Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Koi no Yokan por TsubasaHatsukoi

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Por supuesto que no era la primera vez que el mayor sugería que se disfrazaran para esas fechas, pero por alguna razón este año el comentario le había dado vueltas en la cabeza más de lo normal. Tal vez porque era fin de semana y no tenía nada que hacer. Eso y el estúpido ambiente Halloweenezco que emanaban todas las tiendas. 


Había salido pasado el mediodía al supermercado. Usagi junto con Aikawa habían estado desde temprano en una de sus mini reuniones en la sala del departamento, y aprovechó aquello para salir a hacer la despensa y dejarles hacer su trabajo sin distracciones.


En menos de una hora ya había terminado de hacer el mandado, no eran muchas cosas las que había comprado así que podía cargar libremente con ellas en una sola bolsa. 


Ya estaba caminando de regreso. Y podría haber seguido con su camino pero el escaparate de aquella tienda captó su completa atención, mejor dicho, un artículo en específico de aquel escaparate. Regresó sobre sus pasos y una sonrisa burlona se formó en un boca de sólo pensar en el escritor vestido con eso ¿Quería disfrazarse? Bueno, él le acababa de conseguir el disfraz perfecto y acorde a su apodo. 


Entró sin pensarlo mucho, era una tienda de disfraces, todo estaba decorado acorde a las fechas, lleno de telarañas y calabazas de decoración. Caminó por entre los cortos pasillos del lugar hasta que encontró de nueva cuenta lo que acababa de ver en el maniquí de la entrada. Un perfecto Kigurumi de conejo para adulto, estaba completamente seguro que muy a pesar del gran tamaño del otro, cabía perfectamente en ese ejemplar que tenía entre sus manos. De sólo imaginar al otro con esa cosa le causa cierta gracia,un hombre de 1.85 dentro de un mameluco gigante de conejo violeta, no era algo que se viera todos los días. Lo tomó sin pensarlo demasiado, ya quería ver la cara del otro cuando tuviera la capucha con orejas de conejo puesta. Lo tomó y comenzó a caminar directo a la caja, pero inconscientemente se detuvo al ver los demás modelos que había junto al que llevaba. 


Usagi le había dicho que deberían disfrazarse para Halloween, osease, ambos. Y por más que quiera burlarse un rato del mayor, no le parecía justo que solo uno estuviese haciendo el ridículo, por más que le pesara. Y comenzó la búsqueda de algo que se pareciera al Kigurumi de conejo, porque no iba a comprar uno igual, no quería terminar de hacer el ridículo con disfraces combinados. Buscó por 10 minutos, de entre todos los diferentes animales que había para los mamelucos ¡No había ni uno solo que fuera de su talla! ¿Qué clase de tienda era esa que sólo tenía tallas grandes? ¿Era una especie de discriminación para gente pequeña como él? Incluso había dado vueltas por los demás disfraces pero ninguno le parecía parecías ser de su talla, y los que podría llegar a quedarle eran disfraces para mujer, y ni loco pensaba comprar algo así, no entendía las tiendas y su manía de querer vestir a las chicas con vestidos y conjuntos ridículamente  descubiertos.


Estaba a punto de rendirse y dispuesto a salir de ahí sin nada en manos, hasta que cierto traje llamó su atención, mejor dicho ciertas orejas, porque el disfraz estaba un poco escondido entre otras prendas. Lo tomó y vio un disfraz de osito. No era un mameluco completo, pues era de manga corta y shorts, pero en definitiva no se veía vulgar como el resto de los disfraces de chica. Era el único que había y era de su talla. Se quedó paralizado un rato, frente a aquel conjunto, sonrojado a más no poder de solo imaginarse la reacción de Usagi cuando lo viera con algo así.


        


No sabía si se iba a arrepentir de aquello pero algo en su interior lo obligó a tomarlo y para cuando reaccionó ya estaba en la caja con los dos disfraces. Pagó ambos trajes y salió de la tienda, cada uno en una bolsa diferente. Si se arrepentía de aquí al llegar al departamento, podría esconder la otra bolsa rápidamente. 


— ¡Estoy en casa! — no recibió respuesta, y esa fue su señal para abortar la misión, se adentró rápidamente en el lugar. Casi aventó las compras en la barra de la cocina y se dirigió a las escaleras para ocultar cualquier rastro de lo que pudo haber sido la peor vergüenza de su vida. 


— ¿Qué traes ahí? —


— ¡AH! ¿¡De dónde saliste!? — 


— Estaba en el baño, te veías muy sospechoso. ¿Qué es eso?


— ¡N-nada! — Usagi lo miró incrédulo, y antes de que pudiera decir algo más le quitó uno de las bolsas que escondía inútilmente detrás de su cuerpo. — ¡No Usagi-san, no lo veas!


— ¿Por qué, qué escondes aquí? Desde ayer estás raro desde que mencioné lo de Halloween. — la verdad el mayor no tenía la intención de mirar, si Misaki no quería que viera, era por algo. Pero el peluche café saliendo de la bolsa llamó su atención. — Misaki ¿Esto es lo que creo que es? 


— ¡No es nada de lo que crees que es! — Misaki le arrebató la bolsa para tenerla de vuelta.


— ¿A si? ¿Qué traes en la otra bolsa? — Misaki estaba completamente enrojecido, pero si ya lo había descubierto no iba a ser el único con un estúpido disfraz, porque estaba seguro de que lo obligaría a ponerselo ya que lo había visto. Le extendió la bolsa al mayor, que sacó el contenido de inmediato. — ¿Es para mí? 


— Sí, te veías emocionado cuando dijiste lo de los disfraces y vi eso para ti, pensé que sería divertido verte con eso puesto. — dijo tratando de verse lo más calmado posible.


— Es lindo. Me lo pondré. — el mayor inspeccionó el conejo con ojos emocionados, Misaki olvidaba lo mucho que le emocionaban esa clase de cosas a su novio. 


— ¿¡En serio!? 


— Sí. Pero tú tienes que ponerte lo que está en la otra bolsa. — Usami sonrió traviesamente, Misaki soltó un puchero inevitable.


— B-bien.


— Anda, ve a cambiarte. — y sin decir nada más, el peliplata se dirigió a su cuarto, seguramente para ponerse el Kizgurumi, al castaño no le quedó de otra más que hacer lo mismo. Se encerró en su habitación y sacó las piezas del disfraz, pues venía con unas botitas de peluche en conjunto. Suspiró, era un poco menos vergonzoso sabiendo que Usami también estaría usando algo ridículo. Se vistió lo más lento que pudo para alargar más su estadía en lo seguro de su habitación, y sólo salió hasta que el otro tocó en puerta para apurarlo.


Cuando abrió la puerta se encontró con un Usami ya vestido de conejo. Creía que se vería chistoso y comenzaría a reírse con solo verlo ¡Pero el desgraciado tenía que verse bien con todo! Se veía ridículamente tierno con orejas de conejo ¿Cómo era posible que un hombre de casi 33 años se viera así con esa cosa? Supuso que Usami adivinó sus pensamientos con solo verlo, porque le lanzó una sonrisa ladina.


— Te ves muy lindo Misaki. — Usami se acercó más a él al decir aquello. El castaño se sonrojó, cruzándose de brazos, tratando de ocultar inútilmente el traje de oso que traía puesto.


— C-cállate. — Misaki desviaba la mirada lo más que su cuello le permitía.


— ¿Y yo cómo me veo? — el escritor desapareció el espacio entre ellos, para abrazarlo suavemente. Misaki no se podía mover de la vergüenza.


— N-no lo sé. — Misaki correspondió avergonzado el abrazo, no era tampoco cómo que quisiera alejarlo. — ¿Ya me puedo quitar esto?


— No, vamos a cenar con esto.


— ¿¡Qué!? — Misaki se separó, eso significaba que tenía que hacer la cena con ese estúpido disfraz, y no pensaba cocina con un traje de oso puesto.


— Y vamos a tomar una foto.


— ¡No!


— Sí, ven. — y sin dejar a Misaki protestar un poco más, lo arrastró para ir en busca de su celular.


 


 


 


 


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).