Gritos a puertas cerradas por Knochen Fresserin

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Ya no quería hacer recados, pero Jerónimo le había insistido demasiado y no quiera darle esa tarea a otro, el anciano se mostraba desconfiado con todos, incluso a veces con él, desde que Lance había ido a la iglesia para deshacerse de los coyotes estaba así, mas huraño de lo usual.

Le aseguro que pronto ya no lo necesitaría para los recados pero que de momento él era el único quien Lance había aceptado para acercarse a su casa.

Le dio la tarde libre en compensación pero hubiera preferido estar con su padre, no negaba que les había desarrollado cierto cariño al cazador y su padre, ambos eran demasiado idiotas por veces y solía divertirse con sus extrañas discusiones. Lance incluso lo consideraba un amigo, al igual que Erick a él, y su padre como “un extraño que ve a mi hijo mientras no estoy”, él ni se molestaba en recordar su nombre.

—¿Nuevo perro?—Dijo extendiéndole un sobre manila con documentos a Lance, quien se apresuro a tomarlos y leer los remitentes en uno de sus lados.

—Es Jager, no te le acerques, es muy agresivo—Desvió su mirada hacia el cuadrúpedo que se escondía al lado de Bonum, buscando afecto la dálmata más joven en la casa, estaba demasiado cansado como para tratar de ocultarlo y Erick había llegado en el mejor de los momentos—, todavía no se termina de curar por lo que no puedo ni entrenarlo.—

—¿No es mejor criarlos desde pequeños?—

—Lo haría, pero su dueña anterior no lo puede cuidar y prefiero estarlo curando a él y a mí antes que sacrificarlo.— Comprendía el cariño que le tenía a los perros, Lance no solo los veía como mascotas sino como amigos e incluso como una familia—. Jager y Fifí solían tener más compañeros…—Dijo quedamente para después torcer la boca, el mayor en cuanto a edad le veía nostálgico y hasta cierto punto deprimido luego de aquello.

Voltio su vista al nuevo perro color negro con café y algunas pequeñas manchas de blanco en su hocico, se encontraba con la cola entre las patas y las orejas gachas, noto que tenia vendas en su espalda y tenía varias partes de su pelaje recortados y parte de su cola vendada también, parecía que hubiera sido quemado pero rápidamente desecho aquella idea, Lance amaba demasiado a sus perros como para hacer eso pero ¿Qué habrá pasado con su dueña anterior?

Erick no lo sabía pero en verdad que le agradecía que hubiera llegado, y en la mejor de las disputas con su padre con respecto al cura, estaba comenzando a cansarse y sus vacaciones pronto terminarían.

Oh, pero Erick llego en el justo momento; antes de que se colgara de un árbol, uno podrido hasta las raíces y que lo tenía arto desde mucho antes de que sacara a su padre del hospital.

—Bonum parece más feliz de verlo.—Dijo el creyente tratando de cortar la tensión en el ambiente, a lo que el contrario solo asintió mientras se levantaba de su asiento e iba a la cocina.

Vio de reojo a su padre en el pasillo dirigirse a la sala con un vaso de agua y su cepillo de dientes en mano, rogaba porque no hiciera nada raro pero era en vano, cuando regreso a la sala con él sobre ya abierto por un cuchillo.

Estaba sentado frente a Erick limpiando su dentadura postiza, en verdad que se esforzaba porque los restos de comida fueran a caer a Erick, el cura con algo de asco veía al mayor, Aurelio se ensañaba desde hace un tiempo en tratar de correr al cura de allí, Lance y Erick eran consientes de esto; se convenció a sí mismo, volvería a meter a su padre en un asilo de ancianos.

—¿No puede hacer eso en otro momento?, es asqueroso incluso para mi.—

—Más asqueroso es lo que haces por las noches mocoso.—Decia con despreocupación mientras revisaba los lados de su dentadura.

—¡Papá!—

En lo que llevaba de conocerlo nunca lo había visto avergonzado ni con ganas de que se lo tragara la tierra, hasta él sentía pena ajena y solo pudo reír. Teófilo tenía razón, a veces Aurelio era demasiado idiota.

—Que papá ni que nada—, dejo la prótesis en la mesita de café y le señalo con el cepillo de dientes—¡Estoy cansado de escucharte por las noches, carajo! Hay más gente viviendo en esta casa…¡Gente que desea dormir!—

El veterano reía para sus adentros mientras se iba con falsa indignación, con su dentadura puesta y una anécdota nueva que contarle a su media hermana.

Lance aun tenía el sobre manila en sus manos, sellados por el mismísimo Jerónimo y lo amenazo si los habría el mismo. Mentiría si dijera que no tenía curiosidad por saber que contenía aquel sobre y al parecer Lance también estaba impaciente por abrirlos.

Los ojos del más joven se ensancharon al solo leer algunas palabras, rápidamente comenzó a darle una ojeada al papel, más que leer solo buscaba algunas palabras claves en documento, una sonrisa aparecía en su rostro; despego la vista de los papeles y le vio tan feliz que dudo en preguntarle antes de que se fuera corriendo por su padre.

—¡Viejo me aceptaron!—Grito y corrió en dirección del mayor antes que subiera por las escaleras al segundo piso.

—¿En fumadores anónimos?—

—¡No, papá, eso no, lo otro!—Corrigió aun con la sonrisa en su rostro y le extendió los papeles al mayor que se los pego a la cara para leerlos sin sus lentes—¡Soy candidato para adoptar a Orión!—

—¿De verdad?—Una sutil sonrisa se poso en el rostro del mayor y miro a su hijo por primera vez feliz en mucho tiempo, no era de burla como solía hacer, era una sonrisa de alegría.

—Si. Necesito algunas recomendaciones, de familiares y de otros que no lo sean. Pensó un poco en si pedirle ayuda a sus compañeros de trabajo de la jefatura, Celes y Nicolás podían servirle si se los pedía, pero faltaban mas. Una persona paso por su mente pero estaba dudoso de preguntárselo, sí que lo estaba. Pero no tenía muchos recursos y si presentaba solo de su trabajo y familiares lo verían mal.

—¿Teófilo te sirve?—Sugirió el mayor devolviéndole los papeles al otro.

—Puede que si, se lo pediré mañana. Pero todavía me faltan personas…—

—Lamentablemente no soy el centro de atención en este pueblo, mi compadre es el único que te conoce y que se prestaría para esto, perdona.—Se sincero un poco con el menor y este solo agito la mano quitándole peso aquello.

Se sentía inútil de no poder ayudar a su hijo o a su nieto, incluso a su propia hermana cuando lo necesito, cada vez se sentía más desplazado e incapaz de ser de utilidad. Tenía que visitar al viudo, eso siempre lo sacaba de su tortura mental.

Lance se dirigió de nuevo a la sala de estar con los papeles en mano, estaba dudoso, ¿Y qué tal si se negaba?, Erick le tenía cierto aprecio pero no quería aprovecharse de lo poco que había podido avanzar con él, no quería que se asustara o que lo dejara de nuevo…

—¿Erick me ayudarías? Necesito unas recomendaciones para adoptar a Orión, tú y Jerónimo serian los primeros en entrevistar.—

—¿Para adoptar a Orión?—No negaba que se encontraba feliz por saber que el chico seria adoptado por su tío o eso esperaba.

Aunque se preguntaba porque el chico no fue con Lance y Aurelio en primer lugar, ambos se preocupaban del menor y había visto el cariño que les tenía el infante a su tío y abuelo, incluso había visto al cascarrabias de su abuelo irlo a visitar a la iglesia. Lance le había comentado que su padre detestaba todo y todas las personas relacionadas con el recinto.

—¿Puedo preguntarte algo?—

—Lo acabas de hacer, solo dilo.—

—¿Qué paso con Orión?—Ignoro la broma y prefirió concentrarse, era potestad de un niño después de todo lo que Lance trataba de de obtener—, me refiero de porque está en la iglesia.—

—¿A qué viene eso?, creí que ya lo sabías. Ya sabes, por Jerónimo y eso…—No recordaba haber visto al mayor con tanta seriedad en su vida, tal vez en su adolescencia pero no ahora.

—Si voy a ayudarte es justo que sepa que le pasó, Jerónimo no habla de lo que le sucedió o por que fue a parar a la iglesia teniendo familia y Orión tampoco le gusta hablar de eso.—

—¿Eso es todo?—Se reprimió de decir alguna idiotez, tenía que tener cuidado si quería que le ayudara—, sinceramente pides poco.—

Tomo asiento frente al cura y palmeo sus piernas para tratar de calmarse un poco, Erick no entendió el gesto y creyó que era un forma de retarlo.

—Veras, el estúpido de mi hermano creyó que Orión no era su hijo, yo era amigo de su madre y se le metió la idea de que era hijo mío…—Hizo una pausa y pensó un poco lo que le iba a decir—, Orión es idéntico a su madre y la mujerzuela que se consiguió ese bastardo le hizo creer muchas otras mierdas…—

—¿Y no lo es, no es tu hijo?—

—¡Claro que no! Fátima amaba a ese imbécil y yo no es que me fijara en las mujeres…—

—A todo esto; si tu hermano era un lunático ¿Por qué Aurelio no lo acogió?—Prefería ignorar aquello ultimo, no era tan raro que no le gustaran las mujeres, él incluso llego a declinar en su juventud muchas propuestas, nunca le habían atraído las mujeres pero en cambio el cuerpo masculino le atraía un tanto… diferente.

—¡Ah! Allí es donde entra mi papá, resulta que el muy cabron metió a mi jefe en un sanatorio mental para que no hablara, allí estuvo casi dos años y como nadie aquí lo conocía y lo trataban de loco no le creyeron. Teófilo varias veces trato de hablar con él y apelaba por su inocencia cuando lo internaron; pero le decían que era “inestable”. El bastardo culpo a mi papá de lo que le pasó a Fátima.—

—¿Pero si tu sabias esto porque no apelaste por él?—

—¿Sabes en que trabajo, verdad? Ese vejestorio de seguro te ha de haber contado alguna estupidez.—

—¿No eres cazador?—Lance negó con la cabeza, algo divertido del despistado que era—. Entonces no, nunca me dijo en que trabajabas, que hacías o algo.—

—Soy detective, Erick, no podía meterme en eso porque creerían que yo estaba haciendo algún fraude o algo, le pedí a otra división de la policía que investigara todo. Lo de la casería es más un hobbie que un trabajo para mi…—Se rasco la barbilla meditando un poco—. Bueno, en realidad me gusta lo que hago así que creo que no trabajo a decir verdad.—

Ahora comprendía el extraño miedo mezclado con respeto que le tenía Jerónimo a lance; si descubría algo bajo su supervisión estaría muerto.

—¡Pero eso si!—Exclamo con cierta euforia, algo que ya estaba acostumbrado—. Cuando supe donde estaba me moví para sacarlo, hice que se le hicieran pruebas en otra institución y mi jefe seguía tan cuerdo como una cabra—

—¿Eso no es malo?—

—¿En mi papá? No, él siempre fue así. Bueno, antes eran más joven y….—

—No me refería a eso.—Le detuvo alzando un poco la mano, todo aquello lo había tomado desprevenido y no terminaba de procesarlo—¿Por qué no te quedaste con Orión?—

—No soy apegado con mis demás hermanos como podrás ver, pero siempre quise a mi sobrino, me pelee con mi hermano y desde allí comenzó a prohibirme verlo, a prohibirle a él que siquiera me hablara. Cuando Fátima murió Orión no pudo decir siquiera que tenía familia además de mi hermano.

—Le afecto bastante que su madre muriera.—

—La mato a golpes… y Orión lo escucho todo.—Tenia la mirada opaca, no transmitía siquiera alguna emoción, le había dejado un mal sabor de boca todo aquello y ahora se encontraba más miserable—, lo internaron también a él y cuando ya pudo hablar era muy tarde, lo habían enviado a una casa hogar para niños con traumas del gobierno, pero como no había suficiente espacio lo enviaron aquí.—

Callo, a la espera de una réplica del mayor pero este aun se encontraba debatiéndose de si era del todo correcto ayudarle, no le pedía mucho sin embargo se juega la vida de un niño, Lance en cambio estaba arrepintiéndose de haberle dicho y temía enormemente el rechazo del otro.

—Sabes, si ya no quieres hacerlo; puedes dejarlo, no importa. Yo lo entiendo.—La duda le acuñaba su mente y la idea de que le abandonara de nuevo se volcó en el.

Erick estaba en todo su derecho de oponerse o aceptar, se repetía. Quería hacerse creer que estaba bien, si Erick no lo quería ayudar después de todo aquello lo entendería, al menos eso era lo que se repetía en su mente, pero en cambio…

—Te ayudare.—

… Prefirió quedarse.

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