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RAPTADO por Shelly_dulce

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Los gritos lo despertaron.

Gritos de miedo y terror. Sonidos de personas corriendo y niños llorando. Un humo denso se colaba por las hendijas de su pequeña cabaña.

Rápidamente se colocó sus botas y salió al exterior. Lo que vio lo dejo conmocionado por unos instantes.

Su pequeña aldea -normalmente tan tranquila -estaba siendo arrasada por invasores vikingos. El caos reinaba completamente. Las cabañas estaban en llamas, la gente corría en todas direcciones tratando de escapar, unos pocos luchaban contra los invasores tratando de defenderse aunque estaban en clara desventaja. Algunas mujeres y donceles eran conducidos cual costal por los vikingos.

Vio como una de sus amigas era desmayada para después ser sostenida por uno de los toscos guerreros y corrió hacia ellos.

-¡¡hinata!!-grito tratando de alcanzarla pero fue detenido por unos brazos que lo apretaron con fuerza suficiente para dejarle marcas y lo arrastraban aparte. Lucho y se retorció pero solo consiguió que el agarre se hiciera más doloroso hasta que una orden en un idioma extraño lo hizo detener y una áspera mano doblo sus brazos hacia atrás.

Trato de ver el rostro de su atacante pero solo distinguió un atisbo de unos ojos verdes y una cabellera pelirroja.

Una de sus manos se soltó del agarre y metiéndola entre sus ropas saco una pequeña daga que tenía escondida en la cintura y en un ágil movimiento con ella logro herir a su atacante. No supo donde impacto la daga y tampoco le importo pues al no esperar el ataque este lo había tomado por sorpresa y lo soltó.

Hecho que él aprovecho para tratar de escapar, pero no llego muy lejos ya que un fuerte golpe lo hizo caer en la inconciencia.

 

Cuando despertó se encontraba a bordo de una embarcación. Sus manos y pies fueron encadenados. No tenía ningún sentido tratar de soltar esas cadenas.

Sentía un tremendo dolor de cabeza. Miro a su alrededor y allí encadenados al igual que el estaban muchos de los jóvenes de su aldea, cada rostro surcado por el miedo y la incertidumbre.

Algunos tenían una especie de collar en sus cuellos, otros tenían bandas de metal forjado u otro material en sus antebrazos.

Observo su propio antebrazo y descubrió con horror que el también poseía no una sino dos bandas de oro macizo.

-al fin despertaste-la tosca voz lo sobresalto. no solo por el tono grave y profundo, sino porque él no había esperado que un invasor hablara su lengua.

Lentamente se giró hacia dónde provino la voz y se encontró con los ojos verde aguamarina más impresionante que alguna vez haya visto. Eran casi hipnóticos, tan atrayentes...

-¿acaso el golpe en la cabeza te ha dejado tonto o es que te comieron la lengua los ratones?

-¡¡vete a la mierda!!-espeto molesto.

-deberías cuidar lo que dices o te acarrearas muchos problemas-el vikingo le advirtió con su ceño fruncido, a lo que él, por toda respuesta giro su rostro y levanto su barbilla en un gesto desdeñoso.

Su captor se quedó observándolo. Podía sentir sus ojos fijos sobre su piel causándole incomodidad.

-¿cómo te llamas, pequeño?-pregunto en voz baja, suave, como si tratara de calmarlo, lo cual le pareció completamente ridículo ya que este hombre lo había raptado del único hogar que había conocido y ahora lo arrastraba a un futuro incierto. Él era el primero en admitir que estaba aterrado pero no lo daría a demostrar.

Naruto lo observo minuciosamente de arriba a abajo. Pelo rojo como el fuego caía por sus hombros, rasgos fuertes y viriles, anchos hombros cubiertos por una camisa de lino, remangada hasta los codos. El hombre era muy alto, tenía que medir al menos un metro noventa con fuertes músculos por doquier. Sin duda un feroz guerrero. Se fijó en que tenía un vendaje en uno de sus brazos.

``así que ahí es donde fue a golpear mi daga- reflexiono- es muy guapo...´´pensó. ‘pero que rayos... este hombre te secuestro, no deberías estar pensando si es guapo´´ se regañó a sí mismo. Una mirada severa fue lo que hizo que le respondiera.

-Naruto, Uzumaki Naruto.

-Bien, Uzumaki Naruto, nos alejamos de la costa, una vez en mar abierto te desatare-no dijo nada mas.se dio la vuelta y se apartó. Dejando a Naruto solo con sus pensamientos

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sabaku no Gaara observo a su compañero  de reojo. Para ser un doncel tan pequeño, el chico había demostrado ser un fiero luchador.

Le basto una sola mirada al rubio que salía desorientado de una cabaña para saber que era suyo. No necesitaba olerlo para confirmar lo que su lobo ya sabía.

Cuando lo vio esquivar a las  personas tratando de llegar a alguien, su lobo se revolvió en su interior. Corrió hasta alcanzarlo. Pero el chico no se lo había puesto fácil, así que tuvo que desmayarlo.

Dio la orden de retirada llevando a su preciosa carga entre sus brazos. El chico era tan ligero como una pluma y por un momento temió haberle hecho daño pero lo descarto sabiendo que no lo había golpeado con mucha fuerza.

tuvo que esperar varias horas antes que su pareja despertara. Para entonces ya estaban a bordo de su barco, rumbo a sus amadas tierras.

Rápidamente el miedo inundo al chico. El olor acre era tan fuerte que Gaara estuvo tentado de cubrir su nariz.

Se acercó a su pareja y le hablo, pero el chico parecía estar aturdido. Hiso un comentario burlón y justo como esperaba su pareja reacciono.

Tenía que admitir que el chico tenía espíritu. Genial, lo necesitara.se pregunto cómo reaccionaría su pareja cuando le contara lo que él era. Lo más probable es que Naruto huiría por las colinas.

Uzumaki Naruto. Su compañero tenía un nombre dulce. Casi tanto como él.

Viéndolo de cerca el chico era hermoso.

Un ángel rubio con unos impresionantes ojos azules como el cielo despejado, nariz pequeña y labios llenos y rosados.

Si, Gaara tenía que admitir que había tenido mucha suerte de encontrar a alguien tan hermoso como su Naruto.

Ahora solo tenía que encontrar la manera de confesarle sus secretos sin que huyera despavorido. Porque Naruto Uzumaki era suyo. Los dioses se lo habían dado y él nunca lo dejaría escapar.


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