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Amarte es mi pecado por EvilQueen

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Notas del capitulo:

 

 

Steve y Magui llegaron a la parroquia luego de dos días de descanso que al rubio le permitieron tomarse debido a su salud. Aunque más que ser un desgaste físico, lo que él sentía era un desgaste emocional. Revivía todo el tiempo el beso que Strange le dio a Tony delante suyo. Cada vez que ese recuerdo volvía a él se le ocurrían mil maneras de apartar a ese doctorsucho y sacarle a su Tony de las manos. Pero luego volvía a recriminarse por pensar ese tipo de cosas.

Al entrar, Magui corrió hacia el convento para buscar a Wanda, después de tantos días sin verla ya la extrañaba. Además, quería contarle como había sido su primer día cantando para un público.

Encontró a la chica en la cocina desayunando con su hermano. Saludó a ambos y se dispuso a contarle todo a su nueva amiga. Ambas charlaron largo y tendido hasta que la novicia fue solicitada para cumplir con sus tareas y se tuvo que retirar a muy duras penas.

Al momento que Wanda se despedía, Steve entró para hablar con Magui.

--¿Ahora que hice? --preguntó la chica esperando un regaño. Pietro no pudo evitar carcajear ante la ocurrencia de ella, y Steve lo imitó.

--Solo venía a avisarte que me precisan en el hospital. Volveré para el almuerzo e iremos a casa --le informó el rubio para luego retirarse.

--Así que te tengo toda la mañana para mi --le dijo el platinado.

Magui no pudo evitar reir de manera nerviosa --No --dijo ella--, a media mañana tendrás que compartirme con Matt.

El chico sonrió y negó con la cabeza mientras se creaba un silencio que ninguno de los dos parecía querer romper.

Magui odiaba cuando esto pasaba, no le gustaba estar en silencio, ella era muy parlanchina como para tolerar no se diga nada. Por lo que inició una conversación.

--Entonces… ¿Volviste de tus viajes para iniciar las clases cuando el verano termine?

--No --comentó él luego de que pareció dudarlo. Volvió a vacilar y completó su respuesta --yo dejé de estudiar hace mucho.

Magui lo miró asombrada --¿por qué? --le preguntó sin esperar que eso causara molestia.

--Emm… --meditó Pietro--, digamos que pasaron cosas.

Tal vez fue la mirada expectante de Magui o la necesidad del chico de hablar con alguien lo que hicieron que él continuara.

--Supongo que ya hay confianza para contar esto --dijo--. Veras, podría decirte que todo comenzó culpa de mi padre. Él nos abandonó cuando Wanda y yo teníamos diez años.

--Como lo siento --dijo ella acariciándole la espalda y recibiendo por respuesta una sonrisa.

--Luego --continuó--, alrededor de un año después mi mamá volvió a casarse y llevó al tipo a vivir en nuestra casa.

Pietro se detuvo en silencio, como analizando si continuar o no.

--Cuando teníamos catorce… --Pietro suspiró pesadamente logrando intrigar a Magui, quien lo miraba con el ceño fruncido-- el tipo hizo cosas horribles y terminó en la cárcel. Y mi mamá… ella también nos dejó al poco tiempo.

Magui lo miró incrédula, no supo que decirle. Solo pudo recostar su cabeza contra su hombro y con un brazo rodearle la espalda.

--Luego de eso solo todo se volvió más difícil. Pero el Padre Rogers y la Madre Peggy nos ayudaron mucho, sobre todo a Wanda, ella se llevó la peor parte --confesó.

 

 

Luego de su conversación, Pietro se disculpó y abandonó la parroquia dejando a Magui con más preguntas que respuestas.

La chica, luego de un momento de intentar procesar lo que le habían contado decidió salir en dirección a la iglesia esperanzada de que Murdock ya estuviera sentado en su lugar habitual.

Cerró la puerta de la cocina y se dispuso a atravesar el patio en dirección a su destino. Vio a Tony entrar por la gigantesca puerta de entrada y se acercó a saludar.

--Buen día, Señor Stark --dijo ella sonriente--. Si quiere saber por su pariente, ella esta en su despacho. Y si desea hablar con Steve, salió hoy temprano.

Tony rió ante el rol de guía turística que ella hacía cada vez que alguien entraba.

--No se como no exiges un sueldo --le dijo divertido--. No estoy buscando a Steve, mejor si lo evito --susurró en un intento fallido de no querer ser oído. Magui elevó una ceja y el castaño prosiguió:

--Vine para hablar con Peggy, pero ella no es mi pariente.

--Pensé que era su tía.

--No, eso es solo un apodo de cariño. Peggy era amiga de mis padres --contó Tony mientras se encaminaban al despacho de la madre superiora --. Es más, creo que ella estaba enamorada de mi padre ¿te imaginas si hubiésemos sido parientes? Muy turbio --terminó diciendo Tony entre risas.

Magui frunció el ceño, todos allí tenían algo escondido al parecer.

--Escucha --volvió a hablar Tony antes de entrar a la habitación donde Peggy lo recibiría--, por fin pude mudar el piano de cola que era de mi madre. Es una pieza muy bella ¿te gustaría practicar hoy en él?

Magui asintió y vio al hombre desaparecer tras la puerta del despacho de la Madre superiora. Una vez que entró, volvió a su plan original de hablar con Matt y se dirigió al templo.

 

 

--Mira quien decidió aparecer en la casa de Dios --dijo Matt una vez que Magui se sentó a su lado.

--Estoy cada vez más asqueada de la casa de Dios --soltó ella con un bufido de desaprobación.

--Este lugar está lleno de hipócritas, Magui. No lo olvides nunca.

Magui asintió y vio al chico negar con su cabeza e incorporarse como para seguir hablando.

--¿Sabes cuál es la razón por la que vengo aquí todos los días? --Magui negó, aunque el chico no pudiera verla. Pero este continuó--, es porque siempre pienso en la manera de enfrentarla.

La chica alzó ambas cejas. En su curiosidad siempre se había preguntado eso, pero no era algo que hablaría con el chico porque sabía que él la mandaría al diablo.

--¿Te refieres a decirle a Wanda que te gusta? --preguntó ella haciendo que Matt riera negando con su cabeza.

--Me refiero a decirle a mi madre que sé quien es.

Otra sorpresa más. Ya no sabía si seguir preguntando o simplemente irse antes de seguir abriendo heridas pasadas en la gente.

--Cuando mi padre murió me confesó que mi madre era una novicia, que había vuelto a los hábitos y nos había dejado cuando yo era un bebé.

--¿Ella vive aquí? --Matt asintió ante la pregunta de la morocha.

--Es tu tocaya, la hermana Maggi.

 

 

Magui aceptó la invitación de Tony para ir a su casa a practicar al piano, con la condición de que él la ayudara y guiara con lo que hiciera falta. Los relatos que había escuchado esa mañana aun rondaban su cabeza y se sentía extraña por saber que una iglesia (la perfección entre los mundanos mortales) albergara tantos secretos.

Al llegar a la gran mansión no tuvo palabras para decir lo magnifica que era. Nunca había estado en un lugar así de lujoso. Supo que Tony debía tener mucho dinero. Sí, había investigado su empresa y supo que era muy famosa, pero nunca imaginó las dimensiones del poder del hombre que ahora le enseñaría música.

Stark la guio hasta la sala de estar; donde, a demás de tener una decoración hermosa, había un piano de cola color negro que le quitó el aliento.

Recorrió el instrumento con asombro ante la mirada de Tony.

--Es bellísimo --dijo Magui sin dejar de acariciar el piano--. ¿Puedo?

--Por favor-- accedió el ingeniero.

Magui comenzó a tocar con total agilidad y Tony no entendía porque ella decía que le faltaba aprender, era obvio que tenía talento innato. Sí, necesitaba algunas pulidas, pero él no tenía nada que enseñarle. La casa se inundó en las melodías que la chica tocó toda la tarde. Entre clásicos y canciones en su idioma se le pasó el tiempo.

Tony le acercó un vaso con limonada haciendo que ella que separe del instrumento para aceptarlo. El castaño no pudo evitar sentir que algo andaba mal, la chica no portaba ese semblante risueño de siempre; estaba muy callada siendo que ella siempre hablaba hasta por los codos y a veces parecía estar ida en sus pensamientos

--¿Qué anda mal, Magui? --preguntó Tony

Ella lo miró asombrada, él había notado que algo le pasaba. Era un hombre muy intuitivo.

--Fui a parroquia hoy y creo que ya no me siento cómoda entre tanta hipocresía.

Stark alzó ambas cejas, no se esperaba eso de la niña que tenía adelante. Mas bien se imaginaba un corazón roto o un capricho no cumplido, pero algo tan profundo… “Vamos, si entiende Kant puede entender la hipocresía del mundo”, se dijo a sí mismo.

--¿A qué te refieres?

Magui vaciló un momento --Hoy supe más cosas de la gente de allí --comenzó a decir-- Supe cosas de la hermana Maggi que no son propias de una religiosa, sé que Wanda guarda un secreto y que por eso está allí, se que algunos se niegan a sí mismos--dijo en voz baja, casi inaudible--. Digo, no juzgo sus decisiones, solo sus formas de afrontarlas. ¡Es que siquiera las enfrentan!

--Bueno Magui --dijo Tony luego de escucharla-- todos tenemos demonios y distintas formas de procesarlos.

Magui lo miró y supo que tenía razón, ella no era nadie para determinar como el mundo debía atravesar sus problemas. Pero sí que le daba coraje.

--Y si lo pensamos bien --continuó Stark-- es lógico que gente con grandes secretos se aferre a la iglesia. Se que puede ser molesto porque muchas veces intentan imponer que son mejores que uno que no es devoto --dijo señalándose y señalando a la chica--, pero piensa: tal vez están ahí para lavar culpas, expiar pecados o depurar el alma --nunca creyó que daría una charla tan profunda, menos en defensa de la iglesia. Se lavaría la boca con jabón luego de eso--. Es cierto también que hay gente que se esconde.

--Steve se esconde-- soltó ella con su mirada en el suelo.

Tony la miró un poco incrédulo, no quiso dar por sabido a lo que se refería la chica.

--Emm… puede ser ¿Qué puedo saber yo?

--Sé lo de ustedes, Tony.

Tony se quedó estático con los ojos clavados en ella. No supo que responderle.

--¿Él te lo dijo? --Magui negó ante aquella pregunta del castaño.

--Lo descubrí atando cabos --confesó.

Tony lanzó una risita y negó con su cabeza, adoraba a esa niña. Era tan astuta e inteligente para lograr lo que quería que a veces asustaba.

--Bueno, eso es tiempo pasado.

Magui asintió y volvió al piano. Acarició las teclas antes de tocar, mil cosas pasaban por su cabeza y no podía concentrarse para hacer música.

--Tony --lo llamó haciendo que el otro saliera del transe en el que estaba--, ¿Qué pasó con Steve, por qué se terminó?

Tony pareció pensarlo un momento y luego suspiró de manera larga. Se paró del sillón y se acercó a un mueble de madera que había en la sala. Abrió un cajón y lo revolvió hasta encontrar lo que buscaba: Una llave. Pasó por al lado de Magui de vuelta y esta vez tomó las llaves del auto.

--Si quieres saber eso, será mejor que me acompañes.

La chica no le pensó dos veces. Saltó del asiento del piano, tomó sus cosas y siguió al castaño.

 

 

Magui frunció el ceño cuando notó que Tony estaba estacionando frente a la casa de Steve que, hacía un tiempo, era su casa también.

--¿Qué hacemos aquí Tony?

Stark no respondió de inmediato, más bien fijó sus ojos para ver con amargura la casa que daba exactamente al frente de la casa de los Rogers.

--No había tenido el coraje de venir hasta ahora. Y no podría haberlo hecho solo --murmuró para después bajar del auto.

Magui, muy extrañada imitó al castaño y se dirigieron a la casa que Tony había visto desde el auto. Era muy similar a la de Steve, todas en el vecindario tenían una fachada parecida. Tony suspiró y buscó en su pantalón la llave que antes había sacado del cajón en su casa. Una vez que la encontró, abrió la puerta.

Se adentraron en esa casa polvorienta y con olor a encierro que hizo que Magui arrugara la nariz y se llevara una mano a esta para que no le diera alergia.

--Bienvenida a mi humilde morada.

Magui miró a su alrededor sin mucho asombro, en realidad, que hayan sido vecinos le hacía sentido y explicaba el principio de su relación.

Notó que la casa estaba amueblada, no se habían llevado nada en el momento que dejaron aquella casa.

--Si quieres saber sobre mi historia con Steve, sígueme --dijo Stark haciendo que ella reaccionara.

Lo siguió por las escaleras hasta una de las habitaciones en la cual, al entrar, le pareció estar caminando entre las cenizas de un volcán debido al polvo que salió. Tony caminó agitando la mano para limpiar el aire a su paso y abrió la ventana. Magui no pudo evitar separar un poco los labios en señal de asombro cuando notó que ésta daba exactamente a la ventana de Steve.

--Esta vista lo empezó todo --confesó Tony risueño-- solo hacía falta verlo cuando salía de ducharse para caer ante él.

--No se si quiero saber tanto.

Tony se encogió de hombros y dio una mirada rápida a todo el dormitorio. Suspiró y se dirigió a uno de los cajones de donde sacó un sobre blanco.

--Es difícil para mi estar aquí --le dijo a Magui mientras tiraba el sobre arriba de la cama--. Aquí empezó, aquí lo vivimos y aquí… se terminó.

Magui se acercó a la cama y tomó aquel sobre. De adentro cayeron papeles que se desparramaron por todo el piso. Todas eran fotografías instantáneas de ellos dos.

 

Hoy volví a dormir en nuestra cama

Y todo sigue igual

El aire y nuestros gatos

Nada cambiará

Difícil olvidarte estando aquí

 

Magui sonrió cuando se acercó a verlas. Hacían morisquetas, reían, se besaban. Todo capturado en una bella imagen que resguardaba un amor puro y juvenil como lo eran ellos en aquel entonces.

--Por dios, éramos tan jóvenes --comentó Stark con una de las imágenes en sus manos-- nos veíamos tan felices.

Magui lo miró con tristeza, esa mirada melancólica solo le infundía eso. Pero no quiso pensar lo que debió haber sido para Tony tener una relación tan bella y que de un momento a otro todo se terminara.

--¿Por qué terminaron?

--Culpa de esa misma ventana-- dijo Tony señalando la abertura. Luego se acomodó al lado de Magui y prosiguió a contarle:

 

Te quiero ver

Aún te amo y creo que hasta más que ayer

La hiedra venenosa no te deja ver

Me siento mutilada y tan pequeña

 

--Con Steve siempre permanecíamos aquí, mis padres no estaban en todo el día y no había posibilidad de que nos atrapen. A mi no me molestaba, pero a él sí. Bah, a su padre sí. No se que concepción tengas tu de tu abuelo --dijo dirigiéndose a Magui--, pero ese hombre era homofóbico, machista, racista, entre otras cosas. Casi le da algo cuando Anna le presentó a tu padre, pero ella sí se planto y le dejó las cosas en claro; a él no le quedó más que aceptarlo.

Tony suspiró y continuó --Claro que con Steve era totalmente diferente, era su único hijo, quería que sea una copia exacta de él, pero por suerte tu tío es mejor que eso. Sufrió mucho porque gustaban las mujeres, quiso esconderlo, quería “curarse”. ¿Cómo no pensar así si tu padre dice que los que son como tu están enfermos?

Magui asintió, entendió el tormento que Steve debió pasar.

--Pero todo cambió cuando yo le conté que me pasaba lo mismo --prosiguió Tony-- y cuando le confesé que me gustaba --sonrió al recordar aquello--. Vivimos un romance hermoso y apasionado, juro que jamás me sentí así con nadie --lanzó una risita y negó mientras los ojos se le llenaban de lágrimas--. Planeábamos irnos del pueblo e iniciar una vida nueva juntos.

Magui sintió una punzada en el pecho y ganas de acompañar el llanto de aquel hombre, pero no pudo hacer más que continuar escuchando su relato.

 

Ven y cuéntame la verdad

Ten piedad

Y dime por qué, no, no, no

¿Cómo fue que me dejaste de amar?

Yo aún podía soportar tu tanta falta de querer

Entonces, un día olvidamos cerrar la ventana --dijo como si se tratara de la tragedia mas grande, y es que para él si lo había sido--. El viejo nos vio y todo se fue a la mierda. Le dio una paliza a tu tío que se oyó desde aquí, podía escuchar los gritos de Anna rogándole que parara. Jamás voy a olvidar lo que le gritó a tu madre “estas tan enferma como él”, todo por estar de nuestro lado. Ella también recibió una cachetada por contradecir “al hombre de la casa” --otro suspiro de parte de Stark y una piedra en el pecho aún mas grande de parte de Magui.

--Luego no lo vi más. Estaba muerto de miedo. Pensé que ese tipo podría haberle hecho daño. Yo quería cuidarlo, curar sus heridas, pero no podía cruzar la calle y preguntar por él. Un día, espere a tu madre a la salida de donde ella trabajaba en ese momento. Me contó que su padre lo había enviado a un retiro espiritual. Jamás vi llorar de esa manera a Anna, allí también me confesó que se iría a Argentina con Nicolás, que ya no aguantaba ver tanto sufrimiento.

Stark negó y la voz se le quebró, le costaba continuar --Yo, en mi idiotez de niño de 17 años, juré que cuando Steve volviera nos iríamos. Mi beca de estudio para un colegio técnico en Nueva York había sido aceptada, estudiaría y trabajaría; él haría lo mismo. Lo tenía todo planeado.

 

Hace un mes solía escucharte

Y ser tu cómplice

Pensé que ya no había nadie más que tú

Yo fui tu amiga y fui tu compañera

 

--Él volvió dos semanas después. Lo vi por esa misma ventana, llegó en el auto con su padre. Estaba tan distinto, no sé cómo explicarlo, pero no era mi Steve. Noté que miró a la ventana y lo saludé, pero solo me ignoró y entró a su casa. No recuerdo haber llorado alguna vez como lloré ese día --Magui ya no pudo evitar que las lágrimas se le salieran, la voz quebrada de Stark no ayudaba realmente--. Después mi mundo se iluminó cuando él golpeo a mi puerta. Lo abracé y lo llené de besos --recordó con una sonrisa melancólica--, me sentí vivo otra vez. Ya sabes, el poder de tu amor, que me eleva a lo profundo como un globo hasta el cielo-- dijo haciendo que a Magui se le escape una sonrisa entre las lágrimas al recordar esa canción--. Pero él no correspondió, no hizo nada, solo se quedó ahí parado --señaló con su dedo el lugar de la habitación donde esto había ocurrido.

Ahora dormiré

Muy profundamente para olvidar

Quisiera hasta la muerte para no pensar

Me borro pa' quitarme esta amargura

 

--¿Y qué pasó? --preguntó Magui después de una pausa larga de Stark.

--Me dijo que se ordenaría como sacerdote.

Magui no necesitó más, esa frase pronunciada por la voz de un Tony que intentaba no quebrar en llanto le resumía el golpe que había sido para él.

--No es necesario decir que le cuestioné todo, que le rogué, que lloré abrazado a él, pero… nada le importó. Solo se me fue de las manos y se llevó todo lo que habíamos soñado en un chasquear de dedos. Mi mundo se hizo cenizas.

Ven y cuéntame la verdad

Ten piedad

Y dime por qué, no, no, no

Cómo fue que me dejaste de amar

Yo no podía soportar tu tanta falta de querer

Yo no podía soportar tu tanta falta de querer

 

Stark volvió a suspirar con sus ojos cerrados, esta vez si cayeron un par de lágrimas. Las secó con el revés de su mano y prosiguió.

--Luego de eso me fui a Nueva York y terminé mis estudios allá, me gradué y gracias a mi intelecto pude construir mi empresa. No me falta nada --aseguró irguiéndose y tirando una de las fotos al suelo como si fueran poca cosa.

--Solo Steve --susurró Magui.

Stark la miró y asintió --A veces hay que conformarse con lo que la vida te da.

 

Notas finales:

Holis!! Espero les haya gustado. Si fue así comenten, dejen sus opiniones y críticas, todo es recibido.

Este es un capítulo de transición donde se descubren las historias de algunos personajes. No avanzamos mucho en la trama, pero es porque el capitulo siguiente hay un gran paso, casi salto diría yo. Espero poder traer ese cap el lunes o quizás antes, si todo sale bien.

La canción es Tu falta de querer, de Mon Laferte. Es un tema con mucha fuerza y me encanta porque siento que me traslada a otra época, Si pueden escúchenlo.

Sin más que decir, espero haya sido de su agrado.

Nos leemos!!!


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