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104. Sung Hak (06) por dayanstyle

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A la mañana siguiente, Sung Hak estaba en la cocina haciendo un desayuno de cinco platos. Había dormido mal. Baram había dormido en su cama, mientras Sung Hak había tomado el sofá de la sala de estar. Su espalda le estaba matando mientras pasaba las tortitas y agitaba la olla de sémola.

Tenía la esperanza que una buena comida ayudaría a Baram para aflojarse lo suficiente como para decirle a Sung Hak por qué se había escondido en los arbustos ayer, mirando a un grupo de niños. Tenía el presentimiento de que uno de esos chicos era de Baram, y si ese fuera el caso, Sung Hak quería saber por qué Baram estaba separado de su hijo.

Mierda. Baram era sólo un niño en sí mismo. El tipo tenía que tener tan sólo veinte años.

Sung Hak miró por encima del hombro cuando oyó que alguien entraba en la cocina. Baram sacó una silla de la mesa y luego se sentó. Se enroscó sus piernas contra su pecho y envolvió sus brazos alrededor de ellos. -Buenos días.

La mirada de Baram se había centrado en la parte posterior de Sung Hak cuando él había dado la vuelta para ver quién estaba entrando en la cocina. Desde el pelo alborotado castaño rojizo y ojos de sueño, Baram había rodado fuera de la cama y llegado justo abajo. Ocultó su sonrisa de satisfacción mientras pasaba las crepes a la plancha. -¿Hambriento?

 

-Sed -admitió Baram. Incluso su voz era ronca por la mañana. Sung Hak se mantuvo de espaldas a Baram mientras vertía a su compañero un poco de jugo de naranja. Así le escondía que, estaba de pie con una erección medio dura sólo por verlo, podría asustar al hombre. Baram ya era voluble.

Sung Hak dejó el vaso en la mesa y movió la cabeza. -Tómalo.

La silla raspó contra el suelo mientras Baram se levantaba.

-Tengo que cuidar de algunas cosas esta mañana. ¿Necesito una niñera, o puedes confiar en mí para hacer lo que tengo que hacer y volver?

-Tengo que hacer unos recados, también. -Sung Hak recogió los panqueques frente a la parrilla a continuación, vertió un poco de masa en la sartén caliente-. ¿Por qué no viajamos juntos y hacemos todo?

-¿Así que eso es un no?

Agradecido de que su cuerpo estuviera bajo control, Sung Hak se volvió y miró a su compañero.-Eso no es un no. Eso es una sugerencia sensata.

-Es realmente necesario hacer estas cosas por mi cuenta.

-Baram cruzó la habitación y cogió el vaso- No tengo otro lugar a donde ir, así que voy a volver.

Ese no era el punto de Sung Hak. Él quería que su compañero lo dejara pasar, por lo menos romper la puerta y compartir algo sobre sí mismo. Él ni siquiera sabía el apellido de Baram.

 

-Te diré algo. -dijo Sung Hak cuando terminó los panqueques y giró el quemador- Te voy a dar el camión de la tienda a utilizar hoy si me dices tu nombre completo.

Los ojos azules de Baram se nublaron con cautela. -¿Por qué le darías a un completo desconocido tu camión?

-Por la misma razón que estás durmiendo voluntariamente en la casa de un extraño -señaló Sung Hak.

-No tengo otra opción.

-Todos tenemos opciones -dijo Sung Hak- Hay centros de refugiados para los hombres. Podrías haber ido allí.

La ira lleno la expresión de Baram. -¿Alguna vez has estado en uno de esos lugares? No, no lo has hecho. Porque si lo hubieras hecho, ni siquiera lo estarías sugiriendo.

-No estaba sugiriendo que fueras allí -defendió Sung Hak.

Por la forma en que Baram reaccionó, el hombre había estado allí y no había tenido una experiencia muy buena.

-La gente como tú en serio me cabrea. -Baram dejó el vaso  sin tomar una gota.

-¿La gente como yo?

-Tú tienes un enorme hogar, familia, y bueno, nunca has tenido que lidiar con el lado sórdido de la vida.

 

Sung Hak no pudo detener el gruñido a tiempo. Sus manos se apretaron a sus costados mientras miraba a Baram. -Tú no sabes nada acerca de mí. No tienes idea de las cosas que he visto y hecho.

Sung Hak vivía en un mundo donde existían cambiadores, vampiros, demonios y todos los otros tipos de entidades. Había momentos en que casi había perdido su vida por luchar contra los que pensaban que sólo porque no eran humanos podían hacer lo que quisieran, cuando quisieran. Pensaba como casi murió ayudando a Kidoh.

Y no era justo en ese momento. Sung Hak vivía en un mundo extremadamente peligroso, un mundo que Baram desconocía.

-¿Qué pasó? -sonrió Baram- ¿Rompiste en el lado equivocado de la ciudad y tuviste que esperar un remolque? -El hombre se estremeció- Que miedo.

Su restricción se fue, Sung Hak agarró a Baram por su parte superior del brazo y tiro al hombre cerca. Él sabía que no debía tocarlo cuando se discutía, pero Baram había empujado al oso y el oso había despertado. -Maté a siete hombres cuando fui a  Kang Hyun. Rompí dos de sus cuellos sólo por meterse en mi maldito camino. Yo he visto cosas que te harían ir llorando a casa a tu mamá, muchacho. No te atreves a estar allí y acusarme de vivir una vida superior y poderosa.

Baram sacudió su brazo, su labio superior se levantó. -Hay una cosa en la vida que puedo garantizar. Nada en este mundo me haría volver de nuevo con mi madre.

 Sung Hak se quedó allí echando humo cuando Baram irrumpió por la puerta trasera. No se podía negar que era un buen tipo, haría cualquier cosa por un amigo, pero también era un depredador y Baram estaba apretando los botones, mejor dejarlo solo.

Él tiró la espátula a través del cuarto y maldijo, había permitido que su compañero lo sacara de quicio tan mal.

Baram tenía problemas, pero también lo hacían un montón de otras personas. Eso no era una excusa para actuar como un culo.

-¿Los panqueques te cabrean? -preguntó Kidoh cuando él entró en la cocina.

-No ahora -Sung Hak rompió.

Kidoh levantó las manos, pero sus ojos se tensaron. -No te enojes conmigo porque la tía Flo se encuentra de visita.

Sung Hak abrió la boca y luego la cerró. Él sonrió. -Eres un culo completo.

-Es por eso que me amas. -Kidoh agarró un plato- No estoy seguro si cocinaste para todos, pero me muero de hambre. Ya que soy tu víctima en este momento, al menos me puedes alimentar.

-Es Baram -Sung Hak admitió- Me parece que no puedo llegar hasta el hombre. Sus defensas son constantes, y no importa lo que diga, él da vuelta alrededor de esa mierda.

-Dale un descanso. -Kidoh apilo en su plato y luego agarró el jarabe de la despensa- No lo tuvo exactamente fácil.

Sung Hak frunció el ceño. -¿Que sabes?

-Uh-uh. -Kidoh negó con la cabeza-. Lo que me dijo fue en confianza, y todavía estaba enloquecido. No es mi posición contarte su asunto- Kidoh ladeó la cabeza hacia un lado como en una profunda reflexión. -O debería decir lo que me dió a entender.

Kidoh era cero ayuda.-¿Mencionó a un niño?

-UH no. ¿Debería hacerlo?-Su hermano había empezado a tomar un bocado de su comida, pero dejo su tenedor. -¿Tiene un niño?

Sung Hak pasó una mano por su barba. -No sé nada en este momento. No puedo conseguir los secretos del hombre, no quiere compartirlos.

Él no iba a decirle a Kidoh sobre el patio lleno de niños hasta que tuviera alguna respuesta. Baram estaba manteniendo ese secreto por una razón, y como su hermano ya había declarado, era negocio de Baram.

Sólo que era asunto de Sung Hak, también. Sólo deseaba que Baram pudiera confiar en él lo suficiente para ayudarlo. Por otra parte, Baram no lo conocía, así que ¿porque una persona que ya había sufrido una situación de mierda se abriría a un completo desconocido?

-He estado en un camino difícil yo mismo con mi compañero -dijo Kidoh- No es fácil, pero definitivamente vale la pena.

 

Sung Hak agarró las llaves de la camioneta del estante de llaves en la puerta y se dirigió hacia afuera. No importaba qué tipo de pelea había tenido con Baram, Sung Hak había prometido dejar que su compañero utilizara el camión, y no faltaba a sus promesas.

Baram estaba en la silla de la parrilla de nuevo. Tenía los brazos cruzados sobre el pecho, como con frío. El tipo estaba todavía en el pantalón de pijama y camiseta prestados. Incluso completamente vestido, Sung Hak sentía el frio de la mañana. -Vamos a entrar, Baram.

-No puedo hacer esto -dijo Baram- Yo no pertenezco aquí.

Sung Hak conocía el pánico cuando lo oía. También sabía cuándo un hombre parecía estar listo para correr. Baram estaba desestabilizado, hablándose a sí mismo de dejar la seguridad de la casa Remus. Estaba en sus ojos.

-¿Dónde perteneces?

Baram miró a Sung Hak con la intensidad de aquellos ojos azules.

-De  alguna  manera  sé   que, no importa  lo que  diga,  podrás argumentar mi respuesta.

El compañero de Sung Hak no sonaba tan a la defensiva como lo había hecho hace un segundo. ¿Sentía la profunda conexión entre ellos? ¿Baram sentía el tan famoso tirón que le daba ganas de acurrucarse junto a su compañero? ¿El hombre no sentía nada en absoluto hacia Sung Hak? Esas preguntas sin respuesta lo estaban mordiendo, pero Sung Hak las dejo sin contestar.

 

 -Ves, estás empezando a entenderme -Y eso complació a Sung Hak sin fin.

-No eres una persona difícil de entender. -dijo Baram- La personalidad prudente, por lo menos.

Tomando asiento junto a su compañero, Sung Hak preguntó

-¿Qué más crees que sabes de mí?

-En este momento, no mucho.

Ahora mismo. Eso significaba que Baram planeaba quedarse allí para aprender más. Sung Hak esperaba que fuera cierto. Si su compañero tomara el camión y decidiera no volver, no era un problema. Kidoh había instalado LoJack en la cosa. Sung Hak sería capaz de encontrar el camión. Tal vez debería tener un dispositivo GPS instalado en Baram hasta que su compañero aprendiera a confiar en él.

Si sólo fuera así de fácil.

-Vine aquí para darte las llaves de la camioneta. -Sung Hak bamboleó el conjunto- Pero te sugiero que te pongas ropa más cálida.

-¿Hay algo más que quieras sugerir enérgicamente?

Esa era una pregunta cargada. Sung Hak quería sugerir fuertemente que Baram llevara su cuerpo delgado arriba para que pudiera reclamar a su compañero. -No hables con extraños.

Baram le dio una mirada que decía a Sung Hak que estaba mal de la cabeza. -Como si quisiera correr a otro Kang Hyun. -El humano hizo un leve resoplido.

-¿Qué tal si nos encontramos para el almuerzo? -preguntó Sung Hak- ¿Vas a terminar con tus diligencias para entonces?

El hombre se encogió de hombros. -Debería ser, pero no tengo dinero, Sung Hak.

Dios, cómo le gustaba oír a su compañero decir su nombre.

-Yo invito.

-No, no puedo aceptar eso.

-¿Por qué? ¿Por qué piensas que querré algo a cambio?-Era el turno de Sung Hak para inhalar.

-Todo el mundo quiere algo por algo -dijo Baram mientras se encorvaba en su asiento- Nada en la vida es gratis.

-Bien vale. Yo quiero algo -dijo Sung Hak. Estaba cansado de tratar de convencer a Baram de lo contrario. Su compañero se inclinó un poco hacia atrás, y Sung Hak quiso sonreír. No era lo que el humano pensaba- Voy a dejar de utilizar el camión y te invito a comer si haces la colada. Llevo dos semanas haciendo crecer una pila. Me gusta lavar la ropa tanto como la mayoría de la gente odia  ir al dentista.

-¿Quieres que lave la ropa?

-Revisa los bolsillos -agregó Sung Hak- No los vacié antes de tirarlos por el conducto de la lavandería. -Estaba orgulloso de sí mismo cuando los lados de la boca de Baram se torcieron. Fue casi una sonrisa, y a Sung Hak le gustaba eso- Te voy a mostrar que rampa es la mía en el sótano.

-¿Ustedes tienen más de una rampa?-El lado de la boca de Baram se subió mientras miraba a la casa- Tu casa es grande,  pero... maldición.

Sung Hak se rio entre dientes. -Fue un proyecto en el que mi padre trabajó el verano pasado. Le dio algo que hacer con sus manos mientras luchaba para no caerse del carro.

-Bueno, tal vez no lo conocía tan bien como yo pensaba -dijo Baram- Y.…-El hombre miró hacia otro lado-. Lo siento por juzgar. Eso fue injusto.

-Agua bajo el puente -dijo Sung Hak- Lo siento por perder el control.

-No fue gran cosa.

-Lo es para mí. No suelo perder el control así.

-¿Entonces por qué lo hiciste? -Baram se asomó hacia Sung Hak bajo la gruesa caída de pestañas castaño. Esos ojos azules hicieron doler el pecho de Sung Hak por tirar de Baram en sus brazos.

 

-Debido a que, -Sung Hak se pasó la mano por la cabeza y dejó escapar un suspiro largo y profundo- no puedo soportar ser juzgado. La gente toma una mirada en nuestra casa o en la tienda y piensan que vivimos una vida cómoda. Quiero decir que no nos falta nada, pero eso no quiere decir que no vemos nuestra parte justa de problemas.

Y algo más.

-Nunca he tenido un amigo -dijo Baram- No uno que esté dispuesto a poner el cuello por mí.

-Tienes uno ahora. -Sung Hak tiró su pulgar a la casa-.Tienes todo un clan de gente de allí, y me tienes a mí.

-¿Clan?

-Clan. Nido. Manada. Paquete. Como sea que los niños lo estén llamando en estos días.

Baram se río entre dientes. -¿Eres un ganso?

-Por supuesto que no. -Sung Hak rio- Ni lobos o hienas tampoco.

La sonrisa de Baram vaciló. -¿Por qué dices hienas?

-Debido a que son llamados clanes.

Baram se quedó en silencio, y Sung Hak se preguntó si alguno de los shifter hiena de Kang Hyun había mostrado a Baram lo que realmente eran. -Los seres humanos normalmente dicen la palabra familia.

 

Las palabras fueron pronunciadas tan bajas que Sung Hak casi se pierde lo que dijo Baram. -¿Y exactamente como se ve Kang Hyun, Baram?

-Estaba drogado. Fueron sólo las drogas.

-¿Qué viste?

-Imposibilidades.

La palabra era plural. Sung Hak se inclinó hacia delante, con los brazos en los muslos, y le preguntó en un tono bajo -¿Cómo?

Baram agitó la mano en Sung Hak. -Yo ni siquiera recuerdo. Yo estaba fuera la mayor parte del tiempo, y cuando yo no estaba, lo único que veía eran las formas.

El hombre estaba mintiendo descaradamente. Sung Hak empujó un poco más lejos. -¿Tal vez te imaginaste hienas?

Los ojos de Baram se abrieron. -N-no.

-¿Un oso?

Baram tiró de la silla y dio unos pasos hacia atrás.

-¿Q-qué estás diciendo?

Sung Hak se echó hacia atrás. -Sólo preguntaba acerca de tus alucinaciones.

-Hace  frío.  -Baram envolvió  sus  brazos alrededor de  sí mismo- Necesito volver a entrar y vestirme.

 

 

Con un movimiento de cabeza, Sung Hak se puso de pie. Su burbuja llena de esperanza se había reventado. Baram no era un hombre de mente abierta. O al menos no estaba dispuesto a admitir lo que había visto. Por otra parte, ¿Lo haría Sung Hak si fuera humano? Probablemente no.

-¿Nos vemos en el almuerzo?

-Sí, claro. -Baram se pasó las manos arriba y abajo de sus brazos- ¿Dónde?

-¿Ese lugar italiano en Broadview?

-Eso  no es sólo almuerzo   -dijo  Baram- Ese lugar  es demasiado caro.

-Está bien, entonces, ¿Qué-

-Whale Burger -dijo Baram- Lo haré.

Sung Hak odiaba la comida rápida. Iba en contra del chef en él, pero por Baram, comería hamburguesas procesadas. -Trato.

 

continuará...


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