8.- Dueño
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Si a Harry le hubieran dicho, quizás hace tres años que algo como esto pasaría, no lo hubiera creído para nada, le hubiera emocionado, pero no más que eso. Si se lo hubieran dicho hace un año, hubiera dudado de ello, quizás lo hubiera creído después, pero incluso, si se lo hubieran dicho hace una semana, lo hubiera puesto en duda, pero tener a Severus, mirándolo irritado, sosteniéndolo de la solapa, tratando de elevarlo de manera infructuosa, mientras le reclamaba, sin ningún argumento, que había estado "coqueteando" con las chicas del equipo de porristas.
¿Esto era verdad?
¿Desde cuando Severus se mostraba celoso por él?
No es que la cosa le desagradara, de hecho, era increíblemente excitante que algo como esto estuviera pasando. Demasiado tiempo esperando por esto, como para que lo desaprovechara. Después de todo, ya todos en Hogwarts sabía que ellos eran destinados, de hecho, sabía que había una lista ilegal de apuesta circulando por todos lados, apostando quien daría el primer paso, o a que edad Severus se rendiría con Harry y terminaría aceptándolo.
Pero no, nunca pasó por su cabeza que Severus le estuviera haciendo una escena de celos. Este no era su Severus, para nada.
Lo bueno es que Severus era Severus, así que no armaría un escandalo en algún lugar público. Había esperado, tieso como estaca junto a la puerta del despacho, a que Harry fuera como cada día para pasar un par de minutos juntos en la mañana antes de empezar las clases. Tres años después seguían con lo mismo.
-Severus, no he estado "coqueteando" -dijo elevando las manos en señal de rendición.
-Sé que es así, lo vi -dijo apretando los puños y el entrecejo más arrugado que nunca, el cuerpo le temblaba mientras se trataba de controlar.
-¿Qué sucede? -preguntó Harry preocupado, una cosa era que estuviera disfrutando de esto, pero ver a Severus mal no era para nada lindo-. Ey, Severus, yo no te engañaría, nunca -dijo sosteniendo sus manos, pero entonces lo notó, el cuerpo de Severus hervía. Con algo de valor se impulsó hacia adelante y pego su frente con la de un sorprendido Severus y ahí estaba, su profesor tenía fiebre.
-Aléjate -dijo Severus soltándolo y casi trastabillando al retroceder.
-No, espera, estás enfermo -dijo sosteniéndolo de los brazos-. No debiste venir a trabajar así.
-No estoy enfermo -dijo desviando el rostro, sentía que las manos de Harry le estaban quemando a través de la ropa.
-Estás hirviendo y vez cosas -dijo negando con la cabeza, pero entonces un dulce aroma que nunca había sentido le llegó de golpe, obligándolo a cerrar los ojos para disfrutar de la sensación.
-Sal de aquí, Potter -dijo el mayor soltándose del agarre de Harry y corriendo a su escritorio, sabía que le pasaba, el maldito celo le había llegado y con su maldito destinado al lado, no podía tener más mala suerte. Buscaba en los cajones las pastillas y cuando abrió la boca para tomarlas su mano fue sujetada, mientras su rostro era girado a un lado para luego ser besado con desesperación. Estaba resistiéndose, no quería que esto pasara, no así ni en ese lugar, no con Harry perdiendo los sentidos por las feromonas que estaban envolviendo el lugar, tenía que tomar esas pastillas, ya. Se volteó para poder besar a Harry con fuerza, una idea había pasado por su cabeza y era su única salida justo ahora. Oh, si el mocoso quería un beso, le daría el mejor, maldita sea.
Harry sentía que, literalmente, sus pulmones estaban quedando sin aire, no era consciente de nada más que los labios de Severus contra los propios. Podía sentir en sus manos la estrecha cintura del hombre con la tela de por medio, quería más, necesitaba más, pero el aire le estaba faltando.
Severus actuó de manera en el momento que Harry se separó de el para tomar aire, él se tomó las pastillas y las tragó en seco. Tenían que servir. Abrazó a Harry por el cuello, manteniéndolo en su lugar.
-Severus, demonios -trataba de salir del abrazo, quería más, mucho más.
-Tranquilos -le dijo al oído, él mismo se estaba conteniendo, todo su cuerpo le rogaba por abrirse ante su alpha, pero no sería así y mucho menos ahora.
-Severus, suéltame -no podía ser. Harry, involuntariamente, había usado una voz de mando en Severus, las feromonas los estaban controlando y Severus no se pudo negar a esto.
-No hagas esto, te vas a arrepentir, Potter.
-Caro que no -dijo casi con la vista nublada-, ya me has hecho esperar demasiado, Severus, es hora de que me obedezcas.
-No eres mi dueño.
-Sí lo soy -dijo acercándolo por la cintura-. Bésame, Severus.
El hombre mayor trató de resistirse, pero el mandató en voz de Harry le estaba obligando, no quería que Harry lo tomara en ese lugar, muchísimo menos así, sería una violación y Harry no soportaría esto.
Besó al joven con cuidado, poniendo las manos en las mejillas de Harry, sentía como poco a poco su cuerpo se iba relajando, las pastillas por fin estaban haciendo efecto, se suponía que eran de efecto inmediato, pero al tomarlas en seco, estas llegarían más lento a su estómago.
Demasiado tiempo ya estaba pasando, pero sabía que de un momento al otro…
-Oh, maldición -Harry se separó de Severus horrorizado. Sentía que sus sentidos se volvían menos nebulosos -Yo hice.. yo te…
-Calma, ya estás bien -dijo Severus, abrazándolo contra su cuerpo, demonios, eso había estado demasiado cerca, Harry estaba casi sollozando. Sabía que había actuado bien, Harry no era el típico Alpha que hacía uso de su poder con todo omega que se pasara por delante, mucho menos con su pareja, algo como esto lo destruiría para siempre.
-Lo lamento, tanto, Severus -dijo ocultando su rostro en el cuello del mayor.
-Ya te dije que está bien.
-Te obligué.
-Tranquilo, respira -le dijo dándole golpecitos en la espalda-. No deberías de haber pasado por esto.
-Demonios, Severus, no me tengas pena -dijo saliendo de su refugio-, fui yo quien casi te viola -dijo mirándolo a los ojos.
Severus negó con la cabeza y besó a Harry, lento y dulce para calmarlo, ya después volvería a ignorarlo como antes, pero Harry necesitaba calmarse antes de salir a las clases.
Vaya dueño que le dio el destino.
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Fin