Eran las 8 de la tarde cuando Jerónimo recibió el alta médica y con el ceño fruncido comenzó a vestirse.
-LES DIJE QUE HABÍA SIDO UN DESMAYO!
-UNO? -chilló Daniel y luego retornó la mirada a Nicolás -No puedes dejarlo ir. ¿Ya le hiciste todos los estudios? A Pablo se le dio por hablarle de muertos, tal vez la impresión le produjo algo en el cerebro. -Abrió grande los ojos, se llevó la mano a la boca y preguntó horrorizado -Una impresión fuerte te puede ocasionar un tumor cerebral??
-Dany -contestó Nicolás poniéndole la mano en el brazo -Jerónimo está perfecto. Está mejor que tu y yo de salud, es un pequeño torito.
-UN TORITO QUE AZOTÓ DOS VECES ESTA MAÑANA!
-Daniel!!! tal vez es estrés. La universidad más las noches de juerga y sin dormir debilitan el sistema. Me dijeron que había estado en la fiesta de Raul. ¿El viernes dormiste bien? -preguntó retornando la mirada al pelinegro que aun seguía con el ceño fuertemente arrugado. Odiaba los hospitales y sus mayores no solo lo habían hospitalizado sino que Nicolás le había extraído sangre en DOS OCASIONES y le habían puesto un suero. ODIABA LAS AGUJAS. LAS ODIABA!!
-No dormí bien, es fin de semana y me divierto como cualquier joven normal.
Dany giró a verlo.
-Cogiste con algún extraño?
Jerónimo intentó recordar a la mujer de la noche siguiente al castaño, no recordaba ni su cara y mucho menos su nombre, pero estaba seguro que no andaba en una camioneta con cuchillos.
-SABES QUE SI! -gritó el pelinegro y Dany se llevó dos dedos al puente de la nariz.
-Jerónimo coge todo lo que tenga agujero, ¿crees que se haya contagiado de algo y tenga los días contados?
El pelinegro elevó las cejas y lo miró sin poder creer que esa conversación estuviese sucediendo.
-Jerónimo, te cuidas? -preguntó Nico sonriente.
-POR SUPUESTO!
-Ahí lo tienes. -respondió el médico mirando a Daniel -Y le hice todos los estudios de rutina. Jerónimo está bien. Si el desmayo se vuelve a producir, juro que lo internaré, lo abriré y hasta que no encuentre algo no lo dejaré partir.
-Juras que lo abrirás entero y le revisarás todos los órganos?
Jerónimo no aguantó la charla así que tomó su bolso y sin despedirse de sus mayores, se fue. Escuchó que Daniel le gritó que lo esperara y que Nico le dijo que lo dejara respirar. Eso necesitaba: que lo dejaran respirar... y pensar.
Debía decirle a Pablo sobre el castaño?
Qué datos podría aportar? Porque una vez que se lo dijera a Pablo la policía le caería encima y lo tendrían horas enteras metido en los interrogatorios. Lo sabía porque Pablo solía contar sobre eso. Pablo era inspector en jefe de la jefatura 22, la que pertenecía a su distrito.
En realidad no tenía muchos datos sobre el castaño, tal vez era un loco con cuchillos para cocinar o...
"Jerónimo te estás poniendo pretextos" se dijo "pretextos para no ir a la comisaría y denunciar que tal vez estuviste con el asesino. Pretextos para que la policía no te joda la vida, eso sin mencionar a sus mayores... que pasaría si se enteraban? Seguramente Daniel se haría implantar una bolsa amniótica en la panza y se lo tragaría para tenerlo dentro de él".
Ok.
No diría nada.
Decidió caminar las 15 manzanas que lo separaban del hospital hasta su casa en medio de la noche. Las tres primeras cuadras fueron llenas de gente que iba y venía, pero a medida que ingresaba a su barrio y se alejaba del centro, las calles se hicieron más solitarias.
Apuró el paso porque se sentía observado. Volteó varias veces, asustado, podría asegurar que escuchaba pasos que lo seguían.
Cuando faltaban dos calles los arboles se movieron y el follaje dejó escapar hojas secas, miró hacia la negrura intentando encontrar algo pero cuando escuchó el crujido de una rama en lo más alto decidió que lo mejor era correr.
Tal vez sí se había contagiado de algo que le atacó el cerebro y tenía los días contados!!
Ya podía ver su casa a unos metros de distancia pero un gruñido lo hizo mirar hacia arriba.
Podía jurar por todos los dioses que algo lo seguía desde la copa de los árboles, un par de ojos brillaron en el follaje y estuvo a punto de gritar pero retrocedió hasta meter el pie en un agujero y perdió el equilibrio.
Se habría caído sino hubiese sido por ese par de manos que lo sostuvieron con fuerza.
Giró aterrado. Hiperventilando se aferró a los brazos antes de descubrir de quien se trataba, casi feliz por encontrar un alma en medio de la noche oscura.
-Jerónimo!!! -le dijo le voz grave y cuando Jerónimo descubrió esos ojos oscuros pegó un alarido mientras retrocedía espantado y caía despatarrado en medio de la vereda.
-No, por favor! -jadeó intentado gritar para que sus vecinos salieran, pero la voz no le salía lo suficientemente alta.
-Jerónimo! Jerónimo soy yo, Tomás!!! -dijo el castaño acercándose presuroso y Jerónimo se alejó arrastrándose -Jerónimo que te sucede!!! tal vez no me estás recordando!! hace dos noches estuvimos juntos -le aclaró poniendo una mano en su rodilla y la otra en alto para serenarlo.
Jerónimo sentía que no entraba suficiente aire en los pulmones. Temblaba entero. Le iba a estallar el pecho, estaba seguro que reventaría en medio de esa vereda en la más oscura noche.
Algo se movió en la copa del árbol y los dos elevaron la vista.
Un par de ojos plateados aparecieron y luego saltaron.
Un gato aterrizó cerca del cuerpo del pelinegro y Jerónimo tembló tanto que decidió que ya no podía con todo. Intentó levantarse, tenía que escapar y llamar a Pablo. Había sido un error no decírselo. ¿Dónde estaba Daniel cuando lo necesitaba?
-Ayuda -jadeó en una voz apenas perceptible y ronca mientras giraba e intentaba arrastrarse lejos de él.
-Jerónimo!!! -escuchó que le decía, con esa voz grave tan extraña, y todo el panorama se le nubló.
"me voy a desmayar" pensó horrorizado y parpadeó con fuerza porque si ese era el asesino... no despertaría nunca más!
-Jerónimo??!! -volvió a llamarlo esa voz y esas manos se posaron nuevamente en él, lo sujetaron por los hombros intentando levantarlo y él se dejó levantar porque tal vez esa era la oportunidad para que las piernas respondieran y escapar. Pero le sentía la respiración del hombre en el oído, y era un aliento frío, no había nada cálido en esa respiración.
Tembló, estaba ante el asesino y era como Pablo decía: el asesino era un monstruo!!! pero en lo más íntimo de su ser supo con seguridad que era literal... TOMÁS ERA UN MONSTRUO!
y él seguía temblando, ahora lloraba y no podía mantener el control de sus miembros inferiores.
"me voy a desmayar" pensó, mientras se desplomaba en los brazos del castaño.