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SÍNDROME H por Aifoss

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" Tus ojos no son de un simple color, 

 

quise decírtelo cuando te tuviera,

 

pero como nunca lo hice

 

te lo digo ahora. "

 

 

 

*

 

 

 

*

 

 

 

*

 

 

- Te odio...- tecleó Kuroko por inercia mandando un mensaje a Riko al celular. 

 

Cayó en peso muerto encima de la cama, mirando la noche descender lentamente por la ventana, surgiendo los astros estelares levitando a la lejanía en un cielo sin luna. Llevó sus manos al rostro, restregando su fatiga y la vida misma; esperando borrarse la cara para que nadie recuerde quién era, ni su reflejo. Respiró profundo, despejado, volviendo los ojos al techo, perdido en la blanca pintura mientras esperaba el mensaje inmediato de su amiga contestándole, y así poder descargar el descomunal peso emocional que llevaba consigo tras salir de clases...todo por culpa de ella. 

 

<< En verdad te odio Riko...>>


Se envolvió bajo el edredón formando un ovillo, apenas dejando abertura a su nariz y no ahogarse. Aún no cambiaba su uniforme, y el pijama se hallaba demasiado lejos para abandonar su cómoda posición resguardándolo del mundo. Miró nuevamente la pantalla de su celular sin mensajes, gruñendo de impotencia, apretando fuertemente las sábanas. La consciencia le gritaba su deber de estudiar; mañana tocaba Japonés, el curso más difícil de la currícula; su ordenado escritorio tenía todo predispuesto, sus apuntes,notas, libros sumillados, resaltadores y un café ya frío por esperar. Sin embargo, Kuroko estaba sufriendo un colapso interior que poco a poco exprimía su energía vital, drenando sentimientos confusos mediante suspiros y enrojeciendo sus mejillas, avergonzándolo tan solo recordar...

 

Ahora le dolía todo, en especial la nariz; los analgésicos tomados ayer no hicieron mínimo efecto; al contrario, se sentía igual o peor, un gran malestar general imposibilitando su desarrollo funcional en actividades ordinarias: siendo leve al despertar, y para la tarde su condición acrecentó, sintiéndose aplastado por un camión...una "hipersensibilidad olfativa aguda"... o así decidió llamar su desequilibrio. 

 

Nunca creyó la relevancia de los olores en el entorno cotidiano, no conocía el suyo propio ni tampoco sentía inclinación a los perfumes comerciales. Momoi solía decirle que él olía a "bebé bañado en shampoo vainilla"... aunque Kuroko solamente difería aquellos olores clasificándolos agradables o desagradables...¡Pero Demonios! ¡Esto rebasaba su capacidad humana! ¡Casi podía olfatear las piedras!, por momentos se comparaba a un perro sabueso policial con sus narices húmedas. La diferencia es que no era perro ni perfumista, no estaba entrenado; pero su nariz sí estaba húmeda, llena de flujo nasal; tales olores aturdían su sistema nervioso hasta el cerebro, mareándolo, un puñete directo a su nariz, generándole aversión si invadían su espacio personal pues el aroma se disparaba; ni que decir cuando subió al metro de regreso...un caldo pestilente en ebullición noqueó su cabeza haciéndole sangrar. 

 

Algunas veces hubo excepciones, ciertas fragancias le eran "lindas", sin llegar a causar estragos; es más, erizaban sus vellos a lo largo del día. Una de ellas fue el ruso profesor de Inglés, emanando esencia a semillas de café; el malhumorado chico rubio de intercambio perfumado en jazmín; el extraño megane capitán de basket olor a menta; incluso su propio sempai, Hyuga y su bálsamo personal a manzanilla...a ese paso su nariz reventaría. 

 

 

<< No deberían aplicarse tanto perfume, suficiente agua y jabón...>> pensaba.

 

Atribuyéndolo al desvelo combinado con resfriado, estiró el brazo hacia el velador abriendo la gaveta superior, tanteando el interior sacó el frasco entero de píldoras, sin dudar tragó cuatro pastillas en una bocanada y espero los efectos en su cuerpo antes de estudiar. No obstante, analizando su sintomatología; lo más insólito fue su cuello, bajo la oreja... una comezón endemoniada e irritación cuando detectaba inusuales aromas muy candentes; extrañamente acelerando su pulso junto a unas perturbadoras ganas de ser ...¿mordido? no encontraba otra palabra para describir sus extrañas sensaciones.

 

Y ese singular impulso lo corroboró en tiempo real con el sujeto menos oportuno gracias a las consecuencias derivadas del actuar de Riko en la biblioteca, brindándole según ella "La oportunidad de su vida". Habiéndose ahorrado las circunstancias si tan solo no la hubiera inmiscuido por voluntad a ella en las "espiadas" semanales. Es más, Kuroko se habría ahorrado muchas cosas al no inscribirse en el taller de pintura y adoptar como inspiración a un chico desconocido al retratar un Buda, y que después desarrollaría un molesto enganché a él. 

 

Por algo suceden las cosas...

 

Después de conversar con Takao, quedándose solo en su casillero buscando los libros del siguiente bloque; olisqueaba imaginariamente el perfume del chico que movía sus sentidos al tener en manos la literatura en común; impregnado sus fosas nasales con suavidad masculina; recordando al muchacho dormitar encima del encuadernado en la biblioteca, con el viento halando su perfume por el ambiente... sonrojándose solo pensarlo. La puerta de su taquilla bloqueaba todo el campo visual derecho, cubriendo su bochornosa escena de cualquiera; se dio cuenta al inhalar con ojos cerrados que la fragancia agarraba densidad y su intuición se adormecía ignorando toda presencia alrededor, cercana o distante. 

 

Al pasar el tiempo y adquirir madurez, Kuroko practicó mucho el manejo de sus expresiones, incluso la censura de estas manteniéndose inmutable ante sorpresas; sin embargo, tuvo excepciones, la vez que se cruzó a Kagami después de tanto; con Kise al gritarle el día anterior; al discutir el arrebato de Aomine; y ahora el destino le deparaba una más... su sistema falló en obedecer a su cerebro. 

 

Kuroko se congeló; con el tiempo volviéndose eterno, el oxígeno escaseando de los pulmones y un temblor crispando su columna impactando al corazón. Si sus oídos no distorsionaran sonidos, juraría que la voz llamando su nombre era un producto quimérico de la fantasía aromática que experimentaba ¿ Su mente le jugaba bromas? Una voz ajena, pero terriblemente conocida reventó su burbuja estrellándolo a la realidad en un segundo. 

 

Fue girando lentamente la cabeza saliendo de su escondrijo, forzando la periferia de sus ojos en observar a la persona del otro lado derecho y deseando no sea lo que creía, pues sus sentidos dejaron de funcionar. Con el libro en mano, lo apretó dolorosamente al pecho, enterrando sus uñas al forro, formando una barrera protectora invisible como único escudo...habían invadido su espacio personal... Entonces el aire escurrió de su cuerpo dejándolo vacío, conmocionado; las piernas flaqueaban al punto de no poder sostenerse cuando terminó por asomarse, encarando frente a frente los azares destinados del universo. 

 

A su memoria volvió el recuerdo de su madre, diciéndole el primer día "muchas sorpresas te esperan"; convencido el por qué las madres siempre tienen razón. 

 

Pues aquella exquisita combinación perfumada a Hojas de té y olivo era un sello inherente, único y atípico de alguien en particular... 

 

- Hola Kuroko.- la cortesía, muy propia de él, un marcado asento de seriedad en simples palabras. Lo miraba con cierta familiaridad y formalismo. Vistiendo perfectamente el uniforme escolar, su bolso colgado y sus cuidadas manos vendadas. 

 

- ...- trató de decir su nombre, en verdad trató. Pero sus labios se abrieron solo emitiendo un murmullo inentendible semejante a un maullido lastimero; poniéndolo más nervioso, sintiéndose completamente estúpido. A la par, sus ideas se contradecían...se suponía que "no se conocen", que ambos ignoraban sus existencias; y Kuroko al saludarlo revelaría su carácter acosador escondido, felicitándose mentalmente por enmudecer a tiempo. 

 

Distinguiendo unos faros de resplandecientes esmeraldas; la única persona que conocía con irises de profundo verde . Kuroko solamente enfocaba el rostro contrario, nada más ni nada menos...pasando a tercer plano el resto de la vida alrededor, incluso el latido de su corazón. Asimilando en seco la presencia de Midorima Shintaro parado frente a él, diciéndole quién qué palabras, pues la sombra de su boca moviéndose había perdido sonido a los oídos de un peliceleste paralizado. 

 

Sólo cuando arregló sobre los ojos verdosos alternando su mirada del suelo a él con un leve moviendo de cabeza es que pudo volver en sí. 

 

 

- ¿Qué? - soltó a penas. 

 

- Tus libros .- señaló al suelo, donde el encuadernado olvidado junto a su bolso se desparramaron con las hojas abiertas en abanico. Y Kuroko enrojeció a mil, sintiéndose tan ridículo en toda la extensión de la palabra. Tan consternado estaba que sus músculos manuales soltaron en caída libre. 

 

 

<< Trágame tierra>> pensó.

 

 

- ...ci-cierto.- no supo dónde sacó fuerza para arrodillarse, recogiendo su verguenza, con la cara abajo y la poca dignidad restante a punto de esfumarse; evadiendo la presencia ajena aún delante.- lo siento, soy algo descuidado.

 

- Mi error, no te disculpes.- el contrario se hincó de cuclillas ayudando al peliceleste. Notó las ojeras pronunciadas en aquel rostro inexpresivo; era semana de exámenes después de todo,  deduciendo al más bajo como alguien responsable en sus estudios. También en medio del desorden de libros, hubo algo captando su atención.- Lees a Midas

 

- ¿Uhm? .- musitó Kuroko, ambos incorporándose.

 

-"Trova a Midas".- con el encuadernado en mano lo movió haciendo referencia.- es un buen libro con excelente crítica humana.- lo estiró hacia su dueño. 

 

- Oh...sí, lo he leído unas cinco veces sin descanso.- recibió el libro del peliverde y lo guardó en su bolso. Su rostro se coloreó de verguenza, porque ya sabía que al basquetbolista le gustaba dichoso libro...claro, si lo llevaba espiando semanas igual a un acosador, como no saberlo. 

 

-Otra cosa que tenemos en común.- dijo Midorima; poniendo de nervios al peliceleste. 

 

- Y...¿qué otra cosa tenemos en común? 

 

- ¿No lo sabes? .- su mirada clavada en él, determinada y severa.- En realidad, quería hablar contigo, Kuroko. 

 

 

<< Ya se dio cuenta que lo acoso ¡¡¡AHHHHHHHH!!>> entró en pánico interno. << ME VA PEDIR QUE ME ALEJE PARA NO REPORTARME EN DIRECCIÓN>>

 

- Verás, el jueves pasado olvidé un objeto personal en la biblioteca, en sí un lapicero encima de las mesas. Fui al día siguiente y consulté a la bibliotecaria si vio algo, comentándome que ese día otros dos estudiantes se registraron al mismo horario, refiriéndome tu nombre. No sabía exactamente quién eras y un conocido me dio tu descripción...bueno, la pregunta es si notaste algo en particular.- dijo todo ello mientras limpiaba sus lentes, sin importarle las reacciones de Kuroko. 

 

<<Ah...era eso>

 

-Bueno...sí, encontramos un lapicero Sheaffer, por lo que sé tienen valor económico... lo siento, no sabíamos de quien era e iba a dejarlo con la ...

- Gracias a Oha-asa.- suspiró sonoramente llevando su mano al pecho, cortando a Kuroko.- esa bibliotecaria posee fama de ladronzuela entre el alumnado. En buena hora lo cogió alguien más y no ella. 

 

<< Auch! ¿soy  "alguien más" ? >>

 

- ...¿En serio?..- se quedó sin palabras. 

 

- Sí, nunca olvides nada allí.- acomodó las gafas en el puente de su nariz.- como sea ¿me lo puedes dar? 

 

- Por supuesto, un momento por favor.- rebuscó dentro de su casillero, esta vez cuidando que nada cayese nuevamente. 

 

 

No obstante,le era imposible poder evitar la abrumadora cercanía del peliverde, agobiándolo ...esa fragancia masculina irguiéndose en torno a este igual a una abominable sombra oscura; casi podía verla, turbando a Kuroko de manera sublime; volviéndolo torpe y extasiado sin razón. Mientras el contrario, inmutable, esperaba de brazos cruzados la vana faena, desconociendo las terribles reacciones corporales que generaba en el peliceleste. Ante Kuroko, ese olor era mucho más atrayente de lo imaginado, demasiado masculino; logrando descomponerlo al sentir sus entrañas contraerse desde su centro, expandiéndose en una ola de calor sofocante. Ese peligroso cosquilleo en el cuello, inexplicablemente deseando ser mordido... domado, que lo "posean con fuerza" en ese mismo lugar, aún incomprendiendo a qué refería su cuerpo con "ser poseído". Algo estaba muy mal en él, saliéndose de control. 

 

El timbre finalizando el almuerzo resonó, y Kuroko pudo despavilarse de golpe. Olvidando por un momento la presencia de Midorima, sino fuera el potente perfume, detectaría con facilidad su silueta aun sin verse.- lo siento, no lo tengo aquí, está en mi estuche de lapiceros y hoy lo dejé al salir temprano. 

 

- Entiendo, para mañana entonces.- se dio media vuelta.- creo que compartimos curso, así que yo te buscaré.- sin más, se fue a paso rápido. 

 

Y Kuroko pudo respirar. 

 

Aquel encuentro furtivo, lo percibió como un Nocaut de boxeador estampándolo directo al suelo, terminando por enfermalo más de lo que ya estaba. 

 

-¿Qué me pasa?- pensó Kuroko en voz alta, aún hecho bolita en la cama. La noche era plena, y el viento se filtraba en su ventana batiendo las hojas de su escritorio. Aquella experiencia se imprimió en su mente y el aroma en la piel. Olía con claridad resabios del peliverde impregnados en su uniforme. No tuvieron contacto, no se tocaron o estrecharon las manos; pero la increíble esencia flotaba alrededor suyo haciéndole suspirar. Luego, al despertar de su ensoñación, se jalaba los cabellos, y palmaba sus mejillas; volviendo en automático a su humor de cemento. Igualmente, le preocupaba su deplorable estado físico, cada día llegando al límite; cada día empeorando de distintas maneras posibles ¿Mañana que nuevo síntoma tendría? ¿Así es la evolución de una gripe? De seguro que sí. Decidió no alterar a sus padres, no por ahora al menos...si podía controlarlo, no había alarma.

 

De pronto su celular vibró, asustándolo desperdigando las pastillas por la cama. Deshizo su guarida de sábanas con patadas para sentarse cruzando las piernas; el mensaje de Riko detallaba un Sticker de Pocoyó saludando seguido de un "Yo no hice nada :'v ". 

 

Tetsuya: Al contrario, hiciste todo; ya no podré ir a la Preparatoria jamás. 

 

Riko: Alguien te habló, verdad?! :0

 

Tetsuya: ... si

 

Riko: Wiuu! Me lo dirás o tengo que adivinar??

 

Tetsuya: Biblioteca...

 

Riko: KHE? El chico horóscopo?? :I

 

Tetsuya: No digas eso por favor, te equivocas.

 

Riko: PERO KHOMO PASO ESO?? :O Cuenta!! con detalles sucios incluidos!! 

 

 

Kuroko mandó un audio de tres minutos explicando todos los pormenores del encuentro, exceptuando claro, su malestar consecuente de ello.

 

Riko: Baia Baia... entonces no te pidió tu número? O mencionó alguna cita? Te preguntó algo personal?

 

Tetsuya: Nop, sólo lo que dije. No hablamos mucho. 

 

Riko: Que te "buscará "en el salón... significa que en realidad sí está pendiente de ti, notó tu presencia antes, eso de que "un conocido me dijo" es mentiraa! Solo no quería sonar interesado, seguro es medio atorrante y Tsundere  xdd  No eres inexistente, no para él al menos... muy sospechoso Hay que hacer algo al respecto...

 

 

Tal vez pecaba de egocéntrico o iluso; pero Kuroko había tomado las palabras de Riko enserio; deseando fueran ciertas... que el peliverde tuviera interés en él, eso ya era mucho para su corazón. Aun si se lo negaba, asumiendo una postura madura; Kuroko seguía siendo un adolescente soñador, tomaría el riesgo a ilusionarse; prometiéndose, aunque no hubiese garantía, mantener contacto con el megane. Convertirse de alguna forma, lo suficientemente atrayente como para no aburrirlo, porque según Kuroko, aburrir a la gente no era difícil para él, mas bien era un don. Pero sus expectativas de mejorar podían llegar a ser mayores a sus inseguridades personales. Demostrar su autenticidad, su valía, esa era su determinación. 

 

Riko:  Aunque ni siquiera fue agradecido ni amable, solo te dijo "alguien más" el muy idiota!! Y tú no eres "alguien más"!!  No te ilusiones Tet y olvídalo, esos chicos son doble cara, no demuestran su verdadera personalidad, haciéndose de rogar como si fueran superiores ajjj!! debes buscar a alguien más sincero, amable e inteligente, sin miedo a demostrar sus intenciones contigo  

 

 

 Y  la determinación de Kuroko se fue por la ventana...

 

Por otro lado, en una conversación alterna, dos féminas entraron en modo locura tras cierto inconveniente que ponía en peligro un acuerdo con el mismo diablo llamado Presidente del Consejo.

 

Riko: TENEMOS PROBLEMAS!!!ASDFTHSKWHD

 

Satsuki: Tranquilaaa!! No me asustes!! Qué pasó??

 

Riko: A Tet se le acercó un tipo!! Y no es el manos de tijera !! 

 

Satsuki: El chico horóscopo??

 

Riko: SIIII 

 

Satuski: COMO PASO ESO???!! SI ES TETSU-KUN !!

 

Riko reenvío el audio de Kuroko a la pelirrosa. 

 

Satsuki: Y por qué te contó a ti primero y no a mí ?’’” me excluyen, me duelen , me lastiman...

 

Riko: Porque Yo tengo en parte culpa de eso !! Seguro te cuenta mañana

 

Satsuki: Ya le estoy preguntando y me esta contando jeje

 

Riko: COMO SEA!! Hay que hacer algo y rápido, que Tet se olvide de ese tipo, sino diremos bais a este mundo

 

Satsuki: AHH!! >.<  Esto...es malo, muy malo... debemos decírselo a "él" y que haga algo, no quiero enojar a Tetsu-kun 

 

Riko: Háblale tú! 

 

Satsuki: Neeh! Por qué yo?? :( me da miedo

 

Riko: Porque yo ya le mandé la foto ayer :I  además somos las nuevas "managers" del club de basket, ya deberías acostumbrarte

 

Satsuki: Corrección, recién vamos un día, no significa hablarle 24/7 ...pero ya es tarde, mejor mañana con mas calmita

 

Riko: NO ME MOLESTES! me mandas captura 

 

Satuski: Ay... bueno, reza por mi y dile a Dai-chan que lo amo <3

Pasadas unas horas de esa conversación, pareciera que el ánimo mermó, pues las muchachas informaron al cabecilla sobre un posible usurpador a sus planes románticos, y las descripciones del mismo. Ignorando los lazos amicales que compartían ambos jóvenes; en consecuencia, dejando al pelirrojo con el orgullo golpeado y un hueso difícil de roer... su propio amigo. Como si no bastara, asuntos seguían aglomerándose a la lista de pendientes de Akashi; la inserción de un nuevo integrante al equipo de basket, que dicha persona fuera además allegado al niño celeste y disputara enfrentamientos continuos con el miembro más temperamental. 

 

Aomine y Kagami eran chispa y pólvora a punto de explotar. Cuando presentaron al nuevo pelirrojo en el entrenamiento, por poco el moreno se la va encima con puños, gritándose mil lisuras inofensivas; entonces recordó la anécdota de Aomine sobre un "versus pendiente", aunque ello no justificaba sus violentas reacciones; había una sombra oculta en todo este drama ...y solo dicha sombra podía desencadenar la explosión.  

 

Al emperador no se le escapaba nada; a él no se escondía nada. Sus espeluznantes habilidades deductivas permitían tener conocimiento y control del entorno, asimismo, de sus propios amigos. Con un sutil temple de indiferencia (pura fachada) podía despistar sus verdaderos propósitos. Akashi sabía que al equipo de basket, sus amigos, les pasaba algo con respecto de alguien; los había visto personalmente teniendo imprevistos con este; había notado los ligeros cambios de su naturaleza Alfa al orbitar cerca. Incluso, dedujo la irrefrenable atracción que sentían e iba en ascenso, unos más obvios que otros. 

 

Sin embargo, el equipo desconocía la tremenda coincidencia... ninguno esperaba que los cinco chicos tuvieran interés en la misma persona; algunos lo gritaban a viva voz, como Kise tratando de besarlo en el pasillo hace mucho. Otros mandaban señales notorias, caso de Aomine retratando el rostro níveo en lienzo. También guiados por el instinto, cual Murasakibara activando sus feromonas en respuesta territorial. El resto, apenas descubrían su fijación, igual a Midorima "olvidando" adrede un lapicero. 

 

El destino iba tomando forma; una forma muy tergiversada e impredecible repercutiendo en los acontecimientos futuros.  Y al otro lado de la ciudad, Akashi sonrió con cizaña, apretando el celular en mano. El lo sabía todo. Definitivamente, las cosas se pondrían muy interesantes en adelante.  

 

 

 

*

 

 

 

*

 

 

 

*

 

 

Los exámenes transcurrieron sin novedad ni muchos contratiempos, dos días pasaron en parpadeos llegando así al penúltimo día de evaluaciones y la prematura euforia estudiantil de acabar con dicho martirio.El jueves,  cuando Kuroko arribó a la preparatoria, su resfriado no se había esfumado ni disminuido un poquito, estaba igual. Desde el lunes, su imagen era lamentable. Al despertar en la mañana, disponiéndose a alistarse, en su rostro solo podía percibir agotamiento, físico y mental; las cortas horas de sueño le pasaban una costosa factura, y su resfriado exigía intereses. Aunque no le molestaba traer esa cara durante el día, no tenía intención de impresionar a nadie en clases.   

 

Terminado de rendir inglés; a la hora del almuerzo, fue al encuentro con las chicas en los jardínes posteriores; no las veía seguido por estar estudiando y a penas conversaban. A sus reuniones se les sumó Takao, quien ya fraternizaba con ellas de forma fluida, se entendía muy bien con la pelirrosa, ambos efusivos y espontáneos en cada encuentro, desquiciando a Riko o bromeando a Kuroko. Estaban los cuatro sentados en el césped bajo la sombra de un cerezo; Momoi hablaba sobre la fiesta del sábado (pasado mañana) Riko la secundaba diciendo los rumores circulantes, que estas eran salvajes y nadie recordaba lo sucedido. Aun sintiéndose fatal, tratando de seguir el hilo de la conversación; Kuroko viajaba entre nubes, cargaba una felicidad tan obvia que literalmente lo tenía escrito en la cara; razón de un gesto poco convencional que tuvieron para con él. Nadie tomaba consciencia de ello, sus amigas ni que decir, pues su gripe la disimulaba a perfección.  Takao, por su lado, actuaba extraño, raro y algo errátcio.

 

Ayer, al culmino de clases, un tranquilo Kuroko acomodaba lentamente sus cuadernos, pensando si debía dejarlos en el casillero o llevarlos a casa; el adormecimiento muscular general derivado de la gripe absorbía sus pocas fuerzas, cansándole al caminar si cargaba peso demás; una debilidad patética...Kuroko fue atleta de gran resistencia, aceptaba estar fuera de forma, pero no era para tomar descansos cada 10 minutos de caminata. Ya había agotado sus analgésicos y las infusiones naturales sacadas de Internet. Nada. Seguía sensible, voluble a todo.

 

De repente su interior se sacudió, ansioso, frenético y salivante. 

 

 

Ahí estaba, nuevamente,aunque Kuroko haya adiestrado su temple; el aroma a  siempre terminaba consumiéndolo en deseo, podía distinguirlo aún sin ver quien lo emanaba.

 

Ahí estaba, otra vez, el peliverde de mirada seria, quieto cual roca; como si su sola presencia comunicara un mensaje.

 

Conteniéndose, Kuroko lo miró de soslayo, sin exhibir sus estragos internos; traduciendo al instante el lenguaje corporal contrario.- Cierto, aquí lo tengo.- dijo buscando el lapicero en cuestión. 

 

¿Eso sería todo? ¿No intercambiarán números?¿Dónde quedó el trato amable que esperaba recibir? ¿A dónde se fueron las ilusiones de una posible atracción mutua? ¿Así acabaría la "opotunidad de su vida"? 

 

Entregó el objeto a su dueño y la  distancia que iba separándolos se agrandaba entre ellos, la incomodidad era respirable.

 

Y Midormia lo resintió; lo tenía bien presente. Poseer una personalidad callada e imposibilitado en comunicarse sinceramente. Esa estúpida barrera de orgullo,disciplinada por un violento padre Alfa. Resistiéndose a expresar sus verdaderas emociones al resto, ni siquiera la amabilidad salía de su boca por miedo a la debilidad o demostrar inferioridad. Debía ser un Alfa. Sin embargo, compensaba su silencio con acciones, mínimas, pero gratificantes a quien sabe valorar de corazón. Ejemplo adquirido de padre Omega. 

 

- Ten.- tras recibir el bolígrafo, y con manos sudorosas, le alcanzó a Kuroko un libro cuyo título rezaba: "El Perfume" de Patrick Süskind.- Tiene un impecable estilo narrativo e ironiza la percepción de la vida; será agradable para todo lector. 

 

- Yo...- incrédulo, aceptó el libro con dudas, sin entender a qué venía ello.- ¿me lo está prestando?

 

- Considéralo un intercambio. Lo espero de regreso en dos semana ¿podrás? 

 

-¡Sí! no hay problema.- el peliverde asintió, dándose media vuelta.- Midorima-kun.- este se detuvo, girando su rostro hacia el menor.- gracias.- Kuroko le sonrió. 



 

Y ambos, en ese instante, fueron inmensamente feliz.



 

Salvo que, minutos después, el cuerpo de Kuroko se desbarató por completo, sus drenajes fallaron y un bochorno mortal lo cubrió con un manto rojizo en sus mejillas redondas. Su malestar le recordó que aún seguía torturándolo. 



- ¿Qué haces Takao-kun?- se removió un poco al ver cómo se le acercaba a olfatear  sus hombros, descendiendo por la espalda y rodear su costilla izquierda.- Es incómodo, siéntese bien.

 

-Tet-chan...-guardó suspenso llevando una mano a su barbilla, analizando su examen olfativo. Cerró los ojos por un momento y luego lo miró suspicaz.- ¿Podrías contarnos por qué hueles a ...SEXO?- la última palabra la gritó tan fuerte que el escaso alumnado alrededor se detuvieron a mirarlos.  


<<¿Eh? ¿Eso tiene olor?>>





 Si antes Kuroko era pálido, ahora era transparente.

 

 

 

-¡¿QUEE?!- las chicas gritaron al unísono, olvidando su conversación e imitando el actuar de Takao, olisqueando igual a sabuesos.

 

-¡Diablos Tetsu-kun!- la pelirrosa llevó sus manos a la boca, impactada.

 

- ¡Te lo tenías bien escondido, pillín!- Riko movía sus cejas.- De día una pero de noche otra.

 

-¿Qué les sucede a ustedes?- estaba dispuesto a irse, Kuroko se sintió ofendido ante semejante conclusión sacada de sus amigos, además no toleraba el escándolo.- Me voy, tengo clases. Cuando se calmen me hablan

 

- ¡MOMENTITO!- exclamó el azabache deteniéndole por el brazo.- ¡Ayer temprano me decías que estabas terrible, no podías vivir y que ya morirte nomas!

 

- ¡A nosotras también nos dijo eso!- dijo Riko

 

- Y lo estoy chicos, no les he mentido.-¿Acaso no notaban que se moría?  miraba a todos lados buscando un escape rápido, la situación era exageradamente dramática, poco sostenible, y refutar con ellos era una batalla perdida, nisiquiera dejarían espacio a su opinión 

 

- PERO en la salida te vi entrar al baño, y demoraste mucho para salir después  transpirando, medio lloroso y apenas caminabas ¿Qué me dices eh? ¿¿Acaso ya no respetas ni la prepa??.- golpe bajo. El peliceleste abrió sus ojos horrorizado, casi saliendo de las cuencas, y su rostro encendido de rojo  cual tomate maduro fue una rotunda "afirmativa" para los amigos.- E-enton-ces...Tet-chan...t-tú...- Takao aflojó el agarre.- dos y dos son cuatro.- contaba con los dedos.- cuatro y dos son seis...- jaló sus cabellos negros para atrás.- ¡AHH NO ENTIENDO NADA!! 

 

 

Las chicas se veían más perdidas que en una cocina, su cerebro explotaba sin remedio mientras un montón de algoritmos matemáticos flotaban en sus cabezas igual a un meme. Y Takao no ayudaba, había entrado en shock, tirado en el pasto con las extremidades extendidas formando una estrella.

 

El peliceleste percibía estática, su mente operó todo lo ocurrido rápidamente como calculadora, sumando las variantes conductas de Takao y dividiendo las burlas de las chicas; dando "syntax error" de resultado. Había algo que no cuadraba. 

Suspiró con pesadez ¿En verdad una simple gripe podía llevar a tantos malentendidos? 

 

- A ver, les explicaré, sólo...

 

- ¡Con detalles sucios por favor!- se enderezó el azabache, cortando al peliceleste.

 

- ¡Sii! Y exagerados.- apoyó Riko. 

 

- Nada de "detalles sucios", porque no los hay.- se mostró serio e imperativo; debía aclarar cuanto antes.-Efectivamente, ayer fui al baño porque me dolía la cabeza, mi temperatura había aumentado y supuse que me daría FIEBRE. Me refresqué con AGUA y terminé salpicando mi camisa. Como mis mejillas seguían rojas esperé un rato, pero fue en vano.- remarcaba palabras tomando aire.- ya tenía los OJOS IRRITADOS, no paraba de lagrimar al bostezar, y me dio escalofríos, por eso temblaba. Fin. ¿Contentos? 

 

- Ahh yaa....¿Y por qué olías a sexo?- dijo el azabache sin pudor. 

 

Face Palm

 

- Eso lo inventaste tú, Takao-kun.

 

- Neeh! Tetsu-kun, no puedes engañar a nuestras narices.- Satsuki le guiñó un ojo.

 

- Es inaudito.- murmuró ¿Acaso no escucharon su explicación?- ¿Y ustedes como saben a qué huele "eso"?

 

- Es algo difícil de entender Tet.- la pelicastaña lo tomó por el hombro.- es una cualidad de ellos que nosotros no heredamos. 

 

-Uy sí, nos ganamos la "lotería" fíjate.-  habló sarcástico el azabache.- diré lo mismo cuando llegue mi ce... ¡AUCH! ¡agresiva! 

 

-¡¡Shhh!! -le cortó Satsuki pellizcándolo.- etto, no cambiemos de tema, Tetsu-kun aún sigue sin hablar...

 

- Bueno, ya que Tet-chan disque está "muy malito".- se escogió de hombros haciendo comillas.- Y disque yo me lo creo... ¿No hubieras ido a la enfermería? Porque dudo mucho que estén fabricando jabones aroma a sexo y tú te bañes con ellos bien feliz.

 

- Takao-kun, no repitas esa palabra.- masajeó sus sienes, guardando calma.- y no fui a la enfermería al ser ya salida.

 

- En buena hora.- acotó Momoi frunciendo el rostro.- allí está Furihata de ayudante, hubiera terminado matándote a la primera, así que tienes prohibido enfermarte Tetsu-kun.- lo amenazó como madre.

 

- ¿Hasta cuándo seguirán con eso chicas? Kouki-kun es familia, ustedes lo conocen

 

- Y justamente porque lo conocemos te advertimos a ti.- sentenció Riko severa.- iremos donde Mibuchi-san, su padre es dueño de farmacias, y sabe respecto a primeros auxilios. 

 

Aprovechando los restantes minutos libres, los amigos se recompusieron, sacudieron el pasto de sus ropas y se encaminaron al pabellón de segundo año. En el trayecto, no midieron prudencia en gastar bromas al peliceleste, acusándolo de pervertido y altanero por hacer sus "cochinadas" en un baño escolar siendo menor de edad; y siendo más atrevidos, vacilándose con quién pudo ser el "suertudo" en desvirgarlo, armando hipótesis disparatadas que incluían un palo de escoba.

 

Aún si fueran sólo eso, bromas, a Kuroko no le causaba pizca de gracia...lo indignaban. Manteniendo su semblante estoico, distante al grupo, como si no los conociera; además  muy enfadado consigo mismo, su mala suerte de enfermarse y causar tales impresiones desenfrenadas. Ahora tenía más razones con mayor fundamento del porqué odiar su anatomía. No servía ni para resfriarse. A veces, últimamente a menudo, solía pensar que había nacido en un cuerpo defectuoso o incorrecto para él; y que ello sería su perdición absoluta en el futuro, costándole, tal vez, muchas penurias. 

 

Y tal vez así sea.

 

Antes de adentrarse al edificio de segundo, rodeando una de las canchas deportivas, un grupo de muchachos se entretenían jugando basket, al parecer un duelo amistoso. Kuroko pensó si esos alumnos no tenían exámenes que rendir, pues los veía bien entretenidos, hasta ajenos a los hechos educativos de la realidad. Personalmente, él nunca jugó basket en su corta vida, le parecía en extremo agresivo, de contacto violento, mucha presión y capacidad sobrehumana. Pero allí estaban; pasando la pelota, rechinando sus zapatillas; el sonido seco de pisadas rápidas; encestadas improvisadas; y un balón salido de ruta directo a ellos.

 

Todo sucedió rápido. El balón viajaba a la velocidad de un rayo hacia Momoi, quien se cubrió el rostro asustada; entonces, en un reflejo inesperado, Kuroko estiró el brazo sobre su amiga, refrenando el impacto con la palma de su mano, así cambiando la trayectoria del proyectil en otra dirección. 

Los amigos enmudecieron, confundidos e impresionados, sin entender como de pronto la pelota terminó del lado opuesto suyo en un parpadeo. Luego se miraron entre sí, nadie decía nada, con la boca abierta como pescados y las manos aferradas a sus pechos.

 

 

-¡Woow! ¡Eso fue mega archi súper  fantaastico bro'!Ni siquiera noté cuando desviaste, fue como ¡BAM! ¡Buen pase!

 

Rompiendo el ambiente de manera estrepitosa, un chico rubicundo demasiado animado  apareció ante ellos, tenía unos colmillos sobresalientes y no traía camisa del uniforme, la reemplazaba la camiseta del equipo oficial de basket. Hacía rodar el balón por sus hombros para luego girarlo en su índice. Una personalidad, a simple vista, enérgica, extrovertida, rayando en lo infantil.
Kuroko le detectó un aroma amaderado combinado en sudor...y por desgracia, lo conocía...¡cómo no olvidarlo!.. si fue gracias a un despiste o confusión  suya que el peliceleste se ganó un problemón hace una semana entre dos potentes "luces". 

 

Lo había juzgado mal al creer que podría cumplir un rol de intermediario: entregar unos chocolates a la persona correcta por el simple hecho de ambos ser titulares...así de sencillo... Pero Kuroko justo recibió la llamada desesperada de Momoi abortando la misión, entonces le dio la espalda un segundo al rubio para contestar tranquilo...sólo un pequeño segundo...y tras cortar la llamada, cuando volteó dispuesto a cancelarle, Hayama Kotaro ya no estaba. 

 

-¡¡Ohh pero si yo te conozco!!- detuvo el movimiento del balón y lo apuntó acusadoramente.- ¡Tú eres el fanboy de la otra vez! 

 

Un Crack sonó en la mente de Kuroko.

 

- ¡¿Fanboy?! ¿ A qué se refiere Taro-chan? Tet-chan le gusta guardar secretos.- Takao le habló en confianza, al parecer eran cercanos.

 

- ¡Nosotras también queremos saber Kotaro-kun!- agregó Momoi. Cierto, Kuroko no les contó "ese hecho" por estar discretamente molesto con ellas al abandonarlo ese día. 

 

- Pues miren, todo comenzó una tarde de verano...

 

- Mucho gusto Hayama-kun, pero tenemos asuntos pendientes, permiso.- Kuroko detuvo lo que pudo ser una "gran historia";empujando por la espalda a las chicas y llevando aTakao de la mano.-  Mibuchi-san nos espera.

 

- ¡¿Eh?! ¿Buscan a Reo-nee?- bloqueó el avance del grupo poniéndose al frente. Por alguna razón, su perfume corporal agarró volumen al mencionar el nombre del mayor; sus ojos verdes destellaron estrellitas, ensanchando una gran sonrisa anhelante, casi...enamorada.- ¡Yo los acompaño! ¡Sé dónde está!.- movió su nariz como ratoncito, y en seguida fue el primero en avanzar.- ¡Vamos, Reo-nee le encantará verme! Digo...vernos, jeje! 


<< ¿Y a este quién lo invitó?>> pensó Kuroko. 

 

No demoraron en encontrar al susodicho, en verdad Hayama no mintió al saber donde estaba; a penas doblaron una par de esquinas y dieron con el objetivo;  aunque la situación fue...embarazosa, se ganaron de lleno una escena muy personal que a cualquiera le hubiera enfadado la interrupción o en sus casos, dejar sin aliento. Efectivamente, un chico cabellera oscura y mirada coqueta, recostado en el hombro de otro estudiante que leía un manga; susurrándole algo al oído que inmediatamente lo sonrojó. Sentados en el suelo entre dos máquinas dispensadoras; una atmósfera privada, melosa hasta seductora; el azabache le giró el rostro al peligris, llamando su atención, cruzaron miradas y... se besaron.

 

Quizá fuera la gripe o la empatía natural de Kuroko; pero juró percibir una sensación de angustia mezclada con tristeza saliendo de Hayama por los poros, su aroma, por extraño que parezca, había cambiado, más amargo e insípido. Su alegría se esfumó lejos; este fruncía los labios, apretando con rudeza el balón; apartando la vista de ellos, una forzada negación a su cerebro lo que sus ojos observaban

 

- Ehm...- Riko carraspeó despacio la garganta.- esas cosas no se hacen aquí Mibuchi-san.- moldeó una sonrisilla pícara. 

 

 

Despegándose, la pareja se enfocó en los recién llegado.

 

-Es por eso que lo hacemos Riko-chan.- el azabache limpió resabios de saliva con su manga. Se paró, acercándose al grupo en un andar femenino.- el peligro de ser descubierto vuelve todo más disfrutable.- y guiñó un ojo a Hayama. 

 

- ¡Adelante, con confianza! yo también lo hago, les recomiendo los baños del gimnasio de volleyball.- acotó Takao emocionado.

 

- Ya fuimos allí, aunque hay mucho eco.- reflexionaba Reo.

 

- Entonces la sala de conferencias extra, solo la usan cuando vienen delegaciones exteriores.- apoyaba Momoi nuevas ideas. 

 

- Esa también! sus asientos son acolchonados, pero la iluminación es demasiada. 

 

- Oh rayos, ¿ Y ya probó...

 

-¡Ya cállense!- gritó el skater iracundo, retomando las miradas de todos.- ¡Me desesperan! Nadie quiere enterarse de esas pendejadas, ni dónde cómo cuándo o con quién carajos sea ¡Arghh! ¡Son MIERDAS, nada más! 

 

Momento incómodo. 

 

Impactadísimos. Nadie pareció comprender el arrebato de Hayama, solo alzaron sus cejas interrogantes y le restaron importancia, tachándolo  de bullicio y acomplejado, la usual personalidad del rubio; pero Kuroko leyó lo implícito, esos insultos cargaban doble sentido; no se puede callar los sentimientos; puros e innegables Celos. 

 

- Qué molesto.- en voz calmada, se pronunció quien se mantuvo silencioso hasta el momento. Esa mirada grisácea; extremadamente fría, colmando indiferencia y carente de afecto; si no fuera por el color y la altura se confundiría por Kuroko.- Me voy. 

 

- ¿T-tan pronto Hiro-chan?- este asintió.- bueno, te busco luego.- el azabache mayor besó la pálida mejilla. 

 

- Un gusto verte Chihiro-kun.- saludó Kuroko a su pariente. 

 

- Tet.- dijo simple respondiendo al saludo, alejándose a paso firme del grupo 

 

- ¡Espera! No me digas que tú eres el adorable primito de Hiro-chan?!- Mibuchi se vió sorprendido, para él, Kuroko era la versión tierna y pasiva de Mayuzumi.- Mírate, Hiro-chan me comentó de ti, eres más lindo en persona ¡Hasta estas rojiito!- se aguantaba las ganas de pellizcar esos cachetitos.  

 

- ¡Ah poco sí! ¡Tetsu-kun es muy apretable!

 

- ¡ Y ya perturbaste con indecencias la mente limpia de Tet-chan !- refutó Takao, abrazando al peliceleste 

 

 

El pelinegro mayor cayó en cuenta, rodeando su rostro con las manos; esa no era la primera impresión que deseaba dar a su "cuñadito".- ¡Ay lo siento! No  siempre soy así como me viste, mi persona es más responsable y seria normalmente; solo...olvídalo sí?.- se sonrojó. 

 

-Lo suprimí de mi mente al instante, no se preocupe Mibuchi-san. 

 

- Je...je gracias.- respiró tranquilo.- Entonces, cambiemos de tema ¿por qué estamos todos aquí mirándonos la cara? ya me perdí... 

 

- Se lo íbamos a decir antes Reo-nee, pero como estaba muuy ocupado...- respondió Hayama aún resentido, resaltando lo obvio.- lo que queríamos es....- miró a los amigos descolocado, ladeó la cabeza y se llevó un dedo al mentón.-...Etto ¿qué querían?...  

 

Y antes que se fueran de nuevo por las ramas, Kuroko tomó la palabra.- No me encuentro muy bien de salud Mibuchi-san, desde hace una semana estoy resfriado. Le comenté ello a Satsu-san y Riko-san refiriéndome que usted tiene cierto conocimiento en ciencias médicas y tal vez podría ayudarme. 

 

- Ohh, claro, lo que necesites Kuroko-kun.- sonrió Reo. Cerró sus ojos, adquiriendo una postura solemne y analítica, repasando el inventario completo de una farmacia.- Probablemente has estado consumiendo antigripales básicos, en exceso tiene efectos adversos prolongados.- << esos explica todo>> pensaba Kuroko.- si quieres sanar rápido requieres clorfenamina y fenilefrina,  tengo un par de dosis en la enfermería de segundo año, puedo dártelas sin problema, querido.  

 

- Estaría muy agradecido Mibuchi-san.- hizo una venia.- Mañana evaluarán química y debo estar repuesto. 

 

-Eh-h no es para tanto, tranquilo, iré ahora mismo para...- el eco del timbre anunciando el siguiente bloque los alertó asustándolos.- ¡Rayos! ¿Qué curso les toca ahora? Tendré reunión del comité hasta después de la salida, no podré ir al pabellón de primer año y buscarlos chicos ... 

 

- Nosotras tenemos álgebra, no se permite ni salir al baño.- las chicas estaban inquietas, debían irse ya.- Tet tiene examen de historia mundial todo el bloque...  

 

- ¡YO TENGO EDUCACIÓN FÍSICA Y SOY DE PRIMERO!- un emocionado rubio gritó alzando su brazo de voluntario.- puedo escaparme, acompañarlo a la enfermería Reo-nee, y luego doy alcance a Kuro-chan en su salón.- sonreía con los dientes, orgulloso de su plan perfecto, esperando impresionar al mayor.- ¡Listo, pan comido!

 

 

Con la urgencia del tiempo y sin muchas opciones, los jóvenes no tan convencidos terminaron aceptando el plan maestro de Hayama, aun dudando si era buena idea confiarle dicha tarea a cumplir. Kuroko ya tenía experiencia en ello, el rubio era un peligro público andante en cada cosa que hacía. Encomendarle su salud e integridad física daba espacio a muchas inseguridades. Sin embargo, esta Mibuchi, quien escogería la medicación sin errores de por medio; únicamente, el rubio sería mero transporte. Eso le tranquilizaba.

 

El grupo se dispersó a sus labores estudiantiles. Las chicas al pabellón femenino; Kuroko a su examen y los restantes a la enfermería. 

 

 

Volvieron a correr los minutos, siendo horas y pronto llegar a la salida. En múltiples ocasiones,al peliceleste le hincaba un bichito en su siempre acertada intuición; de hecho, estaba preguntándose si alguna extraña alineación planetaria le mandaba señales cósmicas espacio-tiempo entre los acertijos de su revuelto examen; pues no podría ser casualidad el refrán que leía sus ojos y pedían interpretar: "La intuición es el susurro del alma" - Krishnamurti 

 

A Kuroko no le susurraban, le estaban gritando con megáfono un ferviente peligro próximo.

 

Faltaban 30 minutos para acabar el examen; había pasado hora y media que inicio; sin embargo la cabeza rubia de Hayama no se asomaba por ningún lado. Se suponía que vendría inmediato, se marchó con Mibuchi ni bien tocó el timbre y el camino entre pabellones son diez minutos. Para esas alturas Kuroko sudaba a ríos; pensando en cada escenario posible la demora del Rey sin corona. Tal vez se le cayó. Tal vez se la comió confundiéndola por un dulce. Tal vez la vendió. Tal vez la cambió jugando canicas...tal vez mil cosas. Sabiendo que exageraba, el peliceleste palmeó sus chaposas mejillas; no es como si la pastillita se tratara de una droga o algo por el estilo, era analgésico común de una enfermería ordinaria.

 

Hablando del Diablo; Hayama le hacía señas por la puerta trasera desde fuera, batiendo en el aire un pequeño sobre platino. 

 

Sin necesidad de pedir permiso, Kuroko se escabulló sigilosamente por detrás. Caminaron unos metros alejados del aula, y por fin le entregó el blister.

 

- Gracias Hayama-kun.- apretó el paquetito seguro.- me preocupaba su demora. 

 

-Lo siento Kuro-chan.- rascaba su nuca apenado.- me crucé con unos amigos y nos quedamos conversando unos pendientes jeje  Reo-nee dice que la tomes cuando vayas a dormir, solo basta media pastilla y mañana andarás dando brinquitos.

 

- De acuerdo, agradezca a Mibuchi-san de mi parte. Y disculpa por ocupar su tiempo. 

 

-No es nada Kuro-chan, para eso estamos, además por Reo-nee haría lo que sea.- sonrió nostálgico.- Bueno, nos vemos Kuro-chan.- salió trotando despidiéndose con la mano  

 

- Adiós.- sin más, volvió al salón. 


*

 

 

 

*

 

 

 

*

 

 

 

Tokio, una ciudad sin verso o poesía, pero abundante en frenéticas prosas. 

 

 

El reloj rebasaba la medianoche, y la ciudad respiraba su ánimo vital, presumiendo arrogante los vicios humanos que causaba sus atracciones de fluorescente neón. Estaciones vacías daban sus últimos recorridos, desplazadas por automóviles pomposos de acelerados motores, rugiendo entre ellos por quien domaba a la gran ciudad.Un viento glacial impetuoso surcaba avenidas, plazas, callezuelas desoladas, avisando al paso su temperatura descendente. Jardines urbanos despertaban a sus flores, meciéndose renacidas ante las brisas nocturnas. Muchas personas, amantes o furtivos,  disfrutaban la confidencia y el buen vivir de la noche. 

 

Deslizándose diestramente sobre vías adoquinadas, un joven skater saboreaba la adrenalina a gran velocidad. Atravesando caminos sinuosos, imprevisibles ondulaciones, con el viento golpeando si piel; él, sosegado, solo podía mirar al fondo de la ruta, y recordar.  

 

¿Desde cuándo tenía esos sentimientos? No supo dar respuesta, parecía haber nacido con ellos; descubrirlos al encontrarse aquella mirada traviesa y presuntuosa que arrebataba su pulso. Estaba enamorado, de pies a cabeza; le valía hectáreas de mierda quien le llevara la contra; no le importaba si su anhelo le rechazara sin piedad y con crueldad, él estaría ahí, eterno enamorado. Para Hayama Kotaro, estar enamorado de su superior, Mibuchi Reo, era una experiencia agridulce. El azabache podría pedirle utilizar su cordura de sombrero y él cedería gustoso.  

 

Frenó en seco al estar frente a casa. Sentándose en la vereda, conectó los audífonos al celular, colocando una canción y sacó unos cigarrillos guardados específicamente para su hora sad. Se le hizo costumbre escaparse a esas horas, recorrer las calles vacías le otorgaba libertad a su atolondrado espíritu y frustrado corazón.

 

Miró al final de su calle, la última casa de color hueso y tejas japonesas. Antes se escapaba más temprano, desde niño en realidad, yendo a jugar con el omega más lindo del mundo, bueno, de su mundo, así sonaba mejor. Ahora, ya crecidos, Reo apenas lo recibía en la puerta, visteando sus mensajes o ignorándolo olímpicamente en clases. Eran vecinos de años, fueron a las mismas escuelas, compartieron cumpleaños; fueron su "primer beso" el uno del otro... sin embargo, aún así, cada vez lo sentía más alejado a su noble afecto. Tantas atenciones, detalles, y mensajes de madrugada hastiaron al educado Omega, ya no eran niños, no jugarían a "Los Destinados" fuere Hayama un Alfa puro o no. Porque Mibuchi había encontrado a quién amar incondicionalmente, y ese era Mayuzumi; solo a él le dedicaba su hermosa e hipnotizante esencia de claveles. 

 

  - Qué hice mal Reo-nee...

Haberlos visto besándose en la mañana no era novedad para el skater; Reo solía publicar fotos de ellos juntos por todos lados; incluso se las mandaba directamente , con obvias intenciones maldadosas, pues sabía muy bien los sentimientos de Kotaro.

 Verlos así, ver al azabache tan feliz sin él en su vida, era una daga profunda de doble filo.

Y Kotaro lo amaba a pesar de no querer hacerlo. 

 

Aplanó el resto del cigarro al pavimento, era hora de entrar, pues la luz del cuarto de Mibuchi se se había apagado. Enganchó el skate a la rama del árbol que colindaba con la habitación del rubio; en dos brincos ya estaba encima abriéndose paso por la ventana; recogió su skate y finalmente estuvo en casa como si nada. 

 

Se desprendió de la ropa, quedándose solo en boxers y acostándose en la cama. Reflexionando la posibilidad de boicotear la relación del azabache o mínimo, dejar mal plantando a ese peligris cadavérico. Tal vez Kuroko sepa cosas de Mayuzumi que el propio Mibuchi ignora; esa idea lo animó tanto que su depresión se esfumó transformándose en predisposición. Tenía un as bajo la manga, y no dudaría en utilizarlo el sábado en la fiesta, contando por seguro que la "pareja" iría. ¿Comó sería Mayuzumi sin ese semblante aburrido? ¿Podría volverse eufórico al punto de desilusionar a Mibuchi? Una pequeña pastillita podría absolver esas dudas, aquella que Hayama le compró a Haizaki en la preparatoria. Recordó entonces que la había olvidado en su pantalón de uniforme. Una pastilla de esa clase no podía estar por ahí paseándose.

 

Se escurrió de las sábana, yendo al closeth y urgando sus bolsillos. Palpó el envoltorio, extrayéndolo del fondo; rompió el papel protector revelando el contenido. Entonces Hayama rió; primero en una carcajada, luego risitas suaves y terminó en una espantosa mueca de horror.

 

 

- ¡LA PUTA MADRE! 

Sudó frío.Rápidamente cogió su celular, tecleando con temblores el número de Takao, esperando que este no se haya dormido.

 

-¿S-sí?- una adormilada voz respondió al otro lado. 

 

-¡Necesito el número de Kuroko o de sus amigas ahora!

 

-¿Q-qué? Kotaro-chan, qué hablas...

 

-¡QUE ME PASES LOS NÚMEROS! ¡ES DE VIDA O MUERTE! 

 

-¡Yaaaa, no grites! ¡Respira hombre! te los mando por whatsaap 

 

- ¡Lo siento pero no hay tiempo! Tú llama a las chicas y diles que se contacten con Kuroko o sus padres; qué Kuroko NO TOME LA PASTILLA 

 

- ¿El antigripal que le dio Reo-chan? ¿ Qué tienes oye? te fumaste algo seguro.

 

- ¡Solo diles lo que te dije! 

 

- Pero qué sucede, no entiendo, a estas horas ya todos están durmiendo...

 

- ¡ARGH! ¡Es porque no es un antigripal!- se jaló los cabellos sin saber qué decir o hacer. si dirección se enteraba lo expulsarían. Aunque la dosis no era mortal, podría causar estragos en alguien ya enfermo.- ¡OLVÍDALO! ¡Pásame los números!- cortó la llamada. 

 

Se sentó en la cama, moviendo los pies con notable ansiedad. Volviéndose a parar, caminaba por la habitación marcando el número de Kuroko. Apagado. Marcó nuevamente. Apagado. Llamó ambos números de las féminas. Casilla de voz. 

 

¿Qué demonios haría? ¿Cómo explicarle al resto que no era un antigripal? Reconocer haberse confundido y arruinarlas a lo grande. Solo le quedaba arrodillarse, rezar a todos los Dioses en todos los idiomas que Kuroko no experimentara más allá de sueños extraños y sudoración excesiva. Era una dosis, nada mortal ni riesgosa u ofensiva; incluso sería media dosis gracias a las indicaciones dichas al peliceleste creyendo ser el analgésico ordinario. Sí, eso era, no había de que preocuparse, creo.  

Kuroko Tetsuya, quien dormía plácidamente en la seguridad de su cama, habiendo estudiando por videollamada con sus amigas hasta las cero horas, olvidando cargar su celular apagado. Ingirió la solución a sus problemas antes de acostarse, tal como se lo indicaron; pareciéndole entretenida la presentación de la pastilla; color rosa y un grabado de corazón. Tal vez era diseñada para niños. 

Desentendido, entrando a la faceta de sueño REM, su cuerpo reaccionó al intruso alucinógeno difuminándose en su sangre, adhiriéndose a su sistema.

 

 

Era Éxtasis. La droga de la euforia. 

 

Y mañana, al despertar, Kuroko conocería el porqué del nombre en la peor manera posible. 

 

El rebrote del extraordinario e inusual cuadro clínico: Síndrome H   

 

Notas finales:

Holaaa Amiwos!!! Aquí reportándome con ustedes en un capítulo más :')

Ahora, sí...

 

AHHHHHHHHHHH!!!! MAI GOODNESS!! QUE ALGUIEN DESPIERTE A TETSU!! 

Nuestro bello Kuroko tiene una suerte DI-VI-NA

¿Qué pasará? ¿Qué misterio habrá? Puede ser mi gran noche ????

Hablando del capítulo...lo sé me demoré, soy una basura :(  tengo clases virtuales y eso drena mi energía...

Pero bueeno, admitiré que salió mucho mejor de lo que esperaba, literalmente me duelen los brazos por estar encogida en la laptop y el celular xdd

Me he dado cuenta que Tetsu es muy influenciable, miren que Riko desmotiva al pobre sobre su crush con Midorima sólo para espantarlo de Akashi...eso no es de amigos :(( 

Además mi corazoncito no puede con el dolor de Kotaro (shoro) a veces Reo es media p*rra, presumir su relación en sus narices (A quién no le ha pasado u.u ) 

¿Ustedes que harían si fueran Hayama? Aparte de no confundir un antigripal con Éxtasis  -LOL- siempre matándolas a lo graaande 

En el próximo cap se viene lo bueno!!!! TEIKO VA A ARDER!! 

Los quiero a todos!! Gracias por leer este rinconcito, Gracias por su apoyo. Si tienes dudas pueden decírmelas  :)  le dan sentido a mi triste vida jeje

Nos leemos!! :DDDDD


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