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Yugo-Synchro [STARSHIPPING] por Yuki Lunar

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Capítulo 16

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Al día siguiente, Judai abrió los ojos, sintió el peso de Yusei encima suyo, y sonrió; en realidad, no quería moverlo de su lugar, pero quería saber la hora, y el tipo de luz solar que entraba en la pieza que compartían, pudo imaginar que ya era bastante tarde.

 

Con maniobras delicadas, buscó su teléfono celular, y definitivamente, ya pasaban del mediodía. Era una suerte que era sábado, y que ninguno de los dos tenía algo importante que hacer. Se giró a ver a su novio una vez más, y le encantaba ver a Yusei dormido, tuvo la idea de darle un pequeño beso en la comisura de sus labios, éste se removió un poco, y uno de sus ojos se abrió para encontrarlo directamente.

 

—Buenos días, ¿dormiste bien? — pregunta divertido Judai cuando apoya sus codos, haciendo peso con su espalda, para verlo desde ese ángulo.

 

—Como un bebé, diría yo. — responde Yusei que está boca abajo, con sus brazos sobre la almohada, y su cabeza apoyada en ellos.

 

Judai recuerda que tiene que decirle algo, pero le tomó de sorpresa cuando de un momento a otro lo ve al azabache encima de él. Yusei toma su rostro entre sus manos, y busca sus labios, para finalmente saborearlos lentamente, pero al mismo tiempo, con algo de desespero. Realmente estaba disfrutando el momento, pero la voz de Yubel en su cabeza presionó por hablar sobre eso, no quiere ser brusco, pero lo detiene tomándolo de los hombros, y alejándose un poco.

 

—Yu-Yusei, yo… ¡tengo algo que decirte!

 

Yusei inclina un poco su cabeza, y arquea una de sus cejas.

 

—Lo siento, ¿te lastime? ¿Hice algo que no te gusto?

 

Judai se ríe nervioso, pero con calor en su pecho por el gesto preocupado de Fudo.

 

—No, no, nada de eso. Es solo que — toma aire, y suspira, Yusei se sienta con las piernas cruzadas sobre la cama para mirarle—, quería platicar de algo… ¿recuerdas esa vez que me enferme?

 

—¿Tienes fiebre de nuevo? — el azabache apoya su mano en la frente de Judai, pero éste se vuelve a reír, y la quita con un poco más de delicadeza.

 

—¡No! Esa fiebre significa otra cosa, aish — más nervioso se pone al no encontrar las palabras indicadas. Balbucea un poco, se serena, y enfoca seriamente su mirada en la azulina. La mano de Yusei se posa sobre la suya, y le regala una sonrisa comprensiva.

 

—Tomate tu tiempo para hablar — en silencio, le agradece.

 

—Mi fiebre tiene más que ver con mi condición de semi-demonio…, ¡no! En realidad, soy un híbrido — se auto corrige. Yusei entrecierra los ojos, tratando de entender lo que su novio le dice, y Judai se siente más confundido que antes, se rinde, bajando sus hombros—. Creo que Yubel podría explicarte mejor.    

 

La figura del monstruo se materializa frente a él y detrás de Judai; por su mirada, Yubel denota que no está para nada contenta, sobre todo interviniendo en un momento íntimo que le corresponde a su amado y no al hermafrodita. Yusei ha tenido varias oportunidades en las que él —o ella—, se ha manifestado, y han conversado, pero no dura mucho tiempo, ya que requiere gran gasto de energía de parte de Judai; pero también Yusei ha ofrecido la suya para ciertas situaciones que no vienen al caso.

 

—Ugh, realmente no queríamos llegar a esto, Yusei-kun — ella no es para nada delicada para hablar, pero Yusei le cae bien—. Judai tiene una condición como híbrido, pues desde que él se ha fusionado conmigo, matando su vida como humano, sólo permanece como un ser inmortal. Las consecuencias de la misma, es que cada tres meses tiene un celo…

 

La boca de Yusei se abre, piensa un momento, pero decide intervenir.

 

—Es decir que, como los animales, necesita…

 

—… aparearse — completa Yubel, ésta se cruza de brazos —. Pero Judai no puede, ehm, “preñarse” — agrega haciendo comillas con sus dedos.

 

Una mano se dirige a su barbilla al meditar palabra por palabra, y luego mira a Judai con el entrecejo fruncido, mientras que el peli castaño se siente realmente apenado, e incluso disculpándose con la mirada.

 

— No había necesidad de mentirme, ¿sabes? Podría haber entendido… aunque hay algo  no me queda claro, ¿qué pasa con tu celo?

 

—Esa es la parte dificil… si alguien con una condición parecida a la mía la descubre, podría matarme…

 

—… Pero tú eres un humano con poderes espirituales, por lo que es probable que puedas percibir un aroma en Judai, eso quiere decir que también su deseo sexual puede intensificarse —la voz de Yubel ya sonaba algo apenada al explicarse.

 

Yusei recuerda el aroma a melón, ya fueron varias ocasiones, entonces…

 

—Oh… — solo sale de su boca, impresionado, anonadado, y todos los adjetivos que podría definir el estado de shock que tiene en estos momentos; Judai por otro lado, no quiere mirarlo, pero sabe que tiene que hacerlo en cualquier momento.

 

—¿Tienes alguna duda? — pregunta impaciente Yubel a Yusei, éste niega con la cabeza, y solo se pierde por un momento de sus pensamientos—. Entonces, me retiro…. ahora arréglalo tú — dice esto último en la mente de Judai una vez que desaparece de la vista de ambos.



El de cabellos castaños puede atinar a ver a su pareja que aún sigue pensando en todas las palabras que le ha dicho Yubel. En éste caso, Yusei se sienta al borde de la cama, con sus codos apoyados en sus piernas, no mira a Judai, y el otro no sabe mucho qué decir.

 

—¿Yusei? ¿Estás bien? — el chico se acerca y se sienta a su lado, pero Yusei le ignora, y se siente un tanto frustrado, evita el contacto físico en éste caso, entiende que su enamorado quizá necesita tiempo.

 

—No entiendo como no me has dicho antes… —vuelve a remarcar, ahora por fin su mirada reposa en la de ojos cafés, pero de forma escrutadora.

 

—Yo no… — se enreda en sus propias palabras al hablar—, ¡Diablos! No sabía que todo esto iba a pasar, ¿sí? Entiendo que estés enojado, y lo siento mucho.

 

No puede pasar un minuto más sin ser observado por Yusei, que voltea a ver otro lado, toma sus ropas, pero la mano de su novio lo detiene repentinamente, aun sin quitar su seriedad.

 

—Que me enoje contigo, no significa que te deje ir, ¿sabes? — comenta el azabache—. Solo dame un momento para procesar todo, ¿puede ser?  — Judai suspira un poco más aliviado —. ¿Qué tal un almuerzo rápido y lo hablamos?

 

El otro medio sonríe, y asiente.

 

.

 

Y a pesar de lo que uno puede llegar a pensar, Yusei, una vez, sorprendía a Judai, comprando algo de lo que él quisiera; aunque el más bajo se sentía mal y culpable por todo, su novio estaba siendo igual de cariñoso con él, sin merecerlo, incluso sentía que no merecía que le diera siquiera la mano.

 

Una bandeja de camarones empanizados fueron los ganadores del concurso de “elegir comida porque no sé qué diablos quiero comer”, con la colaboración de unas sodas, y algunos dulces para el después del almuerzo. Lo bueno de vivir en una zona semi-centrica, era que tenían todo absolutamente cerca y no tardaron mucho en ir, comprar y volver.

 

El almuerzo fue en absoluto silencio; la tensión era clara, pero de vez en cuando, Yusei comentaba algo sobre el proyecto que tenía que terminar, y que seguía prometiendo a Judai que iba a llevarle a conocer el “Momentum” por donde lo había dejado su padre. También, había recibido algunos mensajes de Aki, Crow y Jack; los dos últimos habían vuelto a la ciudad después de estar en la liga profesional, y ya estaba organizando una juntada por medio del grupo de Whatsapp que habían armado. Judai solo podía escuchar un poco lo que el otro decía, pero también le molestaba sobre manera que estuviera con el teléfono y sin mirarlo. Mencionó que Aki les había dicho también que los gemelos pronto irían a New Dominó, y que la ocasión era perfecta para verse.

 

Y Judai se alegra por ver a su pareja contento de hablar con sus amigos, él sabe lo que es capaz Yusei de mantener su vínculo con ellos, al menos, ellos le alegrarán el día, y de repente, el apetito se le fue. Por fin Yusei nota que su novio no come, y eso no parece normal, sin embargo, y ésta vez, no se molesta en preguntar.

 

—Ya, Yusei, ¡estás muy callado! ¡Dime algo!— exclama un tanto exasperado de tanto silencio.

 

—¿Algo? — levanta la vista de su celular para mirarlo con la ceja arqueada—. ¡No sé qué quieres que te diga, cariño!

 

—¿Enojarte? ¿gritarme? ¡Algo!

 

—No tengo porque hacerlo, no me manejo de esa manera — Yusei vuelve a mirar su teléfono, y Judai rechina los dientes.

 

Se pone de pie, y choca fuertemente sus manos en la mesa, atrayendo la atención del azabache.

 

—¿De veras? Solo… ¿te quedarás en silencio? Yusei, anda, dime algo — Yusei corre la comida de la mesa bruscamente, pega sus puños a la mesa al mismo tiempo que se levanta de la silla, y se inclina quedando a una nariz de distancia de Judai.

 

—¿Qué estás haciendo? ¡Dime! ¿Me estás vacilando? ¡Por qué sí es eso lo que quieres…! — le responde entre dientes.

 

—¡Sí quiero!  Quiero que te enojes conmigo y que me grites— Ahora sí, Yusei le toma del cuello de su chaqueta roja, lo atrae hacia él muy cerca de su boca, y Judai se ríe, mientras toma fuertemente la chaqueta azul de Yusei.

 

—No te conviene sacar lo peor de mí, Yuki Judai, ¿entiendes?

 

—Entonces, ¿me perdonaras, o me ignoraras por el resto del día? — agrega un tanto divertido. Yusei le suelta con suavidad, pero no se aleja de él.

 

Yusei le mira un tanto confundido, y niega con la cabeza.

 

—Mira, solo quiero que seas sincero conmigo, ¿sí? Si lo fueras, esto no pasaría, ¿vale? — el de chaqueta roja asiente y cuando parece que la conversación iba a concluir ahí, es Fudo quien besa brevemente los labios de Judai; al terminar el contacto, es Judai quien hace un comentario de lo más tonto.

 

—Te ves muy guapo enojado, ¿sabes? — acompañado de una sonrisa. Yusei rueda los ojos, y se vuelve a sentar para continuar con su teléfono, mientras Judai disfruta de verlo ahora a su pareja frustrado. No lo puede evitar, asique corre, y se sienta encima de su novio para besarlo sin darle tiempo a replicar sobre el asunto.

 

Yusei le corresponde de la misma manera, luego de un momento, le interrumpe.

 

—No lo vuelvas a hacer — comenta, pero Judai cierra la distancia nuevamente entre ellos con otro beso un tanto más brusco.

 

—Te amo, Yusei Fudo — agrega Judai juguetón, y entre besos.

 

—Y yo a ti, Judai Yuki — le respondió mirándolo a los ojos, con un leve sonrojo. Tomó su rostro, como había sido al inicio del día, y lo besó.

 

 


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