No codiciarás los bienes ajenos.
Resumen: El pequeño Draco era codicioso, pero cuando conoce al bebé de la amiga de su mamá, su mundo se transforma.
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-¡Yo quero a Hary paya mí!
Lucius miró exasperado a su primogénito. Desde que Lily y James, amigos de su esposa y él desde que iban a la universidad, vinieran a presentarles a su hijo, que Draco se había prendido de las faldas de la pelirroja exigiéndole que le entregara a su bebé de un año.
-Draco, tesoro, Harry tiene que ser de sus papis.
-No –dijo el niño caprichoso sin dejar de fulminar a la pelirroja que lo veía enternecida y divertida por las acciones del hermoso niño de dos años- bebé mí.
-No, no, no –dijo James Potter, atravesándose entre su mujer que cargaba a su bebé que no entendía absolutamente nada desde su lugar en brazos de su madre, y el rubioesito heredero Malfoy-, Harry es mío, y no se lo daré a un pequeño estirado como tú, Draco.
-¡Mamá!
Narsissa miró divertida la situación, obviamente James sólo quería molestar aun más a su bebé.
-Ya basta, Draco –dijo Lucius-, ellos se tienen que ir. Es tarde y Harry tiene que ir a dormir –dijo tomando a su hijo por debajo de las axilas para alzarlo.
-¿Hary mimir? –preguntó adorable.
-Así es, bebé –dijo la pelirroja llegando donde los rubios y besando la mejilla de Draco para despedirse, era el último que faltaba antes de que el pequeño empezara con sus escándalos.
-Pero Hary mi ¿vedad?
Nadie pudo decir que no a esos lindos ojitos celestes, Draco ya se veía venir como un niño codicioso y mal para Harry, que lo notaría en carne propia en el futuro.
Fin
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No codiciarás los bienes ajenos.
Resumen: El pequeño Draco era codicioso, pero cuando conoce al bebé de la amiga de su mamá, su mundo se transforma.
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-¡Yo quero a Hary paya mí!
Lucius miró exasperado a su primogénito. Desde que Lily y James, amigos de su esposa y él desde que iban a la universidad, vinieran a presentarles a su hijo, que Draco se había prendido de las faldas de la pelirroja exigiéndole que le entregara a su bebé de un año.
-Draco, tesoro, Harry tiene que ser de sus papis.
-No –dijo el niño caprichoso sin dejar de fulminar a la pelirroja que lo veía enternecida y divertida por las acciones del hermoso niño de dos años- bebé mí.
-No, no, no –dijo James Potter, atravesándose entre su mujer que cargaba a su bebé que no entendía absolutamente nada desde su lugar en brazos de su madre, y el rubioesito heredero Malfoy-, Harry es mío, y no se lo daré a un pequeño estirado como tú, Draco.
-¡Mamá!
Narsissa miró divertida la situación, obviamente James sólo quería molestar aun más a su bebé.
-Ya basta, Draco –dijo Lucius-, ellos se tienen que ir. Es tarde y Harry tiene que ir a dormir –dijo tomando a su hijo por debajo de las axilas para alzarlo.
-¿Hary mimir? –preguntó adorable.
-Así es, bebé –dijo la pelirroja llegando donde los rubios y besando la mejilla de Draco para despedirse, era el último que faltaba antes de que el pequeño empezara con sus escándalos.
-Pero Hary mi ¿vedad?
Nadie pudo decir que no a esos lindos ojitos celestes, Draco ya se veía venir como un niño codicioso y mal para Harry, que lo notaría en carne propia en el futuro.
Fin