Capítulo 5
Las cosas no fueron fáciles desde ahí. El que empezaran a caer uno por uno los mortífagos y sentenciados fue un caos.
Severus y Lucius quedaron libres de cargos al intervenir la orden por ellos, pero eso no evitó que los partidarios del Lord que quedaron con vida dijeron al mundo que Christian Snape era hijo del Lord.
Ahora estaban todos en el Wizengamont, tomando declaración a los involucrados, siendo Severus el ultimo para poder por fin irse a casa y no volver a escuchar de todo esto, pero entonces, la pregunta que a todos les rondaba en la cabeza salió a flote.
-Entonces, Señor Snape, ¿Es verdad que el joven que responde a Christian Snape es hijo del que no debe ser nombrado? -preguntaron en la audiencia.
-¡Claro que no! -gritaron desde el estrado.
-Señor Black, orden por favor.
-Christian es mi hijo -dijo ante el asombro de todos incluido el mismo Christian. Severus y Sirius no le habían dicho que es lo que dirían para salvarlo de las habladurías de los magos-, pero si decíamos la verdad Voldemort podría haberlo matado.
Los cuchicheos estaban por aquí y por allá, pero Sirius, siendo como era, no escuchó a nadie, sólo abrazó al choqueado muchacho contra su cuerpo, protegiéndolo de la mirada de todos.
Y listo, todo quedó en eso. Desde ese día, para los que no conocían al chico y apara los que sí, este pasó a ser Christian Black Snape, hijo de ambos hombres. Obviamente nadie fuera de la orden revelaría nunca la verdad.
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Las cosas por fin estaban en paz, Harry había decidido que se merecían unas merecidas vacaciones fuera del ojo publico y Severus estuvo de acuerdo, casi irónicamente el que no quería que se fueran era Sirius, poniéndose en su falso papel de padre sobre protector.
-Algo les puede pasar en el camino -dijo terco mientras se cruzaba de brazos.
-Nada nos pasará, Sirius -dijo Harry suspirando, su padrino podía ser tan denso a veces.
-¿Y si algún periodista los encuentras?
-Creo, Black, que tu ahijado y mi hijo pretenden salir del ojo público, no exponerse -dijo tomando de su copa de vino- no van a ir por ahí con un letrero que diga “mírennos”
-Siento que es peligroso.
-Padrino, nada nos pasará.
Finalmente habían logrado hacer ese viaje en amigos, Ron, Hermione, Harry y Christian.
Ahora se encontraban en una secreta y hermosa isla del caribe.
Habían decidido viajar como muggles, después de todo en un tiempo tanto Christian, como Harry y Hermione lo fueron, así que guiarían a Ron en lo que necesitara saber.
Lo más divertido fue subirse a un avión, los chicos, ninguno de ellos, lo había hecho, puede que Chris sí, pero cuando era un bebé así que no lo recordaba.
Los primeros días en la isla lo pasaron a lo muggle, pero llegando al cuarto día acordaron utilizar sus varitas, menos Cristian, él no podía hacer magia fuera del colegio aún.
-Estas feliz ahora, Chris -dijo mirándolo a los ojos, mientras sostenía su mano con fuerza.
-Lo estoy -dijo besándolo en los labios. La vida recién partía para ellos.
Habían ido a caminar por la playa para ver el atardecer, algo muy romántico según Hermione.
Y si que lo era.
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La noticia de que Potter y compañía estaban de regreso en el mundo mágico se supo hasta un mes después cuando fue Sirius quien ubicó a los chicos para que regresaran por que les tenían que decir algo.
Ahora estaban todos en la sala de la mansión Black, Severus se masajeaba la frente ante la posible migraña que se avecinaba, podía sentir como el dolor iba subiendo por su nuca.
-¿Y bien? -preguntó Harry cuando estuvieron los cuatro reunidos.
-Le pedí matrimonio a Severus… y dijo que sí -les contó con una sonrisa de lado, viendo como Severus trataba de ocultar un sonrojo.
-Oh, me alegro mucho -les dijo su hijo.
-Sí… aparte tendrás un hermanito.
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La noticia del matrimonio entre Black y Snape se regó como pólvora en cuanto alguien los vio comprar túnicas ceremoniales en el callejón Diagon. No había que ser un genio para saber que eran ellos los que se casaban.
Todos querían saber por que el apuro, pero Sirius, queriendo callar las habladurías dijo a un reportero que se casaban por que ya habían perdido mucho tiempo con la guerra, que era tiempo de recuperarlo.
Se casaron en una sencilla ceremonia mágica un 27 de diciembre, aprovechando las vacaciones de navidad par que todos sus amigos pudieran asistir, después de todo Christian aun estaba cursando su séptimo año en Hogwarts, a pesar de haber arreglado el asunto de la edad falsa del chico, este tenía que terminar sus estudios en Hogwarts. Además Harry estaba en la academia de aurores.
En el mismo enlace, y frente a la presencia sólo de sus amigos, Sirius adoptó mágicamente a Cris. Ahora era legítimamente un Black y por lo mismo su heredero, junto al nuevo bebé y Harry.
-Así que ahora eres finalmente el hijo de mi padrino, que es como un “padre” para mí -le dijo mientras bailaban.
-Sí, bien, ahora es algo incestuoso todo esto -dijo divertido, sintiendo como Harry lo apretaba con más fuerza contra su cuerpo.
-Quiero cometer mil delitos entonces -dijo besándolo profundamente.
A lo lejos, la pareja de recién casados los veía divertirse.
-Cortaré las manos de mi ahijado si bajan más de lo permitido -dijo apretando el cáliz de donde bebía junto a su recién estrenado esposo.
-No conocía ese lado posesivo tuyo -dijo Snape molestándolo.
-Sí, bien, debo cuidar la castidad de mi hijo.
-¿De verdad crees que él sigue siendo virgen después de haberse ido al Caribe con Potter?
-No quiero saber de eso, gracias -dijo casi blanco-, para mí Harry y Christian signe tan castos y puros como el día que nacieron.
-¿Entonces? ¿No quieres que se case como yo con un hijo en camino?
-Claro que no -dijo abrazándolo divertido- no puedo creer que lo hayamos logrado.
-Sí, fue un alivio que todo pasara rápido.
Sirius sonrió antes de besarlo, por fin estaba a su lado y sería para siempre.
Fin