? La bestia me hizo su última jugarreta, pero quizá es el único acto de bondad que ese monstruo pudo ofrecerme.

Miles de pensamientos agobian mi software, pero llego a una conclusión. Mi universo yace a mi lado, es bueno morir sujetándolo. La muerte no me había parecido tan dulce antes, mi miedo ha desaparecido.

Acarició el corto cabello de Simone y activo el comando especial.

—Te amo Simone. —fueron mis últimas palabras en este mundo que había perdido sus colores.

 

20 de febrero del año 2120, 1:15 horas.

Aiko se ha apagado automáticamente.

Ese había sido el último acto de amor que Simone tuvo hacía mí.

Fin.

Notas finales:

En lo personal, es uno de mis trabajos favoritos. Espero sus comentarios, me harían enormemente feliz.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).