Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amarte es mi pecado por EvilQueen

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

A la mañana siguiente, Magui bajó a desayunar pensando que no encontraría a su tío en la casa. Supuso que saldría temprano con tal de evitar algún comentario de lo ocurrido la noche anterior. Recordó lo mucho que se había preocupado en la casa de Stark, por lo que decidió no permanecer allí hasta tarde. Cuando hubo regresado a su casa buscó a Steve por los rincones y lo encontró durmiendo tranquilamente. Todo parecía más tranquilo de lo que imaginaba o su tío fingía muy bien.

Llegó a la cocina y vio el desayuno en la mesa y a Steve, quien seguía preparando el propio.

--Buen día --saludó Steve cuando la oyó entrar

--Buenas --dijo ella sentándose frente a su plato-- ¿cómo estás?

--Muy bien, hoy parece ser un día agradable, no va a hacer mucho calor --dijo dejando su plato en la mesa para sentarse luego.

Magui lo miró con seriedad, sabía a lo que se refería con esa pregunta.

--Hablo de anoche, genio.

--Ya sé, pero no hay nada que decir --sonrió y se dispuso a comer en silencio.

Terminaban de ordenar la cocina cuando Magui se acercó a Steve indecisa. No sabía si sacar el tema de nuevo, pero le preocupaba la estabilidad emocional de su tío, ella quería verlo bien.

--Steve --lo llamó-- debes hablar con alguien, en serio.

--Por favor, Magui. No empieces.

--Pero hazme caso --suplicó ella--, es importante que saques lo que llevas dentro, tienes que decirlo y yo estoy aquí para escucharte. Confía en mí.

--Es inútil, no voy a cargarte con mis problemas --dijo dirigiéndose al living a buscar unas cosas necesarias antes de salir.

--Somos familia Steve, tus problemas son mis problemas --exclamó ella siguiéndolo-- quiero ayudarte, se siente horrible verte fingir normalidad cuando sé que por dentro estas destrozado y ¡que no me dejes ayudarte! --terminó de decir con la voz quebrada.

Steve suspiró y se sentó en el sofá --¿Qué quieres que te diga? --preguntó el sacerdote-- que me siento miserable, que nunca pensé que esto dolería así, que entendí que tendré que ver al hombre que amo estar con otra persona el resto de mi vida, ¿eso quieres que te diga?

--Sí --soltó ella en un suspiro-- todo aquello que tienes dentro, cuéntamelo-- dijo sentándose a su lado e invitándolo a continuar.

--Tengo mucho miedo, Magui --confesó Steve intentando que su voz no se quebrara-- no se como seguir con esto. Siento que lo que tengo que hacer es buscar a Tony y decirle lo mucho que lo amo, pero si hago eso tendré que dejar atrás la vida que llevo ahora y eso no podrá ser.

--¿Por qué? --preguntó ella-- Será lo mejor que harás en tu vida. ¡Manda a volar la sotana de una vez!

--No es tan fácil Magui --dijo negando con la cabeza-- ¿Qué haré si mando a volar la sotana?, ¿cómo viviremos?, ¿cómo podré mantenerte?

Magui por fin entendió todo, sabía que Steve no recibía un sueldo por su labor pastoral, pero la iglesia le había otorgado un subsidio para que le permitieran tomar la tutela de ella hasta su mayoría de edad. No había pensado jamás en la posibilidad de que se la quitaran si él dejaba todo.

--Tengo casi 35 años, Magui. No tengo la juventud para reiniciar mi vida. No puedo empezar de cero.

--Hallaremos la forma --contestó Magui tan optimista como siempre-- sé que tan vez será difícil, pero lograremos salir adelante.

Steve negó --no quiero arrastrarte conmigo.

--Tony no dejará que nada nos falte.

--¿Y si las cosas con Tony no funcionan? --preguntó en un tono desesperado-- ¿y si su amor hacia mi le dura un día? No voy a arriesgar nuestra estabilidad por un futuro incierto. Tal vez si estuviera solo, lo pensaría --dijo impulsivamente-- pero no voy a condenarte a una vida de miseria. Magui entiende --dijo casi en un grito-- no quiero que te aparten de mi porque no puedo mantenerte.

Magui no pudo hablar, por una parte, entendía el temor de Steve, pero por otra sentía una culpa enorme por atar a su tío a una vida que no quería.

--Steve --dijo ella con su labio inferior tembloroso-- no quiero que renuncies al amor por miedo a lo que me pase.

Steve intentó interrumpirla, pero ella continuó.

--Yo un día creceré y haré mi vida. No quiero que cuando ese momento llegue te encuentres solo, no quiero que cuando seas anciano mires el pasado y te arrepientas de haber tomado esta decisión por mí, no podría soportarlo. No quiero que seas infeliz por mi culpa.

--Jamás te culparía.

--Eso lo dices ahora --sentenció ella-- Si tienes la posibilidad de ser feliz hoy debes tomarla. Por el futuro no te preocupes, enfrentaremos lo que venga, pero para eso debemos estar tranquilos con nosotros mismos. Sin ningún dolor, sin ninguna carga.

--Steve la miró con los ojos vidriosos. Quizá, una vez más, Magui tenía razón.

--Sé lo que tengo que hacer, pero no se si tenga el coraje para hacerlo.

--Yo sé que sí lo tienes, solo hazlo.

El párroco que estaba de visita abrió la puerta de la sacristía para hallar a un Steve ensimismado en sus pensamientos con el rostro entre sus manos. El rubio levantó la vista para encontrarse con el moreno que lo miraba preocupado. Le sonrió e hizo un gesto con la mano señalando la silla que tenía frente a su escritorio indicándole que se sentara.

--¿Qué se te ofrece, Sam? --preguntó cortésmente el rubio.

Sam entrecerró los ojos haciendo esperar su respuesta, acto que incomodó un poco al otro sacerdote.

--Te noto raro, amigo --dijo finalmente ganando una pequeña risa nasal de parte de Steve--. En serio --continuó-- es algo que noto desde hace tiempo, pero estos últimos días simplemente no has podido disimular, mi querido Steve.

Steve arqueó una ceja, en ese momento se recriminaba haber sido tan obvio y fingiría que no sabía de que hablaba Sam. Aunque también sabía que si a Wilson se le ponía algo en la cabeza no era fácil sacárselo y si el cura misionero quería saber algo movería cielo y tierra para descubrirlo. Vio a su amigo de años que esperaba una respuesta, impaciente. Pensó que sería inútil mentirle, además una opinión de Sam podría ayudarlo en ese momento.

--¿Entonces? --preguntó el moreno esperando que Steve se decidiera a hablar.

El rubio no sabía si decirlo o no, pero no tenía mucho tiempo para decidir, su amigo estaba allí, interrogándolo justo en ese momento. Decidió contar solo lo necesario y no ahondar en detalles.

--Creo… --dudó un segundo frente a los grandes ojos negros que lo miraban impacientes-- creo que estoy teniendo una crisis de fe.

La cara de Sam permaneció inmutable como si el otro hubiese dado una respuesta habitual como lo que había desayunado esa mañana.

--Eso nos pasa a todos, amigo --dijo el sacerdote-- y estoy seguro de que no es la primera vez que te pasa.

Steve negó con la cabeza pensando en las palabras del otro.

--Esta vez debe tener algo más para que andes tan cabizbajo por la vida.

Steve entreabrió los labios buscando refutar lo que Sam decía, pero simplemente no pudo.

--Y no intentes negarlo --sentenció Sam--. Basta con solo verte, pareces un alma en pena.

--Bueno, creo que ya entendí --dijo Steve un poco fastidiado por la brutal sinceridad de su amigo.

--Entonces dime --continuó el otro-- ¿Qué te pasa?, ¿estas triste, cansado, enfermo? --comenzó de nuevo a interrogar-- tal vez solo enloqueciste --dijo en tono de broma para aligerar el ambiente.

Steve sonrió con desgano.

--Creo que es un poco de todas.

--Cuéntame.

--Estoy enamorado, Sam.

El moreno abrió los ojos como platos, pero no dijo nada esperado que Steve prosiguiera y así fue.

--Estoy enamorado y eso me entristece, me cansa, me enferma y me enloquece --terminó sintiendo que sus palabras no salían debido al nudo en su garganta.

El silencio inundó el cuarto por unos segundos que a Steve le parecieron eternos. No es que fuera algo que no pasara, conocía a muchos colegas que habían sido tentados de esta manera y que había podido vencerlo. Pero él sabía perfectamente que lo que sentía por Tony no podía superarlo nunca, porque lo amaba, lo amaba con locura incluso antes de lo que el ahora creía la razón de su vida había estado Tony. Siempre fue Tony.

--Es difícil, mi amigo --comenzó a decir Sam-- pero el amor no debería traerte esos sentimientos tan horribles, se supone que amor te hace feliz.

--Se supone que soy un sacerdote, y los sacerdotes no tienen que caer ante una tentación tan banal como lo es el deseo de la carne --dijo Steve intentando restarle importancia.

Sam rio.

--Ay Rogers, la palabra “enamorado” no se usa cuando solo te abraza la lujuria --Steve lo miró serio-- además, te conozco más de lo que crees. Se que jamás dejarías que eso te venza. Por lo mismo concluyo que lo que sientes ahora, amigo mío, no solo te pasa por el cuerpo, sino por el alma.

Steve entreabrió los labios sorprendido, No se imaginó una respuesta así de Sam, pareciera que su colega lo estaba alentando a dejar todo aquello a lo que tanto tiempo le había dedicado.

--¿Qué se supone que debo hacer? --preguntó Steve en un susurro apenas audible.

--Eso no te lo puedo decir yo --dijo Sam--. Pero si de verdad es amor, déjame decirte que no hay mucho que puedas hacer.

Steve suspiró, de nuevo sabía que debía hacer, pero no se sentía lo suficientemente fuerte para eso.

--¿Vas a hablarme de ella? --preguntó Sam provocando la risa de Steve, al rubio le causaba gracia que su amigo no se podría imaginar quien era el dueño de su corazón.

--No, claro que no.

Pasaron dos días desde su charla con Sam y desde ese momento lo único que Steve podía pensar era en Tony y la posibilidad de dejar todo por él. Por primera vez en mucho tiempo esa idea se asemejaba mas a una realidad que a un vago sueño y en su mente imaginaba los posibles futuros que podía tener al lado del empresario. La imagen más amarga era una en la que la relación con Stark no funcionara y el perdiera su vocación y a su amado. Intentó no darle más vueltas al asunto pues tenía tiempo para resolverlo, Tony no planeaba concretar su matrimonio de inmediato y eso le daba espacio para pensar, o eso creía.

Vio a Magui bajar las escaleras cantando alguna canción que no llegó a descifrar, la joven lo saludó con un beso en la mejilla y empezó a tomar sus pertenencias dispuesta a salir.

--¿A dónde vas? --preguntó Steve al notar que su sobrina no iba a darle explicación alguna.

--A casa de Tony, a ensayar el cronograma del fin de semana --comentó ella sin problema-- todavía no estoy en la etapa de salir sin permiso, no te preocupes --dijo para luego abrasar a su tío por la espalda y salir.

Steve rio negando con la cabeza, esperaba que nunca llegara esa etapa de Magui porque juraba que le saldrían canas verdes.

Magui llegó pronto a la casa del ingeniero y se pasó la tarde ensayando las canciones que cantaría su próxima vez en el escenario.

Tocó las ultimas notas de aquella canción que por algún motivo le llegaba al alma, a veces le ocurría con algunas canciones.

La muchacha finalizó ante el acalorado aplauso de una muy emocionada Pepper.

--De verdad eres grandiosa --dijo la pelirroja

--No es para tanto.

--No, Magui --continuó ella-- sí es para tanto. Tienes un talento increíble… no se como no te llueven productores.

--Alto ahí señorita Potts --dijo Tony entrando en la sala--aleja tus manos de empresaria de ella, aún es muy joven.

Magui rio ante la mirada ofendida de Pepper, aunque le entusiasmaba la idea de vivir de su música, aún no se sentía lista.

Tony se sentó al lado de la joven y la felicitó por las canciones que había elegido. Pepper hablaba de lo emocionada que estaba de verla en el escenario y seguía haciendo mención de lo que exitosa que Magui podría ser como cantante y Tony, por su parte seguía diciendo que mientras él estuviese cerca eso no pasaría porque es un mundo muy complejo para una niña de 14 años. Magui reía cada vez que Tony se preocupaba por ella o su futuro, se dio cuanta de que se le hacía agradable que el la cuidara como si fuera su padre y pensó en que la posibilidad de tenerlo en la familia ya era prácticamente imposible porque él se casaría con Stephen. Fue en ese momento que se percató del doctor.

--¿El señor Strange no está en la casa? --preguntó sin más.

Tony la miró extrañado por el repentino interés de la chica, pero no tardó en contestar.

--Tuvo que viajar, tenía cirugías programadas para esta fecha, volverá en dos semanas.

--En dos semanas será la fiesta de compromiso --dijo Pepper a lo que Magui contestó con una sonrisa fingida. --Tony piensa usar esa fiesta también como despedida del pueblo.

Pepper rio ante eso ultimo porque le hacía gracia que el multimillonario ofreciera dos fiestas en una como si el dinero le faltase. La sonrisa de Magui se borró al instante y Tony miró a su amiga haciendo que parara de reír.

--¿Despedida? --preguntó Magui mirando a Tony.

La mujer entendió que quizá era mejor dejarlos hablar solos, No sabía que la joven no estaba enterada y supo que había metido la pata al mencionar la despedida.

--Yo voy a preparar té --dijo la pelirroja antes de salir.

Tony suspiró y miró en dirección a la morena.

--Sí, una vez que pase la fiesta volveré a New York

--¿Por qué? --preguntó en un hilo de voz, pero rápido entendió que Tony no le debía explicación alguna-- digo, ¿qué pasará con el bar y con mi música? --terminó intentando sonar más desinteresada.

--Voy a dejar a alguien de confianza a cargo, no tienes que preocuparte por eso.

Magui asintió desganada, quiso decir algo, pero su voz no salió. Sentía las lágrimas en amenazando con caer de sus ojos.

Tony notó esto y se atrevió a abrazar a la joven, quien tuvo que hacer su mayor esfuerzo para no llorar.

--Te voy a extrañar cuando me vaya, pequeña.

--Yo también Tony --dijo Magui-- voy a extrañarte muchísimo-- y no pudo evitarlo más, lloró.

Steve notó que Magui había vuelto realmente triste. No quiso invadirla con preguntas, pero estaba decidido a hablar con ella y descubrir que había pasado.

Se acercó al marco de la puerta y golpeó a pesar de que estaba abierta.

--¿Puedo pasar?

Magui se sentó en su cama y asintió mientras si tío pasaba a la habitación y se sentaba en la silla de su escritorio. Dejó la taza que traía con él sobre el mismo hasta que recordó que la llevaba para su sobrina. Con un gesto que le sacó una pequeña sonrisa a Magui volvió a levantarse esta vez sí dándole la taza con té a la chica.

--Gracias--dijo ella un poco divertida.

El rubio sonrió y dudó un poco antes de hablar.

--Magui --dijo sin saber como empezar--, no se que haya pasado esta tarde, pero puedo notar tristeza en tus ojos y sé que a veces puede ser difícil que hables conmigo porque soy varón y hay cosas que no entiendo, pero quiero que sepas…

Magui dejó de escuchar a Steve y rodó los ojos, las cosas no iban por donde él se estaba imaginando, así que no dudó en decirlo.

--Tony se va a ir del pueblo.

Steve paró de hablar. No lograba que las palabras le salieran, pero en realidad estaba necesitando una respuesta. Magui no interpretó su silencio, pero igual prosiguió.

--Hará una fiesta de compromiso en dos semanas y luego se irá de regreso a New York.

Steve seguía sin decir palabra, no podía seguir escuchando a la muchacha.

--Mañana hablamos de esto --dijo dirigiéndose a la puerta-- toma tranquila tu té y ya no te preocupes por esto.

Salió de la habitación sintiendo que daba tumbos, pero en realidad su cuerpo estaba intacto, más era su corazón el que parecía dar vueltas. Entendió que el tiempo que creyó tener era inexistente, debía tomar una decisión rápido y debía hacer que Tony se quedara.

Entró a su habitación e intentó relajarse, pero le fue imposible mantener en paz la batalla que se libraba en su interior. Evitó llorar, pero también le resultó imposible, estaba entre la espada y la pared.

Fue entonces cuando entendió que mientras más tiempo tuviera, más tardaría en tomar una decisión. Ya no podía esperar más, Tony se iría y no era algo que el quisiera, no podría volver a vivir sin ese hombre, no podía volver a dejarlo ir.

El miedo a perderlo de nuevo le comía la mente y sentía que el alma le abandonaba el cuerpo cuando se imaginaba otra vez sin su sonrisa, sin sus ojos, sin su voz.

Entonces lo entendió, no quería un futuro sin Tony.

Steve quiso correr y hablar con Tony en el momento en que supo que hacer, pero decidió esperar para no hacer un escándalo. La noche del viernes, mientras Magui cantaba y la amiga de Stark no les preste atención se lo diría, solo esperó que la fuerza y la valentía no lo abandonaran en ese momento.

Tío y sobrina llegaron al bar listos para la presentación de la más joven. Magui entró primero saludando a Tony y Pepper con un abrazo. Steve, por su parte saludó con un gentil movimiento de cabeza que ambos amigos imitaron. Tony lo invitó a sentarse a su mesa con una cálida sonrisa que derritió el alborotado corazón del sacerdote.

Magui subió al escenario y comenzó con el repertorio de canciones que había preparado. Pepper seguía fascinada por la voz de la chica y ahora también por la resistencia que tenía para llevar adelante el show, “no todos cantan todas esas canciones sin que la voz les falle”, aseguró la CEO de Industrias Stark.

Magui anunció su ultima canción y Steve decidió que ese era el momento para hablar con Tony, si lo dejaba pasar, no tocarían el tema jamás.

Magui comenzó con las dulces notas en guitarra de aquella canción que tanto había practicado, aquella que aseguraba, le llegaba al alma.

No demos todo por perdido

Aun no llego la sangre al río

Imagine un final, distinto a los demás

--Tony --llamó Steve recibiendo la atención del nombrado-- ¿puedo hablar contigo a solas?

Tony lo miró intrigado.

--¿Tiene que ser ahora? --preguntó recibiendo un asentimiento por parte de Rogers.

Tony se disculpó con Pepper y seguido de Steve se dirigió a su oficina ubicada al final de un pasillo largo detrás de la cocina.

Seremos lo que siempre fuimos

Honestos en nuestro delirio

De querer alcanzar, estrellas en el aire

Tony cerró la puerta de la habitación una vez que Steve entró y giró sobre sus talones para verlo. El hombre parecía nervioso, frotaba sus manos y caminaba de una punta del cuarto a la otra, pensativo. Tony estaba ansioso, no tener ni la menor idea de lo que el sacerdote quería decirle no le ayudaba mucho y una avalancha de escenarios posibles aparecieron en su mente.

Ya harto de la falta de iniciativa del rubio, Stark tomó la palabra.

--Bien --dijo ganándose la mirada del contrario--, ¿me vas a decir lo que pasa o…

No pudo decir más porque en un abrir y cerrar de ojos tenía a Steve devorándole los labios. Se dejó llevar y no cuestionó absolutamente nada, las grades manos del rubio se encontraban a ambos lados de su cara como si este intentara así que el momento no se terminara. Pero la razón debía volver y debía ponerle fin al acto y encontrarle una respuesta.

Di, si aún nos queda una razón

Si como a mí, aún te queda ese dolor

Tony alejó a Steve con sus manos y lo miró indignado. El sacerdote no dijo nada, por lo que el ingeniero decidido pidió una explicación.

--¿Se puede saber qué es esto? --dijo en un tono bastante elevado-- no entiendo que pretendes, ¿quieres volverme loco? --preguntó el hombre en un tono desesperado.

Steve negó con la cabeza y volvió a acercarse a Tony. Examinó cada facción de la cara del hombre y no pudo comprender como podía existir un ser tan hermoso en la tierra. Lo miró a los ojos y llevó una de sus manos a la mejilla del menor, este lo miraba implorando una respuesta.

--Entendí todo --confesó.

Si no te vas

Te hago un sitio en este corazón hambriento

Tengo una vida para amar

Si no te vas

Tengo tardes de domingo

Y mil inviernos eternos

Si quieres pasa adentro

Tony hacía su mayor esfuerzo por entender que rayos estaba pasando, pero por más que lo intentaba no podía terminar de comprender que quería decirle Steve.

--Entendí que no quiero seguir mintiéndome, porque te amo --dijo mirando a los oscuros orbes Tony --te amo.

Stark se alejó un poco cortando todo tacto, no podía creer lo que estaba oyendo.

--¿Te diste cuenta tu solito? --preguntó con su característico tono sarcástico--. ¿Te parece que es momento de decirlo, no crees que ya pasó tu oportunidad?

--Se perfectamente que no tengo derecho a pedirte nada, que mi tiempo pasó y que tienes tu vida ahora. Pero me atreveré a predecirte una sola cosa --dijo acortando la distancia que había entre ellos-- No te vayas.

No demos todo por perdido

Mientras quede vida en un latido

Y un beso que nos salve y como antes

Di, si aún nos queda una razón

Si como a mí, aún te queda ese dolor

--Magui te lo dijo.

Steve asintió, aunque sabia que las palabras de Stark no habían salido en forma de pregunta.

--Esto da vueltas a mi mente desde que llegaste, pero pensé que tenía tiempo. Cuando Magui me dijo que te irías sentí mi mundo caer --confesó-- porque entendí que, aunque estés con otro, prefiero vivir en un lugar donde pueda ver tu cara, oír tu voz y escuchar tu risa, a una vida sin ti.

Tony no supo que decir, sentía que los ojos se le humedecían, pero no quería llorar.

--No puedo renunciar a mi vida por ti, Steve. No si tu no vas a ceder también.

--No te pido que renuncies a tu vida, solo que te quedes como tenías planeado desde un principio. Sin embargo --dijo ganando que el par de ojos morenos se posaran en él-- también cederé. Voy a redactar mi carta de abdicación y la petición de dispensa del celibato.

Si no te vas

Te hago sitio en este corazón hambriento

Tengo una vida para amar

Si no te vas

Tengo tardes de domingo

Y mil inviernos eternos

Tony por fin vio una luz de esperanza, si Steve dispensaba del celibato y renunciaba al sacerdocio podría tener una vida marital normal, podía estar con quien quisiera y ese hombre a su lado quería ser él. Era la noticia que había esperado desde su adolescencia y si era real, lo único que los separaba ya no tendría valor. Sin pensarlo dos veces se lanzó a los labios del rubio dejando en ellos cortos y repetitivos besos a lo que Steve no pudo evitar reír. Se separaron para verse, después de tanto tiempo de distancia por fin podían estar tan juntos como siempre quisieron. Steve sonrió antes de por fin tomar los labios del castaño en un beso lento y cálido que decía más que las palabras.

Paro el mundo, si no te vas

Para verte despertar y mirarnos a la cara

Quemaremos la soledad con la llama de este incendio

Con total destreza cada uno saboreaba los labios del otro permitiéndose apenas unos segundos para tomar aire y volver deseosos a la labor que habían dejado antes. Se sentían en paz, como si el mundo alrededor de ellos no existiera, pero la realidad está siempre allí y luego de la magia hay que volver a ella.

Se separaron mirándose a los ojos. Steve acarició la cara de Tony con delicadeza mientras este le regalaba una cálida sonrisa.

--Desearía que este momento no terminara nunca --dijo Steve en un susurro.

--No todo es tan perfecto, ¿verdad?

Steve negó.

--Es un proceso que lleva tiempo y hasta entonces debo cumplir con mis obligaciones y respetar mi investidura.

Tony asintió, entendía perfectamente a lo que Steve se refería.

Si no te vas

Te hago sitio en este

Corazón hambriento

Solo tengo una vida para amar

--Comprendo, también debo arreglar las cosas con Stephen.

Tony suspiró pensando en su prometido, no podía romper con él por teléfono y el día que el llegara tendrían la fiesta de compromiso encima, pensó que lo mejor sería dar la fiesta y una vez que el alboroto pase hablar tranquilo con el doctor.

--Nadie tiene que salir lastimado --aseguró Steve-- así que por el momento todo seguirá como antes.

Tony soltó una risa resignada, no sabía como hacer para hacer como si nada había pasado.

--Será difícil, lo sé --comentó el sacerdote interpretando la reacción de su compañero.

--Lo pasaremos --dijo Tony con una sonrisa-- ahora debemos volver antes de que empiecen a buscarnos.

Steve asintió mientras veía como el ingeniero se acercaba a la puerta

--Tony --llamó el rubio haciendo que mencionado volteara a verlo-- uno más --imploró levantando su dedo índice con la mirada suplicante.

Tony no pudo aguantar la risa y se acercó al rubio para darle un profundo, pero corto beso antes de separarse y salir de allí a fingir que nada había pasado.

Si no te vas

Tengo tardes de domingo

Y mil inviernos, eternos

 Si quieres pasa adentro

 

 

 

Notas finales:

 

Buenas!! estos días de cuarentena mundial son perfectos para actualizar 

Esto está entrando a momentos decisivos y van lo único que puedo adelantar en que lo que sigue va a ser.. intenso. Pero bueno, espero que les haya gustado y si es así por favor voten y comenten. 

La canción es Corazón hambriento, de India Martínez... un temazo en mi opinión. 

Muchas gracias por leer!!

Hasta el próximo cap!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).