Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El latido por Sabichii

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son todos propiedad de Dc Comics. 

¡Gracias por leer! 

Para su suerte, la mansión era lo suficientemente grande como para no ser visto al salir. Hizo lo primero que se le ocurrió, que no fue otra cosa que salir volando por la venta, si tenía suerte y podía regresar sin contratiempos, podría decir que se perdió en los laberínticos pasillos de la casa o simplemente no regresaría y diría que no quería molestar. 

 

Cruzó la ciudad de Gotham buscando la causa de que Batman fuera requerido, no le costó mucho después de lograr ver el Batmóvil aparcado por ahí. Un par de calles más allá estaba Batman deteniendo al pingüino mientras muchas más personas huían de lo que parecía ser una fiesta de la alta sociedad. Quería bajar y ayudar, pero todo estaba ya bajo control, quizá había llegado demasiado tarde. 

 

—¿Superman? —Una vocecilla conocida sonó detrás de él. Se giró para poder ver a Robin parado sobre la pequeña terraza — ¿Qué haces aquí? —Su pregunta era más una duda que una interrogación molesta, como lo podría haber dicho Batman. 

 

—Estaba por aquí y pensé en… 

 

—¿Qué haces aquí? —Esta vez la pregunta sí le causó un cierto escalofríos, pero cualquier cosa podría cambiar de dulce a aterradora cuando era Batman quien la estaba diciendo. 

 

—Estaba por aquí y… 

 

—Nadie te ha dicho que vengas —Casi podía escucharlo gruñir bajo la máscara. Era tan idiota, a pesar de que sabía que nunca era bien recibido por el otro, no podía evitar meterse en sus cosas. 

 

—Venga, hombre, es Superman —La voz más infantil interrumpió el breve silencio de incomodidad, haciendo que los dos mayores lo miraran — Superman puede ir donde quiera —Y lo vio cruzarse de brazos en una especie de protesta que se le hizo adorable, sin embargo, el otro no parecía ni lo más contento porque se dio la vuelta con la intención de dejarlos, mientras que Robin le hacía caras raras como disculpando la actitud de ¿Su padre? ¿Tutor? Ni siquiera podría imaginarse a Batman siendo padre.

 

Aunque pensándolo mejor, si Batman tenía un hijo eso significaba que detrás había una esposa, una familia y demás. Nunca se sintió tan estúpido pensando que pudo haber conquistado a un padre de familia. Quizá debería dejar de meterse en asuntos que no le importaban y regresar a la mansión con Bruce, al menos él sí parecía prestarle atención, y, lo que más le importaba, tenía una oportunidad de algo. 

 

Escuchó el latir del corazón de Batman, estaba en ese momento desbocado. Por la acción, tal vez. Sin embargo, no podría estar más equivocado, por la mente de Bruce solo pasaba la imagen de Clark, por un momento había olvidado lo que sucedió la otra noche ¡Maldición! Todo era una especie de maldito espiral, jugar con Clark, pero ser un capullo con Superman. Estaba terriblemente tentado a decirle la verdad, en el fondo sentía que jugaba con uno y con otro. Suspiró. ¿Y si a Clark no le hacía gracia el secreto? Porque estaba ocultando el hecho de que sabía que él era Superman, pero lo importante era ¿Superman estaba bien con Batman? Siempre fue lo suficientemente tosco con todos como para no ganarse la amistad ni confianza de nadie ¡Oh, dioses! 

 

Era mejor callar, mientras Clark menos supiera, menos tendría que explicar y arrepentirse. No se dio cuenta que sus pensamientos le habían detenido hasta que Robin chocó contra él de espaldas. Lo miró con el ceño fruncido pero este lo ignoró porque simplemente seguía despidiéndose con la mano del hombre de acero. 

 

—Deberías invitarlo a la cueva algún día. 

 

—Totalmente denegado. 



Clark regresó a la mansión, entró de manera furtiva de nuevo al dichoso comedor, que para su suerte, seguía vacío. Tampoco había visto a nadie más entrar, porque claro, antes se aseguró de que nadie más estuviera cerca, solo vio merodear al mayordomo pero no le pareció el mayor de los problemas. Así que estaba allí, observando el fuego de la chimenea como si fuera lo más interesante de la habitación cuando la puerta abriéndose lo hizo saltar. 

 

Allí estaba Bruce, con una de esas sonrisas suyas y un adolescente que recordaba haber visto varias veces en los artículos de farándula junto al mayor. 

 

—Lo siento por lo de antes — Bruce se disculpó, mientras que entraba a la sala con el chico — Lamento que sea de esta forma, pero supongo que pasaría, después de todo… —La sonrisa del niño parecía burlarse de su tutor, pensó en ese momento cuánto estaría acostumbrado el niño a ver desfilar amantes de aquí para allá y si también pensaba de él de esa manera — Este es Richard, mi eh, hijo —Luego su mirada pasó al pequeño niño que estaba mordiendo los labios intentando ahogar una pequeña risa —Este es Clark. 

 

—Es un placer, Clark —Su voz salió demasiado animada para ser una simple presentación. Su mano agarró la suya con fuerza y diría que hasta emoción, moviéndose de un lado a otro si no fuera por un toque de Bruce que lo detuvo —Puedes llamarme Dick, en realidad….

 

—Es que… — Bruce interrumpió al niño, sabiendo de antemano lo mucho que esa presentación podría alargarse si lo dejaba— Si algo malo pasa en la ciudad no me gusta que esté solo por ahí y… 

 

—Lo entiendo —Le sonrió al niño de vuelta que no paraba de mirarlo fijamente —Eso es lo que haría cualquier padre, supongo —Miró de vuelta a Bruce, por un momento aquella acción se le antojó adorable, bastante diferente a lo que Batman hacía. Nunca se podría imaginar que Bruce fuera una especie de padre protector o algo parecido. 

 

—¿Entonces es verdad que conoces a Superman? —Allí estaba de vuelta la vocecita emocionada, interrumpiendo el breve silencio. Por un momento pareció entender la emoción del chico —Yo también quiero conocerlo, es decir, tiene que ser genial, porque vuela y esas cosas, y… 

 

—Está bien. Dick ya se va —Bruce suspiró, no necesitaba el tipo de comportamiento fanboy de su hijo por ahí —Vas a molestar a Clark. 

 

—No, está bien —Clark parecía divertido, además, suponiendo que le caía bien a Dick ¿Era eso un punto a su favor? 

 

—En serio, no quieres escuchar todo lo que tiene que decir. 

 

—¡Bruce! —El niño se quejó de una manera infantil. Por un segundo Clark se sintió en un espacio familiar acogedor. 

 

No había sido tan malo después de todo. Alfred interrumpió luego con algunas bebidas y una pequeña merienda ¿Cerca de la media noche? Realmente no importó. Le habló un poco a Dick sobre su trabajo, dándose cuenta que el pequeño sabía más de Superman que ni el mismo. Finalmente, Bruce lo había sacado de la sala de estar, pero antes tuvo que prometer volver a verlo para hablar de el super héroe favorito en común. 

 

—Tienes un hijo realmente adorable —Dijo Clark, dejándose vencer por fin en el sillón, sintiendo como el millonario se recostaba en su hombro tranquilamente. 

 

—No te dejes engañar por su cara adorable —Bruce sonrió, sintiéndose cómodo. 

 

Era extraño. Por ese día Batman parecía alejarse de sus prioridades y solo quería estar allí, disfrutando el pequeño momento. Hacía tanto tiempo que no se sentía tan bien. Aunque en el fondo de sí lo seguía carcomiendo el pequeño secreto que sabía. 

 

—¿Estás bien? —Preguntó Clark, después de sentir cómo el corazón de su compañero aumentaba de ritmo, asustado. Atrevido, colocó su mano en la cabeza del millonario, acariciando su cabello con cuidado. 

 

Bruce se quedó tan quieto y aturdido por la acción. Ahora el latido de Bruce volvía a calmarse, volviendo a ponerlo en un estado agradable. 

 

—Ahora sí. 

 

Sintió sus corazones acompasarse, un latido unísono. Clark sintió por primera vez en su vida que debía renunciar a Batman y aspirar a momentos como ese con Bruce. 



Pasaron varios días en que el universo parecía equilibrarse de una manera particular. Batman seguía siendo él, sin mucho trabajo porque los villanos estaban escondidos por alguna razón, y Superman seguía manteniendo Metrópolis a salvo. Los dos héroes mantenían su amistad como siempre, solo se habían visto en una reunión de la liga en la que Superman lo había evitado casi todo el tiempo y Batman simplemente no se cuestionó su actitud. Para Bruce y Clark las cosas sí que habían cambiado, ya sea porque Clark visitó un par de veces Gotham en la mañana buscando la compañía de Bruce, ya sea porque Bruce terminó en Metrópolis por alguna reunión de trabajo. Las fotos de las revistas de farándula disfrutaban esa semana especulando sobre la nueva relación del príncipe de Gotham. 

 

—Realmente, realmente creo que Superman puede con todo —Dick se metió un trozo de pastel a la boca, más de lo que era debido, la risa de Clark después del regaño de Alfred por sus modales se perdían en el fondo de la mente de Bruce. 

 

Estaba allí hace un buen rato, escuchando todas las cualidades perfectas de Superman. Era gracioso en el sentido de que Dick sabía el pequeño secreto (El que Clark era Superman, no lo otro) y en el que Clark hablaba de sí mismo en tercera persona, pero todos fingían que el mismísimo Superman no estaba presente. Ni siquiera podía sentirse celoso de que Dick adorara tanto a Superman, es decir, en el fondo él también lo hacía. 

 

A pesar de lo agradable que era el momento se sentía mal. Las cosas con Clark tenían un aspecto agradable, todo iba en su camino, a Dick le agradaba, Alfred estaba más que bien con la situación. Sin embargo, el hecho de estar ocultando parte de su vida seguía allí, arruinando su paz interior. Por primera vez en la vida se sentía tan bien, pero lo estaba llevando tan mal. Frustrante. 

 

—¿Estás bien? —La pregunta de Clark lo sacó de sus ensoñaciones. Asintió, dejando la taza sobre la pequeña mesita. 

 

—Sí. 

 

¿Y si Clark se enfadaba cuando supiera que era Batman? Su actitud como Superman hacia su otra parte había cambiado. A lo mejor fue muy brusco. Lo dejaría, oh Dios, y además luego iba a odiarlo por doble, por ser Batman un capullo y por ser Bruce otro. 

 

—¿Estás seguro? —Su corazón había aumentado el ritmo. Maldición. Ahora caía en la cuenta que él era capaz de escuchar esas cosas, debía mantener la calma, para que Clark no sospechara. 

 

—Estaba pensando en… La cita — Las mejillas de Clark se encendieron inmediatamente recordando lo que pasó ese día, se acomodó las gafas y se puso algo nervioso también. 

 

—¿Qué cita? —Preguntó Dick curioso, cogiendo otro trozo de pastel ignorando todos los modales que Alfred pudiera haberle enseñado. 

 

—Una cita… —Respondió Bruce. Sonrió, porque Clark lo miró suplicando que simplemente no dijera más sobre ‘la cita’. 

 

—Pero ¿Cuál? Hay muchas citas de ustedes dos por internet —Dijo el más pequeño, como un total experto en la relación de ambos —Si pones #Bruclark entonces te salen un montón de cosas. 

 

—¿Qué? —Clark se quedó en shock ante la información. 

 

—¿Qué clase de reportero eres? —Preguntó Bruce con algo de diversión —Que no sabe que es el centro de la farándula por salir conmigo. 

 

—Hasta hay un club de fans. Es un poco raro —Volvió a decir Dick. 

 

—Creo que no quería saber eso. 

 

—Ahora lo sabes, es un secreto que te perseguirá por siempre —Dijo Bruce. Clark se quedó quieto un momento. Un secreto. Aún pensaba si era buena idea revelarle a Bruce que era Superman. 



A pesar de todo, el universo siempre regresa a su punto de hostilidad, los villanos vuelven a salir con nuevas ideas. La vida se presenta como una ruleta de la suerte, hoy puedes disfrutar un café con la que crees es tu familia y al otro… Al otro estás viendo desde la pequeña pantalla del Batmóvil, con impotencia y desesperación, de qué manera un villano dispara a Superman en el pecho, con una bala de kryptonita, porque todos saben que eso es lo único que puede acabar con el hombre de acero. 

 

Flash fue el primero en llegar, luego Detective Marciano y de allí ya no sabía el orden. Su cabeza solo tenía una cosa en mente: Salvar a Clark. Para cuando llegó el súper hombre ya estaba inconsciente, J'onn J'onzz intentaba mantener la herida abierta para que no cerrara con la bala dentro. 

 

Todos estaban expectantes. Batman salvaría a Superman, porque, era Batman. Es decir, si había alguien que podía hacer el trabajo era él. Contrario a lo que todos pudieran pensar, en ese instante, Batman, no tenía la más mínima idea de lo que estaba haciendo, se sentía tan superfluo como cualquier otro civil que estaba de curioso. 

 

Entonces todo era negro. 

 

Lo último que Clark recordaba eran los gritos en ascendente de los habitantes de Metrópolis, luego nada, después un dolor punzante que no sabía de dónde venía, seguidamente la oscuridad total. Ahora había un pequeño ritmo agradable, un tuntun que iba desde la tranquilidad a la desesperación. Abrió los ojos. 

 

Lo primero que vio fue el techo de lo que supuso era la Atalaya y a continuación a Batman mirarlo fijamente, como acusándolo de algo. El palpitar de su corazón había abandonado la tranquilidad para correr a un ritmo nervioso, ese sonido casi tan familiar, al igual que cuando Bruce se paraba a pensar en algo que no podía descubrir. Oh, Dios, Bruce. 

 

—¿Qué ha…? —Intentó levantarse, pero el dolor y la mano del hombre murciélago lo detuvo. 

 

—No hagas eso —Su corazón pareció bajar el ritmo, uno constante, como siempre. Ah, sonaba tan, tan familiar. 

 

—¿Qué pasó? —Preguntó simplemente, mirando hacia otro lado. No sabía porque ahora la mirada del hombre lo ponía tan nervioso. 

 

—Te dispararon. 

 

—¿Cuánto tiempo ha pasado? 

 

—Una semana —Se levantó de golpe, ganándose un gruñido del hombre contrario —¡Quédate quieto! 

 

—Tengo que ir a ver a alguien —Batman lo miró mal. Superman se llevó una mano a la cabeza, ahora le martilleaba de manera incesante, pero Bruce ¡Una semana sin dar noticias! Seguro estaría enojado o algo. 

 

—No. 

 

—Sí —El superhombre, contra cualquier orden del otro, se levantó. Escuchó de nuevo su corazón acelerarse y luego sintió como lo empujaba de regreso. 

 

—¡Qué te recuestes! 

 

—¡Tengo que ir a ver a alguien! 

 

—No es más importante que tú en este momento. 

 

—Tú no puedes decirme lo que es o no importante en este momento —Batman podría haber sido la persona de la que estaba enamorada hace unas semanas, pero no, no iba a decirle cuáles eran las prioridades en su vida. Por una vez que había encontrado a alguien con quien se sentía en paz ¡No quería arruinarlo todo! Iría allí, le explicaría a Bruce, le contaría su secreto. Él lo entendería. 

 

—Puedo hacerlo y te digo que te quedes quieto —Su regaño no le importó, porque con una mirada desafiante se levantó — ¡Clark! Te estoy diciendo que… —Y cayó en su error. 

 

El peor error que pudo haber cometido. 

 

Se quedó quieto, tanto, que sintió lo mismo que las estatuas. El susodicho se quedó mirándolo por un momento totalmente congelado. Solo podía escuchar los latidos del corazón contrario totalmente desquiciados. 

 

—¿Qué? 

 

—Es decir, no deberías levantarte — Intentó mantener la calma, pero eso era justo lo que en ese momento no tenía. Ahora sí la había jodido, y mucho… Era el peor descuido que pudo haber cometido en su vida. 

 

—¿Desde cuándo lo sabes? —Clark se volvió a medio sentar sobre la camilla, porque estaba medio aturdido y mareado — ¿Y por qué? Pensé que nos teníamos confianza como para no hacernos eso ¿Sabes? Nunca he mirado debajo de tu máscara para saber quién eres —Tenía que admitir que se sentía traicionado. La persona en la que más había confiado, nunca tendría que haber sentido nada por él. 

 

Pero lo que más dolía aún estaba por venir, porque cuando vio a Batman retirar la capucha y vio el rostro de Bruce entonces todo se vino abajo. 

 

—¿Bruce? 

 

—No fue queriendo, fue un error, lo supe en el hotel, pero… 

 

—¿En el hotel? —Su cabeza seguía dando vueltas, pero aún recordaba aquella primera vez. Se sintió tan estúpido. Oh, no —¿Todo ese tiempo… Estabas jugando conmigo? 

 

—¿Qué? ¡No! —Justo ahora Bruce no quería tener esa conversación, en realidad, no le hubiera gustado tenerla nunca, pero el destino es así. 

 

—¿No? ¿Has sabido todo este tiempo quién soy y no has sido capaz de decirme? 

 

—Como que si tú tampoco me fueras a revelar que eras Superman—Golpe bajo. 

 

—¡Te lo iba a decir! 

 

—¿Cuándo? 

 

—Quizá debiste empezar por decir que sabías mi identidad… Podrías haberme dicho también que eras Batman ¿Sabes?

 

—¡También te lo iba decir! 

 

—¿Después de burlarte de mí? ¿Te hace tanta gracia saber mi secreto y jugar conmigo de aquí para allá como otra persona? — Se sentía terriblemente avergonzado. Se había sentido tan enamorado de Bruce, que creyó que todo era perfecto. 

 

—No estaba jugando contigo. Yo solo quería… 

 

—¿Otro juguete? ¿Al igual que los muchos otros que has tenido? Claro, porque eso es lo que hace la gente como tú —Y Bruce jamás se había sentido tan herido. 

 

—Nunca habría jugado contigo. Yo… —Clark pareció por un momento desvanecerse. Bruce intentó ayudarle pero solo recibió un manotazo del otro. 

 

—Vete —A pesar de lo mucho que sentía conocer a Batman todo ese tiempo, nunca lo vio tan resignado. Lo vio asentir y darse la vuelta dudoso, con el leve golpeteo de su corazón triste. Se fue. 

 

Se recostó contra la camilla. Ahora todo cobraba algo de sentido. El por qué se sentía tan agradable escuchar a Bruce, es que, en el fondo, era el mismo sonido acompasado del corazón de Batman. Ahora entendía la familiaridad de los golpecitos nerviosos hacérsele familiares. Los dos sonidos de diferente orquesta que le habían sido música celestial, pertenecientes a un solo músico, ahora solo le martilleaba en los oídos. 

 

 








 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado ¡Nos leemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).