En la ciudad de Londres, existen personas con el título de mascotas, encargadas de satisfacer las necesidades sexuales de los denominados amos, termino establecido para nobles y personas acaudaladas, capaces de adquirirlas por sumas de dinero exuberantes, a comerciantes; los cuales seleccionan a cada mascota, por el nivel de extravagancia y atractivo, dándoles un valor y subastándola en el bajo mundo.
Vincent Phantomhive, es un noble atractivo de cabello negro azulado, ojos marrones, piel pálida, con un lunar debajo del ojo izquierdo y siempre se encuentra con una sonrisa amable en su rostro; posee el título de perro guardián de la reina, atrapando a criminales que puedan afectar a Londres o en casos, donde sea necesario su intervención, debido a la afectación en masa. Se encuentra desposado, por Angelina Durless, una hermosa aristócrata, de estatura alta, con piel de un tono pálido y tanto el color de sus ojos, como el de su cabello es de un rojo vivo, siempre lleva un corte recto, con un flequillo.
Vincent es un hombre al que le atraen los vicios, le gustan los juegos y disfruta al máximo de su vida sexual con su esposa; no obstante, después de hablar con uno de sus amigos, decide probar adquirir una mascota, consultándolo de antemano con su esposa, quien al verlo tan emocionado decidió aceptar, a pesar de que no le agradaba la idea, de que el hombre con el que se casó mantuviera relación con alguien más teniéndola a ella, solo coloco de condición que no podía dejar en estado de embarazo a la mascota que trajera, siendo aceptado de inmediato por el noble.
Después de una semana, llego a casa en compañía de una mujer alta, de cabello ámbar, ojos color azul oscuro, de una belleza incomparable; fue hacia su esposa para presentarla como la mascota que había adquirido, por una gran suma de dinero, en una subasta del bajo mundo, aquella mujer se llamaba Rachel Nixon.
Rachel y Vincent mantenían relaciones sexuales solo en el día, en los horarios de descanso del noble y en la noche, ella dormía en otra habitación, debido a que él se quedaba al lado de su esposa, con quien hacia el amor apasionadamente y con dulzura, dando fruto a la primera hija de la pareja, una hermosa niña de cabello negro y ojos verdes, a la que llamaron Sieglinde.
Rachel odiaba a Angelina, por haber dado a luz una hija para Vincent, a quien le profesaba todo su amor, aunque no fuera correspondido, se esforzó en enamorar al noble durante tantos años, mostrándose tierna y sumisa, pero ninguna de sus tácticas funcionaba, ya que él amaba profundamente a su esposa y ella solo era la mascota.
Después de un tiempo, Rachel quedo en cinta, tenía 2 meses y creyó que así tendría al mayor para ella, si tenía un niño que pudiera heredar la alta fortuna que el apellido Phantomhive ameritaba, viviría de manera cómoda y Angelina pasaría a ser solo la otra mujer o la que presentaría ante la sociedad, eran sus ingenuos pensamientos; no obstante, al contarle al noble este cambio su actitud con ella, ya no la tocaba ni la miraba y por lo que había escuchado hace poco, Angelina se había enterado de su estado, creyó que dejaría al noble, pero no, en realidad su relación se volvió más unida y estable; tarde se dio cuenta que sobraba en la casa, hasta que el noble empaco sus cosas y le dijo que se fuera, abortara al engendro que llevaba dentro y no volviera, que no la quería y ella solo era un estorbo, ya que no debía nunca embarazarse.
Al escuchar las crueles palabras del hombre que amaba y la sonrisa burlona de la mujer con la que lo compartía, entendió la realidad; ella siempre fue solo un objeto más dentro de esa casa, algo que podrían desechar cuando quisiera, por ello Angelina nunca la miraba, la trataba como si no existiera, nunca existió como mujer en esa casa, solo fue el consolador del noble para liberar su estrés y ahora, ya no la necesitaba; solo se encargaría de cuidar de su familia y en esa casa Rachel, ya era solo un enemigo de la tranquilidad de la casa, por ello la arrojaba a la calle como basura.
Furiosa la mujer agarro sus cosas y se marchó, no sin antes maldecir a la familia Phantomhive por haberla humillado de esa manera, con ansias de venganza se marchó, buscando un lugar donde poder vivir durante el periodo de embarazo, ya que no iba a abortar; utilizaría a su hijo para lograr sus objetivos, encontró una casa abandonada llena de goteras, también un colchón en mal estado y con su ropa se cubrió el cuerpo.
Vivió en aquella casa durante el tiempo que estuvo embarazada, se hizo amiga de una señora que habitaba cerca, quien la apoyo y le brindo alimentos u elementos del hogar; además, la ayudo durante el parto de su primer hijo, aunque en realidad fueron dos pequeños mellizos, el mayor un varón y el menor un doncel. Tiempo después, Rachel consiguió un trabajo y una nueva casa para criar de sus dos hijos, a los que llamo Astre y Ciel, uno tan diferente del otro; el menor fue el más débil, sufría de asma y debido a una crisis, uno de sus ojos se fue tornando de un color rojo, Rachel estaba segura que aquel cambio fue la herencia de su familia, ya que habían existido varios casos anteriormente.
El hijo mayor, siempre fue sano y alegre, creció con la personalidad de su padre, siendo el orgullo de la mujer, quien decidió continuar con su plan, utilizando a el pequeño Astre y despreciando al pequeño Ciel, por ser tan débil y delicado, le recordaba tanto a ella, por lo que lo odiaba y no hacia ningún esfuerzo en negarlo.
A pesar de aquel ambiente hostil en el que vivía, Ciel decidió volverse más fuerte para que su madre lo quisiera, pero nunca sucedió; no obstante, su relación con su hermano, a pesar de las diferencias de afecto por parte de su progenitora, era muy buena; siempre que Rachel, llegaba a golpearlo, Astre lo defendía y cuidaba, para disgusto de su madre.
Ciel era inteligente, pero ante su madre fingía ser sumiso y promedio, para llegar a gustarle, pero nunca era suficiente, su hermano mayor solo sonreía y ella se derretía por el, dejándolo siempre de lado; aunque no le disgustaba mucho, viviendo en esa monotonía pasaron los años y ya los gemelos tenían 15, ambos asistían a 2 colegios distintos, Astre a uno de clase alta en el que le enseñaron modales y etiqueta, en cambio Ciel asistía a uno de clase baja, donde prevalecía la ley del más fuerte, aun así logro convertirse en un líder para los maestro y los estudiantes, quienes lo seguían por su personalidad; pero a su madre no le interesaba, por lo que solicito en el colegio que no se revelara lo que hacía a Rachel y continuar viviendo en la sombra, para que ella no destruyera lo que ya había logrado conseguir, como siempre hacia.
En la mansión Michaelis, se acercaba el cumpleaños del único hijo Sebastián, sus padres estaban buscando el mejor regalo, Rachel se encontraba enterada por lo que fue al despacho de su jefe, a hablarle acerca de una idea que había rondado en su cabeza, las últimas semanas.
— Adelante — dijo el señor Michaelis, quien es un hombre de 40 años, atractivo de cabello azabache y ojos de color carmesí, con piel pálida, no aparentaba la edad que tenía; Rachel ingreso, luego que le fuera concedido el permiso.
— Señor, quisiera hablar con usted, acerca del regalo del joven amo — espero que el hombre levantara su mirada rojiza, para prestarle más atención — ¿ha escuchado hablar, acerca de las mascotas?
— Discúlpeme si sueno descortés, pero una mujer como usted, no sería un buen regalo para mi hijo — la observo de arriba a abajo, lo que le recordó a su anterior amo, cada vez que le dirigía la palabra, se sintió humillada, pero aun así se calmó, debía continuar con lo que había planeado.
— No señor, no me refiero a mí, tengo a un joven que sería el regalo perfecto para su hijo, por ello le comento esto, tenía pensado entregarlo a una subasta pronto — decía con una sonrisa la mujer y el azabache la observo intrigado.
— ¿Es acaso, su hijo? — Pregunto curioso de la relación de su sirvienta y el joven, que está ofreciendo.
— No es mi hijo, es solamente un niño que recogí de la calle, hace unos años y ya no puedo cuidarlo, así que pensé en entregarlo como mascota y así pudieran cuidar de el —bajo la cabeza como si la idea le causara tristeza, aunque en realidad no sentía nada.
— Está bien, puedes traerlo mañana y decidiré si será un buen regalo o no, para mi hijo — finalizo el hombre continuando con su trabajo, mientras Rachel salía del lugar con una sonrisa de satisfacción, ahora solo debía conseguir un hermoso traje para Ciel y así se desharía de él, para Vincent sería humillante que su hijo doncel, sea una mascota.