Choi Sun Woo se despertó y miró a su alrededor, gimiendo por el rápido movimiento mientras su cabeza golpeaba. ¿Qué estaba haciendo en el piso, y dónde diablos estaba? Peor aún, Sun Woo estaba completamente desnudo. ¿Se había perdido tanto que no recordaba dónde estaba?
Con un gemido y los músculos que protestaban, Sun Woo se levantó del suelo y se sentó en el borde de la cama, mirando alrededor. A juzgar por el arte barato en la pared, el escritorio estándar, la manta de aspecto de los años sesenta y la alfombra asquerosa, llegó a la conclusión de que estaba en una habitación de motel.
Y estaba solo.
El sol se asomó a través de las gruesas cortinas mientras Sun Woo se levantaba y miraba a su alrededor. Encontró una zapatilla debajo del escritorio, la otra en el armario, los dos zapatos llenos de calcetines. Su ropa interior estaba en uno de los cajones del escritorio. Mientras buscaba su camisa y sus pantalones, se dio cuenta de la cama no había sido usada.
¿Qué demonios pasó? Nada tenía sentido. Estaba desnudo, pero la cama no parecía haber sufrio un round de relaciones sexuales con ella o incluso haber dormido en ella. ¿Por qué estaba su ropa esparcida? ¿Y dónde estaban los pantalones?
Se puso la ropa interior y se sintió mejor. Se puso los zapatos y los calcetines en la cama y entró en el baño. No sólo tenía que aliviarse, sino que rezó para que el resto de su ropa estuviera allí.
Vio su camisa y sus pantalones.
Y el cadáver.
-¡Qué mierda!- Sun Woo retrocedió tan rápido, que se encontró con la pared. Incluso podría haber orinado un poco mientras miraba la mirada blanca lechosa. Y la sangre. Había tanta sangre. Nunca había visto un cadáver antes y podría haber pasado toda su vida sin verlo. El tipo tomó toda la tina, con la cabeza inclinada en un ángulo chistoso. Sus piernas colgaban sobre el costado, como si lo hubieran empujado.
Pero el agujero en el centro de su pecho era lo que hizo Sun Woo caer de rodillas y vomitar en el inodoro. Se sonrojó y se limpió la boca con el dorso de la mano, sentado en su culo mientras cerraba los ojos.
-Esto no puede estar sucediendo.- ¿Quién era el tipo y cómo Sun Woo había terminado en la misma habitación con él? ¿Cómo había llegado Sun Woo a la habitación en primer lugar?
Se puso en pie y miró fijamente los vaqueros y una camiseta que alguna vez había sido blanca, pero que ahora estaba cubierta de sangre y acostada junto al muerto. Sus vaqueros estaban metidos debajo de la cabeza del tipo, como si quien matara al tipo y lo quisiera cómodo.
Sun Woo le dio una palmada en la boca y salió disparado del baño, tratando de aspirar aire a sus pulmones cuando se derrumbó en la cama. No podía hacerlo. No podía soportar mirar un cadáver.
Mierda, necesitaba llamar a Hyung Jun. Sun Woo necesitaba salir de aquí y obtener respuestas. Usó el teléfono del motel para llamar a su hermano. Gracias a Dios respondió Hyung Jun.
-¿Por qué no me viste anoche? -preguntó Hyung Jun. -Se suponía que debíamos salir.
-Te necesito.- Sun Woo habló rapido, diciéndole a Hyung Jun lo que había encontrado en el baño.
-¿En qué motel estás?-
Sun Woo no tenía ni idea. Cogió la almohadilla de papel que el motel proporcionó e hizo una mueca. De todos los lugares que tenía que ser, era el motel conocido como -Fra k’s Ska k-.
Ese no era realmente el nombre, pero podría haber sido así. Era un motel local de pago por hora. Los narcotraficantes pagaban por una habitación para cortar sus drogas y las prostitutas también lo usaban, o eso era lo que Sun Woo había oído, ya que no se metía con las drogas.
Estupendo. Su vida iba por el inodoro en un motel de mala calidad. Quizás el motel puso gratis chicos muertos en todas las habitaciones. Sun Woo quería darse una bofetada por ese pensamiento. Necesitaba calmarse y pensar, pero eso era difícil de hacer considerando la situación.
-Estoy en camino-, dijo Hyung Jun. -No te muevas y no hables con nadie. Y por el amor de la mierda, no llames a la policía.
-Traeme ropa-. No había ninguna posibilidad en el infierno de que se puesiera su camiseta y pantalones vaqueros, pero tenía que conseguirlos para que no dejara ninguna evidencia detrás.
-Dame diez minutos.- Hyung Jun colgó. Sun Woo estaba agradecido de que tuviera un hermano que siempre tenía la espalda. En verdad, Hyung Jun era la gallina más grande que conocía, pero no cuando se trataba de su hermano. Cuando se trataba de Sun Woo, Hyung Jun siempre encontraba una columna vertebral.
Después de colgar, Sun Woo miró a su alrededor. Él no tenía ningún enemigo en el que pudiera pensar, pero esto se sentía como una cosa montada.
Necesitaba limpiar el lugar. Usando su ropa interior, abordó el teléfono primero, luego pasó por la habitación, golpeando todas las superficies que pudieran contener una huella.
Incluso descargó el inodoro unas cuantas veces más para asegurarse de que su vómito había desaparecido. Ver el cuerpo muerto de nuevo le hizo querer vomitar, pero se las arregló para no hacerlo.
-No sé quién eres -dijo Sun Woo mientras miraba al suelo, negándose a mirar la carnicería que quedaba en la bañera, -pero no lo hice... creo.- Ya que no podía recordar cómo había llegado allí en primer lugar, Sun Woo no podía estar seguro de lo verdadera que era esa afirmación.
Pero no era el tipo de matar a nadie, especialmente a un hombre tres veces grande que él. No había ninguna posibilidad en el infierno de que hubiera podido dominar al tipo. Y Sun Woo era tan antiviolencia que ni siquiera mató bichos.
De ninguna manera podría haberle taladrado un agujero tan profundo en el pecho del extraño, tampoco. Si primero, ¿dónde estaba el arma que había usado? Segundo, ¿por qué no estaba cubierto de sangre?
Casi gritó cuando sonó un golpe en la puerta del motel. Sus nervios estaban tan apretados que debería haberse estrellado.
Tomando una respiración profunda y constante, se metió en la habitación, asegurándose de que sus pasos fueran lo más silenciosos posible mientras se dirigía hacia la ventana. Miró por encima de la gruesa cortina y exhaló un suspiro de alivio. Hyung Jun estaba afuera.
Sun Woo abrió la puerta lo suficiente para que Hyung Jun pudiera pasar antes de cerrarla y trabarla. Apretó la espalda contra la madera, mientras el sudor le recorrió las cejas y el labio superior.
Hyung Jun tiró una mochila en la cama antes de ir al baño. Hizo un silbido bajo. -¿Por qué carajo lo mataste?
-¡No lo maté!- Sun Woo agarró la mochila y sacó un par de pantalones vaqueros y una camisa verde abotonada. Se deslizó la ropa y llevó la bolsa al baño. Tendría que recuperar su ropa del muerto.
No quería acercarse a la bañera. Tal vez había visto demasiadas películas, pero en su mente, si se acercaba lo suficiente, los ojos del muerto se abrirían y llegaría a Sun Woo.
-Toma mi ropa -le dijo a Hyung Jun-.
-¡No, no! -Hyung Jun retrocedió. -¿Me parezco a Boo-Boo el Tonto? Te he traído algo de ropa, y te echaré de aquí, pero no puedes pagarme el dinero suficiente para acercarme más.
-Maldito cobarde.- Sun Woo empujó la mochila a Hyung Jun. -Entonces sostén esto mientras me pongo la ropa. No podemos dejarlos atrás.
-Necesitamos limpiar también esta habitación.- Hyung Jun se quedó justo fuera de la puerta del baño. -No necesitamos que un equipo de la escena del crimen encuentre sus huellas.-
-Ya lo hice.- Sun Woo se acercó más. Así que asegúrate de no tocar nada.
-Todavía tienes que estar escondido -dijo Hyung Jun. -Kibum te está buscando.
Sun Woo movió la cabeza alrededor mientras su pulso aceleraba aún más.
-¿Por qué me está buscando Kibum?
-¿Podemos hablar de eso en el auto? -preguntó Hyung Jun mientras agitaba una mano hacia la bañera. -Vamos a sacar la ropa de allí primero y sacar el culo de esta basura.-
Bilis subió por la garganta de Sun Woo mientras avanzaba hacia la bañera. Trató de no mirar aquellos ojos blancos lechosos, pero su mirada se dirigió a ellos.
Con las puntas de sus dedos, Sun Woo agarró su camisa y se la arrebató de los pies del muerto, amordazando mientras esperaba a que Hyung Jun abriera la bolsa. -Darse prisa. Voy a estar enfermo.-
-No te atrevas-, advirtió Hyung Jun. -De ninguna manera podemos limpiarlo todo.
-¿Nosotros?- Sun Woo lo miró incrédulo. -No hay nosotros. Estarías corriendo de la habitación como una perra asustada.
-No hay vergüenza en mi juego.- Hyung Jun se encogió de hombros. -No hago cadáveres ni vomito. Tienes suerte de estar aquí de pie.
Sun Woo metió la camisa ensangrentada en la bolsa antes de regresar al cadáver. Él juntó las manos a sus costados mientras tragaba. Conseguir sus vaqueros lo acercaría más a la cara del extraño de lo que deseaba, pero él no podía dejarlos detrás.
El sonido de una sirena lejana hizo saltar a Sun Woo. ¿Y si los policías se dirigían a esta habitación? Puesto que Sun Woo no tenía memoria de anoche, o cómo el tipo muerto terminó en la bañera, alguien podría estar tratando de acusarlo por este crimen. ¿Y si el asesino hubiera llamado a la policía?
Como un tonto, Sun Woo se movió más rápido, alcanzando detrás de la cabeza del muerto para sus vaqueros. Tiró del material, pero no se deslizó fácilmente. Estaban atascados.
-¿Quieres venir?- Dijo Hyung Jun en una voz de pánico. -Quiero salir de aquí.
-Están atascados en algo.- Sun Woo tiró de nuevo. Su mano golpeó el grifo y el agua salió del chorro.
-¿Qué diablos estás haciendo, dándole un baño? - gritó Hyung Jun.
Sun Woo cortó rápidamente el agua. -Fue un accidente.-
Tiró más fuerte y los vaqueros finalmente se liberaron. La cabeza del tipo muerto rodó y también lo hizo el estómago de Sun Woo. Corrió del cuarto de baño y metió los vaqueros en la bolsa.
Se apresuraron hacia la puerta, y Hyung Jun usó el dobladillo de su camisa para limpiar el pomo, luego lo agarró antes de que abriera la puerta. Salieron corriendo y Hyung Jun cerró la puerta con su camisa antes de subir al Camaro azul.
Hyung Jun encendió su coche. Retrocedio y el motor se quejó al salir del estacionamiento y se detuvo en la carretera principal. Cortó la esquina tan rápido que casi se topó con otro auto. El otro conductor tocó la bocina y Sun Woo juró que había visto al tipo maldiciendo.
Sun Woo tiró la mochila hacia el asiento trasero. -No necesitamos que la policía nos detenga.
-Lo siento.- Hyung Jun frenó hasta el límite de velocidad. -Sólo quería salir de allí.-
-Ahora dime por qué Kibum me está buscando.- Sun Woo miró por encima del hombro para asegurarse de que ningún coche de la policía los seguía. El latido de su corazón todavía no se había ralentizado, y seguía sudando como loco. No podía sacar la imagen del muerto de su cabeza, y las preguntas sin respuesta seguían corriendo por su mente.
-Mejor pregunta,- dijo Hyung Jun mientras bajaba una calle lateral, -¿es como terminaste en un motel con un tipo muerto?-
-No lo sé.- Sun Woo se inclinó en su asiento, frotando el talón de su mano contra su ojo derecho. -He estado tratando de averiguarlo. Ni siquiera sé cómo terminé en esa habitación.
-¿Qué es lo último que recuerdas?
-Estaba en la fiesta de Tate.
-¿Por qué irías a la casa de Tate?- Hyung Jun casi gritó la pregunta. -Tienes suerte de que no fuiste tú quien terminó en esa bañera. Tate es un asesino de pedazos de mierda, Sun Woo. ¿Has perdido la cabeza?- -Brad estaba allí.
Hyung Jun gruñó. -Tu enamoramiento te va a matar. Brad ni siquiera sabe que existes. Tienes que superarlo y seguir adelante.
Sun Woo había estado padeciendo detrás de Brad por años. Habían ido a la escuela secundaria juntos, y Sun Woo se había enamorado de él. ¿Qué tipo no le gustaba un chico malo? Sabía que no debería haber ido a casa de Tate. Cada vez que entraba en la casa del tipo, estaba pidiendo problemas. Tate ya había hecho tiempo para robo a mano armada y asesinato, pero el estúpido Sun Woo había dejado que su pene pensara por él.
Pero Hyung Jun tenía razón. Brad no había mirado ni siquiera a Sun Woo. El rubio alto y sexy había tenido mujeres que se lanzaban a él toda la noche, y Brad no tuvo ningún problema en sentirlas y salir con ellas allí mismo, en el salón de la casa de Tate.
-Recuerdo haber salido de la fiesta y regresar a casa.-
-¿Tu caminaste?- -Como no tengo coche, sí.
-¿Y qué?-
-Yo... -Sun Woo sacudió la cabeza. Había salido de Tate, caminó por la acera, dobló la esquina y su recuerdo se había ido después de eso. -No lo sé.-
-Kibum quería verte porque tenía un trabajo para ti.- Hyung Jun condujo hacia la carretera. Sun Woo no sabía a dónde iba Hyung Jun.
-De ninguna manera estoy trabajando para Kibum otra vez. Le he dicho eso mil veces. No me importa si es nuestro padrastro. Está tan torcido que su aliento sale de lado. -
Hyung Jun rió entre dientes. -Bueno. Ya sabes, porque él es un político y siempre están torcidos.
-No es gracioso si explicas la broma -protestó Sun Woo-. -Hacer mandados para Kibum es pedir tiempo de prisión. Prefiero no ser visitado por la noche por un compañero de celda llamado Bubba.
Aunque Sun Woo había pasado una noche en la cárcel después de que él había entregado un paquete para Kibum y había caminado derecho en un paquete de droga. Kibum lo había sacado y los cargos cayeron, pero eso no fue el caso. Sun Woo no fue construido para la vida criminal.
Hyung Jun se echó a reír. Golpeó a Sun Woo en su brazo. -¿O ser violado por un guardia de la prisión?
-No soy tan difícil.- Sun Woo frunció el entrecejo cuando Hyung Jun entró en la carretera. -¿A dónde exactamente vamos?
-Joder si lo sé, pero no podemos quedarnos en la ciudad. Tenemos que llegar tan lejos como podamos hasta que el calor muera. -
-Todavía no hay calor-, señaló Sun Woo. Pero Hyung Jun tenía razón, de nuevo. Si Sun Woo volvía a casa, tendría que esquivar a Kibum, y Sun Woo no estaba de humor para eso, no cuando estaba sentado allí, atormentando su cerebro tratando de poner los pedazos de anoche juntos.
Su padrastro estaba en algún tipo de comité para la ciudad. Sun Woo no estaba seguro de cuál. Nunca escuchó a Kibum cuando el tipo hablaba. Sólo sabía que Kibum estaba tan torcido como podia y tenía su mano en un montón de macetas ilegales. Peor aún, cuando Sun Woo estaba en casa, se sentía profundamente deprimido. La casa era hermosa, pero se sentía más como una tumba que como una casa. Por eso él y Hyung Jun pasaban la mayor parte del tiempo colgando en las calles.
Manejaron en silencio lo que se sentía como una eternidad hasta que Hyung Jun señaló una señal. –-Bajamos aquí. Estoy cansado de conducir, tengo hambre y tengo que mear.
-Además tu coche está haciendo un poco de ruido extraño-, señaló Sun Woo.
Hyung Jun resopló. -Siempre hace ruidos raros.
Salió de la carretera y bajó por un largo tramo de carretera. Sun Woo vio una señal de bienvenida a Villa Kim. Rezó para que huyeran lo suficiente como para escapar de Kibum y de los policías. Sun Woo estaba bastante seguro de que había conseguido deshacerse de todas las pruebas de que había estado en la habitación del motel, pero... su corazón tronó cuando él se sacudió de lado, mirando a Hyung Jun.
-¡Me olvidé de limpiar mis impresiones del grifo de la bañera!-
continuará....