PILOTO
Draco salía de su oficina con una caja, esos malditos inefables nunca le decían para que querían las cosas, solo recibía una lista bien detallada y luego tenía que hacer la entrega el mismo, porque no confiaban en sus múltiples aprendices.
– Draquito del alma, ¿me invitaras a almorzar?
– Blaise por favor, tengo que hacer una entrega.
– Vamos esos inefables no se morirán por un par de horas de retraso.
– Bien, sostén esto – Blaise dejo su abrigo en la oficina de su amigo mientras sostenía la caja.
Fueron caminando hasta una cafetería cerca del ministerio, en ocasiones Blaise Zabini llegaba de improviso a invitar a su mejor amigo a almorzar, decía que no tenía nada de divertido en su puesto de Experto en pociones, así que ocasionalmente iba y lo secuestraba.
Entraron y Blaise dejo la caja de treinta por treinta centímetros y cuarenta de alto, sobre la mesa, comenzaron a comer y platicar, secretamente Draco estaba feliz de que su amigo viniera como una molestia para distraerlo, estaba demasiado dedicado a su trabajo y olvidaba salir de vez en cuando.
– Hola Blaise, Draco, hace mucho tiempo que no los veo.
– Hermione trabajamos en el mismo lugar, al que no ves es a Blaise.
– Si, pero siempre estas dentro de tu oficina.
– ¡Vez! Trabajas demasiado, siéntate Hermione, almuerza con nosotros – Bajo la caja a un asiento junto a el para que no interfiriera con la plática debido a la altura de esta.
Hermione trabajaba en el Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, en el cuarto piso y Draco en el Departamento de Seguridad Mágica en el segundo piso del ministerio. Continuaron platicando hasta que Draco y Hermione tuvieron que retirarse y Blaise se quedó a pagar la cuenta, cuando pago y se entretuvo coqueteando con la camarera se olvidó de aquella caja. Iba caminando cuando se sintió un fuerte frio y recordó su abrigo, así que volvió al ministerio. Justo cuando salía del ascensor Draco ya estaba esperando
– Qué bueno que te encuentro, gracias por traerme la caja… ¿Blaise dónde está la caja que te di?
– Ammm… si, esa caja, bueno yo… la deje en la cafetería en la silla junto a mí, la olvide, de hecho, venia por mi abrigo.
– ¡BLAISE ZABINI! – lo tomo de la solapas y corrieron fueran del ministerio y cuando llegaron a la mesa ya no había nada, le intentaron preguntar a la camarera, pero ya no estaba, fue cambio de turno para los que trabajaban en la cafetería – ¡Te matare! ¿Tienes una mínima idea de lo que contenía esa caja?
– No, lo siento te ayudare a rehacer el pedido, sabes que soy bueno y…
– El problema no es atrasarme con el pedido – Draco gritaba y luego se lo llevo fuera y lo acorralo en una esquina para susurrarle – Esa caja contenía brownies, brownies bañados en amortentia.
– Vamos no es para tanto.
– ¿Acaso eres un imbécil? Si a la amortentia no se le da un incentivo, la persona que la beba se enamorara del creador de la poción.
– ¿Qué de malo puede pasar? no creo que alguien sea tan imbécil como para comerse brownies abandonados en una mesa, lo peor que puede pasar es que se los dieran a perritos callejeros.
– Hola familia a que no saben lo que les traje – Grito Ron a toda su familia reunida, había encontrado una caja y para encontrar al dueño decidió abrirla, al ver los brownies no se podía resistir a comer uno, pero si sus hermanos veían un hueco lo torturarían, así que con todas sus fuerzas cerro la caja y se fue a trabajar para luego llegar a cenar con su mamá como había prometido.
Charlie venia de visita por vacaciones navideñas, Bill había dejado las maldiciones en Egipto y hasta Percy se olvidaba un poco del trabajo en el ministerio, la única que no había llegado aún era Ginny, que se encontraba de gira con su equipo.
– ¿Qué trajiste querido?
– Brownies de chocolate.
– Yo tendré que declina, tu padre está enfermo y quiero acompañarlo mientras le bajo un poco la fiebre, pero tengan leche – Molly movió la varita y apareció 6 vasos y una jarra de leche – Pasen buena noche mis amores y disfruten lo que trajo su hermano.
– Ojalá tengas razón, ahora muévete necesito hacer más.
– Draco ¿Cuál es la duración y cuantos Brownies había?
– Por cada brownie la duración es de un día y había sesenta y cuatro pequeñas piezas mortales.
– Bueno quizás tengas perritos lindos detrás de ti por un buen rato. No será tan malo, te ayudare a repelerlos a todos.