Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

TomEdd Week 2019 por black_leger

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El corazón de Tom comenzó a acelerar en el momento en que diviso el brillante rectángulo luminoso flotando en medio de la oscuridad como un faro a mitad de la nada, comenzó de desacelerar su vehículo al tiempo que su pulso hacia lo contrario y su garganta se secaba.

Alguien se había atrevido a profanar su hogar en su ausencia.

Detuvo el vehículo lo suficientemente lejos para que quien fuera que hubiera cometido la estupidez de irrumpir en su santuario no pudiera verlo venir, sus manos apretaron el volante hasta que sus nudillos palidecieron y perdió la sensación en la punta de sus dedos, mientras vigilaba a la distancia tratando de pensar en sus siguientes movimientos, no podía evitar maldecirse a sí mismo por negarse a instalar aquel circuito de cámaras que el sujeto que se encargó de su seguridad le sugirió colocar, pero quería evitar cualquier clase de tecnología que pudiera ser usada en su contra, sin embargo ahora se arrepentía de su decisión.

Golpeo su cabeza contra el respaldo de su asiento gruñendo al saber que estaba solo en aquel problema por su propia culpa, bajo del vehículo dejando las puertas abiertas y las llaves en el interior, desconocía a que podría enfrentarse y prefería cubrir todas las bases antes de arriesgarse a hacer algo, deslizo su mano a un costado de su visor activando el modo nocturno provocando que la oscuridad desapareciera para dar paso a un brillante mundo verde neón en donde el punto de luz más luminoso era la ventana de su hogar, en su rostro se formó un gesto de descontento al notar el auto estacionado frente a su casa, el invasor ni siquiera se había molestado en hacer algo para ocultarlo y se preguntó si acaso se trataría de alguien suficientemente confiado de sus acciones para ni siquiera preocuparse por dejar evidencias de su presencia o quizás todo fuera un desafío, la prueba inminente de que alguien estaba esperándolo, por un momento pensó en llamar por refuerzos y no arriesgarse a enfrentar aquello solo, pero eso significaría delatar la ubicación de su único refugio lejos de la ejercito, desenfundo su arma con el único plan de acabar con el invasor, no permitirá que nadie perturbara su escasa y frágil paz.

Comenzó a avanzar cuidando sus pasos como si cada uno de ellos pudiera delatarlo, cada vez que la graba del camino crujía bajos sus pies sentía que sus corazón se detendría y que pronto se vería acribillado por una ráfaga de disparos.

Su cuerpo estaba resintiendo los síntomas que la ansiedad le provocaba, sus músculos estaban tensos y su ritmo cardíaco acelerado haciendo que sus oídos zumbaran, odiaba tanto aquel estado que más tarde le sacaría factura agotándolo al punto que ni siquiera podría moverse en horas.

La lentitud con la que se veía obligado a moverse no estaba jugando a su favor, su mente se encontraba llenándose de teorías buscando una explicación de la situación, quizás no se estuviera enfrentándose a un único intruso, tal vez se tratara de todo un grupo esperando para tenderle una emboscada una vez que entrara en la casa, no, quizás solo se tratara de un simple oportunista que de casualidad había dado con su casa a mitad de la nada, aunque la idea era ridícula ni siquiera el ladrón más estúpido del mundo hubiera dejado evidencia tan obvia de su presencia en la casa, además ninguna de sus pertenencias valía lo suficiente la pena para que alguien arriesgara su vida intentando robar algo de su hogar, las políticas de cero tolerancia al crimen eran una mierda, pero de alguna forma y aunque odiara con toda su alma reconocer aquel hecho, Tord de alguna manera había vuelto el mundo un lugar “mejor” y cosas como el crimen se habían vuelto cosa de un pasado al que nadie deseaba volver.

Sus pensamientos nuevamente volvieron a su idea original, alguien buscando atraerlo a un trampa, esperando el momento en que entrara para atacar, quería evitar aquel pensamiento a toda costa, no había forma de que fuera posible, nadie sería tan estúpido para ir tras él y el único grupo que sería capaz de hacer algo así había desaparecido, su líder había sido eliminado y sus comandantes habían aceptado unirse a la Armada para salvar la vida de sus hombres, fue un acuerdo que al final beneficio a ambos grupos, así que no había forma de que alguien fuera tras él o al menos eso quería creer.

Rodeo el auto y miro en su interior intentando buscar alguna pista de la identidad del intruso sin embargo no encontró nada de utilidad. Relamió sus labios resecos antes de acercarse a la puerta de la casa solo para encontrar abierta, por unos segundo sintió que su respiración y su corazón se detenían, la puerta de la entrada principal únicamente aparentaba encontrarse cerrada y la cerradura electrónica simplemente había sido burlada sin la más mínima señal de que la hubieran intentado forzar, podía contar el número de persona que podrían hacer algo así y entre ellas estaba la última que hubiera deseado encontrar en aquel lugar, la sola idea de que se tratara de esa persona hizo que la idea de ser asesinado en un trampa sonara increíblemente misericordiosa.

Su mano temblaba mientras sostenía el pomo de la puerta negándose abrirla, pero al final, no importaba que decisión tomara, lo que le esperara dentro era algo que no podría evitar por siempre.

Entro sin apenas hacer un ruido asegurándose de que puerta continuara abierta, si se equivocaba no pensaba quedar atrapado.

El cambio de iluminación desactivo tan rápido el modo nocturno que por una fracción de segundo se sintió aturdido por el regreso del color, olisqueó el aire enrarecido y contaminado por un fuerte aroma a tabaco, provocado que su estómago se retorciera, era imposible que no reconociera aquel aroma que incluso le perseguía en su pesadillas y en aquellos momentos sintió como si realmente se encontrara en una, se suponía que nadie debía conocer aquel lugar, especialmente él, había sido cuidadoso, siempre había vigilado que nadie lo siguiera, incluso solía intercambiar autos para evitar que su vehículo fuera rastreado, no era justo, comenzó a temblar incapaz de controlarse mientras contenía sus deseos de llorar al darse cuenta que aquella libertad y seguridad que había experimentado en su pequeño refugio alejado del mundo habían llegado a su fin.

Trato de controlarse apoyándose contra la pared, su mano se aferraba a su arma como si su vida dependiera de ello, necesitaba calmarse y volver en él, con esfuerzo comenzó a tratar de sincronizar su respiración con una cuenta, cada número era una nueva bocanada de aire que entraba y tardaba mucho más de lo debería en abandonar sus pulmones, era un truco sencillo, pero efectivo que hubiera preferido cambiar por un trago de alcohol.

Avanzar el corto tramo del pasillo a la sala se sintió como una interminable tortura en la que su cuerpo se negaba a avanzar, pero al final se encontró a si mismo parado en la entrada a su sala apuntando su arma a la cabeza del intruso.

Frente a él Tord le esperaba con una sonrisa socarrona en su rostro deformado por aquella viejas heridas de lo que aun deseaba que hubiera sido el último encuentro, con un gesto elegante inhalo una profunda bocanada de su puro antes de expulsar el humo que se elevó hasta desvanecerse con lentitud en el aire, su aptitud arrogante fingiendo ignorar su presencia lo enfermaba y le impulsaba a querer disparar y borrar de la faz de la tierra su estúpido cara, pero no podía ser tan fácil, era imposible que Tord se encontrara tan tranquilamente sin tener un truco bajo la manga.

Sus ojos se abrieron cuando finalmente se encontró ante la desagradable sorpresa de observar las docenas de botellas de alcohol colocadas en le mesa de centro, eran tantas que inclusive algunas se hallaban sobre el suelo, cada botella de alcohol oculta en su hogar se encontraba frente a él y eso solo podía significar una cosa, Tord había pasado una considerable cantidad de tiempo reuniendo cada una de ellas y esperando el momento en que llegara.

—¿Como diablos encontraste este lugar?

—¿Qué son esos modales para con tu líder, Thomas? —pregunto con mofa, no era que realmente le importaran esas formalidades estando solos después de todo, pero nunca desaprovecharía la oportunidad de burlarse y frustrar a Tom, incluso si en esos momentos eso no pareciera la idea más brillante considerando el arma que apuntaba a su cabeza—. No estoy de humor para juegos homicidas, Thomas —gruño sin apartar la vista del arma preguntándose si acaso Tom realmente se atrevería a disparar—. Baja el arma antes de que te obligue a hacerlo.

El primer impulso de Tom fue obedecer cual perro amaestrado, pero se contuvo de acatar la orden dada, no podía simplemente dejar de pasar aquella oportunidad, solo tenía que apretar el gatillo y la existencia del hombre que le había arrebatado todo en la vida terminaría en un parpadeo, ¿por qué no hacerlo? No tenía nada más que pudiera perder.

Solo tenía que hacer un disparo y todo terminaría.

Los músculos de Tord se tensaron ante la falta de respuesta de Tom, iba a disparar y hasta cierto punto no podía culparlo de hacerlo, necesitaba salir de su rango de tiro, pero sabía que no sería tan rápido para lograrlo, moriría antes de que siquiera lograra sacar su arma o ponerse a salvo y si de alguna manera lograba evadir el disparo no lo haría sin recibir daño suficiente para quedar en desventaja, además si Tom enloquecía estaría completamente perdido, sonrío levantando las manos en alto en señal de rendición, no tenía sentido luchar si todos los resultados terminarían en su muerte.

—Me rindo.

—¿Qué?

—Me rindo, Tom. No es algo exactamente difícil de entender ¿o sí?

Por supuesto que lo era, las cosas no podían ser tan fáciles, nada fácil venia sin una trampa de por medio.

—¿Qué es lo que quieres?

—Hablar, si tuviera otras intenciones tendrías a alguien apuntando a tu cabeza en estos momentos, pero como vez solo estamos tu y yo, y no tengo intenciones de sacar mi arma.

—¿Estas solo?

Tord asintió con fastidio a la pregunta, mientras bajaba los brazos sin perder de vista el arma que continuaba apuntándole.

—¿Por qué estás aquí?

—¿No puedo querer venir a hablar con mi viejo amigo, solo porque estoy preocupado por él?

—No somos amigos. Es la última vez que lo repita Tord, ¿qué es lo que quieres en verdad?

—Baja el arma y toma asiento.

Obedeció a regañadientes, él tenía la ventaja y debería encontrarse poniendo las reglas, sin embargo, se encontraba guardando su arma y sentándose frente a Tord.

—Me alegro que estés siendo razonable.

—Habla.

—Eres desagradable —dijo con un gesto de desagrado antes de apagar su puro en un cenicero que había encontrado mientras curioseaba, miro las botellas de alcohol que había reunido y se estiro para tomar el pequeño y caro tesoro que Tom había ocultado en su despacho.

—¡¿De dónde sacaste eso?!

—No importa de dónde lo saque, ni siquiera se supone que deberías tenerlo para empezar, teníamos un trato ¿lo olvidaste?

Los labios de Tom se movieron sin decir palabra alguna, pero a Tord solo basto ver el movimiento de sus labios para saber que le estaba llamando bastardo.

—¿Por eso estas aquí, Tord?

El nombrado arqueo una ceja mientras servía un poco de vodka en dos vasos dejando uno de ellos sobre la mesa al alcance de Tom que se reclino en su asiéndose cruzándose de brazos y negándose de caer en la tentación de tomar la bebida.

—¿Realmente tienes que preguntar? —cuestiono con sarcasmo, antes de beber un poco—. El trato era que dejarías de beber si te devolvía la vista.

No era que le importara Tom y su alcoholismo, pero era uno de sus más valiosos proyectos, un arma viviente que no podía ser recreada y no permitiría que se matara así mismo ahogado en alcohol.

Suspiro sin despegar la vista de todas las botellas que había encontrado, la mayoría estaban casi vacías y solo unas pocas de ellas aún se encontraban selladas, nunca espero que Tom cumpliera con su parte del trato, en el pasado ninguno jamás hizo el más mínimo intento por siquiera mantener su palabra, especialmente él, así fue como la amistad que en algún momento llegaron a tener había terminado.

—Thomas, tu desempeño ha comenzado a costar la vida de mis hombres —dijo con frialdad.

Aquellas muertes fueron algo que estuvo dispuesto a tolerar, incluso las misiones más simples siempre involucraban un riesgo, además, no era como si sus soldados no pudieran tomar sus propias decisiones sin la guía de un superior, sacudió su cabeza y suspiro, aun se estaba intentando engañar así mismo, no era eso lo que le hizo ser tan permisivo con Tom todo ese tiempo, desde un principio había obviado el hecho de que el otro continuaba bebiendo, después de todo se mantenía sobrio cuando se encontraba en la base y solo de vez en cuando daba un pequeño indicio de que haber tomado alcohol, pero no era nada lo suficientemente obvio para ser un problema, sin embargo las cosas se habían salido de control desde hacía poco más de un año.

Finalmente, Tom había llegado a su punto de quiebre y eso era su culpa.

—Matt casi muere por tu culpa. ¡Y todo porqué estabas demasiado borracho para saber que mierda estabas haciendo! —no espero tener aquel arranque de emoción, ni mostrar que estaba furioso ante la idea de perder a Matt, pero no solo a él, si Tom no fuese un monstruo ni siquiera lo tendría enfrente en aquellos momentos.

El grito le sobrecogió provocando que se retorciera incomodo en su asiento y bajara la mirada avergonzado, Tord no había dicho una sola palabra luego de aquella misión de la que apenas habían sobrevivido y ahora estaba frete a él dejándose llevar por sus emociones y mostrándole que podía preocuparse por otro ser humano, aquella revelación le hacía sentir enfermo, quizás porque era mucho más fácil pensar en Tord como un maldito bastardo al que no le importaba nada que no fuese él mismo; observo sus manos y comenzó a mover sus dedos con lentitud, se sentían entumecidos y le costaba realizar incluso aquellos movimientos, parpadeo y por un momento pudo jurar que nuevamente estaban cubiertas de la sangre de Matt, no importaba el tiempo que hubiera pasado o cuantas veces lavara sus manos, la sensación y el olor de la sangre continuaba tan fresca como días atrás cuando intentaba que Matt no muriera en sus brazos.

Se odiaba, Tord tenía razón, todo había sido su culpa, había estado tan borracho que perdió el control, ataco a sus compañeros, mato a poco más de la mitad de los soldados que estaban bajo su mando y solo pudo detenerse luego de casi haber asesinado a Matt.

Y al final Matt lo había perdonado.

<<Lo entiendo>>, dijo cuando intento rogar por su perdón, eso fue peor que haber recibido cualquier muestra de odio, quería que Matt lo odiara, que lo despreciara e intentara tomar alguna clase de venganza en su contra, no quería perdón, no lo merecía, era una mierda de amigo, de persona, de ser humano, no merecía ninguna clase de simpatía, cada persona que alguna vez le había importado terminaba muerta como Edd, herida como Matt, asesinada como los soldados que pusieron su vida en sus manos.

—¡Tom!

El llamado finalmente rompió el trance en el que Tom se había sumergido, se encontraba aturdido y su respiración se había vuelto agitada mientras que el sudor empapaba su cuerpo, en silencio Tord lo observo la escena preocupado, había llevado su mano a donde el arma que portaba se encontraba oculta.

Los dientes de Tom habían crecido y algunas manchan habían comenzado a manchar su piel, el cambio no había ocurrido de manera consciente como debería haber sido, no fue más que una respuesta al estrés y para Tord eso estaba más que claro.

Los ojos de Tom se abrieron mirando desesperado las botellas frente él, su garganta se sentía seca y aquel vaso que se había rehusado a tomar lucia como un oasis en medio del desierto, lo necesitaba, no pensó en sus acciones ni en la patética forma en que se abalanzo sobre aquella bebida.

Un golpe resonó en la sala acompañado del sonido del vaso al estrellarse contra el suelo.

—¡¿Qué mierda crees que haces?! —grito Tord mientras aún mantenía la mano en alto.

El impacto dejo a Tom sin palabras, fue una bofetada que apenas podía considerar dolorosa, pero fue el shock que causo en él lo que mantuvo inmóvil sin atreverse a hablar o moverse, no podía recordar cuando fue la última vez que Tord lo había golpeado, quizás porque seguramente fue en alguna pelea cuando aún eran adolescentes.

—¿Crees que todo va a desaparecer con alcohol? ¿Qué mágicamente todo va a solucionarse con eso? Te necesito sobrio porque eres un maldito peligro para cada ser vivo a tu alrededor cuando pierdes el jodido control, idiota.

Le tomo tiempo procesar las palabras de Tord, por supuesto que el alcohol no era una solución, nunca lo fue, pero lo necesitaba, se había vuelto lo único que impedía que la culpa y los errores del pasado lo consumieran finalmente.

—No puedo permitir que continúes haciendo esto.

—Lo dices como mi jefe o como el amigo de mierda que supuestamente fuiste.

Tord permaneció en silencio, no quería responder a eso y prefería morir antes que tener que hacerlo, soltó un gruñido mientras se dejaba caer nuevamente sobre el sofá, comenzaba a arrepentirse de lo que había ido a hacer a aquel lugar, sin embargo, era demasiado tarde para dar vuelta atrás.

No era estúpido para no darse cuenta de lo obvio y nuevamente creer ciegamente en la buena voluntad que Tord.

—Porque no dejas fingir que te importa que sea un alcohólico, ambos sabemos que ya no me necesitas incluso cuando dices lo contrario. Así qué, ¿por qué no nos ahorramos todo este drama y me matas de una vez?

—¿Realmente quieres morir?

Comenzó a reír sin ser capaz de contenerse, ¿acaso no era algo obvio? Paso años obligándose a sí mismo a continuar levantándose cada día de la cama y forzándose a sobrevivir por años porque tenía un propósito para hacerlo y Tord le había quitado eso porque fue demasiado ingenuo para creer en sus promesas vacías.

—¿Realmente tienes que preguntar? —le cuestiono llevando sus manos a sus ojos queriendo limpiar las lágrimas que ahora le eran imposibles de tener, fue un gesto carente de sentido considerando el aparato que cubría su rostro, una acción meramente instintiva que no pudo evitar realizar—. Hazlo antes de que arrepienta de esto.

La voz de Tom fue un ruego miserable y derrotado que le estremeció, en todos esos años bajo sus servicios fue la segunda vez que lo vio romperse frente a él y lejos de hacerle sentir orgulloso se sintió culpable, odiaba aquellos breves momentos de sinceridad consigo mismo en donde era incapaz de negar que en el fondo no era el bastardo inquebrantable que le gustaba creer que era, que sus viejos amigos continuaban importándole lo suficiente para desear mantenerlos a su lado incluso si tenía que obligarlos a hacerlo.

—Si quisiera verte muerto solo habría tenido que esperar a que tú mismo hicieras el trabajo. Y considerando todo esto—dijo señalando las botellas a su alrededor—, eso no tardara mucho en ocurrir.

—¿Y qué es lo que harás? ¿Amenazarme para que hagas lo que quieras? Eso no va a funcionar conmigo.

—Lo sé —ahora eso le quedaba más que claro, con los años había aprendido que era imposible amenazar a alguien que no tenía nada que perder—. Por eso vengo a hacer un trato contigo.

—¡¿Un trato?! —clamo indignado—. Tu palabra no tiene valor Tord, eres una rata rastrera y mentirosa que nunca ha cumplido con sus promesas.

—Cumplo mis promesas cuando otros lo hacen —mentía y tenía el descaro de hacerlo frente a la primera persona que había traicionado en su vida.

—Hijo de puta mentiroso —murmuro Tom con odio.

Por supuesto que lo era, no iba a negarlo ni a perder el tiempo intentando convencer a Tom de lo contrario, pero por una vez en su vida estaba dispuesto a cumplir su palabra.

—Sígueme —dijo levantándose y saliendo de la sala.

El cuerpo de Tom se negó a moverse mientras los pasos de Tord hacían crujir la madera bajo sus pies, permaneció mirando a la nada intentando procesar todo lo que acababa de suceder, su arma aún se encontraba a con él, Tord ni siquiera había hecho el más mínimo intento por intentar quitársela siquiera y la idea de usarla para asesinarlo aún se encontraba ahí, aunque ya no tenía la voluntad para efectuar aquel único disparo que podría terminar con todo.

Sus pies se movieron con torpeza y pesadez mientras se negaba a buscar apoyo pese al vértigo que le hacía pensar que perdería el equilibrio en cualquier momento y que se volvería incapaz de moverse nuevamente; soltó un gruñido amenazante mostrando sus colmillos a Tord que le miraba al final de las escaleras que conducían a la segunda planta.

Su confusión fue sustituida por ira al darse cuenta del sitio al que Tord le estaba guiando, a medida que subía intentando alcanzarlo su indignación aumento al darse cuenta a donde se dirigía.

Contuvo su impulso de gritar y embestir contra Tord cuando le vio al final del pasillo sosteniendo el pomo de la puerta de su habitación mientras mantenía una mano sobre su boca indicándole que guardara silencio, con cautela comenzó a acercarse esperando lo peor mientras se preparaba mentalmente para desenfundar su arma en cualquier momento.

—Tiene que ser una mentira —murmuro Tom sintiendo que su voz le abandonaba.

La habitación se encontraba en silencio alumbrada por las lámparas de noche permitiendo distinguir perfectamente la silueta de una persona acurrucada sobre la cama y a la que Tord se encontraba dándole la espalda con un gesto amargo en su rostro.

Las piernas de Tom cedieron, su boca se abrió, pero ningún sonido escapo de su garganta, sacudió su cabeza negándose a creer lo que tenía frente, no era posible, él había presenciado la ejecución de Edd, recogió el cuerpo y lo sostuvo entre sus brazos hasta que un grupo de soldados lo obligaron a separarse llevándoselo a rastras y encerrándolo por horas hasta que finalmente el cuerpo de Edd fue convertido en cenizas.

Su cuerpo reacciono embistiendo y derribando a Tord con una descarga de energía que en aquella fracción de segundos fue incapaz de comprender lo que había sucedió, su puño se elevó dispuesto a moler a golpes a Tord hasta matarlo, pero el sonido de movimiento proveniente de su cama lo detuvo dejándolo con el puño en alto, levanto la vista encontrándose con el cuerpo de Edd reaccionando al sonido y removiéndose incómodo.

—Vas a despertarlo —mascullo captando la atención de Tom—, y no quieres eso —termino la frases empujando a Tom lejos de él y sorprendiéndose de lo fácil que había resultado aquella acción.

Ambos se miraron sin atreverse a moverse como si en aquel silencioso momento de mutismo hicieran una breve y frágil tregua.

Tord fue el primero en comenzar a moverse levantándose con lentitud resintiendo la embestida de Tom que le desoriento cuando su cabeza golpeo contra el suelo, salió de la habitación sin atreverse a mirar atrás sabiendo que de hacerlo se arrepentiría y se negarían a dejar a Edd.

Fue solo hasta que Tord desapareció que finalmente se atrevió a moverse, gateo hasta la orilla de la cama, su cuerpo entero temblaba entorpeciendo sus movimientos e incluso cuando se arrodillo a un lado de la cama no dejo de hacerlo, observo a Edd dormir mientras que su mente aún se negaba a admitir que aquello no fuera otra cosa que una alucinación producto de su desesperación y culpa, su mano serpenteo por la cama apenas rosando el cabello de Edd, incluso con aquella prueba física continuo negándose a creer que lo tenía frente a él, lo vio morir, la sensación de su cuerpo en sus brazos y su sangre en sus manos aun le perseguía a pesar de todos los meses que habían pasado.

Edd estaba tan cerca que podía ver las cicatrices en su rostro que apenas eran notorias a la distancia, sin aquella descuidada barba lucia mucho más joven de lo que realmente era y su expresión tranquila al dormir le hizo suspirar con añoranza, recordando la última vez que lo vio dormir con aquella expresión de tranquilidad, habían pasado tantos años de eso que parecía irreal que alguna vez tuvieran una vida feliz, Edd hizo un pequeño movimiento dejando al descubierto una gargantilla en su cuello, aquella visión le devolvió a la realidad al darse cuenta que si Edd estaba en aquel lugar era en condición de un prisionero, decidido se levantó del suelo y camino fuera de su habitación encontrando a Tord esperándole cerca de las escaleras.

—Supongo que ahora estarás dispuesto a escuchar mis condiciones —dijo cuando Tom se acercó a él antes de empujarlo contra la pared.

—Lo vi morir.

—Y murió, alguien necesitaba hacerlo para dar el ejemplo —se encogió de hombros como si la respuesta fuera demasiado obvia como para explicarla, sin embargo, por la expresión aun rabiosa de Tom se dio cuenta que aún no había hallado la respuesta—. Solo necesitaba que alguien con la apariencia de Edd muriera —para nadie era un secreto que alguna vez experimentaron con la clonación, pero los clones eran efímeros y sacrificables cuando necesitaba carne de cañón en sus filas.

Finalmente, Tom se dio cuenta del engaño del que había sido víctima, Tord le había prometido que si le entregaba a Edd le perdonaría la vida, por eso cuando finalmente él y Matt lograron capturarlo no dudo en entregarlo pensando que era la única forma en que podía protegerlo, había pasado todos aquellos meses atormentado por la culpa tratando de autodestruirse para castigarse por lo que había hecho y todo ese tiempo Tord había mantenía a Edd con vida mientras disfrutaba del espectáculo de su miseria.

Quería explotar contra Tord, pero cayó en cuenta de que todo aquel tiempo Edd había sido mantenido como un prisionero del que nadir sabía nada. ¿Qué había sido de Edd durante todo aquel tiempo en manos de Tord sin que nadie supiera que continuaba con vida? Se estremeció ante la idea de tener una respuesta a aquella pregunta, era incapaz de creer que Tord sencillamente renunciara a Edd sencillamente por él, entonces, ¿cuál era el truco?

—¿Qué diablos fue lo que le hiciste? —dijo tomando a Tord de su ropa.

—¿Hacerle? ¿Por qué habría de hacerle algo? ¿No me digas que estas celoso como antes? —se mofo mirando a Tom apretar sus dientes—. Ya sabes, justo como en la escuela cuando él y yo comenzamos a salir o cuando creíste que tenías una oportunidad cuando me marche y luego descubriste que él continúo pensando en mí, piensa que por una vez en tu vida te estoy dando la oportunidad de dejar de ser el plato de segunda mesa, Tom.

Las palabras de Tord eran como cuchillas que sabían perfectamente donde debían ser clavadas para herirlo, quería asesinarlo en aquellos momentos, pero no era porque le importara ser tratado como un perro que debería fingir estar agradecido de recibir las sobras de su amo, era por la forma en hablaba de Edd como si fuera un juguete con el cual se había aburrido de jugar y que simplemente había decidido desechar, cerro los ojos intentando contener su frustración y sus deseos de hacer algo realmente estúpido.

—¿Cuál es el truco?

—No hay trucos esta vez, solo condiciones. Nadie sabe que él sigue vivo o está aquí y tampoco la ubicación de este lugar así que él podrá quedarse en este bonito sitio contigo siempre que dejes el alcohol y continúes siendo un buen y obediente perro bajo mis órdenes. Es algo bastante simple, ¿no?

Lo era, era tan malditamente simple que parecía un engaño.

—Tienes un mes para volver a la base y cuando lo hagas serás sometido a exámenes médicos rutinarios, una sola gota de alcohol en tu sistema y me asegurare de que nunca vuelvas a estar cerca de Edd.

Su mente le gritaba que había algo terriblemente malo para que Tord decidiera hacer algo como eso, lo conocía bien, demasiado bien para su gusto, pero aceptar significaría que podría mantener a Tord tan lejos de Edd como le fuera posible.

—No vas a volver a acercarte a él mientras este conmigo.

—¿Por qué lo haría? No soy tan cruel como para seguirlo atormentando con mi presencia.

Pudo sentir como la sangre escapaba de su rostro, mientras trataba de controlar su necesidad de correr a donde Edd dormía, pero logro controlarse los suficiente para permanecer firme.

—Tengo un mes antes de tener que volver a la base.

—Supongo que tenemos un trato en ese caso.

—No quiero saber nada de ti en todo ese tiempo y quiero que te largues de mi casa —dijo soltando a Tord y alejándose lo suficiente de él para que pudiera irse.

—Tampoco es como si esperara que esta visita fuera más larga.

Con un encogimiento de hombros Tord sencillamente le dio la espalda y comenzó a bajar las escaleras sintiendo la mirada fija de Tom sobre él.

Salió de la casa y busco entre sus prendas hasta dar con una cajetilla de cigarros, no podía escuchar ningún sonido proveniente del interior, pero estaba seguro de Tom había corrido de regreso con Edd en el momento en que cerró la puerta al salir, estaba bien, aunque considerando la cantidad de narcóticos que le había inyectado dudaba que Edd despertara hasta dentro de un par de horas más; encendió un cigarrillo y dio una muy necesitada y merecida calada, Tom había hecho bien en sospechar de sus intenciones y su falso acto de altruismo.

Ambos habían peleado por Edd desde que eran adolescente, así habían terminado odiándose, un día Tom le confeso lo que sentía por Edd y sin embargo a él no le importo en lo más mínimo adelantarse a él y comenzar a salir, Tom nunca lo perdono por ello y aun parecía no hacerlo, no lo podía culpar.

Él no quería renunciar a Edd, nunca lo quiso y en aquellos momentos se arrepentía de lo que acababa de hacer, pero de no haber cedido hubiera terminado perdiendo a ambos, Tom finalmente llegaría a un punto en que terminaría colapsando y Edd probablemente habría encontrado la manera de que alguno de sus intentos de suicidio funcionara con tal de mantenerse alejado de él. Lo intento, desde el primer momento en que Edd cayó en sus manos trato de complacerlo y volverle a recordar lo que alguna vez fueron, intento que volviera amarlo como él continuaba haciéndolo, pero nada funciono, hizo cosas horribles con Edd cuando todos sus intentos se vieron frustrados hasta que finalmente termino por romperlo, ni siquiera podría decir que el cascaron vacío en que Edd se convirtió al final de todas las vejaciones que le hizo pasar siquiera recordara que alguna vez fue un ser humano capaz de pensar y actuar por sí mismo.

Trato de arreglar su error creyendo que si eliminaba de su memoria aquellos meses de tortura y abusos, Edd volvería a ser el mismo, pero se equivocó, las cicatrices en su cuerpo era un recordatorio constante de todo lo que hizo con él e incluso si Edd no podía recordar nada de lo ocurrido en su mente el trauma había quedado tan arraigado que el solo hecho de tenerlo alrededor revivía todo el dolor y el miedo de aquellos días haciendo que entrara en crisis que lo volvían impredecible, podía desde comenzar a temblar o llorar hasta que él se alejara o arremeter y atacar de forma incontrolable, la primera vez que lucho contra él Edd lo había atrapo con la guardia baja y estuvo cerca de matarlo, aun continuaba sin comprender porque no termino con la tarea y lo asesino, quería creer que en el fondo aún mantenía un poco de afecto por él y por eso se detuvo, quizás no lo hacía y solo se estaba engañando pensando que fue su moribundo amor lo contuvo a Edd, aunque tampoco quería averiguar la verdad y desmentir la mentira en la decidido creer.

Tiro el cigarrillo a medio terminar al suelo aplastándolo con su bota antes de caminar a su auto y dar una última mirada a la casa, dejando que una amargar punzada de celos se apoderara de él, sabía que pese a todo lo que había pasado en esos años a Edd le importaba Tom y que en algún punto él había ocupado el lugar que alguna vez le perteneció.

Tom no lo sabía, pero Edd había salvado su vida un sin número de ocasiones, no era que espiara a Tom, simplemente se dio cuenta de todo eso por el pequeño sistema de seguridad que había instalado en su visor y que le permitía ver y escuchar lo mismo que él cuando sus niveles de estrés aumentaran o quedara fuera de combate repentinamente, fue así como fue testigo indirecto de todas las ocasiones en que Edd lo arrastrado fuera de peligro, de cómo se había quedado a su lado hasta que alguien de su bando lo encontrara o él comenzara a reaccionar, incluso había visto cómo Edd lo había llevado hasta Matt en más de una ocasión para que fuera él quien lo llevara a un lugar seguro sin importarle que por aquel acto de benevolencia se arriesgara a ser capturado, odiaba recordar todas aquellas platicas sinceras de Edd con un inconsciente Tom mientras se desahogaba pensando que nadie escucharía sus confesiones, se atormentaba a si mismo recordando como él se había convertido en un error en la vida de Edd, un fantasma de un viejo amor del cual se arrepentía y como se lamentaba de haber sido tan ciego y estúpido para no darse cuenta de los sentimientos de Tom por él hasta que fue demasiado tarde, lo más doloroso fue escuchar a Edd hablar de como quería que tuvieran una vida juntos cuando de que ambos creían que él estaba muerto.

Entro al auto y encendió el motor antes de alejarse de aquel lugar al que intentaría no tener que volver, su ambición le había llevado a tenerlo todo y a perderlo todo, era lo que había elegido para sí mismo e incluso si realmente no podía tener todo como alguna vez deseo, había estado bastante cerca de hacerlo, quizás algún día podría acercarse nuevamente a Edd y hacerlo volver cuando se diera cuenta que Tom nunca podría ocupar a su lugar, dio una última mirada atrás antes de que la casa fuera tragada por la noche, realmente esa era una bonita esperanza a la que podría aferrarse.

Notas finales:

Se que prometí Sinsworld y en un inicio iba a tenerlo, pero conforme la historia seguía desarrollándose se sentía como algo demasiado forzado de meter. 

 

En fin, solo espero terminar esta week pronto, tal vez incluso agregue un capitulo extra como en la TomEdd Week 2018. 

 

El siguiente tema en la lista es Dinner and Movie first, ¿quieren una continuación de esta historia con ese tema o preferirían una historia que fuese un one-shot? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).