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R E D por Shima_Suzuki

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Notas del capitulo:

ya llegue uwu

Akira iba rumbo a Tokushima en el tren bala, llevaba solo una maleta con ropa y su computadora, estaba distraído mirando por la ventana hasta que escucho a las personas sentadas detrás de él hablar.


— ¿Escuchaste el caso del Chef Tanabe?


—Ah... ¿Lo de la intoxicación?


—Aja, las malas lenguas dicen que fue a propósito...que dentro de los comensales de esa noche había alguien que odiaba y como no sabía que pediría, enveneno toda la comida.


— ¿Pero eso no sería perjudicial para él? Se crearía una mala fama...


— ¿Crees que aun hombre tan rico como él le importaría eso? Se hicieron las averiguaciones, pero por falta de pruebas lo dejaron libre, mucha gente murió, pero se encontró que pudieron ser alérgicos a algo en la comida que ni ellos mismo sabían.


—Eso es muy extraño.


—Supongo que tener tanto dinero tiene sus ventajas, pudo pagarle a mucha gente para que al final todo terminara a su favor...


—Ah... pues eso también es verdad.


Dejo de poner atención cuando el anuncio de estación sonó por las bocinas, aún faltaban un par de estaciones más para su destino así que saco su teléfono y se pudo a investigar.


Solo un par de palabras en el navegador y la noticia completa le salió.


Aparentemente el famoso chef tenía múltiples restaurantes en toda la prefectura y en algunas más, pero el problema se dio en el restaurante principal de Tokushima donde se le acusó de intentar matar a "una persona en específico" pero todos los comensales se vieron afectados y algunos otros murieron.


El juicio fue a puertas cerradas y hubo demasiadas inconsistencias según las malas lenguas, al final el chef quedo libre y las familias de muchos inconformes.


Llego a su estación, tomo sus cosas y bajo, camino hasta la calle principal donde tomo un taxi, dio a dirección del departamento donde se quedaría. En todo el viaje empezó a empaparse con un poco más de información sobre el tal Tanabe Yutaka.


Al llegar, pago y entro al departamento, saco su computadora y equipo par aponerse a trabajar, agradecía que su puesto le permitiera tener una base de datos que le permitiera investigar a sus víctimas, siempre había algo, una multa un pequeño arresto o alguna cosa que los hiciera entrar en el sistema.


Dejo a la computadora trabajar en lo que el -con su otra computadora- hacia el trabajo que su jefe lo había mandado a hacer en la prefectura. Tardo un rato en contactar con las personas con las que tenía que hacer el negocio, los proveedores que antes tenían habían ido a la quiebra por "negocios ilícitos" que les costaron demandas por miles de millones, así que ahí tenía que ir el, a contactar con esta nueva gente que al parecer tenía una planta aún mejor que los anteriores.


Mando un par de correos y contesto otros, organizo las citas correspondientes para el día de mañana y pasado, no estaría mucho tiempo ahí para hacer negocios, pero se quedaría el suficiente para cumplir su proyecto personal.


Se levanto para preparar algo de comer en lo que su computadora seguía buscando, la cocina estaba equipada de hecho ya había varios víveres en el refrigerador así que no tuvo que preocuparse por salir a comprar.


Hubiera desayunado en la mañana, pero por culpa de su adorable novio no pudo, su alarma sonó y en vez de levantarse con tiempo para arreglarse y desayunar, Kouyou lo mantuvo sometido en la cama, "un rápido mañanero no le hacía daño a nadie" esas fueron sus palabras, y tenía razón, no el hacía mal a nadie, lo disfruto bastante, pero se tuvo que ir volando sin desayunar si no quería perder el tren.


Termino de cortar los condimentos y puso a calentar los fideos, estaba algo frió el clima así que un ramen no le haría mal, tomo su teléfono en lo que dejaba que todo se calentara y llamo a Kouyou.


—Hola amor~ ¿llegaste bien?


—Si, ya estoy acá—sonrió—Casi no llego al tren, pero lograron esperarme.


—Ay, perdón, es mi culpa.


—No te sientas mal, lo disfrute—dijo sonriendo con burla.


—Menos mal, estaría preocupado si no—rio un poco y Akira suspiro— ¿Pasa algo?


—No, nada, es solo que apenas me fui y ya te extraño...


—Ay... no sabes cómo me gustaría ir contigo—suspiro.


—Si, pero no puedes, contigo aquí haría de todo menos trabajar, además de que la compañía es la que me paga estos viajes, no puedo traerte conmigo...


—Lo se amor—dijo algo apenado— ¿Ya comiste algo? No te deje desayunar.


—Estoy preparando ramen en lo que los nuevos proveedores me contestan.


—Tú y tu ramen—suspiro—¿Qué no comes otra cosa?


—Si, pero cuando estoy contigo, porque así sale mi lado chef por consentirte a ti, cuando estoy solo como cosas sencillas.


—No sé si sentirme alagado o culpable...


Akira iba a responder, pero el pitido de alerta en su computadora lo interrumpió, ya lo había encontrado.


—Tengo que colgar bebé, te veo en unos días.


—Está bien, te amo...


—Y yo a ti.


Dio un beso en la bocina, escucho la risa de su novio y colgó.


Camino de regreso a la sala donde estaban ambas computadoras, primero reviso la del trabajo, los correos de ultima confirmación ya estaban ahí así que cerro esa avisando a su jefe que los negocios se llevarían a cabo en los próximos días y después paso a la otra.


Tanabe Yutaka había tenido un par de multas por exceso de velocidad además de su reciente arresto por el supuesto homicidio de algunos de sus comensales, aunque su objetivo fuese asesinar a alguien dentro de la gente de esa noche.


Vivía algo lejos de donde se encontraba, ya había trazado la ruta desde el mapa del navegador, pero bueno, aún tenía bastantes días para planificar bien todo, tendría primero que comprobar que tanta seguridad tenía en casa, probablemente seria alta, digo, el tipo tenía bastante dinero y debido al incidente era de imaginar que mucha gente lo quisiera muerto.


Busco en Internet con su otra computadora sobre el caso, encontró unos cuantos foros donde se hablaba de ello, creados por las familias de las víctimas, al parecer le estaban ahorrando el trabajo puesto que muchas otras personas estaban haciendo publicaciones sobre su vida.


El no salía de la casa.


La seguridad era rotativa dejándolo solo con un par de guardias el fin de semanas a diferencia de los demás días de la semana donde había por los menos 7 u 8 guardias.


Las compras las hacia su ama de llaves.


Por ahora los restaurantes estaban cerrados, exceptuando los de las otras prefecturas.


El sistema de seguridad de su casa es con una serie de códigos en las puertas, las ventanas no se abren.


Agradecía que la población japonesa a veces fuera "rara y obsesiva" como la mayoría del mundo los describía, probablemente le hubiera tomado mucho más tiempo averiguar todo eso por su cuenta.


Había también varias fotos de toda la casa, al igual que de algunos de los guardias de seguridad, Akira se pasó un buen rato leyendo y estudiando todo, el asesinato tendría que ser el domingo en donde sería fácil evadir la seguridad, el problema sería entrar en la casa ya que hacer su trabajo en silencio, para que ninguno de los guardias lo interrumpiera era algo sencillo, ya lo había hecho con sus otros cuatro víctimas, noquearlos sin drogas era sencillo si se les cortaba la respiración por un rato, así evitaba dejar rastros.


En su maleta tenía lo necesario, siempre cargaba con sus cosas, era muy meticuloso y casi siempre todo salía perfecto, lo único que seguía fallando era el modo de entrar sin ser visto.


Anoto un par cosas en las notas de su computadora para después levantarse de nuevo de regreso a la cocina, tenía que comer algo así que lo mejor era terminar de preparar el ramen.


Mañana por la mañana pensaría con más calma.


~*~


Había logrado cerrar exitosamente el negocio, su jefe siempre lo dejaba quedarse un par de días más pues nunca le fallaba, esos días Akira los aprovecho muy bien.


En sus recurrentes salidas había ido a visitar la casa, como ya lo intuía estaba muy protegida entre semana, ya era sábado y la seguridad era un poco más baja, mañana sería el gran día.


Había descubierto una entrada de servicio aparentemente descompuesta que le permitiría un acceso fácil, estaba bloqueada por los contenedores de basura y algunos muebles rotos para aparentar, pero él se dio a la tarea de investigar y descubrirlo.


También había descubierto que la ventana de su habitación siempre se quedaba abierta en un periodo de 4 a 6 de la tarde, después se cerraba, se iba a dormir a las 9, la seguridad abandonaba la casa y permanecía en el jardín luego de un rondín en toda la casa que le dejaba un hueco de 8 minutos para entrar por la ventana del hombre y permanecer ahí hasta que se fuera a dormir.


Preparo su ropa para mañana así como su mochila con todo lo que necesitaba, todo su equipo de trabajo para cumplir su misión, lo último que faltaba era comprar el toque final...


Salió del departamento y fue a paso y tranquilo hasta un puesto de verduras y condimentos; hizo la compra como si nada, se llevó zanahoria, cebollas, papas, tomate, jengibre y algunas especias todo lo normal para una receta de curry, también compro fideos, berenjenas y lechuga, nada que ver con la receta, pero la vendedora no el cuestiono nada, supuso que solo compraba lo que le hacía falta para una cena.


Pago y regreso a su departamento.


Se preparo el curry de cenar, la lechuga y berenjena las guardo en el refrigerador.


Mañana era el gran día así que durmió temprano luego de una cursi llamada de 50 minutos con su novio.


Luego de eso durmió hasta que durmió las 9 de la mañana, se dio un baño, se colocó la ropa apropiada para la ocasión y alisto sus cosas para abandonar el departamento, luego de realizar el trabajo, tendría que volver a Tokyo como si nada hubiera pasado.


Cuando tuvo todo listo, tomo su mochila para el trabajo y salió de ahí rumbo a la casa.


Camino a paso tranquilo, no tenía prisa, incluso tenía que hacer tiempo, lo que menos quería era ir corriendo y levantar sospechas, se detuvo un par de veces en tiendas para aparentar, en algunas si compro dulces, los comía rápido y tiraba la basura, limpiaba sus manos bien con pañuelos desechables que también tiraba rápido, lo que menos quería era dejar una misera pista con al que la policía lo fuera a rastrear.


Que ver las series de crímenes y detectives con Kouyou servía de algo, gracias a eso había logrado cometer 4 crímenes perfectos sin que alguien pudiera relacionarlo con ellos, se escuchara tonto, pero es la verdad.


Ver los errores y hacerlo mejor nunca había tenido tanto sentido.


Cuando llego, camino como si nada para la parte de atrás de la casa y sin necesidad de mover mucho los contenedores logro entrar, como intuyo, solo estaban para aparentar, la puerta de servicio descompuesta cedió después de colocarle aceite-que traía en las cosas de su mochila- y dos empujones.


Él no jugaba cuando analizaba la situación, de verdad estudio absolutamente todo para poder tenerlo todo fácil y rápido.


Llego hasta la planta baja de la gran casa, camino con cuidado recordando el recorrido de los guardias y dándole la oportunidad de entrar a la casa por una de las puertas corredizas de vidrio sin necesidad de llevar a cabo su primer plan que era entrar por la ventana como inicialmente había pensado. Los guardias tenían acceso entero a la casa por lo que la mayoría estaba accesible pues se paseaban por todos lados.


¿Suerte o una trampa?


Esperaba que fuera la primera, aunque era lo más probable, no había levantado sospechas en ningún día de su investigación, estaba seguro que ningún guardia lo había visto en ninguna de sus 2 visitas, la mayoría de lo que sabía era gracias a ese foro de odio contra el chef y vaya que había sido de utilidad.


Subió por las escaleras con cuidado, mirando atento a que no hubiera ningún guardia en la parte de arriba, no eran muchos al ser domingo, pero aun así...


Al tener el camino libre miro con atención la casa, había demasiadas puertas, por la visión que tuvo desde a fuera sabía cuál era la habitación del chef, pero no era momento, tenía que esconderse en algún lugar que no fuera revisado con regularidad.


El problema era saber que eran todas esas habitaciones y cuál era la más conveniente para esconderse y esperar la hora.


Irlas abriendo y arriesgarse a que alguien lo viera-o peor, que su víctima lo descubriera- no era la mejor opción, tenía que tentar a su suerte y entrar a la primera, no le quedaba mucho tiempo, si la memoria no le fallaba le quedaban exactamente 3 minutos para encontrar un escondite decente o de lo contrario un guardia subiría y lo vería.


Se aventuro por la puerta al final del pasillo, suspirando aliviado al no encontrar a nadie y ver que era un estudio, inspecciono la habitación y se escondió detrás del escritorio grande de madera, cabía perfectamente así que ahora solo tenía que esperar.


Gracias a Buda que lo había bendecido con mucha paciencia...


Espero cerca de cuatro horas, escucho pláticas entre los guardias e incluso el propio chef con alguno, escucho muchos pasos por toda la casa, el cuarto en el que estaba nunca fue visitado más que para sacar unos libros de un estante y volver a cerrar la puerta.


Estuvo en silencio y paciente analizando todos los ruidos que escuchaba hasta que por fin no escucho nada.


Todo estaba en un absoluto silencio así que esa era su señal.


Salió con mucho cuidado notando que las luces de abajo seguían encendidas, pudo escuchar la voz de los guardias así que camino con cuidado.


Camino hasta la habitación del chef y abrió con cuidado, notando el cuerpo ya en la cama. Entro haciendo el menor ruido posible y cerro con seguro, ya era el momento...


Se acerco al cuerpo y con un rápido movimiento envolvió su cuello con su brazo y cubrió su boca, la evidente sorpresa al ser despertado tan abruptamente hizo que tratara de forcejear, pero evidentemente por la falta de oxígeno no pudo oponer resistencia por mucho tiempo ni mucho menos llegar al botón de pánico que siempre tenía con él a su lado...


Cuando lo tuvo noqueado lo dejo recostado en la cama y abrió su mochila.


Era hora de comenzar...


Los guantes ya los traía puestos desde que ingreso a la casa, pero los cambio por unos de látex, saco todo un kit medico donde había bisturís, pinzas y tijeras, se colocó un cubrebocas y una gorra para cirugía, no era necesario debido al excesivo fijador que le había dejado el cabello más tieso que nada, pero lo mejor era prevenir.


Amarro muñecas y tobillos a la cabecera y base de la cama con cuerdas gruesas y con mucha fuerza, una vez empezara el despertaría...


Saco una lechuga y un cuchillo de la mochila, utilizo la mesita de noche como mesa de picar y la corto en cubos medianos, los metió todos a la boca del hombre hasta llenarla, corto cinta de aislar que también saco de su mochila y la coloco sobre su boca.


Metió todo de nuevo y abrió su kit, alzo la playera que usaba para dormir, tomo un bisturí y comenzó a trazar.


Evidentemente y como ya se esperaba el hecho de estar cortando su piel lo hizo despertar debido al intenso dolor, el hecho de querer gritar lo hizo atragantarse con la lechuga que tenía en la boca y el intentar toser solo lo empeoro más.


Sus gritos nunca se escucharon, pero Akira sabía que intentaba externarlos, el hecho de que se moviera mucho estaba dañando sus trazos así que se levantó y golpeo su rostro con fuerza, tratando de dejarlo aturdido para poder seguir.


—Has algo bueno por una maldita vez en la vida y quédate quieto—susurro con frustración, el chef trato de enfocarlo, pero no pudo, su cara cubierta por el cubrebocas y la obscuridad, sumando el doloroso golpe lo había dejado aturdido.


Todos e disipo un poco cuando el dolor intenso en su abdomen regreso, podía sentir el peso de un cuerpo sobre sus piernas, así que no podía moverlas para tratar de pararlo, sus brazos ya estaban entumidos por la falta de circulación y se sentía cada vez más ahogado por lo que estaba en su boca...


Iba a morir.


Y no podía hacer nada para evitarlo.


Akira sonrió cuando sintió el cuerpo del otro dejarse vencer, así que prosiguió con su trabajo, podía escuchar sus sollozos y gritos ahogados por la cinta, ya no se movía y eso lo agradeció.


Para cuando termino de escribir la palabra "avorazado" en su vientre, saco una botellita de cristal con gotero y comenzó a dejar caer el liquido en las heridas abiertas, los gritos de nuevo llegaron pero nadie pudo escucharlos, al final pudo notar como se retorcía al no poder respirar bien, al aparecer la lechiga ya había legado hasta la garganta, lo único que necesitaba era que dejara de respirar por la nariz que al parecer eso fue lo que le permitió seguir con vida.


Se acerco y cubrió las fosas nasales apretándolas con sus dedos, lo miro a los ojos y espero a que la vida se fiera de ellos.


Por mas que el otro intentara moverse, ya no podía, la perdida de sangre, el dolor intenso y sus brazos y piernas acalambrados por la falta de circulación debido al amarre lo estaban dejando vencido.


Después de unos segundos mas ya no se movió. Estaba hecho.


Pero la cosa no se acabo ahí, tenia que asegurarse de que de verdad estuviera muerto y preparar el cuerpo para que la policía lo encontrara.


Con el cuchillo de cocina perforo su traqueá, lo dejo ahí hasta que termino de desatar sus manos y piernas, saco el cuchillo y la sangre boto, limpio el cuchillo en la ropa del chef y lo aparto en la mesita de noche, limpio también si kit de cirugía y lo guardo, saco otra lechuga de la mochila y la berenjena, desojo la lechuga y corto la berenjena como si fuera a cocinar.


Lo desamarro y acomodo en posición fetal, lo rodeo de lechuga y berenjena, quito la cinta de su boca y coloco mas verdura en su boca, también acomodo bien su ropa a pesar de que ya estuviera ensangrentada.


Saco una cierra pequeña de si mochila y corto con precisión su mano izquierda, saco una bolsa de platico resellable y la guardo en la mochila.


Lo arropo como si estuviera dormido como si nada, limpio todo, se quito los guantes de látex y se coloco los anteriores, termino de guardar todo, se asomo por la ventana, notando que justo de ese lado de la casa estaba la seguridad así que salió de la habitación después de quitar el seguro, bajo las escaleras con cuidado, los guardias estaban afuera en esa zona de la casa, así que entro a la cocina y salió por la puerta que había ahí, recorrió casi todo el jardín hasta la puerta de servicio por la que entro.


Volvió a acomodar todo como lo encontró y se fue corriendo de ahí, se había tardado lo suyo, ya eran cerca de las 4 de la mañana, al llegar al departamento se cambió de ropa se dio un baño para quitar el fijador de su cabello, al salir guardo la ropa, se cambió con la que había dejado preparada en la mañana y tomo sus cosas, saco hielo de la heladera y abrió la bolsa donde la mano estaba, coloco el suficiente para mantenerla fría y la volvió a guardar, sus maletas estaban listas, así que sin más se fue.


Llego a la estación de tren que siempre estaba abierta, compro un boleto para Kanagawa y se fue.


Como si nada hubiera pasado...


Al llegar, pago un taxi que lo llevo a un condominio de casa, pago y pidió que lo esperara porque después de ahí le pidió que lo llevara a la estación de trenes.


Camino rápido hasta la casa que sabia que ya era suya, saco sus llaves y entro.


Era una casa bastante bonita y espaciosa, perfecta para una pareja joven, si, había previsto esa casa para él y Kouyou cuando terminara su obra y también el proyecto que lo mantenía viajando.


Llego hasta la recamara entro al armario y metió la mano en un hueco, jalo como si fuera una puerta corrediza y entro, dentro había un pequeño cuarto con un montón de botellas con químicos y una repisa, donde 4 manos reposaban en urnas de cristal, cada una con el nombre de cada víctima.


Saco de la mochila la nueva mano de la colección, hizo todo el proceso para conservarla, la dejo en su propia urna en la estantería, coloco los datos en esta y dejo todo como estaba, cerro el cuarto bien, cerro el armario salió de la casa y cerro con seguro, regresó al taxi y se fue a la estación de trenes para comprar un boleto e ir de regreso a Tokyo, Kouyou lo estaba esperando...


~*~


Kouyou se despertó por el olor a café y pan dulce, entre abrió los ojos extrañado, se sentó en la cama y estiro su cuerpo y camino hasta la cocina donde su perfecto novio ya estaba preparando el desayuno.


—Aki...


—Bueno días mi amor—dijo sirviendo todo.


— ¿A que hora llegaste? —se acerco y lo abrazo, el rubio respiro con fuerza el olor de su cuello, siempre tan dulce.


—Hace poco—se separó y lo beso, Kouyou correspondió el piquito y se sentaron a desayunar.


— ¿Cómo te fue?


—Bien, el trato se tardó, pero al final lo cerré.


—Eso esta muy bien—dijo contento—eso quiere decir que ¿ya no te iras?


—Por ahora no bebé—sonrió—Pero la siguiente semana tengo que ir a otro lado.


—Ay...—se quejo soltando un suspiro— ¿otra vez?


—Ya sabes cómo es mi jefe.


— ¿Hasta cuándo Akira?


—Ey, no te molestes, es mi trabajo—tomo su mano y acaricio su piel—solo serán dos semanas mas y dejare de viajar.


— ¿De verdad?


—Si—beso su mano—en 2 semanas mas seré todo tuyo y poder trabajar desde casa.


—Eso espero—sonrió y continuaron desayunando.


Fin del capítulo 2.

Notas finales:

ya me voy xd


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