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104. Sung Hak (06) por dayanstyle

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Sung Hak no era tonto. Él sabía que llevaría tiempo antes de que todo se estableciera en un ritmo suave. Arriba estaba una familia instantánea, y la verdad sea dicha, estaba muerto de miedo. Sung Hak amaba a los niños, pero ahora era responsable de criar a un hijo, y vaya si eso no hacía que sus palmas sudaran.

-Vas a hacerlo bien. -le aseguró su madre mientras estaban en la cocina- Tienes un buen corazón, y todo lo que tienes que hacer es recordar cómo tu padre y yo te criamos.

-Tienes que ayudarnos -dijo Hoojoon de su silla en la mesa. -Estoy un poco excitado de que tengo un sobrino.

-¿Sabe de los shifter? -preguntó Se Hyuk- Me gustaría ver a A-Tom persiguiéndolo por toda la casa.

-Difícilmente -A-Tom resopló, pero había una pequeña sonrisa en los labios del hombre.

-No creo que lo haga. -dijo Sung Hak- Por lo tanto, hasta que lo descubra, les agradecería a todos evitar los cambios al aire libre. No necesito que lo asusten.

-Llamé a la policía y les di la ubicación de Jian Ci -Dong Wan dijo mientras salía por la puerta de atrás. Las hojas estaban cambiando los colores más rápidamente ahora, y el aire se había vuelto más fresco en la noche. Dong Wan llevaba una chaqueta ligera, y Sung Hak sintió la brisa antes de que su hermano mayor cerrara la puerta tras de sí.

Acción de Gracias estaba a un mes de distancia, y vaya si no era el día de fiesta preferido de Sung Hak. Cocinaba para todos, y sus padres siempre se acercaban. El fútbol se jugaba en la televisión cuando aparecían las apuestas en la mesa, y todos comían demasiado.

Eso recordó a Sung Hak. Necesitaba ir a comprar ropa para Baram, pero también para Sul Hu.

-Gracias -le dijo a Dong Wan.

Dong Wan asintió. -Mi contacto en la estación de policía dijo que me dará una llamada cuando tengan a Jian Ci en custodia.

-Voy a respirar tranquilo cuando ese monstruo esté encerrado. -dijo la madre de Sung Hak, mientras acariciaba su pecho suavemente- Me enfurece que Baram y Sul Hu estén en tal peligro a causa de él.

-Me gustaría haber conocido a la hiena hace años -dijo el padre de Sung Hak-. Hubiera matado a ese bastardo y ahorrado a Baram y a Sul Hu años de dolor.

-Tú  y  yo  -dijo Sung Hak-. Voy a subir y comprobarlos. Asegurarme de que estén instalados.

Su madre le dio un abrazo. -Vendré por la mañana. No quiero abrumarlos.

 

Sung Hak lo apreciaba. Baram y Sul Hu se habían visto desgastados por el tiempo que les había llevado llegar a casa. Baram se había pegado al lado de Sul Hu, de la mano de su hijo todo el tiempo. Era como si Baram tuviera miedo de que, si dejaba ir a Sul Hu, el niño se desvanecería.

Les iba a tomar un tiempo adaptarse.

-Quiero saber si alguno de ellos necesita algo -dijo Yano.

-Gracias. -Sung Hak dio al compañero de Kidoh un rápido abrazo antes de dirigirse arriba. Parecía que Yano lo estaba haciendo bien, a pesar de su adicción a las drogas. No había sido su culpa. Kang Hyun había hecho que Yano se enganchara, y Yano estaba luchando con uñas y dientes para mantenerse limpio.

Sung Hak no podía hacer nada más que respetar los esfuerzos de Yano.

-Hey. -Sung Hak dio un suave golpe en la puerta abierta. Baram estaba sentado en la cama, Sul Hu sentado a su lado- Pensé que ambos podrían estar dormidos después del día que han tenido.

-Sul Hu no está cansado. -dijo Baram mientras pasaba la mano por la cabeza de su hijo. El niño necesitaba un corte de pelo- Él quiere saber si puede jugar con tu iPad.

-Claro. -Sung Hak señaló con la barbilla hacia el pasillo- Sígueme y te voy a mostrar donde está.

 

Sul Hu se deslizó fuera de la cama, se trasladó para estar al lado de Sung Hak, y luego coloco su mano pequeña en Sung Hak. Ese pequeño gesto de confianza hizo que Sung Hak se sintiera muy protector hacia el diablillo.

-¿Quiénes eran aquellas personas abajo? -preguntó Sul Hu, mientras caminaban por el pasillo.

-Tus tíos.

Las cejas castañas de Sul Hu de fruncieron.  -¿Tengo muchos?

-Y abuelos. -Sung Hak se jactó- Mi mamá y papá están muy contentos de conocerte.

-¿Pero por qué?

-Porque eres su nieto.

-¿Pero por qué?

Sung Hak miró por encima del hombro en busca de ayuda, pero todo lo que Baram hizo fue sonreír. -Es muy curioso.

-Ya veo. -Sung Hak llevó a Sul Hu a su habitación y le entregó su iPad- No lo rompas, cachorro.

Cuando levantó la cabeza, los ojos de Baram estaban brumosos. Su compañero de pie junto a la puerta, con los brazos alrededor de su pecho, mirando entre Sung Hak y Sul Hu. Sung Hak tiro a Baram en sus brazos, abrazando a su compañero y dándole la seguridad que obviamente necesitaba. -Todo va a estar bien, amor.

 

-Lo sé. -Baram se secó los ojos- Es sólo que... Estoy tan feliz.

Sung Hak dio un beso en la cabeza de Baram. -Me alegro de oír eso.

-Tengo miedo, también. Jian Ci está por ahí en algún lugar, posiblemente cerca. Todo lo que quiero es que Sul Hu sea feliz. El estrés está haciéndome un nudo en el estómago.

-Él no llegara aquí. -dijo Sung Hak en un tono bajo por lo que Sul Hu no podía oírlos- Tendría que pasar por mí y mis hermanos en primer lugar.

-No tienes juegos. -Sul Hu agitó el iPad en Sung Hak-. ¿Por qué no tienes juegos?

-No sé nada acerca de esa cosa. -Sung Hak confesó- Lo compré en un capricho.

-¿Qué es un capricho? -Sul Hu tocó la pantalla y navegó con el iPad como un profesional. Sung Hak estaba impresionado- Necesito tu contraseña.

La mandíbula de Sung Hak cayó. -Diablos, no la sé. La condenada ha estado acumulando polvo.- Por suerte Sung Hak había mantenido el cargador, aunque nunca había prestado atención a eso.

Sul Hu parecía exhausto, como si tratar con un adulto despistado lo tuviera agotado. -¿Cómo es que no la sabes?

-Kidoh lo sabrá. -dijo Sung Hak. Miró a Baram- Demasiado inteligente para su propio bien.

Baram le frunció el ceño a Sul Hu. -No he oído que utilices tus modales, jovencito.

Pareciendo contrito, Sul Hu dijo a Sung Hak -Por favor y gracias.

Con una risa profunda, Sung Hak llevó al chico a la planta baja. Le dijo a Kidoh el problema, y su hermano y Sul Hu se convirtieron en amigos rápidamente.

-No te preocupes, pequeño. Te voy a enseñar todo lo que necesitas saber acerca de las computadoras -Kidoh dijo mientras se sentaba junto a Sul Hu en el sofá e introdujo la contraseña de Sung Hak.

-Yo sólo quiero jugar juegos. -Sul Hu miró a Baram y luego se volvió de nuevo a Kidoh- Por favor y gracias.

Rápidamente el chico tenía a Sung Hak envuelto alrededor de su dedo pequeño. Sin duda Kidoh estaba envuelto también.

* * * *

A la mañana siguiente Baram tomó un asiento en el porche trasero, sus dedos se cerraron alrededor de la taza de café caliente. Se sentía como una eternidad desde que había tenido un momento para sí mismo sin que alguien estuviera cerca de él o de sus pensamientos dispersos por todo el lugar. No, esta mañana todo lo que Baram hizo fue inhalar el aire fresco de la mañana y disfrutar de su café humeante.

Escuchó a los pájaros piar y el viento soplar suavemente a través de las hojas. El barrio no había despertado todavía, y Baram se aprovechó de la tranquilidad.

La puerta trasera se abrió, y Sung Hak salió. Tenía una manta sobre un brazo y una taza de café sujeta en su mano. -¿Buscando alguna compañía?

Honestamente, Baram no lo hacía. Después de todo lo que Sung Hak había hecho por él, el hombre podía sentarse donde quisiera y hacer lo que quisiera. -De ningún modo.

Sung Hak lo sorprendió envolviendo la manta sobre los hombros de Baram. -No sé de qué se trata sobre ti y el clima frío, pero tengo miedo de que cojas un resfrío.

-Es refrescante. -Baram no tenía un abrigo para ponerse, y no había caído en la cuenta de traer una manta afuera.

-Si tú lo dices. -replicó Sung Hak- Voy a ir a buscar algunos lugares más hoy. ¿Tú y el cachorro quieren venir? -Tomó un sorbo de café- También quería comprar para ti y Sul Hu un poco de ropa de invierno. ¿Está bien?

Baram quería protestar. Sung Hak había hecho tanto ya. Pero él y Sul Hu no estaban preparados para el frío, y su hijo había llegado con lo que había usado en el lugar de crianza. -Sólo si me dejas pagarte por ello .-Frunció el ceño Baram- Y no estoy hablando de hacer la colada.

 

-¿Qué? -Sung Hak pregunto inocentemente-. Mis cosas se ensucian. No hay nada malo en lavar la ropa.

-No dije que lo haría. -argumentó Baram- Pero lavar la ropa no va a pagar lo que gastes en mí y Sul Hu.

-Bien, si quieres ser obstinado al respecto. -Sung Hak parecía molesto de que Baram quisiera pagarle. Ocultó su sonrisa. Sung Hak era demasiado grande para hacer pucheros así. El tipo parecía un niño caprichoso de doscientas cincuenta libras.

-¿Estás haciendo pucheros? -Baram preguntó con una sonrisa.

-No. -Sung Hak dejó la taza en la mesita entre ellos- Pero puedes compartir algo de esa manta. No es exactamente verano.

Dejando su taza a un lado, Baram se levantó y tiró de la manta. El aire frío se robó el poco calor que había logrado ganar. Temblando, se precipitó sobre el regazo de Sung Hak y luego envolvió la manta alrededor de los dos. -¿Mejor?

-Mucho. -Su compañero se acurrucó cerca de él, tirando de Baram a su cuerpo. El tipo estaba en deportivos y una camisa térmica y un par de zapatillas de tenis. Baram sintió florecer la erección de Sung Hak.

-Sólo querías tenerme en tu regazo así podrías tener tu camino perverso conmigo.

Sung Hak le hizo un guiño. -Atrapado.

-Bueno, por mucho que quiera quedarme aquí abajo contigo, tengo que ir a ver a Sul Hu.

Sung Hak apretó a Baram, besándolo en el cuello. -Ya lo hice justo antes de salir aquí. Todavía está profundamente dormido.

Se sacudió de emoción cuando Sung Hak deslizó la mano por los pantalones de Baram. -Caliéntate las manos primero antes de hacer eso. -La polla de Baram se marchitó ligeramente con la palma fría de Sung Hak.

-Eres lo suficientemente caliente para calentarme.-Sung Hak sonrió en el cuello de Baram. Baram alcanzó a su compañero y presionó su mano contra la nuca del hombre, tirando más cerca de Sung Hak por un beso. Él gimió cuando Sung Hak bombeo con su mano, y Baram interiormente maldijo por no poder quitarse sus pantalones. El material lo restringía y le impedía abrir sus piernas.

En ese viaje de compras, Baram planeaba conseguir unos deportivos. Las cosas serían mucho más fáciles cuando quisieran tontear alrededor.

-Me vuelves loco. -Sung Hak susurró contra los labios de Baram- Quiero enterrar mi polla dentro de tu pequeño culo apretado.

Baram aspiró   con  fuerza  con  las  palabrotas  de   Sung Hak.

-¿Trajiste cualquier lubricante fuera?

Sonrió cuando Sung Hak busco en sus deportivos y sacó un paquete de viaje pequeño. -¿Con esto bastará?

Empujándose hacia arriba desde el regazo de Sung Hak, Baram movió los pantalones hasta las rodillas.-Vas a tener que estirarme. Estoy aferrándome a la manta para que no nos congelemos.

-Será un placer. -Sung Hak abrió el paquete con los dientes y extendió parte del lubricante en sus dedos. Colocó el paquete en la mesa y luego trabajó sus dedos en el canal de Baram. Baram gimió, casi cayendo hacia delante mientras sus piernas temblaban.

-Cálmate ahora. -dijo Sung Hak- No necesito que te caigas y te lastimes.

-Entonces hazlo rápido -se quejó Baram- Mis piernas se tambalean, y te quiero dentro de mí.

Sung Hak estiró a Baram y luego agarró el paquete de la mesa. Él apretó la cantidad restante en su polla. -¡Mierda! Eso está frío.

Baram rio. -Ahora ya sabes cómo me sentí cuando agarraste mi polla con tu mano fría.

Sung Hak lo  mordió  y  luego  sostuvo  su  polla  en  la  base.

-Adelante, amor. Llévame a tu interior.

Retrocediendo, Baram trabajó lentamente el eje de su compañero dentro de él. Se mordió el labio para evitar que el largo gemido escapara. Estaban sentados junto a la ventana de la cocina, y si alguien entraba en ella, Baram no quería ser oído.

 

Sung Hak agarró sus caderas y trasladó a Baram arriba y abajo. Siseo, besando a Baram lo largo de su cuello. -Maldición, se siente tan jodidamente bueno, bebé.

-Creo que tengo que dar la vuelta -dijo Baram- Mis piernas están con calambres.

A regañadientes, Baram se soltó y se volvió, entre los musculosos muslos de Sung Hak. Él se empaló una vez más, agarro los hombros de Sung Hak, sin querer dejar que el hombre se fuera. Baram nunca tuvo nada que se sintiera tan bien. Sung Hak había sido la mejor cosa que le sucedía, aparte de Sul Hu.

Cuando Sung Hak sondeó los labios de Baram, él se abrió, permitiendo que la lengua exploradora se enredara con la suya. Baram rebotó más y más rápido. Necesitaba la liberación mucho.

-Eso es, nene. Quiero que te vengas por mí. -Sung Hak mordió el hombro de Baram- Quiero sentir que ordeñas mi polla con tu liberación.

Baram recapturó los labios de Sung Hak, tomando el beso más profundo en esta ocasión. Él estaba cerca y uso la boca de Sung Hak para amortiguar su grito de liberación. Sung Hak gruñó, agarró las caderas de Baram con más fuerza, y dio un puñetazo hacia arriba. Baram rompió el beso y luego tiró de su camisa a un lado.

-Muérdeme.

Sung Hak hundió sus dientes profundamente, haciendo a Baram gritar cuando su orgasmo latía aún más fuerte. El compañero de Baram latía en él, gruñendo antes de que lamiera la herida y aplastara sus labios en un beso feroz. Baram sintió que su compañero se liberaba dentro de él, su polla palpitante cuando Baram desaceleró su ritmo.

 

-Maldición. -Sung Hak apoyó la frente contra la de Baram- Esa es la forma en que se dan los buenos días.

La cabeza de Baram se disparó cuando escuchó algo en la cocina. No quería separarse de Sung Hak por el momento, pero tampoco quería ser atrapado teniendo relaciones sexuales en el porche trasero.

Con pesar, Baram se levantó de Sung Hak y rápidamente levantó sus pantalones. Sung Hak levantó sus caderas y tiró de sus deportivos en su lugar justo cuando la puerta trasera se abría.

-Kidoh quería que te preguntara si estás cocinando algo de comida. -preguntó Sul Hu cuando él sacó la cabeza por la puerta- Por favor y gracias.

Baram sonrió cuando su hijo regresó al interior. -No va a ser una mañana tranquila.

Sung Hak tiro a Baram más cerca y le dio un beso rápido pero apasionado. -Yo lo disfruté.

-Yo también, -Baram admitió- pero el mundo real está despertando, y el deber llama.

-Voy a darle de comer al cachorro. -Sung Hak se puso de pie, dejando caer la manta en la silla y agarrando su taza de café frío. Baram agarró la suya y entró después de que Sung Hak le abriera la puerta.

-¿Para qué estas de humor, cachorro? -preguntó Sung Hak mientras dejaba su café en el fregadero. Tomó la taza de Baram y la tiró también antes de rellenar las dos tazas.

-No lo sé -dijo Sul Hu- ¿Tienes tocino? -Miró a Baram y luego de nuevo a Sung Hak- Por favor y gracias.

Baram se rio entre dientes. -Vamos a tener que trabajar en cuando se debe decir que, chico. No tienes que decirlo todo el tiempo.

-Prácticamente pienso que voy a tener que aprender -Sul Hu dijo mientras se subía a una silla- Prácticamente creo que sería inteligente si lo hiciera.

-Él prácticamente piensa. -dijo Dong Wan con una sonrisa al entrar en la cocina- Estoy amando a este cachorro ya.

Baram estaba contento de que los hermanos de Sung Hak le estuvieran tomando cariño a Sul Hu. Había algunas personas por ahí que no le gustaban los niños, pero parecía que a los hombres Remus, sí.

 

Baram casi babeaba cuando la cocina se llenó con el aroma de las galletas hechas en casa. Sung Hak arrojó un poco de tocino en una sartén y luego agarró dos cartones de huevos de la nevera. Guau.

 

Bueno. Baram no debía sorprenderse por la cantidad de comida que Sung Hak cocinaba considerando que los hombres Remus eran enormes. Sus músculos parecían tener músculos.

Y a Baram le gustaba eso. A él le gustaba que Sung Hak no fuera un hombre pequeño. Baram no podía evitarlo. Se movió detrás de su compañero y deslizó sus brazos alrededor de la cintura del hombre.

-¿Por qué estás abrazándolo?, Papá -preguntó Sul Hu.

-Sí, ¿por qué? -Se rio Kidoh- Las mentes curiosas quieren saber.

Ruborizándose, Baram echó un vistazo a Kidoh antes de que él soltara a Sung Hak.

-Bueno... eh, porque... cuando dos personas...

-No te esfuerces. -dijo Kidoh. Todavía llevaba esa amplia sonrisa que Baram estaba empezando a encontrar molesta.

-¿Es tu novio?

La mandíbula de Baram bajó rápidamente antes de que él cerrara la boca. -¿C-cómo sabes de novios?

-Tengo cuatro años -declaró Sul Hu con un pecho inflado- Yo sé sobre esas cosas.

-¿Qué cosas? -Baram estaba casi asustado de averiguar lo que su hijo había aprendido en las instalaciones de crianza. No había habido niños mayores allí, y se preguntaba si su hijo podría haber oído cosas que un niño pequeño no debía escuchar.

 

Sul Hu tiró su mano como si hablaba causalmente acerca de estas cosas todo el tiempo. -Si alguien te gusta, tiras de su cabello. Eso significa que lo quieres. Y si lo abrazas, quieres ser su novio.

-¿Quién te dijo eso? -preguntó Sung Hak. Apoyado en el mostrador, Sung Hak tenía los brazos cruzados sobre el pecho ancho, y una ligera sonrisa se dibujaba en sus labios. Parecía que su compañero y Kidoh encontraban a Sul Hu muy entretenido. Baram no estaba seguro de qué pensar. No le gustaba que su hijo pequeño hablara de cosas como esta. Tenía toda su vida para preocuparse por ese tipo de cosas. En este momento todo lo que Baram quería era que Sul Hu disfrutara de su infancia.

-Janie -dijo Sul Hu- Ella se mantiene abrazándome, pero le dije que las chicas eran asquerosas.

Sung Hak y Kidoh se echaron a reír. Baram sintió el calor en su cara. -No le hagas caso a Janie. No se abraza ni se jala del pelo, Sul Hu. ¿Me entiendes?

-¿No puedo abrazarte? -Sul Hu parecía al borde de las lágrimas. Baram cruzó la habitación y puso a su hijo en sus brazos.

-Me   puedes abrazar   tantas   veces   como   desees,   tigre. ¿Bueno?

Sul Hu asintió, lanzando sus pequeños brazos alrededor del cuello de Baram. -Por favor y gracias.

Baram rodó los ojos. Definitivamente tenía trabajo por hacer.

continuara...


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