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My iron lungs por Cupcakechito

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Notas del capitulo:

 

Se me olvidó avisar que soy muy novata en este fandom, así que si hay algún error (además de los ortográficos) con los nombres o detalles de la historia pido disculpas por adelantado. Es lo que tiene escribir un fanfic en una semana después de deborarme todos los doujinshis de esta ship que hay (risa malvada).

Todo sea por el PecadoElric (así le llamo yo)

 

¡Disfruten!

 

2. Lo que importa es el tamaño.

 

 

— Nii-san… —  Escuchó una pequeña voz despertarlo. Era su hermano, Al.Edward se frotó los ojos somnoliento.

 

— ¿Qué ocurre…? ¿Has tenido una pesadilla? —  No era la primera vez que Alphonse se colaba en su cama para alguna razón similar. 

 

— Tengo pipí. —  Edward suspiró. Era su deber cuidar a su hermano de 5 años, y eso también incluía acompañarlo a las 4 de la mañana a través de un pasillo oscuro lleno de tenebrosas sombras. Una mano de Al sujetaba su pijama y la otra sostenía la ropa de Ed mientras caminaban. Una vez llegaron, Al le pidió que se quedara, porque incluso mear solo le daba miedo. 

 

— Date prisa, tengo sueño. —  Bostezó. 

 

Siempre habían estado juntos, cuidando el uno del otro. No podían imaginarse un escenario diferente.

 

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— ¿Que quieres buscarle una novia a tu hermano?

 

Jean Havoc se sorprendió cuando vio al menor de lo Elric llegar solo, siempre se encontraba detrás de las espaldas de Alquimista de Acero como un guardián protector, el dio perfecto en Central. El questionamiento que expuso le pareció aún más sorprendente y divertido si cabe a decir. 

Alphonse solo asintió, totalmente serio aunque nadie podía juzgarlo así, lucía como un objeto inanimado al final  y al cabo. 

 

—  Ya sabes, él ya está… en esa edad.

 

— ¡Jum….! —  Volvió a frotarse la barbilla. Es ese hombre en articular a diferencia del resto del elenco militar, parecía ser el mejor indicado para tratar esos temas, pues era el más interesado en relaciones amorosas.  — Esos suena bastante divertido, podría buscar alguna chica que le gusten, ya sabes, los “pequeñines” —  Hizo un gesto con la mano señalando su altura. A todo esto, Riza que estaba también allí rellenando unos informes para Roy parpadeó confundida, no podía creer lo que estaban tramando esos chicos a espaldas del mayor de los Elric. Por otro lado Alphonse sintió nervios, si su hermano estuviera allí, probablemente ya hubiera tirado algún mueble abajo del cabreo. 

 

Havoc comenzó a reírse con descaro cuando la teniente Hawkeye protestó. — Ni hablar no sigan con eso. —  Ambos la miraron.  —  Alphonse, eso no es usual de ti… y no creo que tu hermano esté de acuerdo con lo que estás haciendo. 

 

Riza tenía toda la razón, pero aún así… Le preocupaba que ni una sola vez, Ed haya reclamado un poco de espacio personal, si quiera para poder satisfacerse. No quería ser un impedimento para ello, ya había arruinado bastantes cosas… como su brazo. 

 

 — Oh, vaya, vaya. Me parece que en esta conversación no son bienvenidas las mujeres.  —  Comenzó a empujarla hacia la puerta mientras ella protestaba aún más.  —  Lo mejor sería que vayas a ver si Mustang vuelto de la reunión ¿no crees? — Le guiñó el ojo a lo cual el rostro de Riza se sonrojó, se fue airada no si antes pegarle un codazo al vientre de Jean, para que así aprenda a no vacilar. Havoc cerró la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. — Bien, por dónde íbamos… ah, sí. Lo importante al fin y al cabo, no es la altura, si no el tamaño ¿me entiendes verdad?

 

— Eeeeh….. —  No, realmente no lo entendía, o no quería entenderlo ¿se estaba refiriendo a…? ¿eso? No estaba muy seguro, pero, que el hecho de que otro hombre esté hablando del pene de su hermano no le agradaba para nada. Comenzó a arrepentirse mientras Havoc seguía parloteando sobre mujeres, citas y sexo. 

 

Alguien planeando la vida sexual de su hermano como si fuera un chiste, eso era desagradable, pero… ¿no estaba acaso él planeádolo también? Lo normal, lo sano, lo correcto… comenzó a parecerle insensible y si por un casual, Edward lo descubriese él... Riza tenía razón

 

Se disculpó abruptamente con Jean Havoc y se retiró.

 

 

 

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Los hermanos Elric se encontraron al caer el atardecer. Al parecer, Ed había estado todo el día intentando cazar a el Coronel y por fin traía los papeles consigo. Leyó toda la información en el tren y concluyó con que la investigación del doctor Ross no era del todo útil, o al menos parecía incompleta. Lo único que se pudo salvar era la dirección del aquel hombre, quien vivía bastante lejos por lo que planearía el viaje con Alphonse para el día siguiente. 

 

Cuando llegó al hostal, Alphonse ya estaba esperándolo. Edward no entendía porqué tan repentinamente había insistido en separarse aquel día, decía que tenía algo importante que hablar con Havoc y se fue. Si por alguna razón, lo estaba evitando por lo de ayer… no podía reprocharle. Lo odiaba, esa estúpida nueva idea se le había metido en la cabeza. 

Bajó a almorzar al buffet libre y después, estuvo relatándole todo lo que había sucedido en el día, lo que había averiguado sobre el doctor Ross y lo que harían al día siguiente. 

 

Alphonse permaneció inusualmente callado, casi taciturno, solo respondiendo a oraciones breves, sin generar ningún tipo de conversación. Cuando llegó la hora del baño fue el acabose. Ed acostumbraba siempre a pulir por completo la armadura de Alphonse para que quede bien brillante, y lo arreglaba si encontraba cualquier pequeño desperfecto, se trataba de un simple gesto cariñoso que siempre profesaba desde que era pequeño. Su querida madre Trisha solía obligar a Ed bañar a su hermano pequeño para que éste aprendiera un poco de responsabilidad en lugar de estar todo el dia peleando por tonterías, todavía recordaba sus gritos de protestas con cariño hasta que se acostumbró.  

 

Gracias a eso. Alphonse pudo contemplar todos los cambios en el cuerpo de su hermano mayor sin perder ningún detalle: como su cabello crecía, como la cicatriz en sus muñones cambiaba de color, como sus músculo iban ganando peso, su estatura se estancó en algún punto del proceso de crecimiento pero el resto seguía. Al se sentía… como estar presenciando la vida misma. Siempre pensó que admirar la piel desnuda de Ed era símbolo de su necesidad por tener un cuerpo propio y pues… no iba a negarlo, Ed era bastante atractivo… Alphonse lo sabía, pero eso nunca provocó nada en él más que admiración, exitarse y tener una erección eran algo completamente imposible para él claro está. Pero… llegó un punto en el cual comenzó a pensar que quizás no era normal, en su lugar, debería estar interesado por un cuerpo femenino.

 

Ninguno de lo hermanos Elric, en todo ese viaje… mostraron interés hacia el sexo opuesto, como si la pubertad nunca hubiese llegado a tocar a su puerta, hasta que… pudo ver por primera vez su erección, obviamente, este estaba bajo la ropa interior. 

 

Primero se avergonzó, si pudiera se sonrojaría. Después se alegró ¡Su hermano mayor se estaba convirtiendo al fin en un hombre! Por último, se deprimió ¿cuándo él podría… convertirse en hombre? ¿Cuándo podría volver a sentir?

 

Se sentía como estar delante de una fiesta a la cual no estaba invitado, mirando a todo el mundo divertirse sin él. 

 

Además… había notado otra cosa, la cual le ponía aún más nervioso todavía. Se supone que entre hombres no existe la vergüenza ni el pudor, estar desnudo el uno delante del otro en duchas comunes era lo más normal del mundo, ya lo había vivido por eso lo consideraba normal, además, estaba el plus de que Edward era su hermano, y habían crecido siempre juntos. Para Ed, mostrarse desnudo delante de Al no era nada… hasta que… comenzó a pensar que tal vez sí significaba algo. 

 

Edward, cubierto de agua y champú se veía siempre feliz. Edward, completamente desnudo puliendo su armadura se veía realizado. Edward, pidiéndole que frotara su espalda con una esponja, se veía completamente complacido. No hacía falta tener una erección para saber que el cuerpo de su hermano disfrutaba cuando estaban tan íntimos. 

 

Eso… no era normal. Era enfermizo. 

 

Así que esa noche, cuando Ed le propuso de entrar juntos a la ducha y este se negó, Edward quedó completamente desconcertado.

 

 

 

Notas finales:

 

Ya la estoy liando poniéndole títulos estúpidos a los capítulos.

A partir de aquí casi toda los hechos estarán narrados desde el punto de vista de Alphonse, y lo que él opine o los comentarios que diga no son mis opiniones ni mi forma de pensar (Y lo mismo aplica todos los personajes) tengan en cuetan la época. Me di cuenta que no puse las adevertencias en el primer capítulo ¿qué mal por mí? Ya está editado.

Otra cosa, en esta historia no hay ni uke ni seme (por mucho que lo parezca)


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