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Blue (KisaIta) por zeldaxlove1997

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Deja el plato que secaba con un trapo en cuanto escucha la puerta principal abrirse, encaminandose para recibir a su pareja pero las intenciones de abrazarlo y darle un beso como era costumbre quedaron en eso cuando el tipo con aspecto de tiburón se presenta con un cuadro que presumía como si fuera la mejor obra de arte nunca antes vista, la alegre sonrisa de desvanece, dando pie a una mueca incómoda ante el retrato presentado. 


- Kisame ¿que es eso? - señala inconforme el recuadro que sostenía su esposo con total alegría -


- ¿No es bonito? lo compre en un bazar de camino a casa, al parecer estaban liquidando todos los adornos que el hokage tiro cuando ordenó la remodelación del palacio - explica quitando unas cuantas manchas de polvo que recubre la pintura - 


Itachi hace un gesto disgustado, eran tiempos difíciles y llevaban un buen rato pasandola mal por la mala administración del dinero por parte del hokage, todo el pueblo estaba en decadencia, ellos apenas y tenían para comer, con el poco sueldo que le daban a su esposo por reparar autos eran tan solo unas migajas para sobrevivir la semana, sin contar que él no podía darse el lujo de buscar empleo y dejar su hogar a sabiendas que por la misma mala racha que atravesaba el sitio, eran blanco perfecto para los ladrones de la zona, ya habían varios reportes de una pandilla de malhechores que se escabullen por las tardes cuando las familias salen de paseo o con parejas que trabajan y dejan el hogar solo, metiéndose y dejándolos prácticamente sin nada. No arriesgaría todo lo que se habían ganado con duro esfuerzo entre ambos desde que decidieron casarse, para que de un día a otro se los arrebaten unos vividores. 


- ¿Como puedes decir eso tan a la ligera? ¿es que no te das cuenta de cómo estamos? ya no tenemos víveres por si lo has olvidado - señala su despensa con apenas una bolsa pequeña de arroz, unas lentejas y algo de azúcar - y tu te tomas el lujo de comprar un cuadro que no necesitamos - frunce el entrecejo, cruzándose de brazos - 


- Amor tranquilo - deja su nueva adquisición en uno de los desgastados sofás para acercarse a su pareja y tomarlo de las manos - Jiraiya-sama prometió pagarme para antes del viernes, tendremos tiempo de ir al mercado mañana y comprar algunas cosas, lo que necesites - 


El otro resopla aún con el ceño fruncido, asintiendo resignado después de todo no tenían muchas opciones ahora que muchos mercados habían cerrado debido a la falta de ganancias, solo quedaban unos pocos cerca de la zona y tenían que apresurarse para alcanzar buenas cosas. 


Toma el cuadro desganado, mirando a detalle la pintura de un niño vestido de traje azul marino, corbata negra y zapatos finos que por el brillo en estos parecían recién pulidos, los cabellos rubios alborotados daban la sensación de que se trataba de un día acompasado con el pasar del viento que golpeaba con suavidad el rostro pálido del infante, pero eso no era lo interesante sino esos inquietantes ojos grandes que eran prácticamente imposibles de adaptar a la realidad, se trataban de dos gigantescos ojos azules que eran adornados con una tenue luz negra, dándole un aspecto melancólico pero que a Itachi le recorrió un escalofrío al contemplarlo por unos segundos a detalle, apartando el cuadro para volver a dejarlo en el sofá. 


- No entiendo porque lo has comprado, es un cuadro bastante feo - 


- ¡Pero qué dices! si es bastante pintoresco - exclama orgulloso de su compra - 


- ¿Pintoresco? - arquea una ceja incrédulo - bueno al menos ya tienes algo que dejarle a tus sobrinos - bromea desdeñoso - 


- No creo que a Sasuke le disguste que le de como herencia a sus hijos un cuadro perteneciente al palacio real - le sigue el juego, yendo hasta el pelilargo y tomándolo por detrás en un abrazo - Además el pequeño Blue no parece ser tan malo - 


- ¿Blue? - gira el rostro lo que puede para observarle desde su posición - ahora también tiene nombre el cuadro - bufa cansino - 


- Pueden cambiarlo cuando me muera - se encoge de hombros, recargando la frente en el hombro del menor - 


- Eso si tu pequeño "Blue" no los asusta - recalca dejándose mimar por el otro - 


- Si, buen reproche ahora vamos a la cama - susurra contra su oído, mordiendo levemente el lóbulo del mismo - 


- No - le toma de ambas manos que le rodean la cintura - yo debo terminar la cena y tu tienes que darte una ducha - 


- Puedo darme ese baño y cenar en la cama - intenta negociar, viendo suplicante al pelilargo en cuanto se separan - 


- Vamos viendo, todavía sigo molesto porque hayas comprado eso sin antes consultarme - 


- Hmm... mi Itachi sigue molesto - hace gesto pensativo - ¿como puedo hacer para compensarlo? - escucha la risa divertida del otro, al menos había logrado arrebatarle ese ceño fruncido - vale se me ocurre que podrías acompañarme a la ducha y ahí se me podría ocurrir algo, no lo sé - encoge los hombros en fingida inocencia - 


Itachi revolotea los ojos, dejando un casto beso en los labios de su esposo 


- Ve a bañarte antes de que te haga dormir en el jardín - con esa última amenaza se desaparece por la puerta de la cocina, dejando al mayor con una sonrisa divertida en el rostro - 


 


Al menos lo intenté. 


 


 


 


Eran las 9:20 am, Kisame se había ido a trabajar desde muy temprano y no le había dado tiempo siquiera de desayunar, tampoco es como si tuvieran muchas cosas para preparar un buen platillo, solo unas hojuelas de avena que prefirió dejar en la alacena para que Itachi pudiera comer en cuanto despertará, habían quedado agotados después de su fogoza noche de pasión pero el disfrute nadie se los quitaba. 


Itachi se viste con su típica yukata negra con tonalidades rojas y baja al comedor, rebuscando en la nevera el cartón de leche para verterlo en un recipiente y ponerlo a la flama, esperando paciente a que esta empiece a hervir, peinando mientras tanto sus largos cabellos, buscando entre los bolsillos de la yukata su liga para sujetarlos en una coleta baja. 


Una vez que la leche está lista la deja en un recipiente de plástico y abre la pequeña bolsa de avena que había en la alacena para acompañar en su plato, comiendo con tranquilidad cuando una corriente eléctrica le recorrió la espina dorsal, haciéndolo voltear a la sala donde relucía el horrible cuadro que Kisame compró ayer. Bufa cansado, continuando con su desayuno aunque los enormes ojos de aquel infante plasmado en pintura le inquietaran de momentos. 


Recoge el trasto y lo lava apenas termina, cogiendo la escoba de la entrada para comenzar a barrer la casa, comenzando por la cocina. Su vida se había convertido en algo tan monótono desde que aquella mala racha les pego, puesto que ya no podía ir al parque y rentar una bici o seguir yendo a sus tan amadas clases de danza que en cuanto el gobierno dejó de dar prestaciones tuvieron que cerrar la academia, dejándolo nuevamente sin ninguna actividad de momento, a veces visitaba a su pequeño hermano cuando Naruto, su pareja tenía que viajar lejos por cuestiones laborales y le pedía si podía estar al tanto del pequeño pelinegro, ya que tenía dos niños que cuidar. 


Itachi sabía que al casarse con Kisame no iba a ser una vida totalmente llena de lujos pero era lo que él había escogido, y lo amaba sin importar las circunstancias o la oposición de sus padres ante su elección, era feliz con lo que tenía pero era evidente que con estos tiempos tan difíciles se pusiera mal y comenzará a cuestionarse las cosas, ambos tenían el anhelo de un hijo desde hace tiempo, no era algo imposible con su condición de doncel al igual que la de Sasuke que ya iba por su tercer hijo, pero las circunstancias actuales lo detenían, pensando en la vida que deseaba darle a ese bebé en caso de llegar a tenerlo. 


Niega repetidas veces intentando concentrarse en el polvo acumulado bajo los sillones de la sala, darle vueltas a ese asunto era una pérdida de tiempo total, tenía que concentrarse en el ahora y cómo afrontar su precaria situación económica. Aprieta el mango de la escoba y resopla cansado, aunque el lugar no era muy grande era agotador mover las cosas de un lado a otro para limpiar las partículas de polvo que se acumulaban en las telas del sillón. 


La labor se ve interrumpida cuando de nueva cuenta un escalofrío recorre su espina dorsal como ocurrió ayer, volteando con cierta duda hacía aquella pintura grotesca del niño trajeado de azul, formando una mueca incómoda al fijar su mirada en esos penetrantes ojos descomunales, creando una sensación escalofriante de sentirse observado por esos orbes azules. 


Algo dubitativo deja la escoba en alguna esquina de la casa y se acerca al cuadro, tomándolo de ambos lados para zafarlo de la pared


- Lo siento mucho, Blue pero eres aterrador - exclamaba encaminado a la silla que habitaba en el pasillo, postrando del lado opuesto a la imagen aquella tétrica pintura - perfecto - concluye en una exhalación, volviendo a sus labores, dejando aquel retrató abandonado - 


 


 


Pasadas las horas por fin llega su esposo con una expresión cansina, casi tirando donde sea la chamarra negra que portaba, sonriendo un poco cuando ve al pelilargo recostado en el sofá leyendo un libro, dejándolo a un lado en cuanto es consciente de la presencia del otro. 


- Luces terrible - menciona en cuanto lo tiene enfrente, acariciando los cabellos azules algo alborotados - 


- Eres la cuarta persona que me lo dice - intenta reír, abrazando a su esposo por la cintura - 


- Y no me pregunto el porque - bromea juguetón, separándose unos segundos para apreciarlo bien - 


Kisame sonríe, su esposo siempre sabía como hacerlo sentir mejor luego de un día pesado. Está por decidirse en si cenar o llevar a Itachi a la cama y deja lo otro para después pero su mirada captan el espacio vacío en la pared de la sala donde se supone que estaba su cuadro. Frunce el entrecejo confundido.


- ¿Donde está Blue? -  


La pregunta amargan el gesto del otro que revolotea los ojos como si la cuestión le ocasionara malestar


- Lo deje en el pasillo, no me dejaba concentrar en nada teniéndolo ahí mirándome - 


- Eres malo - 


-Si bueno, yo no compre una pintura aterradora que asusta a su esposo mientras limpia la casa - pestañea satisfecho ante el resoplido resignado de su pareja -


-De acuerdo, pues si tanto te molesta mañana mismo se lo llevó a mi madre y que ella se lo quede ¿feliz? - 


- Mucho - deja un casto beso en la mejilla contraria - 


- Bien, ahora hay que cenar, muero de hambre - 


- Si, pero antes dejaré el cuadro en la sala para que no se te olvide llevarlo con tu madre - parlotea encaminado al pasillo mientras el otro se va a la cocina a servir ambos platos para la cena - 


Siente un alivio trepar por todo el cuerpo al saber que volvería a su tranquilidad, misma que se ve interceptada al doblar el pasillo y notar la silla donde dejó el cuadro, vacía. 


Frunce el ceño y revisa en la mesa a lado de la silla por sí de alguna forma pudo dejarlo recargado ahí pero está se encuentra en las mismas condiciones. 


- Ya está servido - escucha la voz de su esposo llamarle desde la cocina - 


Haciendo memoria regresa a donde está el otro y se sienta enfrente


- ¿Encontraste a Blue? - 


- Es extraño... -


-¿Que cosa? - pregunta llevándose un bocado del plato - 


- Podría jurar que lo deje en el pasillo - 


- ¿Y no lo habrás movido para algún otro lado? - 


- No, limpie la sala y lo deje en el pasillo precisamente para que no estuviera exhibido aca - 


- Ita si te deshiciste de Blue te juro que me iré a revisar en todos los botes de basura hasta encontrarlo, no fue costoso pero aún así dinero es dinero - se encoge de hombros - 


- No le he hecho nada - le mira enfadado por su desconfianza - 


- De acuerdo entonces hay que buscarlo con calma - acaricia dulcemente su brazo para relajarlo - 


Asiente no muy convencido, le resultaba extraño su "desaparición" repentina. 


- Iré a darme una ducha - anuncia el otro, acariciando a su paso la larga coleta del menor - 


- Bien, yo alistaré mi mochila para mañana, Sasuke estará solo y me pidió hacerle compañía en lo que Naruto vuelve de su viaje a Suna - recoge los platos de la cena y los deja en el fregadero - 


-De acuerdo, si se hace muy noche llamame para que vaya por ti - despide con un beso en la nuca antes de subir rumbo a la habitación - 


- Lo haré - 


Vuelve a la sala y recoge su libro, quizá lo llevaría mañana en dado caso de que su hermano se aburriera y pidiera que le leyera algo, con el embarazo eran muy pocas las cosas que podía hacer y eso le disgustaba bastante al ser alguien muy hiperactivo. 


- ¡Ita lo encontré! - escucha a su esposo decir desde la planta alta - 


Sube hasta la habitación con el libro en mano y se encuentra a su esposo sujetando el cuadro con una sonrisa aliviada


- ¿Donde estaba? - 


- Aquí en la cama, lo habías dejado viendo justo al mueble de madera - 


Arquea una ceja confundido, era prácticamente imposible que eso sucediera pues todo el rato estuvo abajo y solamente subió al cuarto para cambiarse de ropa luego de su baño. 


- Pero eso no puede ser, yo lo había dejado en la silla, estoy seguro - 


- Amor ¿pero quien más pudo moverlo? - pregunta incrédulo - 


- No lo sé, pero yo... - 


-Debiste haberlo movido antes y seguro no lo recuerdas - 


- Mmh... puede ser - piensa dubitativo - 


- Bueno de cualquier forma me alegro de haberlo encontrado - decía con notable alegría - 


- Bien, pero mañana prometeme que lo llevarás con tu madre - entorna los ojos sobre los ajenos-


- Si, si yo lo llevo, no te angusties - 


Ambos se dan un dulce beso y se retiran a hacer sus últimas actividades antes de volver a la habitación para descansar. 


 


 


 


 


- ¿Seguro que no necesitas algo más? - cuestiona por enésima vez en el día, causando la mirada fastidiada de su menor - 


- Si, necesito que te sientes un rato y platiques conmigo - refunfuña visiblemente enfadado - joder, Itachi llevas todo el día dando vueltas por la casa, me pones de nervios - 


- Lo siento, pero quiero dejar todo listo para antes de irme, no quiero que vayas a esforzarte en nada innecesario - le sonríe con sinceridad - 


- Ya estás como Naruto - resopla cansino - no estoy invalido, solo embarazado por si lo han olvidado - 


- Solo nos preocupamos, es todo - se encoge de hombros - ¿dónde están los niños, por cierto? -


- Mamá vino por ellos desde temprano, quería llevarlos a pedir dulces - 


- Ya veo ¿y no quiso esperar a verme, cierto? - muerde el labio inferior entristecido - 


- Seguro que algún día lo entenderán - intenta reconfortar el menor - 


- Espero, porque no pienso dejar a Kisame - 


Sasuke solo asiente, no quería seguir hablando del tema, sabe lo mal que la pasa su hermano cuando tocan aquello.


- Bueno ¿y trajiste algo para leerme? - 


Asiente yendo al comedor para traer su mochila y sacar el libro que días anteriores comenzó, era de fantasía por lo que no dudaba que le gustaría a su hermano, toma asiento a lado de él y permite que el otro se recargue en su hombro para tomar una postura más cómoda y escuchar atento la lectura. 


Pasadas las 8:30 pm llega Naruto con una expresión apenada por la tardanza, explicando el motivo de su retraso y agradeciendo enormemente la compañía de Itachi que menciona que no es nada, alistando sus cosas para retirarse, negándose a la invitación del rubio para pasar la noche ahí, sabiendo que su esposo ya estaría esperándolo en casa. Con un abrazo se despide de su hermano y su pareja, acordando los días siguientes en que se verían, prometiendo quedarse más tiempo para la siguiente ocasión. 


De regreso a casa afortunadamente el transporte pasó rápido y no tuvo que quedarse hasta muy tarde en la estación


- ¡Llegue! - llama una vez que entra, depositando la mochila en el sofá, tirándose unos segundos en el para descansar un rato - Kisame - vuelve a llamar - 


Al no obtener respuesta decide subir a la habitación, quizá su esposo estaría bañandose y puede que no lo escuche. Pero al entrar al cuarto este se encuentra vacío


Mira el reloj de pared, ya debería haber regresado del taller, está por decidirse a llamarlo cuando sus ojos enfocan aquel horrible cuadro recargado en la silla del cuarto, observándolo con esos horripilantes ojos azules descomunalmente grandes. 


Justo en ese preciso instante escucha la puerta principal abrirse, así que con toda la furia del mundo coge el cuadro del niño y baja hasta donde su marido acababa de llegar


- ¿No dijiste que se lo llevarías a tu madre? - le reclama apenas lo tiene enfrente, mostrándole aquel condenado cuadro - 


Pero la expresión de Kisame le desconcierta más, miraba el retrato con suma confusión, como si recordará algo 


- Ita yo lo lleve - asegura confundido, tomando el objeto - 


- ¡No mientas! te pedí que lo hicieras y me encuentro con el en cuanto llegue - 


- No miento, lo juro - levanta una mano sincero - 


- ¿Y entonces cómo es que sigue aquí? - se cruza de brazos - 


- Pues.. no lo sé, tal vez solo creí que lo había tomado pero - se rasca tras la nuca - es extraño, incluso puedo jurar que se lo entregue en las manos a mi madre - 


- Pues espero que mañana no se te "olvide" llevarlo - exclama con sumo enfado, dandole la espalda al otro - 


-Te prometo que así será - hablaba mientras le sujetaba de la cintura - ¿De acuerdo? confía en mí - besó su nuca con sumo amor - 


- Más te vale - 


- Venga, vamos a dormir que es muy tarde - le da una pequeña palmadita cariñosa en el glúteo - Aunque si prefieres podemos hacer otra cosa antes de dormir - habla con fingida inocencia, encogiendo los hombros - 


Itachi le mira como queriendo darle un buen golpe


- Pues hasta que no te deshagas de esa cosa no tendrás eso - amenaza victorioso al ver la cara de pavor del otro, subiendo las escaleras para ir a la habitación que compartían - 


 


Se remueve constantemente en el colchón, no pudiendo conciliar el sueño desde hace un buen rato ante el resonar de unos pasos caminando por el pasillo, estuvo tentado en despertar a su esposo y alertarlo de los ruidos que escuchaba pero cuando estos cesaban creía que sólo eran sonidos provenientes de afuera.


No es sino hasta que escucha una risa traviesa retumbar muy cerca del cuarto en el que dormían que se levanta de golpe, con el corazón palpitando a todo lo que da, golpeando su pecho con fuerza. Voltea hacía su esposo que dormía en un plácido sueño y no parecía para nada incómodo con el pasar de esos insistentes zapatos por el pasillo.


Ya un poco más calmado, toma la yukata negra del perchero y se la coloca antes de salir del cuarto y mirar por el pasillo a ver si encontraba indicios de quién podría estar causando tal ruido a esas horas, pero este se encuentra en efecto vacío. Resopla fastidiado, regañando su ansiedad por tenerlo a estas horas despierto por nada, yendo al cuarto de baño para mojarse un poco la cara y volver a la cama para tratar de conciliar el sueño, pero al momento en que sus ojos recobran la visión luego de secar las gotas de agua restantes un reflejo se proyecta en el espejo del baño, sobresaltadolo y haciéndole pegar un brinco que le hacen tirar algunas cosas del estante. 


Se lleva ambas manos al pecho a su vez que este sube y baja aceleradamente por el impacto de la imagen, se gira hacía el sitio en el que aquella silueta se presentó pero el lugar estaba vacío, como si su mente le quisiera jugar una mala broma. Inhala y exhala unos minutos más en lo que recobra el sentido, recitando un mantra en su cabeza para poder salir del baño y volver a la habitación junto a Kisame.


Se abraza a la yukata y sale, soltando un suspiro caminando con sus pies descalzos de vuelta al cuarto pero unos ojos sobre él le obligan a mirar hacia las escaleras donde un infante de traje azul le observa con esos grandes ojos azules, cristalizados pero con un peculiar detalle, lo que lloraba no eran lágrimas sino una especie de líquido negro que resbalaba por sus rojizas mejillas regordetas. 


- ¿Qué haces tú aquí..? - apenas y logra susurrar, acercándose a paso lento al pequeño que lloraba en silencio, sin dejar de mirarlo con sus penetrantes orbes azules - ¿Necesitas ayuda? ¿No encuentras a tus padres? - preguntaba intentando sonar lo más calmado posible, acortando cada vez más la distancia entre el niño y él - 


Este se mantiene en silencio, solo lloraba y observaba al pelilargo que se postraba frente a él, cuando la pálida mano de Itachi hace ameno de tocar los cabellos rubios del infante este sale disparado por el pasillo, corriendo rápidamente mientras soltaba una pequeña risa traviesa


Cuando está por decidirse en seguir al niño por el pasillo o regresar al cuarto y alertar a su esposo, siente un fuerte tirón del brazo a su vez que pierde el equilibrio y su visión se vuelve oscura en un parpadeo que apenas y pudo sentir el golpe de su caída. 


 


 

Notas finales:

¡Hola, babies! 


Como ya saben ya tenía muchas ganas de escribir algo sobre esta parejilla ya que a mi me gusta mucho y no veo tanto material de ellos en ninguna plataforma, así que aprovechando que se acerca mi fecha favorita del año que es Día de Muertos, se me ocurrió hacer mi primer trabajo KisaIta con una temática en relación al mes de Octubre


Se dividirá en dos partes, espero tener lo antes posible la siguiente y última, pero sobre todo que ustedes lo pasen bien tanto como yo 


Gracias por el apoyo y nos vemos en próximos trabajos


Besos<3


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