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Nightmare por valeeop

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Notas del fanfic:

me dio por escribir un sasunaru de terror :3 jeje

Observó su nueva casa con su pequeña bebé en brazos, la pequeña soltaba ligeros gorjeos con ambas manitos metidas en la boca mientras llenita, pues acababa de comer y con curiosidad expectante observaba todo lo que se elevaba a su alrededor, Naruto le sacó las manitos de la boca y las limpió con una toallita mientras le dedicaba una sonrisa a su bebé, su linda Suzume Uchiha, su hija y también la hija del hombre que amaba.

La llevó arriba, a través de las escaleras de caracol mientras veía cada detalle de su casa, los grandes ventanales, las paredes blancas con detalles en dorado, una hermosa casona victoriana que el convertiría en un pequeño castillo para él y para su nueva familia.

La acostó en la cuna blanca con delicadeza y Suzume empezó a jugar con sus pies y a reír somnolienta, en parte luchando contra el sueño para evitar dormirse, aquel era el cuarto de Suzume , su pequeña princesa, el cuarto estaba pintado de rosa y blanco, habían muchos muñecos en una esquina que formaban una montañita, había un mueble color rosa con blanco a un lado, lleno de cojines en distintos tonos de rosa, cerca de la cuna había una mecedora blanca y al lado de esta un cambiador, varios cuadros estaban colgados en las paredes con fotos de animales tiernos, personajes de caricaturas y una que otra foto de su persona y de Sasuke, sobre el suelo de madera estaba una mullida alfombra rosa con estampado de círculos blancos, si, era mucho rosa, pero era hermoso, lo que más le gustaba era el armario blanco de madera con espejos enormes que tenía flores de sakura pintadas, sonrió recordando lo que su cuñado Sai había dicho al ver el cuarto.

“¿un unicornio vomitó aquí?”

En ese momento su marido le pegó un golpe a Sai y su cuñado no hizo más comentarios burlescos.

Se arrodilló en el suelo al lado de una enorme caja que decía “ropa de Suzume “ la cual estaba a un lado del armario y empezó a doblar la pequeña ropita para ponerla en sus respectivos lugares, el cuarto de Suzume era el único que había terminado completamente de desempacar y arreglar, la cocina y el comedor estaban listos pues no había mucho que organizar pero el resto de los muebles de la casa seguían mal puestos o en cajas y en su habitación solo estaba armada la cama y la ropa ya estaba en el armario, las demás cosas seguían en cajas.

Sasuke había insistido en que la casa era muy grande y que él solo no podría desempacar y organizar todo…grave error, para Naruto eso había sonado como un reto y ahora quería menos ayuda, lo haría solo.

Aunque de verdad estaba siendo difícil, cuidar de una bebé, de un marido y organizar de cero una casa, pero era algo que él quería hacer, deseaba mostrarle a Sasuke que él era capaz, que no se arrepentía de nada y que estaba feliz de lo que era y lo que se había convertido su vida, pues todavía veía a su marido mirarlo con culpa, como si se arrepintiera de haber tenido a Suzume.

Su historia, la historia de Sasuke y suya había empezado hacía dos años, el día de sus quince fue con unos amigos a una discoteca por primera vez, ahí conoció a Sasuke quién se portó con el muy amable y caballeroso desde él primer momento, le enseñó a bailar y cuidó de el cuándo sus amigos, los que se suponía debían cuidarlo, se habían emborrachado y estaban echando las canitas al aire. Después de eso se hicieron amigos, eran tan diferentes y quizá por eso congeniaban, era como si se complementaran y con el tiempo empezaron a tener una relación sin nombre, porque no eran novios, porque tampoco eran amigos y porque ninguno de los dos se había detenido a pensar lo que eran, Sasuke le desvirgó y desde entonces la atracción era tan insoportable que no podían pasar más de una semana sin verse, sin amarse, sin consentirse…

Después de un tiempo Sasuke pensó que le estaba haciendo un terrible daño a Naruto atándolo a él, quizá la diferencia de edad no fuera demasiada pero los mundos de ambos eran tan diferentes, el azabache sentía que le estaba quitando a su rubio la oportunidad de vivir una adolescencia normal y aunque le hiciera hervir de celos también quería que Naruto conociera a otras personas, habló con Naruto y ambos decidieron que lo mejor era separarse, esa noche se amaron como nunca hasta la madrugada y cuando Sasuke despertó Naruto ya no estaba ahí, se quedó dolido rememorando la noche de pasión que habían tenido y hasta ese momento recordó un importantísimo detalle, que por el éxtasis y el desespero del momento ni siquiera había notado…

Uno de los condones que habían usado se había roto…

Las siguientes semanas Sasuke siguió en secreto a Naruto, se había convertido en un acosador, pero necesitaba saber si aquella noche no tendría consecuencias y si las tenía debía hacerse responsable.

Dos meses después él se encontraba estacionado fuera de la casa de Naruto, una casa normal en los suburbios donde su rubio vivía solo con su tío, un hombre asalariado de piel lechosa, cuerpo fornido y cabello rojo quién parecía carecer de emociones, se llamaba Nagato.
El tío de Naruto ni si quiera le prestaba atención, no tenían una buena relación y no intercambiaban palabras más de las necesarias, ese día Sasuke vio entrar a Nagato a la casa después de volver del trabajo, Naruto ya estaba dentro, recién había vuelto de la escuela, media hora después vio a Naruto salir hecho un mar de lágrimas con una enorme maleta en mano y su corazón dio un vuelco, Nagato había corrido a Naruto de su casa y su rubio no tenía a nadie más, salió de su auto y corrió a abrazarlo, Naruto se sorprendió pues no esperaba verle ahí.

“estoy embarazado Sasuke”

Dijo antes de estallar de nuevo en llanto, soltando la maleta para aferrarse a él, duraron un buen rato ahí bajo él sol de medio día sin importarles en lo mas mínimo la alta temperatura y una vez Naruto se hubo calmado un poco Sasuke habló, Naruto al instante asintió después de escuchar lo que le había propuesto.

“cásate conmigo”



Naruto se levantó del suelo, ya todo el cuarto de Suzume estaba arreglado y al parecer la bebé se había quedado dormida, el rubio sonrió y se acercó a taparla con las mantas, tuvo a Suzume antes de cumplir los diecisiete años, nació prematura pero fuerte, Sasuke estaba que saltaba de la alegría y no dejaba de decirle lo mucho que le amaba, rió, jamás había visto a Sasuke sonreír tanto.

Tomó el monitor del bebé y lo metió en el bolsillo de su delantal, la casa era grande y no podría oír si Suzume despertaba, por eso había comprado el monitor, un pequeño aparato que asemejaba un radio de esas que usaban las policías, con una pantallita y una bocina, el tenia uno, el otro estaba sobre la mesita de noche y en vez de una pantalla y una bocina tenía una cámara y un micrófono para transmitir al que él tenía todo lo que sucedía en el cuarto, era una herramienta útil.

Bajó las escaleras de caracol pasando por el recibidor, la sala de estar y el comedor para llegar a la cocina, esta era una hermosa cocina moderna de armarios y cajones de madera oscura que poseía todos los electrodomésticos que pudiera llegar a necesitar, Sasuke no había escatimado en gastos y había comprado lo mejor de lo mejor, Naruto pensó en su marido, Sasuke, llegaría en veinte minutos al menos y debía preparar la cena, en la nevera tenía todo tipo de ingredientes pero él no tenía idea de qué preparar, para su suerte, su marido comía de todo, por otra parte no tenía mucho tiempo así que prepararía unos sándwiches al horno, estarían listos en un santiamén, eran deliciosos y dejaban satisfecho a cualquiera.

Cuando entró a la cocina Naruto ahogó un grito, el había dejado todo organizado pero ahora todas las estanterías y gavetas estaban abiertas mostrando todo su contenido, muy extrañado cerró todo con rapidez, ¿y si se había metido un ladrón? Tomó un cuchillo y se acercó a la puerta que estaba en la cocina, estaba cerrada y por otro lado la alarma no se había disparado, eso era raro, por si acaso guardó el cuchillo en su delantal y empezó a preparar los sándwiches para meterlos en el horno, entonces escuchó un sonido, un golpe sordo, de algo cayendo al suelo, pegó un salto asustado, había venido del monitor de Suzume , a la carrera subió las escaleras con el cuchillo en mano y con su corazón cabalgando en su pecho revisando de un vistazo en el camino que todas las ventanas estuvieran cerradas con seguro, al llegar al cuarto examinó todo con ojo crítico, primero la cuna, bien, Suzume seguía ahí, dormida, después revisó el cuarto, no faltaba nada y la ventana enmarcada en cortinas rosas con estampado estaba cerrada con seguro, al revisar el resto del cuarto vio su foto, la que había estado clavada en el muro junto a la de Sasuke, en el suelo, se acercó y la tomó entre sus manos, el vidrio del marco no se había roto, eso era una gran suerte, se preguntó si el clavo se había caído pero este seguía ahí, volvió a colgar la foto y salió del cuarto.

Entonces…al volver al pasillo notó que las luces de este estaban apagadas, se extrañó, podía jurar que estaban encendidas cuando entró al cuarto de Suzume, giró adentrándose más al pasillo cubierto de tinieblas para encender la luz…pero a mitad de camino vio una silueta, frenó en seco y sintió el corazón de la garganta, las manos se le congelaron de los nervios mientras su cuerpo se sumía en una parálisis ¿Qué era eso? Lo primero que hizo fue correr de vuelta al cuarto de Suzume y cargar a la bebé quién aún bajo un profundo sueño acostó su cabecita en el hombro de Naruto, el rubio se asomó por la puerta y miró al final del pasillo, la silueta seguía ahí, estática, parecía incluso inamovible, como si fuera un mueble pero Naruto estaba seguro de que en ese pasillo no había puesto ningún mueble, salió de la habitación y corrió a la escalera de caracol que daba al recibidor para después volver a mirar al fondo del pasillo, la figura seguía ahí, como una imagen, le detalló, era delgada, parecía la figura de una mujer o un doncel, la curiosidad le dominó, quería ver quién era, acercarse, pero le retenía el bienestar de su bebé, si esa persona quería hacerle daño a él no podría defenderse correctamente pues estaba en desventaja.

El timbre sonó, y el desvió la mirada abajo por la escalera de caracol hasta la gran puerta de entrada por solo un instante, cuando volvió enseguida a fijar su mirada al final del pasillo la silueta ya no estaba, tembló pues ¿Cómo era posible que se hubiera movido tan rápido? Tenía miedo, ese algo seguía dentro de la casa y lo más lógico era huir a pedir ayuda, el timbre sonó por segunda vez y Naruto corrió lo más rápido que podía con la bebé en brazos bajando los múltiples escalones de la escalera de caracol, atravesó el recibidor empezando a notar cierto cansancio el cual era mermado por la adrenalina que corría por sus venas, una vez en la puerta cargó a la bebé con una sola mano mientras con la otra abría la puerta de entrada, grande fue su alivio al ver a Sasuke frente a él, trajeado con el portafolio en manos, mirándole con una expresión de suma preocupación.

— ¡Naruto! Cariño ¿Qué sucede? —le preguntó con voz calmada, el azabache sabía que si se impacientaba solo tendría efectos adversos y podría empeorar el estado exaltado de Naruto, el doncel se lanzó a los brazos de su esposo y este le recibió con cuidado dejando caer el portafolio que llevaba —calma… —susurró el mayor en el oído de su esposo mientras abrazándolo le daba tranquilizadores y relajantes caricias en su espalda, una vez notó a su esposo más calmado volvió a hacer la pregunta — ¿Qué sucede?

—Sasuke, creo que hay alguien en la casa… —susurró en un hilillo de voz y Sasuke fijó su vista en el interior, vio como la luz de la sala de estar que estaba a la derecha se apagaba dejando ya por fin la casa completamente a oscuras, Naruto tenía los ojos cerrados y la cara escondida en el fuerte pecho de su marido por lo que no se enteró de eso.

—Naruto, espera aquí —Sasuke se lo pensó un poco al ver la mirada preocupada de su doncel, acunó el rostro del rubio entre sus manos y acarició sus mejillas antes de entregarle las llaves de su auto, Naruto lo miró confundido — entra a mi auto y enciérrate ahí, voy a revisar la casa y no quiero dejarte solo…

—Bien — Naruto se puso de puntillas y le dio un beso en los labios a Sasuke quién correspondió el tacto —ten cuidado por favor —pidió.

—lo tendré —Naruto se alejó a la calle donde el auto de Sasuke estaba parqueado y entró en el asiento de conductor con la bebé, una vez se aseguró que Naruto y Suzume estuvieran a salvo Sasuke entró a la casa, algo preocupado, pues quién quiera que estuviera dentro de la casa aprovecharía para asestarle un golpe sorpresa tomando como ventaja la oscuridad del lugar, solo le quedaba confiar en sus excelentes reflejos, primero entró a la sala de estar, y encendió las luces, esta parecía solitaria, solo estaban los muebles nuevos y las cajas en las esquinas, habían algunas fotos por aquí y por allá y los sillones habían sido organizados al centro de la sala, obra de Naruto quién había empezado a organizar dicha habitación, rondó toda la sala de estar observando su alrededor con ojo crítico, alerta, esperando cualquier movimiento, el foco de antes no pudo haberse apagado solo, pero al notar que no había nadie suspiró, se acercó a la enorme chimenea de la sala y tomo una de las herramientas de esta en sus manos, la usaría como arma, era una larga vara de metal forjado con un gancho en la punta, la cual de usarla correctamente podría hacerle mucho daño a la persona que amenazaba a su familia.

Entró a la puerta contigua, el comedor, este tenía una enorme mesa de cristal con seis sillas, la mesa ya estaba puesta para la cena, lógicamente aquello también era obra de su esposo, ahí no había lugar para esconderse por lo que pasó a la siguiente parte, la cocina, al entrar vio todos los gabinetes y cajones completamente abiertos mostrando su contenido y sintió el olor de los sándwiches al horno que tanto le gustaban, se concentró en los gabinetes y cajones, los cerró uno por uno asegurándose que no hubiera nada escondiéndose, revisó el lugar, bajo la mesilla y la despensa que era un armario del tamaño de una persona, pero en la despensa no había nada, solo comida, suspiró y se acercó a la puerta trasera que quedaba al fondo de la cocina y daba al patio, nada, esta estaba cerrada, se asomó por el vidrio semitransparente y no vio movimiento en la penumbra del extenso patio, bufó y regresó por sus pasos, no había manera que alguien hubiera salido o entrado pues la alarma estaba puesta, volvió al recibidor donde estaba la escalera de caracol y esta vez entró por la izquierda, la sala de televisión que solo tenía un par de muebles y un enorme televisor inteligente con teatro en casa, Sasuke encendía las luces a su paso, no entendía porque estaba todo oscuro, revisó detrás de los muebles y nada, se acercó a la puerta del baño que se hallaba ahí mismo para los invitados, este era pequeño y estaba vació, un lavamanos, un inodoro y una pequeña bañera con ducha, las baldosas blancas brillaban con furor gracias a la luz del baño, pasó al siguiente cuarto, un garaje grande con espacio para dos autos, estaba vacío pues su auto estaba fuera aún no le había comprado uno a Naruto, ahí tampoco había donde esconderse.

Subió por las escaleras de caracol al segundo piso llegando al pasillo, del lado izquierdo había una gran terraza, se acercó a las puertas de esta, estaban cerradas desde adentro, entró a la habitación de su hija la cual estaba perfectamente organizada y todo encajaba, había una caja fuera de lugar a un lado del armario la cual decía a marcador negro con la letra de su esposo “ropa de Suzume ”, también estaba una foto de Naruto en el suelo, la tomó, el cristal se había quebrado ligeramente, una línea casi transparente surcaba la bonita cara sonriente de su esposo, la dejó en la mesilla de noche, sobre la tierna cuna estaba el móvil que tocaba una tonada infantil de cuna mientras giraba iluminando con pequeñas luces rosas el cuarto, miró en la mesilla de noche, notó que además de la foto que el mismo había puesto ahí estaba también el monitor emisor y se posó frente a el para saludar a la camarita, si no se equivocaba Naruto debía estar muerto de nervios mirando la pantalla del monitor receptor en busca de ver algo, y no se equivocó, abajo, encerrado en el auto con la bebé en brazos estaba Naruto, hecho un manojo de nervios a punto de comerse los dedos pues ya no le quedaban uñas que morder, el rubio al ver a su marido a través de la pantalla recobró el alivio.

Sasuke salió del cuarto de Suzume al pasillo, por el rabillo del ojo al fondo de este pudo ver una sombra, una silueta difusa e indescriptible, sorprendido giró parpadeando un par de veces solo para ver que al final del pasillo no había nada, solo estaba la penumbra y al fondo la ventana a través de la cual, la tenue luz de la luna entraba, bufó, quizá había visto mal y quizá la expectación por de verdad ver algo le estaba jugando una mala pasada, entró a la siguiente puerta y encendió la luz, una habitación completamente vacía la cual iba a ser la habitación de invitados, siguió a la siguiente puerta, un baño con ducha de cristal, ahí no había lugar para esconderse, la siguiente puerta, otra habitación vacía, ese iba a ser su estudio en casa, siguió a la última puerta, esta era la habitación principal, al cruzar el umbral de la puerta se veía una enorme cama perfectamente tendida con cobertores azules y blancos, tenía a cada lado dos mesillas de noche con lámparas encima y a cada lado había una puerta, entró a la de la derecha después de revisar que bajo la cama no había nada, era el armario, una salita con múltiples estanterías, a la derecha estaba su ropa, toda variando entre colores grises, negros, blancos y azules, algunas prendas eran de otros colores pero estas eran muy reducidas, lo que predominaba en su lado del armario eran sus trajes y zapatos de marca perfectamente organizados, había que darle crédito a Naruto, recién se habían mudado y el doncel parecía tener todo bajo control aún teniendo que cuidar a una bebé de contados meses, del otro lado del armario estaba la ropa de su esposo, la cual formaba un pequeño contraste pues la ropa de Naruto era bastante colorida y variada, bien, no había nadie en el armario, regresó sobre sus pasos a la habitación matrimonial y entró a la otra puerta, el baño de la habitación el cual era grande y tenía una bañera en la que entraban dos personas, era un baño tipo spa que a su esposo le gustó mucho. Ya con eso había revisado todo y no había nadie en la casa, regresó con el fin de avisarle a Naruto que ya podía entrar, pero al salir del cuarto notó que todas las luces del pasillo y las habitaciones, incluso las de abajo…estaban apagadas.

Te mostraré una dulce pesadilla…la próxima noche…




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