Capitulo 6: Noticia.
<<5 años después>>
Éomer miró con una sonrisa a su precioso consorte que se acercaba sonriendo con Eowyna agarrada de una mano. Al ver a su papá, Eowyna corrió hacia él con la rapidez de los ligeros pasos heredados de Legolas. Poco le importaba a Eowyna que su papi estuviera reunido con el consejo, así que sin pensarlo se arrojó sobre los brazos abiertos de Éomer.
-Papi, papi, aba, me enseño a disparar con el arco que me regalo el tío Faramir y tía Eowyn.
Dijo la pequeña, emocionada, brincando en el regazo de su padre. Eomer le sonrió dulcemente y la besó en la frente. Recordó fugazmente la reacción de Eowyn cuando a insistencias de Legolas le dijeron la verdad de la paternidad de Eowyna, había reaccionado indignada en un principio, pero Eowyna y Legolas eran fáciles de amar y pronto aceptó que su hermano amara a Legolas y que la pequeña era su sobrina sin importar la sangre. Hoy Eowyn era la tía favorita de Eowyna y su cariño era correspondido. Fuera de Legolas, Eomer, Eowyn y Hama (aunque los reyes no estuviesen enterados), nadie más sabía la verdad sobre Eowyna.
-¡Qué bien, cielo!
Le respondió Eomer a su hija el comentario anterior.
-Y no falle papi.
-Claro que no, amor.
-Siento interrumpirte, cariño- se disculpo Legolas, saludando con una sonrisa a todos.-Ven Eo, papi esta trabajand.-le advirtió Legolas a su pequeña extendiéndole la mano. Eowyna se cruzó de brazos enfurruñada.
-No quiero que papi trabaje -el consejo sonrió ante las palabras de su princesita-. Quiero que papi me lleve a cabalgar en mi pony -sonrió la pequeña. Legolas rió suavemente y cantarinamente.
-No molestes a papá, pequeña tramposa, y déjalo trabajar.
-No quiero, aba, quiero que papi venga con nosotros.
Éomer se levantó con su pequeña en brazos.
-Hagamos algo, cielo, ve con aba y en cuanto yo termine voy con ustedes a cabalgar.
Eowyna hizo un encantador mohín, pero asintió dándole a su papi un sonoro beso en la mejilla. Luego le extendió los brazos a su aba. Éomer aprovechó para besar a su consorte.
-¿Te sientes bien, corazón?
-Sí, amor, parece que sólo fue que la comida de ayer no me cayó bien -le aseguró Legolas a su esposo para tranquilizarlo, sabiendo que Eomer se refería a los vomitos que lo habían abordado esa mañana al despertar -Me voy, a llevar a este torbellino a jugar.
Eomer asintió con una sonrisa y vio marcharse a su adorado elfo, con ese delicioso balanceo de caderas que lo volvía loco.
-Su alteza- carraspeó uno de los consejeros divertido. Éomer reaccionó y volvió la atención a sus consejeros.
-Disculpen.
-No se preocupe, su alteza.
-Bueno continuemos.
Pero apenas habían pasado dos minutos cuando Eowyna entró de nuevo al salón de juntas sin su aba, y echa un mar de lágrimas, se arrojó sobre su papá llorando desconsolada.
-Mi cielo, que te sucede.
-¡Aba se murió!
Sollozó la niña. Eomer se levantó de un salto con su pequeña en brazos.
-¿Qué dices, Eowyna?
-Estábamos caminando en el jardín y se cayó al piso- la pequeña sollozó -. No abría los ojos por mucho que lo llamaba, como cuando tú dijiste que se murió mi gatito, porque no me respondía.
-Hija, quédate con Hama.
Le ordenó Éomer a la pequeña, poniéndola en los bazos de uno de sus consejeros, antes de salir corriendo, seguido por los demás consejeros. Encontró a Legolas de inmediato, estaba inconsciente en medio de uno de los rosales que él mismo había plantado.
-Euma, busca al sanador.
Le ordenó Éomer a otro de sus consejeros, tomando en brazos a Legolas.
-Despierta a aba, papi.
Le rogó Eowyna.
-Calma, mi cielo, aba respira, sólo está enfermito.
La tranquilizó Éomer sin dejar de caminar con paso apresurado hacia sus habitaciones y las de su consorte. Hama lo siguió con la pequeña en brazos.
***
-¿Seguro, Firene?
Le preguntó Eomer por millonésima vez al elfo pelirrojo, que se había convertido en sanador de los rohirrin.
Firene asintió con una sonrisa.
-Completamente, su majestad, el príncipe Legolas no tiene nada malo, sólo está embarazado de 3 semanas o poco más, al parecer se extralimitó con sus energías físicas, eso es lo que le provocó el desmayo.
-¿Embarazado?
Repitió Eomer impresionado. Firene se contuvo para no reír y asintió.
Euma, Hama, Gamelin y Jeidin, los cuatro consejeros, sonreían entre sí, al fin fue Hama el que hablo, mientras soltaba a Eowyna.
-¡Felicidades, alteza!
-Gra..Gracias, chicos.
-Nosotros mejor nos retiramos-dijo Gamelin, y los cuatro al igual que Firene salieron asiendo una reverencia.
Eowyna se acercó a su papá y se sentó en su falda, acariciando la mejilla de su aba.
-¿Qué le pasa a aba, papi?
-Que aba está en estado Eowyna. Vas a tener un hermanito o hermanita mi cielo.
Eowyna pareció meditarlo un momento.
-¿Yo seguiré siendo tu cielo, papi?
Eomer la abrazó con fuerza y la besó en la frente.
-Siempre, hija mía, hasta que el último aliento de mi vida espire. Siempre serás mi primogénita y mi cielo.
Le aseguró Eomer a su pequeña.
-Bien, entonces, me gusta que tengamos un bebé.
Aseguró la niña de lo más seriecita, asiendo reír a su papi.
-¿Por qué aba no se despierta, papi?
-Porque Firene le dio algo para que durmiera, así que no despertará hasta mañana.
Eowyna asintió.
A la mañana siguiente Legolas despertó como casi siempre dándose cuenta de que uso el pecho de su esposo de almohada, pero estaba vez había algo más, al bajar la mirada vio a Eowyna acurrucada entre su aba y su papi. Legolas sonrió y acarició la cabecita de su niña, antes de volverse a dormir nuevamente.
Continuara...