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Legado - Harry Potter por Lilit Yuu Jaganshi

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Notas del capitulo:

Notas de la Autora: Aquí con el tercer capítulo!

Esta chiquito también, pero ya a partir del siguiente, los capítulos comienzan a ser más largos. Yo por mientras estoy atorada en el capítulo 14, que me esta saliendo demasiado largo y no se como cortarlo, porque dudo que con el largo que tiene actualmente, me lo acepte la pagina cuando quiera subirlo ... -.-

Muchas gracias a quienes se han tomado su tiempo para escribirme un comentario, eso siempre me anima a continuar: D! Y también gracias a quienes me siguen o han puesto la historia en sus favoritos!

Descargo de responsabilidad: Ya saben que nada de este mundo me pertenece, todo es de la queridísima JK Rowling , yo solo lo manipulo para mi 

Capítulo 3: Reconstrucción

 

Poco a poco, el mundo mágico fue levantándose. Todos querían saber más sobre El-Niño-Que-Vivió, querían verlo, confirmar que vivía, que las historias eran ciertas, pero Dumbledore se encargó de mantenerlo alejado de toda la atención.

Por esos tiempos, ni Sirius ni Remus salieron mucho del número 12 de Grimmauld Place, y de más está decir que Harry no salió para nada. El mundo mágico aún estaba lamiendo sus heridas, y comenzaba a recuperarse, pero tardaría meses, o incluso años...

Harry también tenía sus propias heridas que lamer, y Sirius y Remus le ayudaron con todo el cariño y el amor que le tenían, ayudándole a adaptarse a esa nueva vida de la que sus padres ya no formaban parte, explicándole que ahora estaban en el cielo, pero que ellos le cuidarían, que no estaba solo. Hablar sobre la verdad de lo que había pasado, sería sólo hasta muchos años después, cuando Harry estuviera en condiciones de comprender todo lo que implicaba.

Harry lloro, llamando a sus padres sin comprender del todo porque no volverían, y sin querer dormir solo las siguientes noches, sintiéndose asustado, pero siempre encontrando brazos dispuestos que lo acunaron, que lo consolaron y confortaron con caricias, palabras y sonrisas cálidas.

Realmente, con todo ese amor y atención, Harry no tardó mucho en adaptarse, sintiéndose seguro con ellos, a final de cuentas ya los conocía. Y aun cuando con el paso del tiempo, Remus y Sirius comenzaban a sentir a Harry como un hijo, siempre pidieron que les llamara por sus nombres, o por sus motes, recordándole que su padre y su madre eran James y Lily, porque no querían que Harry perdiera esa identidad que ellos creían importante que conservara; Por eso mismo no lo adoptaron formalmente, permitiendo que siguiera siendo Harry Potter. También buscaron fotos de James y Lily para poner en el cuarto del pequeño, para que no los olvidara; Inclusive pusieron fotos de los Merodeadores y Lily por toda la casa, fotos de las que Sirius se encargó de correr a Peter.

Fue un proceso largo de sanación, incluso para ellos como adultos; Habían perdido a sus mejores amigos, y de la noche a la mañana se convirtieron en padres, pero poco a poco, los tres fueron integrándose en esa nueva vida. Harry los sacaba de la tristeza que en ocasiones los embargaba, y Sirius siempre se encargaba de alentar a Harry a decir lo que quería, mientras que Remus lo alentaba a decir lo que necesitaba.

 

***

 

Narcisa suspiro suavemente, mirando de forma distraída por la ventana de la Mansión. Afuera nevaba, y aunque la Mansión estaba decorada por navidad, ella no sentía ningún espíritu navideño. Hacía pocos meses que el Señor Tenebroso había caído, y con él, habían sido arrastrados muchos de sus seguidores, su esposo entre ellos.

Lucius llevaba algunos meses detenido, y estaba librando una encarnizada batalla legal, para poder retener algo más que su libertad y orgullo.

Narcisa estaba muy preocupada, pero como buena Malfoy, nunca dejo que nada de eso se exteriorizara. No lo hacía por ella, sino por Draco. Tenía que ser fuerte por él. Apenas tenía 1 año 6 meses, y si las cosas le iban mal a Lucius, se pondrían peor para ellos dos.

Nunca estuvo de acuerdo con que su esposo tomara la marca, pero lo amaba, y decidió seguirlo pese a sus decisiones.

Más de una vez habían tenido desacuerdos, sobre todo en lo que respectaba al Señor Tenebroso, y más de una vez, Narcisa tuvo que pararse firme frente a su esposo, aun cuando por dentro podía estar temblando, pero ella no era una bruja débil, y así se lo mostro a su esposo en cada una de esas ocasiones. La primera vez, fue cuando el Señor Tenebroso quiso que Narcisa tomara también la marca, y ese desacuerdo casi causo su separación. Al final no supo cómo, pero Lucius pudo alejar el interés del Señor Tenebroso en ella, y ella lo vio como una muestra de lo mucho que Lucius la amaba. Otra de las veces, fue cuando supo que el Señor Tenebroso quería la promesa de Lucius de que cuando Draco cumpliera 15, lo llevaría a unirse a él. Fue de todos, el enfrentamiento más violento, uno en el que inclusive llegaron a las varitas.

Amaba a Lucius, pero sabía que había cometido errores en su vida, y agradeció en silencio a Merlín, cuando Harry Potter derroto al Señor Tenebroso.

Ahora sólo esperaba que Lucius pudiera salir de todo eso de la mejor forma posible. A final de cuentas, Lucius era inteligente como sólo un Slytherin podía serlo, y por eso confiaba en él, pese a la expectación que no podía evitar sentir sobre el futuro.

Un grito feliz llego del pasillo, momentos antes de que su hijo Draco entrara corriendo.

- ¡Mamá, mamá! – exclamaba, agitando sus bracitos hasta que llegó a su lado, tendiéndolos en señal de que quería que le cargara, y Narcisa, sonriéndole, así lo hizo sin dudarlo, besando suave y amorosamente su rubio cabello casi platinado.

Quizás Lucius hubiera dicho de haber estado ahí, que no era propio del Heredero Malfoy correr así. Narcisa lo habría ignorado; Draco era aún demasiado pequeño, y ella quería que pudiera jugar, divertirse, disfrutar la vida antes de tener que comenzar con la introducción a las disciplinas Malfoy. Ese era otro tema en el que se había enfrentado a Lucius con firmeza.

Y a Draco, ante la ausencia de su padre, se había limitado a decirle que estaba de viaje por cuestión de negocios, pero que lamentaba enormemente no poder pasar las fiestas con ellos.

Había mentiras que eran necesarias. Siempre las había.

 

***

 

Sus pasos resonaron en la fría piedra. En ese momento no había nadie. Eran las vacaciones de navidad, y con la reciente caída del Señor Oscuro, todos los alumnos habían partido a sus casas. Por eso no había ojos indiscretos que se percataran de aquella alta figura envuelta en ropas y túnicas negras.

- Sangre limpia – murmuró, con voz fría y plana, dejando que el muro de piedra se deslizara a un lado, antes de entrar en la Sala Común de Slytherin.

Sus pasos se detuvieron hasta estar en el centro de la Sala. Era justo como la recordaba, elegante y amplia, con tonos verde botella adornados con plata; Los muebles, finos y cómodos. El gran escudo de Slytherin al fondo, justo encima del retrato de Salazar, el fundador de la Casa. Jamás en su vida creyó que volvería a estar ahí, mucho menos bajo esas circunstancias…

Ahora era un hombre libre, como sólo en sus sueños más profundos llego a verse, libre, sí, ¿Pero a que costo?, a uno muy alto y doloroso, a uno que no habría estado dispuesto a apagar si alguien se lo hubiera preguntado, y más que nunca odio a James Potter, por no haberla protegido como se supone que había prometido… No había gloria, no había victoria ni alegría, no para él cuando menos. Todo por lo que se había esforzado en ese último tiempo, no había servido de nada… Mientras todos celebraban, su alma lloraba…

Y la guerra no había terminado, el Señor Oscuro no estaba muerto, y algún día volvería a alzarse, o eso es lo que el Director le había dicho cuando se reunió con él esa mañana. Le contó todo, y se sintió frustrado de pensar que ella no hubiera podido sobrevivir también… Luego le explicó sobre la necesidad de proteger al niño, pero él se negó a hacerlo. No quería saber nada, ya había hecho su parte, había peleado esa guerra por proteger a la única persona que le importaba, y no lo había logrado. No quería saber nada más.

Pero el Director no cedió, ¡Incluso se atrevió a recordarle aquella estúpida deuda de vida que tenía con James Potter!, y cuando eso no funciono, siguió presionando con la ayuda que le había dado para librarlo de Azkaban. Nuevamente volvió a negarse, pero cuando le recordó que ese mocoso era también el hijo de Lily, no pudo seguir resistiéndose, y se preguntó con desazón, si el Director realmente había sido Gryffindor y no Slytherin, porque tenía unos colmillos muy largos y afilados, que mantenía muy bien guardados…

Quizás para aliviar un poco su dolor y su molestia, fue que Dumbledore le nombro no solo Profesor de Pociones, sino Jefe de Casa de Slytherin. No lo sabría, y Dumbledore ciertamente no se lo diría, pero tampoco le preguntaría. Eso ya no importaba, lo que importaba era prepararse para lo que podría venir, y él, siendo un Slytherin, era el mejor haciendo eso. Bueno, quizás sólo por detrás de Dumbledore, pero una parte de Snape comenzaba a pensar que sin lugar a dudas, el Director tenía tanto de Slytherin como de Gryffindor.

Dio un último vistazo a la Sala Común, y con un pesado suspiro, volvió a revestir su rostro de la impasible frialdad que acostumbraba, abandonando el lugar con paso firme.


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