Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

LA BESTIA por Artemisa Fowl

[Reviews - 58]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, supongo que alguien pensó que ya había abandonado esto.

Pero bueno, han pasado muchas cosas en mi vida, entre otras enfermedades, separaciones, trabajo (lo más demandante) y se murió el más querido de mis cinco perros, un golpe del que todavía no me recupero y quizás nunca lo haga al cien.

Pese a ello.

 

¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!, a todos los que se toman unos momentos para dejar un comentario.

 

anmamez

Alondra

Laly

Edmary

CaelumHiss

 

De verdad no saben cuánto me motivan. Como alguien que aspira en un futuro lejano a ser profesional, el saber que hay alguien leyendo algo que se sale de lo “convencional” en este genero -sin infravalorar ni enaltecer esta historia, seguro hay grandes obras dentro del género-, me motiva muchísimo y más porque tiendo a ser muy insegura.

Muchas gracias a todos los que comentaron y no puedo creer que ya haya pasado un año y aquí siga, con tropiezos, lento, a gatas, pero sigo…

¡¡LOS QUIERO!! ¡¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!!

 

 

 

 

 

 

CAPÍTULO 74

Daba la sensación de que la habitación estaba vacía, silenciosa y oscura no delataba la presencia de nadie, envuelta en una densa oscuridad y un perfume inconsistente se sintió igual a un intruso invadiendo el cuarto de algún desconocido, en lugar de su propia habitación en su casa, tal como era. Buscó por toda la recamara al objeto de su intrusión, pero no lo encontró y decidió emprender una búsqueda más agresiva, descorrió las cortinas permitiendo a los débiles rayos de luna iluminar suavemente la habitación, buscó debajo de la cama, detrás del librero, junto al pequeño espacio que quedaba entre el ropero y el balcón, pero fue inútil, por mucho que lo intentó, no lo encontró.

—No me gustan, los mataré— la voz surgió desde el armario, suave y rítmica, deliciosa y cálida, sin embargo, existía cierta frialdad que estremeció a Zwein. Las palabras no se trataban de una amenaza, ni siquiera de una advertencia…sino de un hecho, uno del que deseaba dejar constancia por anticipado.

Zwein se sentó sobre la cama y escondió el rostro entre las manos, las palabras de su maestra Zenda resonaron como si las tuviera al lado.

“No tomes a un Vampiro como Familiar jamás, no estás preparado, son criaturas peligrosas y bajo toda esa dureza, aún queda mucha suavidad en ti”

—Ven aquí Aysel. Te extrañe y me gustaría verte.

La puerta del armario se abrió con un ligero chirrido, los pasos suaves y cadenciosos del adolescente se deslizaron con tal delicadeza sobre el piso alfombrado que no produjeron ningún ruido.

Aysel se sentó sobre sus piernas y rodeó sus caderas, recargó la cabeza contra su hombro, igual a un niño en el regazo de su padre.

—Tuve miedo de que nunca volverías— confesó en voz baja, tímida y temerosa—. Creí que te habías cansado de mí y me habías abandonado con Max.

—Jamás, nunca me cansaré de ti ni te dejaré atrás— le repitió Zwein por enésima vez acariciando su cabello con dulzura—. Preferiría morir antes que alejarte de mi lado.

— ¿Entonces por qué los trajiste? ¿Quiénes son ellos? ¿Para que los utilizarás?

A Zwein le habría gustado responder “Los seres vivos, Bestias o no…no son objetos a los que podemos utilizar a nuestro antojo”, pero eso sería una mentira descarada. ¿Alguna vez había existido un mundo en el que las personas no se usarán para sus propios beneficios?

—No debes matar…

—Tuve sexo con una chica— lo interrumpió de pronto Aysel y en su voz se filtraba el filo agudo de la venganza, quería herirlo y al mismo tiempo no comprendía el alcance que su ataque podía llegar a tener—. Pero no lo disfruté, tampoco lo odié, simplemente sucedió. Fue extraño. ¿Qué piensas de eso?

— ¿Lo hiciste para enfadarme?

—No realmente, quería hacerlo y luego pensé en que podría herirte si te lo contará y ahora que lo digo no se siente tan bien como imaginé.

Permanecieron en silencio, Aysel recargando su cabeza sobre su hombro y Zwein dándole suaves palmaditas en la espalda de tanto en tanto, como un Padre que consuela a su hijo.

—No quise traicionarte— interrumpió de pronto Aysel suspirando con fuerza—. Simplemente sucedió.

—Lo sé.

Una parte dentro de sí, pequeña y arrogante se sentía herida en su amor propio, pero la que realmente importaba estaba carcomida por la culpa. Él no podía darle a Aysel lo que realmente necesitaba, su concepto de amor era demasiado austero, deformado por toda una vida de encierro y su Familiar necesitaba grandes y enormes dosis capaces de colmarlo y hacerlo florecer.

—Pero yo siempre te amaré a ti— añadió el vampiro.

Aysel besó su mejilla con fuerza.

—Pero no importa lo que pase— repitió—. Yo siempre te amaré a ti. ¡Siempre, siempre, siempre! ¡Sólo a ti!

Zwein le sonrió con dulzura, lanzó un suspiro de alivio y acarició las pequeñas manos de su Familiar, tan diferentes a las decenas de manos que había visto y tocado durante los pasados días, las extremidades largas y finas de Aysel hablaban de una delicadeza que no se podía aprender ni enseñar, sino con la que ya se venía al mundo.

— ¿Por qué no te gustaron Ade, Leo y Nadine?

Su Familiar y Max lo habían recibido con expectación apenas bajo del carruaje, pero al ver a sus acompañantes Aysel le dirigió una mirada glacial y se ocultó dentro de la habitación que compartían.

Aysel arrugó la nariz igual a un niño caprichoso al que le invitan a comer algo que les desagrada.

—Son humanos— murmuró ocultando la mirada—. Merecen morir.

—Los necesitamos Aysel. No espero que te lleves bien con ellos, pero al menos que no los asesines ni maltrates. ¿Puedes hacerlo?

—Si.

Zwein bostezó con cansancio, era consciente de que necesitaba tomar un baño y cambiarse de ropas antes de meterse a la cama, pero estaba demasiado cansado, sólo deseaba dormir.

Como si leyera sus pensamientos, Aysel le quitó las botas de viaje, las arrojó a un rincón y descubriendo las sábanas lo instó a meterse bajo la calidez de las mantas.

Una pequeña vocecilla dentro de Zwein que gustaba del orden y la limpieza luchó por abrirse paso entre su mente, pero las manos de su Familiar desentumiendo sus doloridos músculos la mandó a callar. Se cobijó en los brazos de Aysel y por primera vez en muchos días se sumergió en un profundo sueño.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).