Más tarde esa noche, mientras se extendía bajo el cuerpo pesado y deliciosamente desnudo de SiWon, Ryeo tuvo que admitir que aparentemente era tan patético. Había tratado de quedarse en casa. Lo hizo. Pero fue una batalla perdida.
Así que ahí estaba, con las piernas enganchadas alrededor de la amplia espalda de SiWon, con los dedos agarrando sus hombros mientras SiWon lo jodía tan bien que Ryeo solo podía hacer gemidos estrangulados en cada empuje de su polla.
Miró aturdido el alto techo sobre ellos, sintiendo que estaba flotando en una nube de placer. No era la primera vez que tenían relaciones sexuales, pero era la primera vez que lo hacían en la cama.
En la propia cama de SiWon, en sus habitaciones privadas, Ryeo ni siquiera había visto antes.
-SiWon.
-¿Qué?
SiWon gruñó, con la cara tensa y las cejas oscuras juntas. Cuando entró y salió de Ryeo, sus bíceps se hincharon con el esfuerzo de mantener su peso fuera de Ryeo.
Ryeo deseaba no haberlo hecho; él quería sentirlo. Quería ser aplastado bajo el cuerpo de SiWon, lo quería más cerca, más fuerte, más profundo. Joder él lo quería. La intensidad de la sensación lo asustó tanto que despejó un poco la bruma de la lujuria.
Su mirada borracha de placer se encontró con los ojos igualmente vidriosos de SiWon.
-¿Qué estamos haciendo?
Susurró.
SiWon lo fulminó con la mirada y le dio un empujón vicioso, su polla apuñaló contra ese lugar que se sentía particularmente bien, y Ryeo gimió, sus ojos rodaron hacia la parte posterior de su cabeza.
-Te sientes tan bien en mí.
Dijo sin pensar.
Inmediatamente, casi se encogió. ¿Qué demonios? ¿Quién decía eso?
Pero SiWon no se burló de él. Lo miró fijamente, su mirada oscura y febril.
-¿Lo hago?
Ryeo se humedeció los labios. Se sentían doloridos e hinchados por todos los besos que se habían dado desde que llegó.
-Sí.
Dijo honestamente, preguntándose si SiWon sabía lo que quería decir. Fue difícil de explicar. Tener a SiWon dentro de él era simplemente... increíblemente satisfactorio, y no solo a nivel físico.
No importaba cuán defectuoso y parcial había sido su vínculo, había sido parte de él durante toda su vida. Había pasado años intentando y no sentir a SiWon en él.
Esto, el sexo, no era exactamente lo que había tenido en mente en ese entonces, pero, aun así, tener a SiWon dentro de él era gratificante más allá del placer físico de tener una polla gruesa en su agujero.
-Te sientes bien en mí - dijo de nuevo, sosteniendo la mirada de SiWon. - Tu polla. Tú.
Las fosas nasales de SiWon se abrieron, sus ojos bien abiertos y sin parpadear, sus pupilas dilatadas. Inclinándose, besó a Ryeo con fuerza.
Ryeo le devolvió el beso y apretó las piernas alrededor de SiWon, clavando los talones mientras se mecían juntos, los cuerpos enredados con tanta fuerza que era difícil decir dónde terminaba él y SiWon.
Pero antes de que pasara mucho tiempo, tuvieron que dejar de besarse, el ritmo de sus cuerpos se volvió demasiado rápido y duro para hacerlo posible.
SiWon estaba gimiendo, murmurando en el costado de su cara, su aliento caliente e inestable. Sus escudos mentales se encendían y apagaban, como si SiWon no pudiera controlarlo, y Ryeo podía sentir algunos de los pensamientos de SiWon.
-“Te sientes perfecto, maldito seas.”
Una risa ronca salió de la boca de Ryeo.
-Creo que ese es el primer cumplido que me has hecho, bastardo - dijo sin aliento, girando su cabeza para mordisquear la mandíbula del otro. - Y no estoy seguro de que siquiera cuente, no lo dijiste en voz alta.
-Si todavía eres capaz de hablar, estoy haciendo algo mal. Y no sabía que querías cumplidos de mi parte.
-No lo hice, no lo hago.
Dijo Ryeo, odiando lo poco convincente que sonaba. Se quejó, empujando de nuevo hacia la polla de SiWon. Estaba tan lleno de él, pero de alguna manera, todavía no era suficiente. Él lo quería más profundo. Quería más.
- ¿SiWon? ¿Podemos... ya sabes?
-Eso sería altamente desaconsejable.
Gruñó SiWon, empujando sus caderas hacia adelante.
Ryeo abrió los ojos adormilado. SiWon parecía tan borracho de placer como él se sentía.
-¿Entonces? Nada de lo que estamos haciendo es aconsejable. Entra en mí. Quiero sentirte desde dentro.
La mirada de SiWon se oscureció.
-Eres una amenaza.
Dijo, pero, sí, desmanteló sus escudos completamente y dejó que sus mentes se fundieran. O lo hizo más gentil esta vez, o Ryeo se estaba acostumbrando a la sensación.
De cualquier manera, se sintió tan bien. Ryeo suspiró de felicidad, abrumado por el doble placer. Podía sentir lo apretado que estaba alrededor de la polla de SiWon, lo bien que se sentía al follarlo, presionarlo contra el colchón y tenerlo.
Estaba un poco disgustado por el placer que obtenía al tomar a Ryeo en su propia cama, en su propia habitación, en las sábanas que olían a él. Él no era un animal primitivo. Este no era su territorio. Ryeo no era su territorio.
-Deja de pensar demasiado y jódeme - Ryeo soltó una caricia, empujando hacia atrás la longitud dura y deliciosamente gruesa en él. - Puedes volverte loco con tus tendencias cavernícolas más tarde.
SiWon lo fulminó con la mirada, pero sus miradas no tuvieron el mismo efecto cuando Ryeo pudo sentir lo mucho que a SiWon le gustaba tenerlo debajo de él, lo mucho que quería follarlo en el colchón, poseerlo, llenarlo con su semen hasta que se le escape por los muslos.
-No tengo tendencias cavernícolas.
Le gruñó, apretando su agarre en las caderas de Ryeo y chocando contra él.
Ambos jadearon cuando el agujero de Ryeo apretó alrededor de su polla. Tan jodidamente apretado. Tan jodidamente gruesa.
-Claro - consiguió decir Ryeo. - Es por eso que te estás corriendo por tenerme en tu propia cama.
SiWon frunció el ceño y lanzó sus caderas hacia adelante, golpeando ese punto dentro de él con la precisión que hubiera sido increíble si SiWon no estuviera literalmente compartiendo su mente.
Gimiendo, Ryeo cerró los ojos y se relajó contra las frías sábanas debajo de él, entregándose a la sensación intensa y abrumadora de follar y ser jodido, la mente de SiWon lo envolvió tan fuerte como el cuerpo pesado de SiWon encima de él.
Nunca pensó que se había sentido tan bien en su vida. Tan perfecto. Se sentía como si hubiera sido creado para esto, estar debajo de este hombre, tener su polla y su mente dentro de él. Él no quería que esto terminara nunca.
Pero terminó.
Se vino vergonzosamente rápido, pero también lo hizo SiWon. Ryeo solo pudo gemir el nombre de SiWon y aferrarse mientras olas sobre olas de placer intenso se apoderaban de él, sobre ellos.
Se quedó mirando el techo alto, jadeando como si acabara de correr una maratón, su cuerpo todavía temblaba por las réplicas.
SiWon comenzó a deslizarse fuera de él.
-No - dijo Ryeo, apretando los brazos alrededor de SiWon. - No te retires.
SiWon se detuvo y volvió la cabeza para mirarlo.
Sus rostros estaban tan cerca que Ryeo podía contar cada una de las pestañas de SiWon, podía sentir cada respiración de SiWon.
-¿Estamos hablando de mi polla o la fusión?
Dijo SiWon, su voz extrañamente lenta y perezosa... soñolienta.
Ryeo lo miró con asombro. Nunca había visto a SiWon adormecido.
-Sabrías lo que quise decir si me leyeras la mente - murmuró Ryeo con una pequeña sonrisa. - No eres tímido al leer las mentes de las personas para obtener la información que deseas.
-Realmente no disfruto metiéndome en la mente de la gente y leyendo sus pensamientos - dijo su pulgar trazando los sonrientes labios de Ryeo. - No es exactamente agradable. A menos que la mente sea bastante compatible con la mía, es un equivalente a buscar algo en un charco de barro.
Ryeo resopló.
-¿En serio vas a fingir que no encuentras agradable mi mente? ¿En serio?
-No me refería a ti.
Dijo SiWon, sonando ligeramente divertido.
No, no sonaba divertido. Su voz era la monótona fría y plana habitual, sin inflexión alguna. Ryeo podía sentir la diversión de SiWon porque todavía estaban compartiendo una fusión superficial.
Ryeo frunció el ceño.
-¿Por qué haces esto?
-¿Hacer qué?
Dijo SiWon, levantando un poco las cejas.
-Usar esa voz sin emociones y fingir que no sientes una mierda. Es molesto.
SiWon pasó sus dedos por el largo cabello de Ryeo, mirando los mechones plateados con algo que no era diferente a la fascinación.