Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ilusiones de una vida perfecta por Kouichi_RedSun

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

!Dos capítulos en una sola! Esta historia la tengo bastante avanzada, así que a pesar de que la iré dosificando para no dejarles ir todo de golpe y no alcanzar lo que ya llevo escrito, si les dejo dos capítulos en esta ocasión para compensar lo corto que fue el anterior

La atmosfera se sentía aún peor, parecía que la tensión aumentaba conforme más pasaba el día, quizá con todos los preparativos de mi fiesta de graduación no lo había notado, pero la verdad es que era bastante incómodo, durante la cena, nadie dijo nada, solo hubo un silencio sepulcral, me daba escalofríos. Fue mi padre quien decidió romper el hielo.

 

— ¿Qué te pareció el coche?— preguntó

—Esta genial papá… Gracias

—Me alegra que te haya gustado, te lo mereces— añadió

—Te prometo que no te voy a decepcionar en la universidad— dije con una sonrisa

—Lo sé, eres el chico más inteligente que he visto— dijo

 

Mi madre me miró y posteriormente sonrió, conocía esa sonrisa, estaba por preguntarme que había hecho durante el rato que salí, recordé por un segundo a aquel chico que rescató mi teléfono, siendo sincero, no parecía mala persona, por el contrario, quizá era un tipo interesante.

 

—Fui a caminar por el parque de Chapultepec— contesté antes de que siquiera me preguntara

—Siempre te gustó ese parque— dijo ella

—Bueno, es el lugar más natural que hay alrededor— contesté encogiéndome de hombros —Y hace mucho no vamos a nuestra casa de campo en Morelos

—Sí… Hace mucho no vamos— contestó con un aire melancólico

—Me gustaría que fuéramos para mi cumpleaños— añadí

 

Mi padre me miró fijamente por un momento y suspiró. Esos malditos suspiros que eran seguidos por algún motivo para no ir, era lo mismo cada que sugería ir.

 

—Sabes que no puedo irme así como así de la ciudad Xavier, menos con todos los casos que tengo que llevar— dijo. Así es, mi padre, el señor Luis Manuel Mendoza era un abogado muy reconocido en la capital.

—Sí, sí, lo sé— dije desairado —Puede llamarte un cliente mientras estamos ahí, o alguna otra cosa que tenga que ver con papeleo, papeleo y más papeleo

—Xavier por favor, sabes que no se trata de ponerse dramático— me reprimió.

—No soy dramático, solo digo lo que de un buen tiempo hacia acá ha estado pasando— contesté —Pareciera que tu trabajo importa más que poder pasar un tiempo en familia, los tres

—Sabes que no es cierto— me contestó

— ¿Nos acompañaste para organizar mi fiesta de graduación? ¿Nos ayudaste a elegir algún mínimo detalle? Solo te limitaste a acceder cuando te dije mi promedio final y dijiste que nos ayudarías, pero siempre decías que no tenías tiempo— dije levantándome —Te necesito más que esos sujetos en tu despacho.

—Xavier, esos sujetos como los llamas, son quienes costean esta casa, la ropa que llevas, la comida que tienes en el plato y el coche que recibiste esta mañana— me regañó alzando un poco la voz.

—Por un par de días que te apartes de todo no nos van a embargar— contesté cruzándome de brazos —Pero no importa, supongo que importan más que nosotros— dije llevando mi plato a la cocina.

 

Cuando salí, mi madre miraba a mi papá negando con la cabeza, eso bastaba para regañarlo, esa mirada filosa e intimidante que ponía mi madre.

 

—Gracias mamá— dije antes de subir las escaleras.

—Incluso él ya está notando tus ausencias— escuché a mi madre reclamarle a mi papá una vez que yo terminé de subir.

—Entonces ahora me culpas por trabajar también, ¿No?— contestó mi padre

—Claro, como si trabajar fuera lo único que haces— le dijo mamá. ¿A qué se refería con eso?

—Dijimos que no hablaríamos de eso aquí— le reclamó papá.

—Si no te he mandado al carajo es por Xavier, porque no quiero que sepa nada hasta que esté listo— dijo mi madre.

 

La discusión siguió, pero no quería oír más, con eso bastaba, mis padres estaban mal, muy mal, su relación de 21 años estaba empezando a irse por el desagüe y no sabía porque, quizá no quería saber porque, o no me hubiera encerrado en mi habitación.

 

Me puse mis audífonos y busqué en Spotify, encontrando una de mis canciones favoritas entre mi amplia gama de gustos «Ich bin der brennende Komet» de Lacrimosa, más que las letras, la mezcla entre el lado clásico de la música y el peso de guitarras y baterías me hacían amar varias canciones de esa banda alemana por encima de letras que no entiendo a ciencia cierta.

 

Intentando despejar mi mente, sentí el teléfono en mi mano vibrar, era una notificación de WhatsApp y era un mensaje de Leonardo, por un segundo pensé en no contestar, pero siendo sincero conmigo mismo, ¿Había otra forma de no sentirme tan solo?

 

«Hola» ponía su mensaje

«Hola» repliqué por igual

«Vaya, no pensé que realmente me dieras tu número» contestó seguido de un emoji sacando la lengua.

«Pues aún puedo bloquearte» contesté en broma, seguido de un emoji idéntico al que mandó él.

«Que sensible jaja» contestó

 

No supe porque, pero ese último comentario me sacó una pequeña risita, con mis pies me saqué los tenis al igual que mis calcetines y comencé a frotar mis pies descalzos contra la colcha.

 

«Soy sensible y vengativo, así que sabes a lo que le estás tirando» contesté mientras sonreía.

«Oh vaya, una amenaza a mi integridad emocional, me partes el alma» contestó de vuelta, sacándome una pequeña carcajada.

«Así es, así que cuidado, o te rasgaré las emociones» dije acompañado de un emoji llorando de risa.

 

Seguí hablando con Leonardo un buen rato, resulta que él vivía en una colonia llamada Tulpetlac en Ecatepec de Morelos, al parecer su padre tenía un taller mecánico y su madre se encargaba de las labores del hogar, él tenía un hermano mayor de 20 años y uno menor de 14.

 

Era raro, no estaba acostumbrado a poder decir que tengo un «Amigo», realmente nunca los tuve, creo que siempre fui hipócrita, les hablaba solo para no quedar como un patán o un mamón. Quizá con Leonardo podría ser diferente, claro que aún tengo que conocerlo y tratarlo un poco más antes de saber.

 

« ¿Estarás ocupado mañana?» ponía otro mensaje de él.

«Lo dudo» contesté.

«No me molesta volver a ir hasta allá, podríamos vernos para tomar algo»

Me quedé pensando un momento.

«Claro, podemos vernos en el Camino Real de Polanco, te invito a comer ahí»

«Vale, entonces te veo mañana, ¿A las 2:00 pm te parece bien?» preguntó

«Claro, está perfecto»

 

Así pues, miré la hora, era casi media noche, no imaginé que el tiempo se hubiera ido tan rápido, supongo que la conversación realmente fue entretenida. Por esas horas me sentí alejado del aire tenso y molesto que había en casa. Estaba emocionado por ver a Leonardo, por más raro que me pareciera viniendo de mí, de él solitario y serio Xavier Alexander Mendoza.

 

Comencé a desvestirme, era hora de ir a la cama y olvidarme de todo por unas horas, arrojé mis pantalones y mi camiseta en mi sillón y deshice mi cama, no me apetecía ponerme pijama, así que en boxers nada más me metí en la cama, con mi teléfono cargando en la mesa de noche.

 

Domingo, finalmente había llegado el domingo, pero con todas las cosas extrañas que pasaban entre mis padres, eso no me entusiasmaba en lo más mínimo, por el contrario, me ponía de nervios tener esa incómoda atmosfera de nuevo. Desperté con la boca algo seca, así que bajé a la cocina, donde mi madre ya preparaba el desayuno. Nada más verme, me sonrió por un momento antes de escanearme de pies a cabeza. Sabía lo que se venía.

 

—Te he dicho que es de mal gusto pasear en ropa interior por la casa— sermoneó.

—Cuando era más pequeño nunca me decías nada— enarqué una ceja mientras sonreía.

—Tenías 7 años— contestó cruzándose de brazos.

Era una de esas discusiones que no eran discusiones realmente. Eran una especie de juego entre ambos.

—Bueno, tú dejaste que me acostumbre— contesté.

—Que listo— sonrió —Supongo que ahora debo atenerme a mis malas decisiones del pasado— bromeó

—Sí, supongo que sí— dije antes de que los dos soltásemos unas pequeñas risas.

 

Me acerqué y besé su mejilla con suavidad, antes de servirme un vaso de agua, me senté en uno de los bancos junto a la barra de la cocina y sonreí de nuevo

 

—Saldré hoy— dije mirando a mamá.

— ¿Puedo saber con quién?

—Un chico que conocí ayer, estudiará lo mismo que yo y en la misma escuela— sonreí.

—Ya veo, al menos parece que tendrás un amigo en la carrera

— ¿Qué quisiste decir con eso?— me hice el digno

—Que me alegra que al menos estés empezando con el pie derecho— contestó sonriendo

—Lo veré en el Camino Real Polanco

— ¿Morimoto?— preguntó

—Sabes que adoro la comida japonesa— contesté

 

Mi padre bajó en ese momento y me miró, mientras yo volteaba sobre mi hombro, nos quedamos así unos segundos, hasta que se acercó y me revolvió el cabello. Era su forma de disculparse en cierto modo. A veces no lo entendía.

 

—Parece que has hecho más ejercicio Xavier— dijo

—Sí, sabes que me ayuda a relajarme— contesté

— ¿Cuánto levantas?

—Bueno, mi máximo son 100 kilos, lo hago solo para mantener cierto volumen, no quiero parecer un toro.

—No te quedaría— contestó sonriendo

 

Sorprendentemente, ese ambiente tenso disminuyó mucho, me alegraba, pero en el fondo, muy en el fondo de mi ser, una voz me gritaba « ¡Es todo una pantalla!». Quería callar esa voz, quería que no me molestara, así que por el momento, la enterré en lo más profundo de mi cabeza, donde no pudiera escucharla. Desayunamos los 3 juntos como siempre, mi padre hacía chistes tontos pero que siempre me hacían reír, incluso mamá reía ante ellos.

 

— ¿Y a qué hora verías a ese chico? ¿Tiene nombre?— preguntó mi madre

—A las dos de la tarde, se llama Leonardo— dije

—Me alegra que tengas un amigo— dijo papá

—Bueno, solo nos conocemos de un día, pero bueno… Evito que me robaran el celular, así que creo que también debería agradecerle como se debe

—Supongo que en eso tienes razón, ¿Necesitas dinero extra?— dijo papá

—No, voy bien

—Bueno, arregla tu habitación y date un baño, ¿Hiciste la reservación?— preguntó mi madre. Me alegra que me lo haya recordado.

— ¡Gracias por recordarme!— exclamé subiendo corriendo por mi teléfono.

 

En cuanto estuve en mi habitación, hice la llamada, cruzando los dedos porque hubiera una mesa a esa hora. Un suspiro de alivio salió de mí cuando me confirmaron la reservación para las 2:15 de la tarde. Tenía unas horas antes de tener que salir, así que podía arreglarme con calma y recoger mi habitación.

 

Pasadas unas horas, ya estaba saliendo de bañarme, una toalla alrededor de mi cintura era lo único que me cubría, tenía mi baño privado en mi habitación, así que no había posibilidad de pasearme desnudo por la casa. Me arreglé vistiendo unos jeans blancos, unos vans negros sin calcetines, una camisa negra con blanco de manga larga y mi cabello a pesar de rebelde, con un aspecto atractivo, mi reloj favorito en mi muñeca izquierda y varias pulseras en la derecha.

 

—Voy de salida— anuncié, mis padres me despidieron y subí a mi auto, dirigiéndome al punto de encuentro.

 

Una vez llegué, me dirigí al estacionamiento, donde el valet se hizo cargo de mi coche, caminé dentro del lobby y miré alrededor, sentándome en una pequeña sala a un costado del lobby, tomé mi teléfono y me acomodé a revisar Facebook.

 

No pasó demasiado antes de que viera a Leonardo llegar, unos jeans azules, converse rojos, una camiseta roja a cuadros negros con una camiseta negra debajo. Me levanté y lo saludé con la mano.

 

—Qué lugar tan llamativo— dijo

—Aquí está mi restaurante favorito— dije sonriendo

—Ah que bien, pensé que me habías citado en un hotel para otra cosa— bromeó.

Me sonrojé demasiado.

—No digas pendejadas— dije desviando la mirada.

El soltó una carcajada antes de acercarse un poco — ¿Cuál es el plan?— preguntó

—Vamos arriba, hice una reservación en ese restaurante— contesté.

 

Caminamos a la planta superior, pasando cerca del café Tamayo dentro del hotel y en la primera estancia, ahí estaba Morimoto.

Notas finales:

¡Gracias a todos por leer, apreciaría infinitamente que me dejen saber sus opiniones mediante sus reviews! 

 

Ciao ciao!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).