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Legado - Harry Potter por Lilit Yuu Jaganshi

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Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Holis! Ya saben que actualizo cada dos semanas (Una semana si, una semana no), pero estamos en época navideña, así que pensé que me gustaría mucho dejarles un capítulo a modo de regalo de navidad (Curiosamente, el capítulo que sigue, es el de navidad, pero pues ni modo, no quedo para que coincidiera con la fecha xD)! Espero sea de su agrado, y lo estoy subiendo hoy, porque ni el viernes, ni el sábado ni el domingo voy a poder, y ya saben que prefiero subirlo antes, porque luego se me pasa y ya no lo hago xD

Muchas gracias a todos aquellos que se interesan en la historia!

Espero que pasen una muy feliz navidad! Un enorme abrazo!

Disclaimer: Ya saben que nada de este mundo me pertenece, todo es de la queridísima J.K. Rowling , yo solo lo manipulo para mi entretenimiento :D

Capítulo 10: Escoba Loca

 

Al día siguiente, toda la escuela sabía lo que había pasado. Harry no dijo nada al respecto, aunque sí le escribió una carta a Sirius y Remus contándoles, sabiendo que la escuela misma mandaría una carta sobre lo sucedido. Draco también escribió a sus padres, pero a diferencia de Harry, se vanaglorio contándole a sus compañeros de Casa como habían derrotado al Trol. Hermione tampoco pareció haber dicho nada a sus compañeros sobre lo sucedido, aunque Harry más bien tenía la impresión de que nadie se había molestado en preguntarle.

Curiosamente, desde ese día, cada vez que se toparon con la castaña, esta les sonreía, saludándoles siempre de manera educada y amable; Inclusive, ya no parecía fulminarles con la mirada cuando le ganaban en responder alguna pregunta. Draco por su parte, parecía estar asimilando de a poco el hecho de que una hija de Muggles fuera amable con él, lo que le obligaba a ser amable a su vez. No se iba a comportar de forma inferior a como una hija de Muggles se comportaba, según le había dicho a Harry, y por primera vez desde que lo conoció, Harry agradeció la educación Malfoy. Parecía que había cosas que no podían vivirse, sin que cambiara la percepción de los involucrados, y salvarle la vida a una persona, de un Trol de 3 metros, parecía ser una de esas cosas.

Cuando Noviembre llego, comenzó a hacer un frio intenso. El lago se congelo, y los patios siempre amanecían cubiertos de nieve. También comenzó la temporada de Quidditch, que abriría con el partido de Slytherin contra Gryffindor.

Harry podía notar la excitación de los alumnos desde que inicio el mes, y cada día era mayor. Ravenclaw y Hufflepuff apoyaban a Gryffindor, así que los Slytherin habían hecho frente común entre ellos, y siempre había un grupito que escoltaba a los jugadores, sobre todo a él, luego de que un alumno de Ravenclaw de tercer año intentara maldecirlo; Aquello termino en un enfrentamiento en el pasillo, y varios puntos menos para ambas
Casas.

Suspiro, apartando su plato. Estaba algo nervioso, debía admitirlo, pero esperaba que los nervios desaparecieran una vez que estuviera sobre su escoba como siempre sucedía. Ese sería su primer partido oficial, y muchas personas le estarían viendo, además, sería el primer partido en el que enfrentaría a Neville. Se preguntó si habría mejorado mucho. Eso no lo ponía nervioso, más bien le causaba curiosidad, porque Neville nunca había sido mejor que él, y sin embargo lo veía muy seguro, y la escoba nueva le daría una cierta ayuda. Quizás lo mejor sería no confiarse.

- ¿No comerás más? – le preguntó Draco al ver que había retirado su plato.

- No tengo hambre – le respondió Harry.

- Debes comer, Harry – le reprendió Pansy con seriedad, como una mamá hablando a su hijo desobediente – Si no, no tendrás las energías para jugar –

- Y no queremos que te caigas de la escoba por un mareo – comentó Blaise con una sonrisa divertida.

- O quizás sería mejor que no coma mucho, no queremos que este demasiado pesado como para no poder volar con rapidez – observó Theodore pensativo.

- Si, eso es cierto – convino Millicent.

Harry sólo negó con la cabeza, parándose.

- ¡Espéranos, Harry! – le dijo Draco, poniéndose de pie, al igual que hacían Theodore y Blaise.

- No necesitan acompañarme, chicos, terminen de desayunar – les pidió, algo apenado de que no fueran a terminar su desayuno por su culpa - Además, Sirius dijo que vendría antes para hablar conmigo, quizás lo encuentre de camino –

- De eso nada, Harry, ya sabes lo que paso la última vez – le recordó Millicent con seriedad.

- No queremos que ataquen a nuestro Buscador, justo antes del partido – añadió Pansy de forma algo lúgubre.

- Anda Harry, no protestes y vamos – le animó Draco, echando su brazo sobre los hombros del moreno para remolcarlo a fuera.

Cuando estaban por llegar al Campo, pudo ver dos siluetas bastante familiares.

- ¡Sirius, Remus! – les llamó, y separándose de Draco, corrió hasta ellos.

- ¡Harry! – exclamó Sirius feliz, y cuando el ojiverde llego hasta él, lo alzo en brazos, dándole un par de vueltas antes de bajarlo, sacudiendo su cabello para terminar alborotando más - ¡¿Listo?!, ¡¿Nervioso?! – quiso saber. Estaba tan animado, que casi parecía que era él quien estaba a punto de jugar.

- Ambas cosas – le respondió Harry asintiendo con la cabeza, antes de volverse a Remus, que le sonrió cálido – Hola, Remus – y se acercó a abrazarlo.

- Hola Cachorro. Me alegra verte. Te ves bien – le saludo, devolviéndole el abrazo.

- Ustedes también se ven bien – comentó Harry sonriéndoles feliz.

- Parece que tus amigos te esperan – comentó Sirius entonces, al percatarse de los 3 Slytherin que se habían detenido a algunos metros de ellos, y que simplemente les miraban.

- Oh, están cuidando de mí… - le explicó Harry algo apenado.

- ¿Cuidando? – repitió Remus confundido.

- Hemos tenido algunos enfrentamientos con las otras Casas por el partido – murmuró algo incómodo, no queriendo decir que a él específicamente lo habían tratado de maldecir.

Sirius hizo una mueca.

- Cuando estábamos en Gryffindor, era muy común que eso pasara, inclusive era divertido hacerle la vida imposible a las Serpientes, pero ahora que estas en esa Casa, y te hacen esas cosas, ya no parece tan divertido… Lo siento, Cachorro – le quiso decir, acariciándole el cabello. Desde que Harry había quedado en Slytherin, y le contaba sobre los problemas que tenía con los Gryffindor, no había podido evitar cuestionarse que tan buena había sido su propia actitud durante sus años de estudiante.

- No te preocupes, Sirius. Tengo compañeros y amigos que me ayudan – le recordó Harry orgulloso, señalando con la cabeza a los tres niños.

- Quien diría que serías amigo de un Malfoy –comentó Remus, mirando al niño rubio que les miraba atento.

- ¿Por qué? – quiso saber Harry curioso de sus palabras.

- Los Malfoy son de los magos más orgullosos que he conocido, de la limpieza de su sangre, y sobre todo de su estatus social, o cuando menos Lucius siempre lo fue – le contó el castaño sonriéndole – Así que era muy cuidadosos con los magos con los que se aliaba, y… Bueno, no solía ser nada amables con aquellos hijos de Muggles o sangre mestiza – Harry asintió con la cabeza ante esas palabras.

- Lo sé, Draco era más o menos así al inicio – le quiso contar – Incluso hable con él de eso porque era muy ofensivo con otros estudiantes, aunque realmente a mi jamás me trato así… En realidad me trata como si fuera un sangre pura como él… - agregó pensativo.

- Si lo piensas cuidadosamente, no es tan asombroso, Harry – observó Sirius ligeramente serio – No eres un sangre pura, pero tienes otras cualidades que ningún Slytherin despreciaría, y mucho menos un Malfoy. Eres muy inteligente, tienes habilidad, tienes estatus, porque los Potter siempre fueron una familia poderosa y rica; Tienes más poder mágico que muchos otros niños de tu edad, y sobre todo, eres quien derroto a Voldemort. Aunque no fueras sangre pura, tienes muchas tarjetas de presentación excelentes, que harían que cualquiera hiciera una excepción para considerarte su amigo –

Harry se removió incómodo.

- Lo haces sonar como si solo quisieran ser mis amigos por conveniencia – comentó algo desanimado, bajando la cabeza.

- Bueno, debes considerar que algunos te buscaran por eso, Harry – le aclaro, hincando una rodilla al suelo para ponerse a su altura, alzando suavemente su mentón para poder ver aquellos verdes ojos – No estoy diciendo que todos lo harán, ni siquiera que el pequeño Draco lo está haciendo por eso, pero no eres cualquier persona, y es algo que debes tener muy presente a la hora de relacionarte con otras personas, y sobre todo, a la hora de ofrecerles tu amistad –

- Si no estás seguro de que intensiones tiene el joven Malfoy, pregúntaselo directamente – le animó Remus sonriéndole – Nunca está de más aclarar las cosas, pero si quieres mi opinión, considero que alguien que te ayuda a derrotar a un Trol, arriesgando su vida, es casi seguro que puedas considerarlo un amigo sin intenciones ocultas –

Harry sonrió al escuchar eso, mirando a Remus más animado.

- Eso es verdad – convino Sirius – No arriesgas la vida por nadie que no sea un amigo muy importante –

- ¡Harry, no quiero molestar, pero debes ir a cambiarte! – le recordó Draco desde donde estaba, alzando lo suficiente la voz para que le escuchara.

- ¡Si, voy! – le respondió éste, volviéndose a Sirius y Remus sonriente – Debo ir a cambiarme –

- Esta bien. Mucha suerte, Cachorro – le deseo Remus, volviendo a abrazarlo.

Sirius en cuanto fue su turno, le dio un fuerte abrazo a su ahijado.

- Soy Gryffindor, siempre lo he sido, pero por esta vez, me alegraría mucho que ganara Slytherin, porque será una victoria para ti – quiso decirle, sonriéndole orgulloso, y se sintió bien de ver la forma en que Harry le devolvió la sonrisa – Y ahora, deja vamos a las gradas de Slytherin. Seguro habrá gente que estará infartada de vernos ahí – agregó divertido, guiñándole un ojo de forma cómplice a Harry, que se mordió el labio inseguro.

- Quizás si no te sientes cómodo, puedas ir a las gradas de Gryffindor – sugirió.

- ¡De ninguna manera! –rechazó Sirius agitando la mano para restarle importancia, poniéndose en pie decidido – Soy Gryffindor, sí, pero esta vez no vengo a apoyar a mi Casa, sino a la Casa de mi ahijado, y esa es Slytherin, así que es nuestro deber sentarnos ahí. Además, no perderé la oportunidad de molestar un poco a Quejicus – y volvió a guiñarle el ojo.

Harry sonrió. Se notaba que su padrino ya no tenía el mismo problema con la Casa de Slytherin que al inicio, e inclusive parecía algo animado de causar algunos problemas con las Serpientes. No estaba tan seguro de que eso fuera bueno, pero tampoco le preocupaba demasiado, no, si estaba con Remus para que éste lo controlara.

- Esta bien. Los veo luego – se despidió, y entonces regreso con sus compañeros.

 

***

 

- Muy bien, estamos por comenzar – hablo Marcus, alzando la voz para llamar la atención de todos. La mayoría, estaba terminando de ponerse el uniforme – Hemos entrenado duro y bien. No necesitamos nada más. Tenemos la habilidad, así que hay que salir ahí, y patear el trasero de esos Gryffindor idiotas. ¡Potter! – añadió, volviéndose  hacía éste – No agarres la Snitch pronto. Sólo cuídala de que no la agarre el otro Buscador, y agárrala, sólo si ves que tenemos problemas, o que el otro Buscador es muy bueno, de lo contrario, déjanos marcar bastantes puntos como sea posible, para aplastar a esos estúpidos Leones –

- ¿Cuántos son “bastantes puntos”? – quiso saber Harry.

- Cuando lleguemos a 150 serán bastantes puntos – le respondió Marcus con una sonrisa que le recordó a Harry a un bulldog – De esa forma, arrancaremos el marcador con 300 después de que agarres la Snitch –

- Esta bien – convino Harry asintiendo con la cabeza, y una rápida mirada a sus compañeros de equipo, le dejo ver que todos estaban decididos a ganar, así que él no sería la excepción.

- No quiero nervios, Potter. Es tu primer partido, pero juegas con Slytherin y eres bueno – le recordó Marcus con firmeza, antes de mirar a todos - ¡Vamos a despedazar a esos Leones! – ordenó.

- ¡Sí! – gritaron todos con fuerza, y siguieron a Marcus fuera de los vestuarios.

 

***

 

Snape hizo una mueca cuando subió a las gradas de Slytherin, y se topó con Sirius y Remus. La verdad, pese a que Harry jugaba para Slytherin, no pensó que Sirius tendría el valor de ir a sentarse a esas gradas. Maldita temeridad Gryffindor.

- ¡Pero si es el queridísimo Profesor Snape! – exclamó Sirius, con una sonrisa que demostraba que pese al tono jovial, aquello era una clara burla. Agito la mano como si buscara llamar su atención, pese a que sabía que Snape ya los había visto - ¡¿Cómo estás?!, ¡Ven, ven, siéntate con nosotros, por favor! – y se hizo a un lado, apuntando sonriente el lugar que había dejado ahora vacío.

- Nunca me sentaría a tu lado, Black – le espetó Snape con su frialdad habitual.

- ¡Oh, vamos, Severus! –

- ¡No te atrevas a llamarme por mi nombre! – le gruño Snape, mirándole furioso.

- Bueno, está bien, Quejicus – y enfatizo aquel mote, haciendo que los ojos de Snape se estrecharan mirándole peligrosamente.

- Sirius, basta. El partido está por comenzar. Venimos a animar a Harry – le recordó Remus, poniendo su mano en el brazo del ojigris para llamar su atención.

Sirius sostuvo apenas unos segundos más la mirada de Snape, antes de apartarla, sonriendo ampliamente mientras tomaba la mano de Remus entre las suyas, besándola.

- Tienes razón, Remus – le dijo, y saco un par de banderines verdes, dándole uno a Remus, y agitando otro.

Snape le miró con una ceja alzada, pero no dijo  más y se adelantó, sentándose dos gradas adelante, sin querer estar tan cerca de ese pulgoso.

 

***

 

Cuando pisaron el campo de juego, la grada de Slytherin estallo en vítores, y Harry pudo sentir el nerviosismo aumentar un poco más. También escuchó a las otras Casas abuchearlos. Decidió ignorarlos, y al ver a su equipo subir a sus escobas, los imito.

Se elevó en el aire al mismo tiempo que llegaba el equipo de Gryffindor al campo, y las tres Casas estallaban en aplausos; Slytherin abucheo con fuerza, lo que le hizo sonreír pese a todo.

Entonces pudo ver que había una pancarta colgando en Slytherin que rezaba: ¡Adelante Harry!, ¡Buscador de Slytherin más joven en un siglo! Sonrió divertido, mirando las gradas de Slytherin donde estaban los adultos. Pudo ver a Sirius gritar, agitando con fuerza un banderín esmeralda con una S grabada, mientras Remus lo saluda y agitaba su propio banderín sonriéndole; Alzó la mano saludándolos también. Pocas gradas más abajo estaba el Profesor Snape, que por demás está decir que no parecía nada contento, e intuía que tenía que ver con la presencia de su padrino ahí.

Cuando la Profesora Hooch llego al centro del campo, se acercó junto con el resto del equipo. Ella era el árbitro.

- Quiero un juego limpio – les advirtió, mirando especialmente a Marcus, que sonrió inocente. Harry sólo negó con la cabeza.

Vio a la Profesora liberar las Bludger, y enseguida, la pequeña Snitch salir, perdiéndose casi de inmediato. Un largo silbatazo, le anunció el inicio del juego, y vio la Quaffle elevarse por el aire.

Pronto se elevó, saliendo del paso de los cazadores, y viendo que Gryffindor se había apoderado de la Quaffle. No se preocupó demasiado por eso de momento, no era su trabajo; Debía ubicar pronto la Snitch, así que comenzó a dar vueltas en el campo hasta que escuchó un silbido al que ya se había acostumbrado durante los entrenamientos. Alcanzo a hacerse hacía un costado, justo cuando una Bludger pasó a su lado.

Dirigió la mirada de donde la Bludger venía, y vio a uno de los hermanos de Ron, que le sonrió orgulloso y agito el Bate que sostenía.

- Bastardo… - masculló entre dientes, pero entonces, un nuevo silbido le aviso; Alcanzo a girar quedando boca abajo mientras la Bludger pasar silbando con fuerza sobre él. Miró sobre su hombro mientras volvía a enderezarse con la escoba, comprobando que ahí estaba el otro gemelo.

Siempre se había llevado bien con los gemelos cuando había visitado la Madriguera, le parecían bastante divertidos, pero en ese momento no pudo evitar sentirse molesto con ellos, porque entre Fred y George trataron de monopolizar aquella Bludger para golpearlo. Pasó los siguientes minutos intentando evadir la pelota, lográndolo en muchas de esas ocasiones por apenas unos centímetros, y gracias sólo a arriesgadas maniobras.

- ¡Parece que el Buscador de Slytherin está teniendo problemas! – exclamó el comentarista al darse cuenta, pero no se escuchaba para nada preocupado.

- ¡Esos desgraciados quieren derribar a Harry! – protesto Draco indignado, mirando a través de los prismáticos.

- ¡Eso debe ser trampa! – grito Pansy indignada.

- No lo es – le aclaró Theodore.

- ¡Pues debería! – protesto Millicent enojada.

- ¡¿Dónde están nuestros Golpeadores?! – exigió Blaise, buscándolos.

- ¡Están haciendo lo mismo con el Buscador de Gryffindor! – exclamó Vincent feliz.

Y así era. Al ver la táctica de los Golpeadores de Gryffindor, los Golpeadores de Slytherin se hicieron con la otra Bludger, y comenzaron a lanzarla contra Neville, que estaba teniendo problemas para salir bien librado de aquello.

- ¡De forma ruin, los Golpeadores de Slytherin robaron la táctica de Gryffindor! – bramó el comentarista.

- ¡Señor Lee! – le amonesto la Profesora McGonagall, y se escuchó perfectamente por el altavoz.

- Lo siento Profesora – se apresuró a decir Jordan - ¡Los Golpeadores de Slytherin están tratando de matar al Buscador de Gryffindor! –

- ¡No volveré a advertirle, señor Lee! – le reprendió la Profesora, y si Harry no hubiera estado tan ocupado esquivando la Bludger, hubiera rodado los ojos.

Cuando vio a una de las Cazadoras de Gryffindor, se le ocurrió una idea, y volando hacía ella, se apresuró a pegarse a su costado, volando igual que ella, lo que obligo a los gemelos a desviar la Bludger hacía uno de los Cazador de Slytherin.

- ¡¿Qué estas tramando, Potter?! – le espetó la chica con rudeza.

- Solo me estoy cuidando de tus Golpeadores – le respondió Harry sonriéndole ampliamente.

- Maldita Serpiente tramposa – mascullo la chica, pero Harry no dejo de sonreírle.

- Se llama instinto de supervivencia – le aclaró, y percatándose de que los gemelos iban a ayudar a Neville, aprovecho para alejarse de nuevo, volviendo a elevarse para buscar la Snitch.

El marcador estaba Slytherin 40, Gryffindor 50. Harry esperaba que pudieran arreglárselas para mejorar el marcador, o se vería obligado a terminar el partido en cuando viera la Snitch. Con diversión, se dio cuenta de que la Snitch pasaba volando casi al ras del suelo, pero sabía que aún no debía tomarla. Reviso el campo, confirmando que Neville apenas se había librado de la Bludger con ayuda de los gemelos, así que no había visto la Snitch todavía.

Regreso su mirada a la pelotita dorada, cuando de pronto sintió la escoba sacudirse. Se aferró fuertemente, agradeciendo haber estado bien sujeto, o podría haber caído, y a la altura a la que estaba, aquella habría sido una muerte segura.

Nuevamente la escoba se sacudió, por lo que se aferró con manos y piernas al mango, sintiendo su respiración agitarse. Eso jamás le había pasado, y tenía años volando, además, no era la primera vez que volaba con la Nimbus como para creer que algo en la escoba estuviera funcionando mal. Una vez más la escoba se agito con violencia, y Harry tuvo que acostarse sobre el palo para evitar caer.

- ¿Qué está pasando? – preguntó Pansy confundida, mirando por los prismáticos.

- Está actuando raro – opinó Theodore.

- Parece como si no tuviera control de la escoba… - comentó Millicent.

Justo en ese momento, la escoba comenzó a andar hacía atrás, dando en ocasiones coletazos violentos a izquierda y derecha.

- ¡¿Qué rayos haces, Harry?! – le preguntó Adrian Pucey al verlo pasar volando de esa forma, pero Harry estaba tan enfocado en no caerse, que no pudo responder nada.

- ¡Alguien le embrujo la escoba! – chillo Pansy.

- ¡Tiempo, deben pedir tiempo! – grito Blaise golpeando la barandilla.

- ¡Agárrate, Harry! – le gritaba Draco, aun cuando Harry no pudiera escucharlo, y lanzo otro grito, cuando vio que la escoba de Harry, volando aún de espaldas, comenzó a descender en picada.

- ¡Merlín! – grito Millicent.

- ¡No puedo ver! – jadeo Pansy apartando la vista.

- ¡Parece que el Buscador de Slytherin está practicando un nuevo estilo de vuelo! – se burló Jordan, pero en ese momento, la escoba de Harry se detuvo abruptamente.

Un silbido le advirtió de la Bludger, pero Harry sólo pudo cerrar los ojos. La escoba no le respondía, no se movía en lo absoluto, sólo se mantenía flotando en vertical, y Harry no podía moverse o podría terminar cayendo; Entonces escuchó el estruendo que indicaba que la Bludger había chocado contra un Bate, y al abrir los ojos, vio que Terence, que ahora jugaba en la posición de Bateador, se había acercado e interceptado la bola.

- ¡¿Qué rayos pasa contigo, Harry?! – le preguntó.

- ¡La escoba no me responde! – le aviso de inmediato, porque no sabía si de pronto la escoba volvería a enloquecer.

 

***

 

Desde las gradas, Sirius y Remus observaban preocupados.

- ¡Demonios, que alguien haga algo! – masculló Sirius ansioso, con la mirada fija en su ahijado, antes de dirigirla a donde sabía que Snape estaba sentado algunas gradas más abajo - ¡Snape has algo! – exclamó, y sin siquiera pensarlo, paso sobre algunos de los magos que estaban en las gradas de abajo, en su intento por alcanzar al Slytherin.

- ¡Sirius! – exclamó Remus al verlo empujar a los magos, tumbando a algunos y golpeando a otros en su camino.

- ¡Que detengan el partido, Snape! – le ordeno, alcanzándolo y sacudiéndolo, casi tumbándolo de la grada donde estaba sentado al tomarlo desprevenido, lo que causa que Snape le dirigiera una furiosa mirada.

- ¡Suéltame, maldito pulgoso! – le riño, zafándose de su agarre para dirigir su mirada al cielo.

- Lo siento, Profesor Quirrell – se disculpó Remus, ayudando al hombre a levantarse, mirando completamente apenado a los otros magos que Sirius había tirado o golpeado – Lo sentimos muchos de verdad –

 

***

Harry sintió que la escoba volvía a responderle. La hizo volar de nuevo hacia arriba, posándose sobre el resto de los jugadores con la respiración agitada. No sabía qué rayos había pasado, pero no perdió el tiempo y comenzó a rastrear la Snitch. Necesitaba cogerla de inmediato, antes de que volviera a pasar algo similar.

Entonces la vio, volando apenas unos metros por debajo del resto de los jugadores, cerca de los aros de Slytherin. Se lanzó hacía ella de inmediato.

- ¡El Buscador de Slytherin parece haber visto la Snitch! – bramo Jordan para tratar de alertar a su Buscador, y funciono, porque de inmediato Neville lo busco  con la mirada, virando la escoba para tratar de alcanzar a Harry.

- ¡Eso, Harry, eso! – grito Draco, animándolo al igual que el resto de la Casa de Slytherin.

Y Harry estaba muy cerca de tomar la Snitch, incluso había estirado ya la mano, cuando Neville logro ponerse a su lado, y moviendo la escoba, lo golpeo por un costado, haciéndolo perder un poco el equilibrio, pero en cuanto lo recupero, molesto, ahora fue Harry quien golpeo por el costado a Neville cuando lo alcanzo. En ese momento la Snitch hizo un quiebre de 90 grados comenzando a descender.

Harry y Neville viraron siguiéndola, pero el movimiento de Harry fue más fluido y adelanto de nuevo a Neville, lanzándose en picada directo tras la Snitch, sintiendo el frio aire silbar en sus oídos pero sin que eso le distrajera o molestara. Estaba por alcanzarla de nuevo, cuando la Snitch dio un giro en U hacía la derecha. Harry ni siquiera lo pensó, en acto reflejo soltó la mano derecha del mango, lanzándola en un ángulo de 90 grados a la altura de su hombro, y sonrió satisfecho cuando sintió la pelotita alada entre sus dedos. Jalo la escoba hacía arriba para detener el descenso, y agito la mano con la Snitch en ella, sintiéndose agitado por toda esa adrenalina.

- ¡Slytherin tiene la Snitch! – se quejó Jordan frustrado – ¡Slytherin ha ganado 200 a 60! –

Slytherin estalló en aplausos, y Harry se apresuró a descender antes de que algo más pasara, agradeciendo el poder hacerlo de una sola pieza y vivo.

El equipo no tardo en alcanzarlo, dándole fuertes y dolorosas palmadas en la espalda, que le dejaron casi sin aliento.

 

***

 

- ¡¿Qué demonios fue lo que paso?! – exigió saber Sirius en cuanto llegaron a la oficina del Director.

Luego de felicitar a Harry, y hacerle algunas preguntas de forma discreta, Sirius y Remus se reunieron con la Profesora McGonagall, Snape y Dumbledore, en la oficina de este último.

- No lo sabemos, Sirius – respondió Dumbledore, sentándose tras su escritorio - Aún debemos investigarlo –

- ¡Harry podría haber muerto hoy, Albus! – rugió Sirius molesto.

- Sirius, siéntate – le pidió Remus, tomando su brazo.

- ¡No me voy a sentar! – protesto Sirius - ¡Alguien intento matarlo! –

- Alguien hechizo su escoba – convino Snape, y todos le miraron.

- ¡¿Cómo sabes?! – quiso saber Sirius - ¡¿Seguro que no fuiste tú, Quejicus?! –

- ¡Sirius, basta! – le volvió a pedir Remus con firmeza.

- ¡Pudo haber sido! – objetó Sirius sin ceder.

- ¡Pero no fui yo, estúpido! – le espetó Snape molesto - ¡Lo sé porque use un contra maleficio, y estaba funcionando hasta que me interrumpiste! –

- Pero en ese momento Harry recupero el control de su escoba – recordó Remus.

- ¡Ves!, ¡Pudiste haber sido tú! – acusó Sirius.

- ¡Basta, ambos! – ordenó Dumbledore con firmeza - ¿Qué descubriste, Severus? – quiso saber, mirándole.

- Por la forma en que se comenzó a comportar la escoba, supuse que sería un maleficio de esos en los que se necesita mirar el objeto fijamente – le explicó Snape – No pensé que hubieran hechizado la escoba, porque desde el inicio no dio señales de comportarse así, y cualquier maleficio podría haber sido fácilmente detectable cuando tuviéramos la escoba a la mano, así que tendrían que estarla controlando desde lejos. Estaba aplicando el contra maleficio, cuando el estúpido de Black comenzó a sacudirme, evitando que pudiera hacer contacto visual con la escoba – agregó, fulminando con la mirada a Sirius.

- Pero Remus dice que se detuvo cuando Sirius te interrumpió – observó Dumbledore – Si el lanzador del maleficio detuvo el ataque en ese mismo momento, eso significa que algo debió interrumpirlo también, ¿Cómo sabremos qué fue? –

- Cuando Sirius se lanzó hacía Snape, derribo a algunos magos sentados en las gradas de abajo – comentó entonces Remus.

- ¿A quiénes? – preguntó la Profesora McGonagall con interés.

- A dos de ellos no los conozco. El tercero fue el Profesor Quirrell – le explicó.

Snape gruño.

- Él no me agrada – espetó – Lo he visto rondando el piso 3 –

- ¿Piso 3?, ¿Qué hay en el piso 3? – quiso saber Sirius de inmediato.

- La Piedra Filosofal – le explicó Dumbledore pensativo.

- ¡¿Esta aquí?! – exclamo Sirius atónito - ¡¿Por qué esta aquí?!, ¡Pensé que la llevarías a algún otro lugar! –

- No hay lugar más seguro que Hogwarts – comentó Minerva – Mucho menos, luego de que pudieran entrar la cámara donde estaba resguardada en Gringotts –

- ¡Con mayor razón no debería estar aquí! – protestó Sirius - ¡Si es verdad que quien quiere la piedra, es seguidor de Voldemort, es una locura poner la piedra en el mismo lugar donde esta Harry!, ¡Puede aprovechar para tratar de matarlo, como parece que ya hizo! –

- Moverla ahora es imposible, Sirius – le dijo Dumbledore – Lo que podemos hacer es estar más al pendiente del Profesor Quirrell –

- Eso no me tranquiliza… - se quejó Sirius, cruzándose de brazos molesto.

- ¿Por qué no pueden moverla aún? – quiso saber Remus.

- Estamos acondicionando un lugar que podrá ser más seguro, pero eso sería hasta el final del ciclo escolar – le explicó Dumbledore – Por ahora, estaremos más atentos del Profesor Quirrell, ¿Entendido, Severus, Minerva? –

- Por supuesto Dumbledore – respondió Minerva de inmediato, asintiendo firmemente con la cabeza.

Snape sólo asintió.

- ¡Quiero ayudar en algo! – casi exigió Sirius de inmediato.

- Quizás puedas ayudarnos junto con Remus, con los hechizos del lugar donde esconderemos la piedra después, así tendremos el lugar más pronto, y podremos mover la piedra – les sugirió Dumbledore.

- Claro que si – respondió de inmediato Remus, y Sirius asintió con la cabeza, completamente decidido a ayudar, para que esa maldita cosa se fuera del Castillo.

- Pero no dejen de vigilar a Harry – les recordó Sirius.


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