Nuestro Último Adiós... (1)
?Por favor, espera un poco más... No lo hagas aún, Edward... Todavía tengo algo importante que decirte...?
En la ciudadela en ruinas se podía vislumbrar al alquimista del fuego que corría hacia el gran teatro que estaba en el medio de ese pueblo fantasma. Unas atemorizadas lagrimas brotaban de sus ojos azabaches y rodaban por sus mejillas encendidas. El pobre Taisa solo podía pensar en cada una de las veces en las que tubo la oportunidad de decirle a su querido Edo lo que sentía... Y justo ahora...
?perdoname... no quise que estuvieses solo ahora... espero que pueda llegar justo a tiempo, y así puedas escuchar lo que tengo que decirte, mi pequeño Hagane no...?
voló la puerta que le impedía el paso en mil pedazos, y freno en seco... en medio de un circulo de transmutación, su dulce ángel caído lloraba desesperadamente, bañado en sangre, que Dios no quiera, era suya...
-¡Edward! ¡Ed! ¿Que te ocurrió?-
El joven Taisa corrió hacia donde estaba el rubio entre lágrimas, y lo tomo en sus brazos...
-Chibi-san... ¿Qué te ocurrió?-
Ed no respondió a la pequeña burla de su estatura, lo que significaba que algo estaba realmente mal. Sus ojos estaban apagados, a pesar de estar aun conciente...
-Hagane... Edo... Mi chibi... ¿Que te pasa?-
No había mas respuestas para el desesperado mustang que esos sollozos lastimeros que salían de sus pequeños labios.
-¿Que ocurrió... con tu hermano?-
-…l... no... pue... de... vol... ver... -
-¿Por que? ¡¿Es que acaso ya no es suficiente?! ¿¡Todo tu sufrimiento no basta para hacerlo volver!?- Roy siempre había celado a Alphonse, pero no quería que su Edo estuviese triste...
-Nun... ca... se... re... suf... ici... en... te... -
-No digas estupideces!!-
?Eso es mentira, mi chibi-san... Tú eres mas que suficiente para mí, no vuelvas a decir eso... Jamás podría vivir sin ti... Por favor... No digas que no eres suficiente...?
-Mi... nii... san...-
-Edward... Quiero decirte algo importante... Por favor, escuchame... -
-Tai... sa... Roy... -
El rubio sonrió delicadamente, y esa dulce sonrisa conmocionó el interior del coronel Mustang, quien sintió como un cálido temblor nacía en sus labios...
-Ed? Perdona? Ya no puedo seguir esperando?-
Lo aprisionó apasionadamente entre sus brazos y le robó los labios... Podía sentir la sangre pegoteando el uniforme militar, y las frías manos de Ed a sus costados, en una simulación de abrazo... El gustito metálico de su sangre invadía la boca de mustang, pero eso no lo detuvo... Por fin ahora tenia las fuerzas necesarias para decírselo...
Pero...
Los brazos de su chibi-san bajaron por su cintura hasta lograr un ruido seco al caer al suelo, y la leve presión en los labios que sentía Roy antes había desaparecido...
Apartó sus labios despacio y alcanzó a ver fugazmente como el mayor de los Elric le sonreía antes de que sus ojos se entrecerraran y la vida lo abandonase...
-¿Hagane? ¿Edward? ¿Edo? ¿Chibi-san?-
Las lágrimas volvieron a desbordar de sus ojos azabaches, y comenzaron a caer sobre el rostro inerte de su difunto amado?
-Ed... mi chibi... por favor... no me dejes... por favor... aun tengo que decírtelo... aun tengo que contarte lo que siento... Hagane... mi dulce pequeño... te amo... por favor... abre tus dulces ojitos... vamos... aun no puedes irte... aun quiero decirte muchas cosas... mi Edo... mi chiquito... no me dejes... por favor, no lo hagas... te amo... mi chibi... te amo mucho... -
La teniente Hawyete y el mayor Armstrong lo encontraron así, dormido entre los brazos sin vida de su pequeño, manchándose aun con su sangre, mojando con sus lagrimas esa carita de angelito que ahora jamás volvería a sonreírle...
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