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Lo más divertido de su vida por Majo Walles

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Capítulo 3: Primera noche juntos

 

 

Severus caminó a paso presuroso, sin siquiera esperar a Harry que le seguía divertido por el tremendo sonrojo en la cara de Severus.

Cuando llegaron a la habitación Harry tomó su barita y conjuró una cama en donde dejó sentado a Tobi que se caía de sueño.

-No te preocupes, Severus -dijo divertido como el chico se mantenía casi contra la pared-, no pienso saltarte encima si es lo que temes.

-No te tengo miedo -dijo serio.

-Oh, pues deberías -dijo caminando felino hasta su joven esposo-, por que me encantaría que te quedara el recuerdo de mi venida en la mente cuando parta… que recuerdes que me vengaré por haberme enviado al pasado sin preguntármelo -le dijo casi sobre sus labios.

Severus estaba tieso como estatua ¡Este chico lo estaba intimidando!

-Eres igual que tu padre -dijo molesto.

-No me compares, Sev -dijo alejándose divertido-, mi amenaza viene sólo por que te amo tanto que me dolió lo que hiciste, por que no sé como estás en el futuro, no se siquiera si sigues con vida -dijo angustiado- Merlín, no puedo pensar en eso -dijo golpeándose las mejillas.

-Pero no fui yo quien te envió.

-Lo serás, por eso mi venganza será en el futuro, no te preocupes -dijo volviendo a dejar un beso en la mejilla del moreno antes de volver con su hijo.

Severus vio como del bolsillo sacó un bolso y lo agrandaba con su varita, un gran bolso de bebé de dónde sacó ropa para el niño.

-Parecías preparado.

-Algo así -dijo ayudando a su hijo a ponerse de pie para cambiarle ropa, aun con los ojos medio cerrados-, me habías dicho que prepara nuestras cosas para viajar, no esperaba que nos mandara sólo a nosotros -dijo algo triste.

-Lo lamento -dijo sin entender por que lo decía en realidad.

-No te preocupes, Sev -dijo volviendo a verlo con una sonrisa-, estoy aquí y listo, ahora ¿Deberíamos disfrutarlo, no crees?

-No te entiendo…

-Mañana es sábado -dijo mirando el calendario sobre el escritorio.

-Sí.

-Perfecto, tendremos una cita, entonces -dijo sonriendo de lado.

Severus no creía que fuera una buena idea, después de todo se le hacía raro tener una cita con un chico casado, por mucho que este estuviera casado con el mismo, pero en el futuro.

Sábado por la mañana y Severus sentía un peso encima, no quería abrir los ojos, pero una pequeña mano estaba en su rostro.

-Tobi, dile a papá que abra los ojos -dijo una voz a su lado.

Severus abrió os ojos de golpe al recordar todo y se pegó a la pared como queriendo fundirse en esta, al ver que, sentados en su cama, estaba Harry y el bebé que reía divertido por su reacción.

-¡Papá! -dijo el niño elevando los brazos.

-Sí, amor, papá ya despertó, así que ahora podremos salir a jugar a la nieve -dijo Harry tomando en brazos al niño para ir al baño- sólo danos unos minutos, Sev y estaremos listos para salir.

Severus no quería seguir escuchando esto, al recordar que tendría “una cita” con ese chico.

Ya listos y vestidos Harry y Tobi bajaron a desayunar para darle privacidad a Severus para que se pudiera vestir y cambiar de ropa.  Llegaron al gran comedor y caminaron hasta sentarse en la mesa de las serpientes, tenía que empezar a trabajar en su plan, pero para eso tendría que mentir en un par de cosas.

-Hola, chicos -dijo fingiendo una sonrisa.

-¿Eh, hola? -preguntó uno de los hombres.

-Ustedes son Rodolfus y Rabastan, verdad -preguntó sentándose junto a ellos.

-¿Cómo lo…?

-Oh, tranquilos, lo sé por que los conozco de mi época, aunque un poco mayores -dijo divertido, mientras servía un plato con fruta a su hijo y un café negro para él.

-¿Y estás aquí por?...

-Oh, necesito de su ayuda, de los dos, de hecho -dijo mirándolos-, pero no hablemos ahora, tengo que salir a Hogsmeade para comprar unas cosas para mi bebé hermoso.

Los hermanos se miraron extrañados, este chico era “particular”

-Severus, por aquí -dijo llamando al joven que entraba al gran comedor y para su desgracia, con las miradas de todos sobre él.

-¿Es necesario que seas tan escandaloso siempre? -preguntó sentándose frente a él.

-Toma -dijo el niño y le tendió una manzana.

-No me gustan las manzanas -dijo, pero la mirada de Harry, a pesar de estar sonriendo, le dijo que si no tomaba la fruta lo lamentaría, así que refunfuñando tomó la fruta que el niño de grandes y brillantes ojos le extendía-, gracias.

-¿Me acompañaras entonces a Hogsmeade? -preguntó Harry, no tenían porqué saber los demás que tendrían una cita- Se que en esta época hay tiendas que en la mía ya no están.

-Bien -dijo de mala gana, todo para que los demás dejaran de acribillarlos con sus miradas.

-Perfecto, entonces tomen desayuno rápido para que podamos salir -dijo a sus dos amores, mientras tomaba su café y sonreía mirando al enfurruñado Severus, eran tan parecido al suyo que sabía que hiciera lo que hicieran nada lo cambiaría del hombre que le amaba con tanta locura como para enviarlo al pasado para protegerlo.

Desde la mesa de los leones, James y Lily se preguntaban qué es lo que hicieron mal como para que su hijo terminara casándose con Severus, no que a Lily le pareciera la peor de las cosas, pero Severus era mucho mayor que Harry. Entonces ¿Qué habrá visto su hijo en el hombre?

-¿Así que ya están pensando en abortarlo? -dijo Sirius divertido y recibió un par de pasteles en la cara por parte de los padres que no les hizo gracias la broma-, por eso digo que es mejor que lo tengan.

-Lo que aun no entiendo es lo que hace aquí -dijo Petter atragantándose de comida.

-Puede ser que tenga que ver con el-que-no-debe-ser-nombrado -dijo Remus a su lado, mirado algo raro. Aun no entendía por que Harry había dicho que su amigo no sería nada en su vida y que este sabía por qué. Temía en su interior a la respuesta.

-Bien, podríamos preguntarle directamente a Harry -dijo una voz a sus espaldas y los cinco saltaron.

-Hola, Harry -dijo Lily riendo ante la cara divertida del chico.

-En verdad, no me molesta decirles, pero sólo de ser necesario -le dijo sonriendo con algo de ternura-, ahora mismo no puedo, tengo una salida con Severus y no me quiero retrasar.

-Sobre eso -dijo James- ¿De verdad estás casado con ese hombre o lo dijiste sólo por molestar?

-Es verdad, James -le dijo, se le hacía raro decirles padres a los chicos frente a él, después de todo tenían su edad.

-Bien… ok -dijo mirando para otro lado y Harry supo que tenía una oportunidad ahí. Se sentó junto a Remus donde había un lugar desocupado.

-Quiero que entiendas algo, James -le dijo tranquilo, no quería que todo el mundo escuchara, aunque ellos estuvieran poniendo atención en todo lo que decían- Amo a mi esposo y él me ama también, ha peleado por mi desde que tengo uso de razón, pese a las diferencias que tuvo contigo, nuestro hijo nació de ese amor -le dijo mirando a la mesa de las serpientes donde Tobi se había querido sentar con Severus y este, a pesar de poner mala cara, lo había sentado en sus piernas para que el bebé siguiera comiendo su fruta-. Sé que es difícil de entender para ti y que cuando nos vayamos tú y él volverán a molestarse por todo, pero por favor, mientras este aquí, entiende que lo amo como no tienes idea y sé que soy amado aún más.

Los cinco en la mesa estaban mudos ante las palabras del chico, de hecho, un par de chicas ahí que no tenían idea de quien hablaba Harry hasta soltaron un par de lagrimas por lo conmovedor del relato.

-Está bien -dijo con algo en la garganta, que se negaba a llamarlo culpa, pues, entendía, qué si el chico venía de la época que decía, debía saber todas las cosas que hizo en su época de colegio.

-Gracias -dijo sonriendo antes de ponerse de pie y volver a la mesa de las serpientes.

-Demonios, él si que está enamorado -dijo Sirius, bebiendo su jugo de calabaza.

-Sí… es un buen tipo -dijo sonriendo de lado, tratando de no mirar mucho a Harry que prácticamente arrastraba a Snape y al bebé fuera del gran comedor.

 

 

 

 TBC...


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