Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ilusiones de una vida perfecta por Kouichi_RedSun

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Nuevamente les traigo un capítulo de esta historia, no tengo mucho que agregar por ahora, así que solo disfruten.

Conducir a Satélite no fue gran desafío, ciertamente me gustaba conducir, especialmente mi coche. Pronto llegamos a casa de mi tía, una residencia que no envidiaba nada a la de nosotros. Cuando llegamos, Ben, y mi tía ya nos esperaban, me alegraba mucho verlos, estacioné junto a la camioneta de mi tía y saludé a Ben con bastante entusiasmo. Ben era un chico de cabello rubio cenizo, piel muy blanca y ojos color miel y complexión atlética. Mi tía por su parte era una mujer rubia como mi madre, de ojos verdes y piel clara, muy guapa para estar en sus 40’s.

 

—Me alegra que vinieran Brisa— dijo mi tía abrazando a su hermana.

—Gracias por recibirnos Silvia— contestó mamá.

— ¡Vamos a mi habitación, Xavi!— dijo Ben con entusiasmado

—Ya saben niños, no golpes bajos y no sean muy bruscos— dijo mi madre.

— ¡Tendremos cuidado!— contestamos Ben y yo al unísono.

 

Era bien sabido por nuestras madres que siempre que había una visita entre nosotros, sus hijos saldrían con moretones, lo habían aceptado y no había vuelta de hoja. Subimos a la habitación de Ben solo a dejar mis cosas, de ahí nos dirigimos al jardín trasero, el tío Emmanuel nos había montado un cuadrilátero con ayuda de mi papá, era nuestra «área de juegos» desde que llegó.

 

Ben y yo nos quitamos zapatos, calcetines y camisetas, nuestra «vestimenta reglamentaria» y subimos al cuadrilátero, ambos sonriendo con complicidad mientras nos poníamos los guantes.

 

—Espero que no hayas perdido práctica o voy a barrer el piso contigo— dijo Ben

—Quisieras, segundón— sonreí.

—Ya verás quien es el segundón, cabrón— contestó

—Que te escuche mi tía— dije soltando una risita

 

Ambos nos pusimos en guardia y tras chocar nuestros guantes, lancé un puñetazo recto a la nariz de Ben, quien retrocedió ante el golpe. Usábamos estas pequeñas peleas también para ponernos al día. Era algo poco común, lo sé.

 

— ¿Ya has pensado que estudiarás?— pregunté mientras esquivaba una patada

—Criminalística— contestó conectando otra patada a mi mejilla.

—Mngh… Espero tengas las agallas suficientes— reí algo adolorido antes de taclearlo al piso —Porque vas a ver muchas cosas poco agradables

— ¡Agh!... Lo sé—gruñó mientras le daba un par de puñetazos en las mejillas.

—Eso espero— dije divertido. Ahora Ben me había tumbado a un costado y él se levantó tomando su distancia.
—Haré que papá se sienta orgulloso— dijo. Me quedé estático unos segundos ante lo que dijo y sonreí.

—Ya lo haces, desde donde quiera que él esté— dije sonriendo antes de lanzarme de nuevo al ataque contra él.

— ¿Lo crees?— preguntó agachándose, esquivando uno de mis golpes y golpeándome con una patada en el costado.

—Mngh… Claro que si… Él seguro está orgulloso del chico que tiene por hijo— lancé varias patadas a sus costados.

 

La pelea terminó cuando él se rindió tras unos buenos golpes a su estómago, ambos con narices un poco sangrantes y llenos de moretones y sudor, salimos abrazados del cuadrilátero mientras reíamos y soltábamos chistes de todo tipo sobre la escuela, memes, etc.

 

Cuando mi tía y mamá nos vieron, mi madre simplemente nos acercó el botiquín y mi tía sonrió nostálgica. Mi madre una vez me había contado que cada que Ben y yo entrabamos después de una de nuestras peleas amistosas, ella recordaba a mi tío Emmanuel, entrando detrás nuestra cuando éramos niños y diciendo que mejorábamos mucho cada vez. Ella no quiere casarse de nuevo.

 

Sonreí junto a Ben y subimos a su habitación, antes de limpiar la sangre de nuestras narices, tomé mi teléfono y volví a abrazar a Ben por el cuello, tomando una selfie, la cual puse de foto en WhatsApp.

 

—Van a decir que me torturas— dijo

—Claro, fantasmón— contesté

—Tus crueles palabras me hieren como dardos— dramatizó.

—Espera a que mis puños rematen tu estómago— dije entre risas

— ¡No, no, ya, ahí muere!— exclamó.

—Jaja anda y siéntate, ahora tenemos que limpiarnos las narices— dije tomando algodón y algo de alcohol.

 

Los dos comenzamos a limpiarnos el rostro el uno al otro. Él fue el primero en entrar a darse un baño, ya que solía tardarse bastante y yo prefería bañarme rápidamente después de él. No pasó mucho cuando mi teléfono sonó con un mensaje, el cual era de Leo

 

« ¡¿Qué te pasó?!» ponía un mensaje

«Unos pandilleros me dieron una paliza» bromee.

« ¡¿Qué?!» de inmediato se notó la preocupación.

«Es broma, es un hábito que tengo con uno de mis primos, una pelea amistosa y tranquila» contesté.

«Pendejo. Eso parece todo menos una pelea tranquila» contestó.

«No entenderías si te contara lo que significa» escribí.

«Significa que te gusta que te partan la cara» escribió.

«Como dije, no lo entenderías» repliqué «Va más allá de eso, mucho más allá» escribí enseguida.

«Esto supera los límites de lo raro»

«No creo necesario repetirte lo de siempre» escribí.

«No»

«Algún día quizá lo entiendas» escribí.

«Bueno, si tú lo dices» escribió seguido de un emoji sacando la lengua.

 

Ben se tomó cerca de 30 minutos en el baño, cuando salió, negué con la cabeza y entré al baño, donde mientras temperaba el agua, me desvestí y miré mi reflejo en el espejo, las cosas cambiaban muy rápido últimamente, de golpe estaba por entrar a la universidad, de golpe había conocido a alguien a quien creo podría definir como un amigo, incluso mi cuerpo cambió rápidamente, los últimos 5 años de mi vida han pasado demasiado rápido.

 

Muchas cosas habían cambiado con mi cuerpo en estos 5 años, todo menos mi cantidad de vello, ¡Era lampiño! Sin duda mi ilusión de tener una masculina barba podía irse por el retrete. Todo lo contrario a mi padre

 

—Sigo teniendo rostro de niño— dije acariciando mi mejilla

 

No quise acomplejarme más con ello así que me metí bajo el chorro de la regadera y comencé a bañar. No sabía porque de repente estaba pensando tanto en los cambios, no solía mirar al pasado, me distraía del ahora.

 

Sin embargo, los cambios estaban ahí, mi padre cada vez más ausente, en casa el ambiente bipolar y raro. Creo que es parte de madurar, darme cuenta que el mundo no es tan perfecto, reventar esa burbuja donde me sentía protegido. Debo admitir que tantos cambios dan mucho miedo, porque incluso hay cosas que cambian que yo ni siquiera sabía que existían.

 

Terminé de bañarme y me sequé, me puse mi pijama que consistía en un pantalón de pijama negro y listo, era todo lo que usaba para dormir, algo que Ben y yo teníamos en común. Ambos bajamos al comedor donde la cena nos esperaba y sonreímos.

 

— ¿Estás entusiasmado por entrar a la universidad, Xavi?— preguntó mi tía.

—Entusiasmado y nervioso al mismo tiempo es algo extraño

—Te entiendo a la perfección hijo, cuando entré a la carrera me sentí igual, pero la universidad es una de las mejores etapas que vivirás como persona— dijo

—Es lo que todos dicen, la verdad tengo muchos sentimientos encontrados— dije

—Sí, pero verás que pronto esos sentimientos van a alinearse y vas a disfrutar lo que estudias

—Solo espero estar listo para las responsabilidades nuevas

—Claro que lo estás, eres un chico inteligente y responsable. Saliste a tu tía obviamente— bromeó.

Todos reímos ante eso último

—Sí, debo confiar más en mí— dije

—Así se habla— contestó

 

Continuamos con la cena, no había duda de que mi madre y mi tía juntas en una cocina era casi como tener a dos chefs de alta categoría, pues en el tiempo que Ben y yo nos bañamos, ellas habían preparado una ensalada deliciosa, para acompañar unos filetes empapelados con verduras y de postre una ración de helado.

 

—Entonces te has decidido por criminalística— dijo mamá a Ben.

—Sí, justo como papá— dijo.

—Tu papá estaría muy orgulloso— dijo mamá.

—Eso espero, quiero honrarlo de la mejor manera posible

—El estaría orgulloso Ben, tu papá siempre estuvo orgulloso de ti— dijo mamá.

—Gracias tía Brisa— dijo Ben

—Bueno chicos, es hora de dormir, lávense los dientes y a la cama— dijo mamá.

 

Ben y yo obedecimos, agradecimos la comida y subimos a lavarnos los dientes para luego meternos en la cama. Compartíamos la cama tamaño King de Ben, cabíamos de sobra. Nos quedamos platicando trivialidades un rato hasta que él se quedó dormido, por mi parte yo pensé otro buen rato en todos los cambios que estaba viviendo, fue extraño caer dormido con esos pensamientos.

 

 

Notas finales:

¡¡Gracias por leer!!

 

Ciao!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).